SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.26 issue3Current situation of the social and health care to persons in the situation of dependence: economic, sanitary and social costs of the systemPublic policies that frame the care for people in situations of dependency: current status and future challenges author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

My SciELO

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

Related links

  • On index processCited by Google
  • Have no similar articlesSimilars in SciELO
  • On index processSimilars in Google

Share


Index de Enfermería

On-line version ISSN 1699-5988Print version ISSN 1132-1296

Index Enferm vol.26 n.3 Granada Jul./Sep. 2017

 

MONOGRÁFICO

ESTADOS DE BIENESTAR E INTERVENCIÓN SOCIO-SANITARIA

 

Personas usuarias del Servicio de Ayuda a Domicilio. Una mirada desde la vulnerabilidad y la fragilidad

Users of the Home Help Service. A view from the vulnerability and frailty

 

 

María Luisa Grande Gascón1, Lucía González López2

1Universidad de Jaén. Jaén, España.
2Fundación Ageing Lab. Jaén, España

Dirección para correspondencia

 

 


RESUMEN

Introducción: El trabajo que se presenta tiene como objetivo profundizar en el conocimiento de la situación de fragilidad y vulnerabilidad de las personas atendidas en su hogar por el Servicio de Ayuda a Domicilio en Andalucía (SAD), para mejorar las intervenciones que se realizan y detectar posibles necesidades no cubiertas.
Metodología: Se han recogido datos de una muestra representativa de 391 personas mayores a través de un cuestionario elaborado para este estudio. Se han incluido variables sociodemográficas, apoyo familiar, problemas de salud, necesidades atendidas y no atendidas y entorno.
Resultados: El perfil de usuario del SAD es mujer, de 81 años, con bajo nivel educativo cuya fuente principal de ingresos es una pensión. Vive con su cónyuge en un domicilio que tiene algunos problemas de accesibilidad y utiliza dispositivos de apoyo para la movilidad. Presenta problemas de salud crónicos y tiene un sentimiento de soledad.
Conclusiones: A pesar de que el SAD cubre múltiples necesidades que tienen las personas mayores, se han detectado una serie de lagunas en algunas áreas y necesidades de mejora en la coordinación entre el ámbito sanitario y social.

Palabras clave: Personas mayores, Servicio de Ayuda a Domicilio, Fragilidad, Envejecimiento, Dependencia.


ABSTRACT

Introduction: The work presented aims to deepen the understanding of the situation of fragility and vulnerability of the person cared for in home help service in Andalusia, to improve interventions carried out and to detect possible needs not covered.
Methods: We have collected data from a representative sample of 391 older peoplethrough a questionnaire developed for this study. We have included socio-demographic variables, support family, problems of health, served and unmet needs and environment.
Results: The user profile of home help service is as follows: woman, 81 years, with low level of education whose main source of income is a pension. She lives with her spouse in a domicile, with some problems of accessibility and she uses assistive mobility devices. She has chronic health problems and has a feeling of loneliness.
Conclusions: While the home help service covers a multiple needs of older persons, they have been detected a number of gaps in some areas and needs for improvement in the coordination between the health and social fields.

Key words: Older people, Home Help Service, Ageing, Frailty, Dependency.


 

Introducción

A nivel mundial se está produciendo un proceso acelerado de envejecimiento de la población en todas las zonas geográficas y en todos los países, aunque es más fuerte en los países con un alto índice de desarrollo humano, entre los que se encuentra España. Son dos los factores que están influyendo en esta situación: la disminución de la tasa de fecundidad y el incremento progresivo de la esperanza de vida. Según datos del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), en 1950 la población mundial era de 205 millones de personas de 60 y más años. En 2012 creció hasta más de 800 millones y las proyecciones que se manejan es que en 2050 serán 2.000 millones.1,2

El fenómeno del envejecimiento no es ajeno a la realidad española que, con una esperanza de vida de 82,1 años, se sitúa como uno de los países donde esta es más alta. Según el Instituto Nacional de Estadística, de los más de 46 millones de personas que residen en España, el 18,4% tiene 65 y más años. En Andalucía, donde viven más de ocho millones de personas, el 16,2% se sitúa en este tramo de edad. En relación al sexo, predominan las mujeres en un porcentaje mayor que en otros tramos de edad. Así, en España las mujeres suponen un 57,1% del total de personas con más de 64 años.

