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Index de Enfermería

On-line version ISSN 1699-5988Print version ISSN 1132-1296

Index Enferm vol.17 n.1 Granada Jan./Mar. 2008

 

MISCELÁNEA

CARTAS AL DIRECTOR

 

¿Úlceras por presión en niños?

Pressure ulcers in children?

 

 

Sr. Director: A estas alturas, no descubro nada nuevo al afirmar que las úlceras por presión (UPP) constituyen un importante problema de salud por sus repercusiones en diferentes ámbitos (no sólo la salud de quienes las padecen y su calidad de vida, sino también el efecto en su entorno cuidador, el consumo de recursos para el sistema de salud, e incluso repercusiones legales al ser consideradas en muchas ocasiones como evitables). Por otro lado, la aparición de una UPP es un suceso que está ligado a la seguridad clínica del paciente y así queda recogido en el Plan Nacional de Calidad del Sistema Nacional de Salud,1 cuyo objetivo es fomentar la excelencia clínica.

Si se me permite, quiero proponer un ejercicio: se trata de cerrar los ojos y pensar en una persona que padezca una UPP. Seguramente, la imagen que evocamos en nuestra mente es la de una persona anciana, encamada y debilitada ¿no es así? Bien, ahora quiero explicar lo que yo veo (que no imagino) en mi unidad: veo una niña de unos dos años de edad, a la que hace una semana han intervenido para corregir una malformación cardiaca, cuya única prueba ahora es una herida quirúrgica lineal que le cruza el pecho. Se va recuperando día a día y sus padres están deseosos de recibir el alta para volver a casa con ella y olvidar este mal trago. Ahora que su estado ha mejorado, le hemos lavado el pelo para hacerle una coleta y que su madre la vea más bonita si cabe. Pero al hacerlo, nos damos cuenta que el cuero cabelludo de la zona occipital no es homogéneo. Apartamos los mechones de pelo rubio y encontramos una UPP con una placa necrótica de 3x2 cm. Posiblemente los padres, después de la angustia que ha supuesto la intervención quirúrgica y el postoperatorio, no le den importancia a esta herida. Posiblemente. A medida que pase el tiempo, la intervención y el postoperatorio se convertirán en un ingrato recuerdo, pero observarán que en la zona donde estuvo la herida el cabello no vuelve a crecer, y que la pérdida de pelo es permanente. Quizá se conformen pensando que, como es una niña, el pelo largo no dejará ver la zona de alopecia. Quizá.

A lo largo de mis años de trabajo en la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos (UCIP), he hecho y hago frente regularmente a complejas situaciones que obligan a priorizar mis acciones para asegurar al niño crítico un cuidado óptimo, donde la valoración y cuidado de la integridad de la piel no son, con frecuencia, prioritarias. No obstante, en un medio altamente tecnológico y medicalizado como el nuestro, una de las actividades propias del personal de enfermería más importante, desarrollada demanera autónoma e independiente, es el cuidado de la piel.

Tradicionalmente, las UPP eran infrecuentes en bebés y niños pequeños debido a su relativa facilidad para reposicionarse, pero las nuevas tecnologías médicas han supuesto limitaciones importantes en las opciones posturales de estos pacientes durante los tratamientos, llegando a alcanzar tasas de prevalencia del 23% en UCIP2-3 y del 20% en Unidades de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN).2 Además de ser dolorosas y exponer al niño a una potencial infección, las UPP pueden dejar secuelas irreversibles y afectar a la imagen corporal del niño. A esto hay que sumar que el desarrollo de UPP puede incrementar el tiempo de hospitalización y aumentar los costes del cuidado.

Muchos son los factores de riesgo de desarrollar UPP en niños, algunos similares a los que presentan los adultos y algunos sensiblemente distintos; sin embargo, la creencia de muchos profesionales sanitarios de que las UPP no suponen un problema al que se haga frente en la población pediátrica y neonatal es en sí el factor de riesgo más importante.

A pesar de que algunos se empeñan en cerrar los ojos al incipiente problema de las UPP en niños, lo cierto es que los niños hospitalizados (especialmente aquellos en UCIP o UCIN) tienen riesgo de desarrollar, y desarrollan UPP. El efecto negativo de la inmovilidad y la inestabilidad fisiológica en la piel de un paciente no distingue de edad o nivel de desarrollo.

Debemos ser conscientes de las diferencias anatómicas, fisiológicas y psicológicas entre adultos y niños. Estos no son adultos pequeños y sus necesidades pueden diferir mucho. En el cuidado de las UPP a menudo se extrapolan prácticas desarrolladas inicialmente para adultos a la población pediátrica (no sin cierto riesgo).

Para abordar en nuestro país este pequeño gran problema que son las UPP en pediatría aún quedan muchas cosas por hacer a nivel individual e institucional, como por ejemplo, incluir las unidades pediátricas en los programas de vigilancia epidemiológica de los hospitales, y definir e implementar medidas preventivas y de tratamiento específicas para pacientes pediátricos.

La aparición de una UPP es un suceso que está íntimamente ligado a los cuidados proporcionados por los profesionales de enfermería y a la seguridad clínica del paciente. Es, por tanto, responsabilidad nuestra asegurarnos de que nuestros pequeños pacientes reciben los mejores cuidados basados en las últimas evidencias científicas disponibles para poder prestar, en definitiva, unos cuidados de calidad en la prevención y tratamiento de estas lesiones.

 

Cristina Quesada Ramos

Enfermera de la Unidad de Cuidados Intensivos de Pediatría del Hospital de Cruces, Bizkaia, España
duequesada@eusakalnet.net

 

Bibliografía

1. Plan de Calidad para el Sistema Nacional de Salud. Madrid: Ministerio de Sanidad y Consumo; 2006.        [ Links ]

2. Baharestani M, Vertichio R, Higgins MB, Kurot M, May B. A neonatal and pediatric evidence-linked pressure ulcer and skin care performance improvement initiative. En: 8th European Pressure Ulcer Advosory Panel Open Meeting. Scotland: EPUAP; 2005.        [ Links ]

3. Soldevilla JJ, Torra i Bou JE, Verdú J, Martínez F, López P, Rueda J, et al. 2º Estudio Nacional de Prevalencia de Úlceras por Presión en España. Epidemiología y variables definitorias de las lesiones y pacientes. Gerokomos. 2006; 17(3): 154-172.        [ Links ]

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