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Farmacia Hospitalaria

On-line version ISSN 2171-8695Print version ISSN 1130-6343

Farm Hosp. vol.41 n.3 Toledo May./Jun. 2017

https://dx.doi.org/10.7399/fh.2017.41.3.10687 

Originales

Encuesta de percepción del valor del farmacéutico de hospital en el servicio de urgencias

Ángeles García-Martín1  , Charbel Maroun-Eid2  , Ainara Campino-Villegas3  , Belén Oliva-Manuel4  , Alicia Herrero-Ambrosio5  , Manuel Quintana-Díaz2 

1Pharmacy Department at the Hospital Universitario La Paz, IdiPaz®, Madrid, RedFastER Group of the Spanish Society of Hospital Pharmacy (SEFH). España

2Emergency Department at the Hospital Universitario La Paz, IdiPaz®, Madrid. España

3Pharmacy Department, Hospital Universitario Cruces, Barakaldo-Bizkaia, RedFastER Group (SEFH). España

4Nacional Centre for Cardiovascular Research Carlos III (CNIC), Madrid. España

5Pharmacy Department at the Hospital Universitario La Paz, Madrid. España

Introducción

La orientación clínica de los farmacéuticos de hospital hacia Urgencias, relativamente reciente1-2, proporciona oportunidades de mejora en la calidad, seguridad y eficiencia en la atención a los pacientes3-12.

La American Society of Health-System Parmacists (ASHP) ha definido la cartera de servicios de Farmacia en Urgencias y las guías que establecen las funciones del farmacéutico en esta unidad13,14. En la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) se creó en 2006 el grupo de trabajo Farmacia Asistencial en Urgencias (RedFastER)15. Sus objetivos incluyen la mejora de calidad en la atención a los pacientes mediante el uso racional de los medicamentos, y la colaboración asistencial, docente y de investigación con otros profesionales sanitarios y sociedades científicas. Recientemente, la sociedad australiana ha publicado sus estándares de práctica al respecto16.

Resultado de la coordinación entre RedFastER y la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES), el documento de consenso Conciliación de los medicamentos en los servicios de Urgencias17 tiene como objetivo fundamental prevenir y reducir errores de medicación como responsabilidad compartida entre los profesionales sanitarios.

Un reciente informe de la SEFH pone de manifiesto que la presencia de los farmacéuticos en las Urgencias hospitalarias sigue siendo escasa18. Este hecho resulta llamativo tratándose de unidades clínicas que constituyen entornos complejos con elevado riesgo de acontecimientos adversos: un 12%, según refiere el estudio EVADUR19, de los que el 24% son errores relacionados con la medicación; y evitables, alrededor del 70%.

A diferencia de otros servicios, los medicamentos se prescriben, dispensan y administran in situ, con gran prevalencia de órdenes verbales, especialmente en situaciones urgentes; se utiliza medicación intravenosa de alto riesgo en emergencias; hay una elevada presión asistencial y los pacientes, en tránsito, son atendidos en un corto período de tiempo.

Estos aspectos favorecen la aparición de incidentes y dificultan la validación de la medicación “a distancia”, aspectos en los que puede intervenir el farmacéutico mejorando la calidad y la seguridad de la atención al paciente. Diferentes autores destacan su reconocimiento como miembro del equipo de Urgencias20,21,22.

El objetivo de este trabajo es determinar la percepción y valoración del farmacéutico de Urgencias por el personal médico y de enfermería en nuestros hospitales.

Métodos

Estudio descriptivo multicéntrico basado en una encuesta dirigida a los miembros de la plantilla de Urgencias, médicos y personal de enfermería, de hospitales con farmacéutico de referencia.

La encuesta se ha diseñado a partir de la de Fairbanks y cols.20, validada por los mismos autores.

Se han incluido algunas cuestiones adicionales relativas a las características del hospital, del servicio de Urgencias y de los médicos, y a la actividad del farmacéutico, respectivamente:

Acreditación docente, dependencia funcional y número de camas del hospital.

Número anual de pacientes atendidos en Urgencias.

Especialidad médica, en su caso.