Muchas de estas personas presentan, o presentarán en un futuro cercano, lo que se denomina fragilidad, que es un término cada vez más utilizado entre los profesionales que atienden a las personas mayores.3-8 Y aunque existen varias definiciones de fragilidad, lo que sí está consensuado, según Abizanda et al, es que "la fragilidad es un estado fisiopatológico que predispone al anciano que la tiene a una mayor vulnerabilidad a tener enfermedades y efectos adversos, derivada de una falta de mecanismos compensadores y pérdida de homeostasis, debido a un declive en múltiples sistemas corporales (muscular, inmune, neuroendocrino, vascular) con disminución de la reserva funcional".4 Según el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud la fragilidad se asemeja a un estado de pre-discapacidad, en el que hay un riesgo elevado de desarrollar alguna discapacidad y se ha convertido en un buen predictor de esta y de eventos adversos en las personas mayores.3

En un porcentaje muy alto las personas usuarias del Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD) son personas mayores que presentan este estado de fragilidad o tienen un importante riesgo de padecerlo en un futuro. El SAD se basa en el planteamiento de mantener el mayor tiempo posible a las personas mayores en su entorno habitual cubriendo aquellas necesidades que puedan surgir derivadas de situaciones de dependencia.9 En este sentido, se configura como uno de los servicios clave incluidos en la Ley de Autonomía Personal y Atención a las Personas en Situación de Dependencia (LAPAD). A pesar del deterioro que se ha producido en los últimos años en el desarrollo de la misma y las diferencias tan importantes entre regiones debido a los recortes en el Estado de Bienestar en general, esta Ley sigue siendo un instrumento que da respuesta a las problemáticas sociales de las personas en situación de dependencia.10,11 Según el Sistema de Información del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia (SISAAD), el SAD ocupa el tercer lugar dentro del catálogo de prestaciones recogidas en la LAPAD.

Según el IMSERSO, el SAD ofrece ayuda personal y una serie de servicios en el domicilio a personas que tienen un cierto nivel de dependencia o que sufren una crisis personal o familiar. Con este servicio se pretende que esta persona tenga un grado adecuado de independencia o autonomía en la realización de las actividades de la vida cotidiana. Y aunque no es un servicio exclusivo para las personas mayores, en torno al 90% de las personas usuarias del mismo lo son.12

Algunas de las características del SAD son las siguientes: se trata de un programa individualizado, ajustado de manera diferenciada a cada persona usuaria; las actividades no son meramente asistenciales sino que tienen que tener un componente preventivo y rehabilitador; las intervenciones incluyen atención personal y doméstica, apoyo psicosocial y relaciones con el entorno; dichas intervenciones se llevan a cabo por profesionales, de tal manera que interviene personal preparado para este fin; y todo ello realizado en el domicilio de la persona que recibe el servicio.12

Tal y como se señala por el IMSERSO, "el objetivo básico del SAD es incrementar la autonomía personal en el medio habitual de vida (...) pretende desarrollar al máximo las posibilidades de la persona mayor de continuar controlando su propia vida, aunque se trate de alguien que es dependiente para determinadas actividades de la vida diaria".12 Se trata de un servicio que está prácticamente implantado en todos los municipios, que es muy conocido y está valorado muy positivamente por los usuarios y familiares y ha demostrado su utilidad para garantizar la calidad de vida de las personas mayores. A todo esto hay que añadir que ha generado y genera una gran cantidad de empleo, fundamentalmente femenino.13-16

Según el SISAAD a 31 de marzo de 2016, de las 802.269 personas beneficiarias con prestaciones de la LAPAD, 150.628 los son del SAD, lo que supone un 15,26%. Se sitúa en segundo lugar en número de beneficiarios en relación con los otros tipos de prestaciones (Gráfico 1). Andalucía es la primera comunidad en número de usuarios, cerca de 50.000 personas se benefician de esta prestación, doblando en número a la segunda comunidad, que es Madrid, que cuenta con poco más de 25.000 beneficiarios.

 

Gráfico 1. Personas beneficiarias y prestaciones del Sistema para
la Autonomía y Atención a la Dependencia en España

Fuente: Sistema de Información del Sistema para la Autonomía y
Atención a la Dependencia (SISAAD). Elaboración propia

 

En este estudio nos planteamos como objetivo profundizar en el conocimiento de la situación de fragilidad y vulnerabilidad a nivel de salud y social de la persona atendida en su hogar por el SAD, para mejorar las intervenciones que se realizan e incrementar la calidad de vida de las personas mayores.

