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Anales de Medicina Interna
Print version ISSN 0212-7199
An. Med. Interna (Madrid) vol.24 n.9 Sep. 2007
CARTAS AL DIRECTOR
Efectos adversos por sonda nasogástrica
Adverse events by nasogastric tube placement
Sr. Director:
El empleo de sondas nasogástricas flexibles para llevar a cabo la alimentación enteral en los pacientes malnutridos es una práctica clínica habitual que aunque segura, en ocasiones ha generado distintas complicaciones que afectan al árbol bronquial (1,2). Sin embargo no aparecen trabajos que comuniquen la asociación entre el sondaje nasogástrico y efectos adversos sobre la faringe, existiendo únicamente casos, e incluso series, donde se describen perforaciones faríngeas asociadas a otros procedimientos más agresivos, como son la ecocardiografía transesofágica, las intubaciones orotraqueales traumáticas, las extracciones dentales o adenoideas, así como en los procesos infecciosos locales, en los traumatismos o ingestión accidental de cuerpos extraños (3-6).
Paciente de 84 años de edad que ingresa en el hospital debido a una hernia crural de la que es intervenida. Durante su evolución en planta desarrolla una insuficiencia respiratoria secundaria a una neumonía. A pesar de tratamiento con antibióticos de amplio espectro presenta síndrome febril que le impide recibir un adecuado soporte nutricional por vía oral, por lo que se implanta sonda nasogástrica. A las 24 horas de la misma comienza con afectación de su estado general con desarrollo de hipotensión, oliguria, e intenso dolor faríngeo. La laringoscopia evidencia una tumoración en la pared postero-lateral izquierda de la laringe que no desplaza la úvula, motivo por el que se realiza una TAC de laringe con contraste donde aparece un gran absceso retrofaríngeo izquierdo extendido hasta aritenoides (Fig. 1). Se practica una resección y drenaje del mismo. La paciente es dada de alta a planta tras 2 semanas de permanencia en UCI.
El espacio laríngeo es un área cervical con mínima resistencia a la extensión de infecciones localizadas a este nivel (2). Los abscesos de esta ubicación son en la actualidad una entidad poco frecuente debido sobre todo al desarrollo de los antibióticos (7). La mayoría de los mismos son de origen médico o traumático, y especialmente en el adulto es frecuente su asociación a enfermedades sistémicas (3,4,8). Además de la clínica y la laringoscopia, la TAC con contraste constituye una herramienta fundamental para su diagnóstico, sobre todo si se sospecha la invasión del espacio laríngeo y si aparecen signos de ocupación en esta área (8). Los abscesos localizados en la parte posterior y lateral de la faringe requieren un diagnóstico precoz para establecer el diagnóstico diferencial entre celulitis y absceso. Además de iniciar tratamiento con antibioterapia, el drenaje quirúrgico aunque en ocasiones controvertido, debe ser considerado ante la gravedad del proceso, el posible desarrollo de mediastinitis y la elevada mortalidad que presenta (7,8).
La perforación de la faringe tras la práctica de un procedimiento no invasivo como el sondaje nasogástrico resulta altamente improbable, aunque debe ser considerada ante la existencia de dolor faríngeo y afectación del estado general de aparición posterior a su implantación. El desarrollo de efectos adversos derivados de procedimientos médicos debe hacernos valorar la indicación de los mismos en aras de evitar su presentación; siendo deseable su realización por personal entrenado y cualificado para ello, para no añadir más factores de riesgo extrínsecos (9,10).
B. Obón Azuara, I. Gutiérrez Cía, R. Montoiro Allué
Servicio de Medicina Intensiva. Hospital Clínico Universitario. Zaragoza.
1. Blanco JJ, Barreiro M, Tabara J. Hidroneumotórax secundario a colocación de sonda de sonda nasogástrica. An Med Interna (Madrid) 2005; 22 (4): 54-5.
2. Moran I, Cancio B, Claramunt A. Condensación pulmonar por colocación inadecuada de una sonda nasogástrica. Med Clin (Barc) 2001; 117 (1): 40.
3. Aviv JE, Di Tullio MR, Homma S, Storper IS, et al. Hypopharyngeal perforation near-miss during transesophageal echocardiography. Laryngoscope 2004; 114: 821-6.
4. Allotey J, Duncan H, Williams H. Mediastinitis and retropharyngeal abscess following delayed diagnosis of glass ingestion. Emerg Med J2006; 23: e12.
5. Tuerlinckx D, Bodart E, Lawson G, De Wispelaere JF, De Bilderling G. Retropharyngeal and mediastinal abscess following adenoidectomy. Pediatr Pulmonol 2003; 36: 257-8.
6. Koscielny S, Gottschall R. Perforation of the hypopharynx as a rare life-threatening complication of endotracheal intubation. Anaesthesist 2006; 55: 45-52.
7. Sichel JY, Attal P, Hocwald E, Eliashar R. Redefining parapharyngeal space infections. Ann Otol Rhinol Laryngol 2006; 115: 117-23.
8. Agada FO, Sharma R, Makura ZG. Atypical presentation of cutaneous tuberculosis and a retropharyngeal neck abscess. Ear Nose Throat J 2006; 85: 60-2.
9. Needham DM, Thompson DA, Holzmueller CG, Dorman T, Lubomski LH, Wu AW, Morlock LL, Pronovost PJ. A system factors analysis of airway events from the Intensive Care Unit Safety Reporting System (ICUSRS). Crit Care Med 2004; 32: 2227-33.
10. Pronovos P, Weast B, Schwarz M, Wyskiel RM, Prow D, Milanovich SN, Berenholtz S, Dorman T, Lipsett P. Medication reconciliation: A practical tool to reduce the risk of medication errors. J Crit Care 2003; 18: 201-5.