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Revista Española de Salud Pública

On-line version ISSN 2173-9110Print version ISSN 1135-5727

Rev. Esp. Salud Publica vol.89 n.6 Madrid Nov./Dec. 2015

https://dx.doi.org/10.4321/S1135-57272015000600003 

REVISIÓN SISTEMÁTICA

 

Descripción de los instrumentos de medida de la movilidad en personas mayores de 65 años. Revisión sistemática

Mobility Assessment in Elderly People. Description of Measuring Instruments for Mobility. A Review

 

 

Francisco Javier Rubio Castañeda (1), Concepción Tomás Aznar (1), Carmen Muro Baquero (1) y Johanna Chico Guerra (2)

(1) Departamento de Enfermería y Fisiatría. Universidad de Zaragoza.
(2) Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza.

Dirección para correspondencia

 

 


RESUMEN

Fundamentos: Las personas mayores de 65 años son quienes presentan diferentes niveles de limitaciones funcionales. Existen múltiples instrumentos de medición de la movilidad en este grupo de edad y una falta de consenso internacional sobre cuáles son los más idóneos. El objetivo fue describir los instrumentos de medición de la movilidad en personas mayores de 65 años, determinar sus ventajas y limitaciones y comparar las características de validez de cada instrumento para poder establecer cuáles son los más válidos para este fin.
Métodos: Revisión sistemática de la bibliografía sobre instrumentos utilizados para medir la movilidad en personas mayores de 65 años publicados entre 2001 a 2013. La búsqueda se realizó en las bases de datos Pubmed y Science Direct.
Resultados: Los 34 artículos seleccionados permitieron agrupar los instrumentos en 4 grupos: agua doblemente marcada (DLW), detectores de movimiento, medidas objetivas de la movilidad y cuestionarios. Del total de artículos, 23 correspondieron a cuestionarios, 4 fueron sobre acelerómetros, 3 sobre medidas objetivas de la movilidad y 2 tanto sobre podómetros como DLW. Los otros 2 hacían referencia al análisis combinado de diferentes instrumentos.
Conclusiones: Las medidas de movilidad más precisas se obtienen evaluando datos objetivos y subjetivos. Para obtener datos objetivos se usan las medidas objetivas de la movilidad frente a podómetros y acelerómetros, mientras que los cuestionarios son utilizados para obtener datos subjetivos debido a su facilidad de uso y a los datos sociodemográficos que aportan. Entre los instrumentos, el Short Physical Performance Battery (SPPB) y el Minesotta Leisure Time resultan los instrumentos más idóneos para medir la movilidad de las personas mayores en España.

Palabras clave: Actividad física. Actividad motora. Cuestionarios. Ancianos. Validez. Fiabilidad.


ABSTRACT

Background: People over 65 are the ones who have higher levels of functional limitations. There are many instruments to measure mobility in this age range that causes a lack of international consensus on what are the most suitable for this purpose. The aim is to analyze and identify which instruments provide greater data reliability and validity in measuring mobility in elderly people.
Methods: Systematic review of the instruments used to measure mobility in people over 65 years published between 2001-2013, conducted in PubMed and Science Direct.
Results: The 34 items selected instruments were grouped into 4 categories: doubly labeled water (DLW), motion detectors, objective measures of mobility and questionnaires. We identified, 23 are questionnaires, 4 accelerometers, 3 to objective measures of mobility and 2 both pedometers as DLW. The other 2 to combined analysis of different instruments.
Conclusions: We conclude that assessing objective and subjective data obtains the most accurate measures of mobility. To obtain objective data, objective measures of mobility will be opposed to pedometers and accelerometers, while questionnaires were selected for subjective data due to its ease of use and sociodemographic data that provides. Among these instruments, the Short Physical Performance Battery (SPPB) and Minnesota Leisure Time are the most appropriate instruments to estimate the mobility of the elderly in Spain.

Key words: Physical activity. Motor Activity. Questionnaire. Elderly. Validity. Reliability.


 

Introducción

La movilidad es la habilidad para moverse, desplazarse o valerse por uno mismo dentro del hogar, el vecindario o el entorno y permite la independencia individual1. Para una correcta movilidad es imprescindible el adecuado funcionamiento de las extremidades superiores e inferiores. Cuando existen problemas de funcionalidad en cualquiera de las extremidades, la capacidad de las personas para moverse dentro de su entorno de forma autónoma e independiente queda limitada, dando lugar al desarrollo de limitaciones funcionales2, 3. Las limitaciones de la movilidad son uno de los primeros estadios del proceso de discapacidad, de hecho constituyen el componente principal de los modelos que explican la génesis de la discapacidad. En dichos modelos se considera que los problemas de la movilidad son el estado de transición entre las etapas de deficiencia y de discapacidad4-6. Cuando una persona sufre limitaciones funcionales su calidad de vida, salud física y mental y la realización de las actividades básicas e instrumentales de la vida diaria se verán afectadas, incrementándose el riesgo de discapacidades, incapacidades, institucionalización y de muerte7-9.