 

Metodología

Se ha realizado un estudio con abordaje cuantitativo, descriptivo y de corte transversal sobre una población de 2.925 personas usuarias atendidas en el SAD de Macrosad en varios municipios de la provincia de Jaén y Sevilla. Macrosad es una entidad especializada en el SAD con más de 20 años de experiencia en este ámbito. La muestra utilizada ha sido de 391 personas seleccionadas por muestreo intencional.

Las variables de estudio fueron las siguientes: (a) Perfil sociodemográfico: sexo, edad, zona geográfica, nivel de estudios, actividad laboral previa y recursos económicos. (b) Apoyo familiar: número de hijos e hijas, disponibilidad de cuidador principal, intensidad del cuidado recibido, sexo y edad del cuidador principal, convivencia y rotación de domicilio. (c) Necesidades atendidas: alimentación, vestido, aseo e higiene personal, movilidad, cuidados especiales, vida familiar y social, mantenimiento de la vivienda, control de medicación. (d) Detección de otras necesidades no atendidas. (e) Problemas de salud que causan la necesidad de apoyo: grado de dependencia, enfermedad crónica, alteración en la movilidad, alteración sensorial, trastornos neurológicos, trastornos del desarrollo, trastorno mental. (f) Entorno: accesibilidad, seguridad, higiene, uso de productos de apoyo y caídas.

Se diseñó un cuestionario específico en papel de 25 preguntas agrupadas en los anteriores apartados que, una vez que fue pilotado, se digitalizó en una Tablet. Después se utilizó el siguiente procedimiento: tras loguearse la persona que va a utilizar la aplicación, se selecciona de la base de datos la persona usuaria, asignándole un código encriptado para que sea totalmente anónima (nunca se almacenan datos personales) y en caso de pérdida del dispositivo no se podrían acceder a los mismos. El cuestionario fue administrado por los coordinadores del SAD, que son en su mayoría trabajadores sociales.

 

Resultados

Los datos demográficos de las personas encuestadas son los siguientes: 77,6% son mujeres y 22,4% son hombres. La mayoría tiene entre 66 y 85 años, estando en minoría los que tienen menos de 65 años (12%); los que tienen más de 85 años suponen un 38% de la muestra. En cuanto al nivel educativo, el porcentaje más alto corresponde con los que tienen un bajo nivel: el 71% sabe leer y escribir y el 13% son analfabetos funcionales; solo el 14% tiene estudios medios o superiores. En el 70% de los casos su principal fuente de ingresos son las pensiones contributivas y en el 20% las pensiones que perciben son no contributivas.

En relación a la actividad laboral desempeñada a lo largo de su vida laboral, el 46% se han dedicado a la agricultura y ganadería y el 16% a la industria, la minería y la construcción; solo el 3% se ha dedicado exclusivamente a tareas del hogar. Hay que tener en cuenta que al tratarse en muchos casos de zonas rurales las mujeres han trabajado en las explotaciones familiares y han compaginado el trabajo de ama de casa con el de la agricultura y la ganadería.

La tipología de la persona cuidadora principal es variada, predominan los hijos e hijas (39%), seguido del cónyuge (18%) y personal contratado (11%); el 16 % no dispone de nadie que ejerza como tal (Gráfico 2). Del total de personas que requieren cuidados el 80% lo necesitan a tiempo parcial.

 

Gráfico 2. Tipología de la persona cuidadora principal

 

El 51% viven en pareja, siendo la principal forma de convivencia, el 23% viven con los hijos e hijas y el 15% con otros familiares. Muy pocos viven solos, en torno al 2%. Hay un bajo nivel de rotación en diversos domicilios de familiares, solo el 17% presentan esta situación (Gráfico 3).

 

Gráfico 3. Formas de convivencia

 

Entre las necesidades que son atendidas por el SAD destacan las siguientes (Tabla 1): el 72 % de los casos necesitan ayuda para el aseo e higiene personal; el 60% necesita apoyo para la limpieza del domicilio; en la alimentación necesitan apoyo para la compra de alimentos (34%) y para la preparación de los mismos en el domicilio (33%); en relación al vestido necesitan ayuda para el lavado (29%) y planchado de la ropa (24%); en la movilidad, el 46% necesita ayuda para la movilidad dentro del domicilio y el 37% para acostarse y levantarse; en el caso de los cuidados especiales, el 88% usa pañales; solo el 14% requiere apoyo para el tratamiento médico; y en la vida familiar y social el 44% necesita acompañamiento y el 23% apoyo para el ocio dentro del hogar.