Conciliación de medicación. Se han excluido:

Intervención en reanimaciones y sedaciones, que no forma parte en España de las actividades clínicas del farmacéutico de hospital.

La participación de los residentes como encuestados, ya que la formación médica en Urgencias no está reconocida como especialidad MIR.

Como soporte electrónico se ha empleado la herramienta Surveymonkey®.

El cuestionario, anónimo y con un tiempo estimado de cumplimentación de 10-15 minutos, consta de 14 apartados agrupados en:

Características de los encuestados y de su centro de trabajo. Incluye respuestas cerradas dicotómicas (sí/no), otras con varias opciones para elegir una, y abierta solo la especialidad médica.

Percepción del trabajo del farmacéutico en Urgencias en relación con la seguridad del paciente, en tres subgrupos de preguntas con selección de respuestas cerradas, excluyentes en el primero (solo la actividad más relevante), y una o más para los dos subgrupos restantes.

Valoración de la labor del farmacéutico, con dos subgrupos de siete cuestiones multirrespuesta y cinco posibles opciones, cada una, de acuerdo con la escala de Likert (1 = totalmente de acuerdo, 5 = en total desacuerdo).

El enlace se envió a la lista de correo de la SEFH. Un texto explicativo precisaba que, en caso de participación, el farmacéutico de Urgencias debía dirigir la encuesta al personal de esta Unidad y confirmar con un mail el posible reenvío. También en nuestro hospital se remitió del mismo modo el enlace y el texto correspondiente.

Se ha utilizado una estadística descriptiva en el análisis de resultados, que se presentan mediante los contajes, los porcentajes y los correspondientes intervalos de confianza al 95%.

Las respuestas “totalmente de acuerdo” y “de acuerdo” se han sumado y se agrupan en una única categoría. E igualmente, “en desacuerdo” y “en total desacuerdo”.

Resultados

El enlace a la encuesta se envió a los socios de la SEFH el 15 de abril de 2016 y, de nuevo, un mes después. El acceso ha estado disponible hasta el 30 de junio del mismo año.

En nuestro centro, la encuesta se adelantó. Se pretendía así obtener las respuestas en las condiciones en que se diseñó el formulario, antes del cambio en la dirección y organización del servicio de Urgencias. Los datos se han analizado en el conjunto de hospitales participantes.

Se ha enviado un total de 835 encuestas y contabilizado 102 cumplimentadas (12%). Se ha descartado una nula.

Han confirmado su participación los farmacéuticos de Urgencias de 20 hospitales. La procedencia por comunidad autónoma es: Andalucía (2 hospitales), Aragón (2), Baleares (3), Canarias (1), Castilla-León (2), Cataluña (1), Galicia (1), Madrid (4), País Vasco (1), Valencia (2); y un hospital del Principado de Andorra.

El 72% de los participantes son médicos. Un 64% de encuestados, mujeres. El 89% del total supera 5 años de experiencia en Urgencias (Tabla 1).

Tabla 1 Características de los encuestados 

Indican su especialidad 58 médicos: 35 (47.9%) de medicina familiar y comunitaria, 18 (24.7%) de medicina interna, tres geriatras, un intensivista y un facultativo de medicina del trabajo; cinco se declaran “urgenciólogos” y el resto no responde.

Los centros de trabajo pertenecen en su mayoría a hospitales públicos, generales y con acreditación docente postgrado.

El 81,3% indica trabajar en servicios de Urgencia con elevada presión asistencial, más de 100.000 visitas anuales. Los participantes de hospitales de más de 500 camas representan el 42,2%.

La tabla 2 muestra la percepción por los profesionales de Urgencias de las actividades del farmacéutico relacionadas con la seguridad del paciente.

Tabla 2 Percepción de las actividades del farmacéutico en Urgencias en relación a la seguridad del paciente 

Se consideran más relevantes en seguridad la conciliación de medicación (40%), la validación de prescripciones (33%) y la resolución de consultas (23%). No se demuestran diferencias por estamento.

Se aprecian como actividades desarrolladas la resolución de consultas, según el 88%, seguida de la validación de prescripciones y la conciliación de medicación, 77% y 70%, respectivamente.