La incidencia y prevalencia de limitaciones funcionales está influida por la edad y por factores de tipo cognitivo, psicosocial, ambiental, físicos, financieros, de género, culturales e individuales4. En función de la edad, son las personas ≥65 años quienes presentan un mayor nivel de limitaciones funcionales10, 11, de hecho entre un tercio y la mitad de las personas mayores de 65 años perciben una pérdida de movilidad en actividades cotidianas como caminar o subir escaleras10. La mayor pérdida de movilidad se debe principalmente al proceso natural de envejecimiento que provoca pérdida de masa muscular y densidad ósea así como erosiones articulares, limitando todo ello la movilidad tanto en el hogar como en la comunidad10, 12. Además de la afectación fisiológica que la edad produce en la movilidad, los factores socioculturales y las condiciones crónicas agravan la pérdida de movilidad de las personas mayores al afectar más severamente a su movilidad, esto se debe a que son más vulnerables a los factores del medio que los rodea2.

Para detectar la pérdida de movilidad y poder prevenirla existe un elevado número de instrumentos de medida de diferente naturaleza, agua doblemente marcada (DLW), detectores de movimiento (podómetros y acelerómetros), medidas objetivas de la movilidad (funcionales) y cuestionarios. Aspectos tan diversos como el lugar de colocación (sensores de movimiento) o el tipo de variables que miden influyen en los datos de movilidad obtenidos y dificultan la obtención de los resultados válidos. Ello genera una falta de consenso internacional sobre cuál de estos instrumentos es más preciso y fiable13.

También existen discrepancias internacionales sobre la definición de movilidad. Diversos cuestionarios determinan la medida de la movilidad desde distintas perspectivas y ámbitos: gasto energético (agua doblemente marcada, acelerómetros y cuestionarios), actividad física (podómetros y cuestionarios) y medidas de movilidad funcional tanto objetivas como subjetivas. Por ejemplo, caminar, que es una de las principales formas de movilidad entre las personas mayores, informa tanto sobre movilidad como sobre actividad física (AF)1, siendo empleada tanto por cuestionarios que miden AF como movilidad. La relación entre movilidad, AF y gasto energético se puede observar en la figura 1.

 

 

El objetivo de este estudio fue describir los instrumentos de medición de la movilidad en personas mayores de 65 años, determinar sus ventajas y limitaciones y comparar las características de validez de cada instrumento para poder establecer cuáles son los más válidos para este fin.

 

Material y métodos

Diseño. Revisión sistemática de los artículos sobre instrumentos utilizados para medir la movilidad en personas mayores de 65 años. Se realizó un análisis de su validación así como de las características de cada uno de los instrumentos estudiados.

Estrategia de búsqueda. La búsqueda bibliográfica se realizó en las bases de datos Pubmed y Science Direct. La primera fase comenzó usando las palabras clave "mobility, movement, functional status, physical activity, physical function" para evaluar ampliamente todo el rango de movilidad y se cruzó con los resultados obtenidos con las palabras clave que hicieron referencia a la evaluación o análisis de la movilidad: "mobility monitoring, mobility measures, scales, geriatric assessment y assessment". A cada uno de estos grupos de palabras se les definió como B1 y B2 respectivamente. Tras esta búsqueda se obtuvieron las palabras claves que permitieron localizar los artículos sobre los instrumentos que se analizaron en este estudio: "questionnaire, self report measures, accelerometer, accelerometry, pedometer, objective measures, doble-labeled water (DLW). Dichas palabras que definimos como B3 fueron cruzadas con las de la población diana de este estudio: "geriatric, older people y elderly" que definimos como B4. Para cada una de estas búsquedas se empleó el operador OR entre todas las palabras clave de B1, B2, B3 y B4, además se truncaron todas ellas y se aplicaron los distintos filtros que ofrecieron las diferentes bases de datos. En la segunda fase de la búsqueda bibliográfica se evaluaron las características psicométricas de los instrumentos seleccionados mediante las palabras claves validity, reliability, sensibility y reproducibility. Toda la estrategia de búsqueda bibliográfica se muestra en la figura 2.