 

Tabla 1. Necesidades atendidas en el Servicio de Ayuda a Domicilio

 

La presencia de determinados problemas de salud entre los usuarios es frecuente y en la mayoría de los casos son la causa por la que requieren el SAD. Son diversos y son los que presentan una mayor prevalencia entre la población más mayor. Destacan las enfermedades crónicas, los problemas de movilidad, las alteraciones sensoriales, los problemas neurológicos y mentales. La hipertensión, la diabetes, la artrosis, las demencias y la depresión son los problemas de salud más frecuentes entre las personas usuarias del SAD. También llama la atención que el 62% declara un sentimiento de soledad (Tabla 2).

 

Tabla 2. Principales problemas de salud que presentan
las personas usuarias del Servicio de Ayuda a Domicilio

 

El entorno domiciliario no siempre está adaptado ni es accesible para las personas que tienen problemas de movilidad o de otro tipo y que requiera adaptaciones específicas. Por ejemplo, solo el 6% de los domicilios tiene una accesibilidad avanzada que cubre todas sus necesidades, el 73% tiene una accesibilidad básica, y el 21% presenta una difícil accesibilidad. Esta situación está relacionada con el alto porcentaje de personas que han sufrido caídas, en concreto un 67%, y en algunos casos en varias ocasiones. Entre los dispositivos de apoyo para la movilidad destaca el uso del bastón (23%), el andador (18%) y la muleta (16%); el 10% usa silla de ruedas.

Se han detectado una serie de necesidades que no están cubiertas o que lo son de manera parcial en diferentes áreas como la psicología, enfermería, fisioterapia, podología, peluquería y estética. También demandan formación para sus cuidadores no profesionales y más apoyo en los ingresos hospitalarios y la convalecencia posterior.

 

Discusión

Entre las características que definen el perfil de la persona atendida por el SAD, cabe destacar la importancia del volumen de mujeres con una media de 81 años de edad. Han trabajado en agricultura o ganadería, tienen como fuente principal de ingresos una pensión contributiva y tienen un nivel educativo bajo. Estos resultados son similares a los de otros estudios en los que las personas usuarias de los SAD son mayoritariamente mujeres y con un nivel educativo bajo.17-20 Se trata de mujeres que han compaginado el trabajo de ama de casa con el de la agricultura y la ganadería, algo frecuente en los núcleos rurales andaluces.

La mayoría requieren cuidados a tiempo parcial y son los hijos e hijas las que se los prestan en mayor medida, en una menor proporción se ocupan los cónyuges. En general viven con su pareja o con sus hijos e hijas y solo un escaso porcentaje tienen un sistema de rotación entre sus familiares. Solo el 11% tiene personal contratado, el resto es la familia la principal proveedora de estos cuidados. Esta escasa presencia de cuidados formales está relacionada con el nivel educativo, tal y como demuestra Rogero-García, en su estudio en el que concluye que a mayor nivel educativo mayor probabilidad de recibir cuidados formales.21

Los principales problemas de salud que presentan y por los que suelen necesitar el SAD son las que presentan una mayor prevalencia entre las personas mayores. Se trata de enfermedades crónicas como la hipertensión, diabetes, artrosis, demencias y depresión.

Las tareas más frecuentes del SAD son el aseo e higiene personal, el apoyo para la movilidad, la limpieza de la vivienda y el acompañamiento. Esto último está relacionado con el alto porcentaje de personas que manifiesta un sentimiento de soledad, por lo que se hace necesario potenciar la participación en la comunidad y las relaciones sociales. A pesar de que cuentan con apoyo familiar este parece no ser suficiente.

Por último, entre las necesidades no cubiertas más frecuentes, es interesante la relevancia de las necesidades estéticas, las cuales pueden tener un componente emocional, es decir, "encontrarse bien" más allá del cuidado asociado a las actividades básicas e instrumentales de la vida diaria. Un importante porcentaje de personas usuarias sufren caídas, siendo reiterativo este hecho, lo cual puede estar relacionado con el "síndrome del temor a caerse" y con la accesibilidad del domicilio que en algunos casos no es la adecuada.