Los médicos perciben, más que enfermería, la formación continuada del personal sanitario y la información proporcionada a los pacientes por los farmacéuticos en Urgencias.

Tres participantes manifiestan desconocer que estas actividades se desarrollen en su servicio.

Respecto a la validación de tratamientos, el 63% considera prioritario que el farmacéutico valide siempre antes de su administración los medicamentos de alto riesgo, y los menos usados, el 40%. Un 34% opina que el farmacéutico debería validar previamente todas las prescripciones. No se detectan diferencias estadísticamente significativas.

La tabla 3 muestra que el farmacéutico mejora la calidad de la atención para el 89% de los encuestados. Al 87% del total les aporta seguridad con la validación de las prescripciones. Lo consideran útil en la formación del personal sanitario y de los pacientes, el 81 y el 73%, respectivamente, y es parte integral del equipo de Urgencias para el 77%.

Tabla 3 Valoración de la labor del farmacéutico en Urgencias 

Su presencia física facilita que los profesionales recurran a sus servicios, especialmente los facultativos (84 vs 52%).

En cuanto a su utilidad en la optimización de tratamientos (Tabla 4), médicos y enfermeras destacan, en este orden: la información referente a interacciones, el ajuste posológico a los parámetros clínicos de cada paciente y la selección de medicamentos basada en criterios de eficiencia (92, 91 y 77%). Un 53% señala la selección de antimicrobianos.

Tabla 4 Utilidad del farmacéutico en la optimización de tratamientos 

Consideran relevante la información proporcionada sobre empleo de medicamentos en situaciones concretas, como embarazo o intoxicaciones, el 90 y el 87%, respectivamente.

Discusión

Los resultados obtenidos muestran una percepción positiva del farmacéutico por los profesionales de Urgencias, quienes consideran que es parte integral del equipo multidisciplinar, aporta seguridad y mejora la calidad de la atención a los pacientes.

Los datos refuerzan la conciliación de la medicación y la validación de las prescripciones como actividades útiles en seguridad.

En la transición asistencial un 34% de los errores de medicación son clínicamente relevantes y afectan al 45% de los casos23. Urgencias es un medio con riesgo elevado de discrepancias y errores de conciliación, tanto a la llegada como al alta del paciente. Por ello es recomendable que la conciliación tenga lugar en ambos puntos de transición. Su percepción reconoce la implicación del farmacéutico en la atención directa al paciente.

Destaca en nuestro estudio, así mismo, la trascendencia de la validación prospectiva de los tratamientos, especialmente de la medicación de alto riesgo y la de menor experiencia de uso, coherente con el compromiso de Urgencias con la seguridad. Es reseñable que un tercio de los encuestados opine que deberían validarse todas las prescripciones antes de la administración del fármaco. Sin embargo, esto es difícilmente abordable porque entraría en conflicto con la demora admisible y, por tanto, con la seguridad del paciente.

La participación del farmacéutico en el equipo multidisciplinar y el acceso al paciente favorece la implicación en las decisiones sobre su tratamiento en Urgencias. A diferencia de los estudios previos, no localizado ninguno en nuestro medio, se valora más la toma de decisiones basadas en la eficacia clínica que la económica, la optimización de tratamientos ajustados a la situación clínica del paciente y la información para un uso adecuado. Tal vez no se esté teniendo en cuenta en la práctica diaria la repercusión económica de los medicamentos más frecuentemente prescritos: no solo afecta al servicio de Urgencias, sino también al siguiente nivel asistencial tras el alta del paciente. La optimización de costes es, sin duda, una de las tareas del farmacéutico de Urgencias.

Solo la mitad de la muestra considera de utilidad la intervención en la selección de antimicrobianos. La presencia cada vez más extendida de las unidades de Enfermedades Infecciosas y los Programas de Optimización de Antimicrobianos (PROA), a los que se han ido incorporando los farmacéuticos, podrían explicar esta valoración.

El desconocimiento por algún encuestado de las actividades desarrolladas podría justificarse por la rotación del personal y la proporción farmacéutico/ plantilla de Urgencias, desfavorable al primero.

