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Gerokomos

Print version ISSN 1134-928X

Gerokomos vol.32 n.4 Barcelona Dec. 2021  Epub Jan 17, 2022

 

EDITORIAL

Un encuentro en carne mortal. Crónica de una cita en Toledo

A presential encounter. Chronicle of an appointment in Toledo

J Javier Soldevilla Agreda1  2 

1Director del GNEAUPP

2Director de Gerokomos

La terrible pandemia que nos sigue asolando e hiriendo en la piel y en el alma nos ha llevado a aparcar citas, a convertirlas en episodios retransmitidos -¡gracias tecnologías liberadoras!- y algunos esperanzados, a aplazar y aplazar esos encuentros, en carne mortal, a un periodo de mayor “violencia”, porque necesitábamos de una reunión, de un encuentro, de un cara a cara, de un abrazo todo lo próximo y rompe-huesos que nos permitiera la seguridad, de un acercamiento que de ningún modo brinda ese ordenador por lo nítido y grande que sea su monitor.

El aliento del otro, de tu compañero, la charla en el pasillo, el escenario y el aula, el café y el taller, el cóctel y la defensa de tu comunicación, el paso rápido de tu trabajo de meses proyectado en un monitor y el comentario del que contigo lo miraba, el de una cena entrañable, el de una clausura que parecía un acto que no queríamos terminara, como todo, por si esta vivencia de tres días había sido, embriagada por el mismo caos de estos meses, solo una alucinación y habríamos de despertar otra vez encerrados, alejados, consumidos por el no poder compartir como antes, como queremos, como necesitamos.

Toledo, y este encuentro (XIII Simposio Nacional sobre Úlceras por Presión y Heridas Crónicas) no ha sido un espejismo, ha sido vivido hace pocos días, en cuerpo y alma, por centenares de nosotros y visto por otros en remoto.

Han sido días de discusión sin rictus, de ojos rasgados por la emoción o desacostumbrados ante la última novedad que veo y no me cuentan, de salas refrescadas por una oleada de profesionales jóvenes que lo inundaban todo, de una rica y jovial exposición comercial con lo último y lo pretérito, espacios de cordialidad sin precedentes, y creo, todo salpimentado por un deseo de estar a gusto, de perdonar los fallos, de embeberse en lo desarrollado en este tiempo de recogimiento, de compartir con casi setecientas comunicaciones de calidad, de fundirse en esa aleación que siempre reconocemos para nuestras “quedadas” de Ciencia y de convivencia.

Tiempo de compartir sobre pacientes con heridas, de tratar con novedades que buscan ayudar a solventar heridas, de embeberte de conocimientos para prevenir heridas, de arrinconar heridas del alma y ayudar a cicatrizarlas con este bálsamo, porque bálsamo ha sido este reencuentro en la ciudad de las Tres Culturas que ha querido premiarnos con ese reconstituyente mixtura de gotas del Santo Grial, del fuego y el agua, símbolo alquímico de la Estrella de David y métodos e instrumentos de la mano de Abulcasis o Avicena.

La mixtura de Ciencia, Arte y Encuentro humano ha vuelto a funcionar. La generosidad de los presentes ha hecho fluir horas de intensidad intelectual y de calor y cercanía, ha fundido generaciones de veteranos y noveles, ha trazado nuevas sendas por donde crecer todos en expertía pero también en bondad. Los pacientes con heridas o en riesgo deben estar de enhorabuena. Seguimos empeñados en ayudarlos de la mejor de las maneras. Hemos aguantado estoicamente estos empujones de un diminuto pero mortal virus, para seguir aprendiendo y compartiendo. Ha habido foros que apuntan claramente hacia un futuro esperanzador, evidencia encuadernada sobre nuevos o renovados aspectos envolventes de este mundo relacionado con las heridas, novedades y proyectos de la industria del sector, tan a menudo vapuleada, a la que hemos de aplaudir por su fe y su apoyo. Gracias es, sin duda, más que nunca, la palabra que ha acompañado con sinceridad, la despedida de todos, en estos grandes días.

Ojalá que este encuentro pueda ser prólogo de esa necesaria normalidad que invocamos para próximas citas científicas que, como nosotros, siguen deseosos de materializarlas en carne mortal.

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