Por otro lado, la mayoría de los hogares tienen una accesibilidad básica y sin embargo las personas atendidas necesitan apoyo para la movilidad, esto supone la no existencia de adaptación del entorno, tanto a nivel físico como organizativo y de planificación. La persona que atiende en el domicilio tiene un rol clave como agente de entrenamiento preventivo, donde los proveedores de servicios y los poderes públicos sean promotores de ello a través de la regulación, gestión de servicios y facilitando formación relacionada con la materia.

Se están atendiendo las necesidades de las personas mayores desde servicios y recursos que funcionan de forma independiente desde los ámbitos sanitario y social, pero no se llegan a producir sinergias para cubrir lagunas que se producen en algunos casos como en la convalecencia. La falta de coordinación entre los dos ámbitos y la necesidad de una mejor coordinación se ha puesto de manifiesto en otros estudios como el de Robles et al.22 La convergencia entre entidades/agentes implicados en la atención a las personas mayores podría contribuir a dar un paso más allá de la derivación actual, atendiendo las necesidades de las personas mayores desde diferentes enfoques y aprovechando más los recursos existentes.

Con estudios como el que presentamos en este trabajo se puede mejorar la calidad de un servicio tan esencial para las personas mayores como es el SAD, detectando las necesidades no cubiertas y ofreciendo un mayor ajuste entre las demandas de los usuarios y la oferta de los cuidados que se prestan. De esta manera se produciría la adecuación del servicio a la persona y no al contrario como viene siendo habitual, que es la persona la que tiene que adaptarse al servicio. Esto favorece de manera general el proceso adaptativo de las personas al proceso de envejecimiento y que este se produzca con éxito.23

Tal y como se recoge en el Modelo de Envejecimiento Digno y Positivo de la Fundación AgeingLab, "se trata de tomar como referencia la heterogeneidad de las personas, respetando en la medida de lo posible sus costumbres, gustos, creencias, ideología, etc. (...) Todo ello llevado a cabo desde una corriente normalizadora teniendo como referencia unos patrones de comportamiento y conductuales considerados cotidianos y habituales para lograr una integración favorable en la sociedad".24

 

Bibliografía

1. HelpAge International. Global AgeWatch Index 2015. Insight report. London: HelpAge International 2015. Disponible en: http://reports.helpage.org/global-agewatch-index-2015-insight-report.pdf (acceso: 09/04/2016).         [ Links ]

2. UNPFA y HelpAge International. Envejecimiento en el Siglo XXI: Una Celebración y un Desafío. 2012. Disponible en: https://www.unfpa.org/sites/default/files/pub-pdf/Ageing Report Executive Summary SPANISH Final_0.pdf (acceso: 09/04/2016).         [ Links ]

3. Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Documento de consenso sobre prevención de fragilidad y caídas en la persona mayor. 2014. Disponible en: http://www.msssi.gob.es/profesionales/saludPublica/prevPromocion/Estrategia/docs/FragilidadyCaidas_personamayor.pdf (acceso: 09/04/2016).         [ Links ]

4. Abizanda Soler P, Gómez-Pavón J, Martín Lesende I, Baztán Cortés JJ. Detección y prevención de la fragilidad: una nueva perspectiva de prevención de la dependencia en las personas mayores. Med Clin 2010;135(15):713-719.         [ Links ]

5. Ferrucci L, Guralnick M, Studenski S, Fried L, Cutler GB, Watson JD, The Interventions on Frailty Working Group. Designing randomized controlled trials aidmed at preventing or delaying functional decline and disability in frail, older persons: A consensus report. J Am Geriatr Soc 2004; 52:625-34.         [ Links ]

6. Lang PO, Michel JP, Zekry D. Frailty Syndrome: A Transitional State in a Dynamic Process. Gerontology 2009; 55:539-549.         [ Links ]

7. Puigvert Vilalta M, Martí Lluch R, Ponjoan Thäns A, Ramos Blanes R. Predicción de dependencia en ancianos atendidos en atención primaria. Index de Enfermería 2016; 25(3): 146-150.         [ Links ]

8. Martínez Martín ML, González Montalvo JI, Otero Puime A. Anciano frágil: ¿hablamos todos de lo mismo? Rev Esp Geriatr Gerontol. 2007; 42(6):357-60.         [ Links ]

9. Serrano P, de Tena-Dávila MC. Criterios de fragilidad en los usuarios del servicio de ayuda social a domicilio. Rev Esp Geriatr Gerontol. 2004; 39(1):9-18.         [ Links ]