El número de respuestas a las consultas “Contacto más con un farmacéutico cuando se encuentran en el servicio de urgencias a diferencia de cuando tengo que llamar a la farmacia” y “O bien, contactaría más con un farmacéutico si se encontrase en el servicio de urgencias” indica que no se han interpretado como mutuamente excluyentes, sino como representativas de dos situaciones posibles en momentos diferentes.

Los resultados obtenidos apoyan la ubicación en Urgencias del farmacéutico de hospital, al que se recurre con más frecuencia, sobre todo el personal médico, si está físicamente allí. Específicamente, la conciliación de medicación y la información y formación de los pacientes han de desarrollarse in situ.

Recientemente se han publicado dos estudios en EEUU24 y Canadá25 basados en encuestas a los farmacéuticos de Urgencias y, en el segundo estudio, se cursan, además, encuestas específicas a los jefes de los servicios de Urgencias y de Farmacia, respectivamente. Los resultados obtenidos en el primero24 muestran que los farmacéuticos dedican la mayor parte de su tiempo a actividades clínicas como optimización y seguimiento de tratamientos, según los parámetros y características clínicas de los pacientes, recomendaciones en intoxicaciones, formación al paciente con patologías seleccionadas y conciliación de medicación, entre otras. En el estudio canadiense25 los farmacéuticos señalan la clarificación de las prescripciones, resolución de problemas, conciliación y ajuste de pautas a la función renal como las tareas más frecuentemente desempeñadas. Aproximadamente la mitad de los responsables de Urgencias consideran al farmacéutico un valioso miembro del equipo.

Ambas publicaciones completan la información, con el tiempo dedicado y la presencia física de los farmacéuticos de hospital en Urgencias.

No se ha contemplado en nuestro estudio el tiempo de localización diaria o emplazamiento regular en la unidad, lo que supone una limitación.

El Informe 2015 sobre la situación de los servicios de Farmacia Hospitalaria en España: infraestructura, recursos y actividad refleja la reducida presencia de los farmacéuticos en las Urgencias hospitalarias18:

Uno de cada cinco servicios de Farmacia dispone de un farmacéutico colaborando con Urgencias.

En uno de cada cuatro hospitales con más de 500 camas el farmacéutico está integrado en Urgencias y en uno de cada tres, desarrolla actividad clínica (atención farmacéutica).

En EEUU, una encuesta nacional refería disponer de un farmacéutico asignado a Urgencias en un 6,8% de los hospitales en 200826. En 2013, en el 16,4%, la mayoría de los pacientes son atendidos por este profesional27. En 2015, alrededor del 80% de los servicios de Farmacia con actividad en Urgencias dispone de una farmacia satélite24.

Las diferencias en los modelos de gestión y en el número de farmacéuticos en Urgencias en uno y otro país no explican el reducido número de respuestas obtenidas en el presente estudio. Por hospitales, la participación corresponde a un 6 % del total de los 323 de la red pública28, muy alejado del número de centros con farmacéutico de Urgencias18. No hay acuerdo sobre qué considerar un porcentaje aceptable de cumplimentación, aunque algunos autores refieren un 50-75%29. En todo caso, la participación ha sido reducida y no se demuestran diferencias entre el personal de enfermería y el facultativo en la mayoría de los apartados de la encuesta.

El medio de difusión empleado ha podido resultar una limitación si no se actualizó recientemente la dirección de correo disponible, por ejemplo.

En nuestro hospital, durante el desarrollo del estudio, cambió la dirección y organización del servicio de Urgencias y se resolvió un proceso de movilidad interna de enfermería lo que ha podido repercutir negativamente en el número de participantes.

Los resultados de este trabajo muestran la aceptación del farmacéutico por la plantilla de Urgencias, que conoce y valora las funciones desempeñadas, y señala la importancia de su visibilidad. No obstante, hacen falta nuevos estudios que valoren en nuestro medio los resultados en la salud y los costes ahorrados y evitados por la actividad del farmacéutico de Urgencias, a fin de reforzar su presencia generalizada en el servicio.

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Recibido: 17 de Octubre de 2016; Aprobado: 23 de Enero de 2017

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