10. López Alonso SR, Gala Fernández B, Gómez Falla E. Uso de las escalas de valoración en el proyecto de Ley de Promoción de la Autonomía Personal y de Atención a las Personas Dependientes. Index de Enfermería 2006; 54: 56-61.         [ Links ]

11. Sotomayor Morales EM, Grande Gascón ML. Trayectoria del sistema de atención a la dependencia en España: efectos y consecuencias en las personas demandantes y beneficiarias. En: Pastor Seller E, Cano Soriano L, editores. Políticas e intervenciones ante los procesos de vulnerabilidad y exclusión de personas y territorios. Madrid: Dykinson SL, 2016: 209-224.         [ Links ]

12. IMSERSO. Atención a las personas en situación de dependencia en España. Libro Blanco. Madrid: Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, 2005.         [ Links ]

13. García Herrero G. El servicio de ayuda a domicilio en la encrucijada. Análisis y reflexiones sobre el presente y el futuro del Servicio de Ayuda a Domicilio, tras la implantación del Sistema de Atención a la Dependencia. Madrid: Asociación Estatal de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales, 2010. Disponible en: http://www.femp.es/files/566-930-archivo/sad.pdf (acceso: 11/04/2016).         [ Links ]

14. Rodríguez Castedo A, Jiménez Lara A. La atención a la dependencia y el empleo. Madrid: Laboratorio de Alternativas, Fundación Alternativas, 2010.         [ Links ]

15. Díaz Díaz B. La atención a la dependencia como motor de desarrollo económico. Revista Internacional de Sociología (RIS) 2014; 72 (1): 139-171.         [ Links ]

16. Grande Gascón ML, Hernández Padilla M, Linares Abad M. Análisis de los cuidados informales desde la perspectiva de género. En: De La Fuente-Robles YM, editora. Situaciones de dependencia y derecho a la autonomía: una aproximación multidisciplinar. Madrid: Alianza Editorial, 2009: 281-299.         [ Links ]

17. Gázquez Linares JJ, Pérez Fuentes MC, Miras Martínez F, Yuste Rossell N, Lucas Acién F, Ruiz Fernández MD. Análisis y satisfacción del Servicio de Ayuda a Domicilio en la provincia de Almería (España). Anales de Psicología 2007; 23(1): 101-108.         [ Links ]

18. Morante del Peral ML. Los servicios profesionales de proximidad: un acercamiento a las realidades de las auxiliares del Servicio de Ayuda a Domicilio en el ámbito rural de la provincia andaluza de Granada. Cuadernos de Trabajo Social 2009; 22: 61-82.         [ Links ]

19. Martínez S, Dávila M, Vicente MR. Una aproximación a la evaluación económica de las políticas sociales. El caso del Servicio de Ayuda a Domicilio. Revista del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales 2003; 41: 89-104.         [ Links ]

20. Muñoz Cobos F, Espinosa Almendro JM. Envejecimiento activo y desigualdades de género. Aten Primaria 2008; 40 (6): 305-9.         [ Links ]

21. Rogero-García J. Distribución en España del cuidado formal e informal a las personas de 65 y más años en situación de dependencia. Rev Esp Salud Pública 2009; 83(3): 393-405.         [ Links ]

22. Robles Ríos P, Lara Martínez F. Evaluación del Servicio de Ayuda a Domicilio en Alcorcón: diagnóstico para la mejora de la calidad del servicio. Cuadernos de Trabajo Social 2009; 22: 259-276.         [ Links ]

23. Feliciano Villar F, Triadó C, Solé Resano C, Osuna MJ. Bienestar, adaptación y envejecimiento: cuando la estabilidad significa cambio. Rev Mult Gerontol 2003;13(3):152-162.         [ Links ]

24. Fundación AgeingLab. Envejecimiento Digno y Positivo. Modelo EDP. Jaén: Fundación AgeingLab, 2016.         [ Links ]

 

 

Dirección para correspondencia:
María Luisa Grande Gascón.
Universidad de Jaén.
Campus Las Lagunillas s/n.
Edificio B-3. Despacho 227.
23071 Jaén, España.
mlgrande@ujaen.es

Manuscrito recibido el 28.11.2016
Manuscrito aceptado el 20.2.2017

Creative Commons License All the contents of this journal, except where otherwise noted, is licensed under a Creative Commons Attribution License