 

 

Criterios de inclusión. En la revisión se incluyeron los artículos publicados durante el periodo de 2001 a 2013, salvo para los cuestionarios, ya que el análisis de las características psicométricas de algunos de ellos dataron de fechas que excedían el límite marcado y se incluyeron desde el año 1991. Respecto a los cuestionarios, se seleccionaron solo aquellos que se desarrollaron exclusivamente para personas mayores, aunque se incluyeron cuestionarios que en un principio se adaptaron a la población general como el Minesotta leisure time y IPAQ (versión corta) y que en posteriores versiones se adaptaron a la población mayor, obteniéndose así el IPAQ-E4 y la versión corta del Minesotta leisure time que se adaptó a personas mayores españolas14.

Criterios de exclusión. Se excluyeron los cuestionarios centrados en la población general y los que valoraban la disposición al cambio de conducta porque evaluaban variables o actividades de movilidad que no fueron propias de la población mayor y que podrían influir negativamente en los resultados de movilidad en este grupo de edad. No se incluyeron subescalas o cuestionarios que forman parte de otros cuestionarios que miden constructos más complejos.

Extracción de datos de los estudios primarios. La información que se extraería de cada artículo fue consensuada por los autores durante la fase de diseño del estudio y se centró en el análisis de la fiabilidad y/o validez del instrumento utilizado. La extracción de datos fue realizada por el primer autor y revisada por el resto de autoras durante el desarrollo del trabajo. Las discrepancias detectadas se resolvieron por consenso. La hoja de extracción de datos, basada en el protocolo Cochrane15, incluyó de cada artículo revisado: instrumento de medida de la movilidad, métodos de determinación y ventajas y desventajas, tipo de actividades, aplicación y análisis de la información.

Posteriormente se realizo un análisis narrativo de la información.

1. En primer lugar se agruparon los diferentes instrumentos según el método de determinación de movilidad en personas mayores: DLW, detectores de movimiento (podómetros y acelerómetros), medidas objetivas de la movilidad (funcionales) y cuestionarios. En ellos se analizaron las medidas obtenidas en cada uno así como las ventajas y desventajas.

2. En segundo lugar se realizó un análisis de los artículos referentes a los cuestionarios, que se agruparon en tres categorías: los que midieron movilidad, los que midieron actividad física y los que midieron el gasto energético. En cada uno de ellos se describieron sus principales características y se comparó su fiabilidad y validez.

 

Resultados

El total de artículos seleccionados fueron 34, de los que 23 correspondieron exclusivamente a cuestionarios4, 8, 10, 12-14, 25, 31-34, 36-40, 42-48, 4 a acelerómetros11, 21-23, 3 a las medidas objetivas de la movilidad28-30, 2 artículos eran sobre podómetros19, 20 y 2 para DLW18, 26. Y 6 hacían referencia al análisis combinado de diferentes instrumentos16, 17, 24, 27, 35, 41.

De los 34 estudios, 19 fueron estudios transversales40, 42, 44, 46-48, 5 longitudinales29, 32, 34, 38, 45 y 10 eran revisiones bibliográficas12, 13, 18-23, 28, 43. Todos ellos incluyeron información relativa a la fiabilidad y/o validez del instrumento de medida utilizado.

En la tabla 1 se refleja una síntesis de las ventajas e inconvenientes de los instrumentos que fueron seleccionados en este artículo.

Los 2 artículos18, 26 que abordaron el agua doblemente marcada (DLW) coincidieron en señalar que este método determinó de forma exacta la energía gastada por los individuos a partir de la velocidad de producción de dióxido de carbono (CO2) que fue hallada mediante 2 isótopos estables: deuterio (2H) y oxígeno-18 (18O). La principal ventaja fue que el DLW fue el método más preciso para medir la movilidad, siendo el estándar de oro para el análisis de la validez de los instrumentos de movilidad. Sus principales limitaciones fueron el coste tan elevado de los isótopos empleados, el equipo tan especializado que precisó y además que no informaron ni del tipo ni de la duración de la movilidad evaluada12, 16, 18, 25, 26. Ello limitó el uso del DLW a muestras de pequeño tamaño.

Los artículos que estudiaron los detectores de movimiento, podómetros19, 20 y acelerómetros11, 21-23, definieron estos instrumentos como capaces de captar de diferente manera la cantidad de movimiento realizado por las personas mediante un sistema que se fija en una parte del cuerpo.

Los podómetros midieron el número de pasos dados mediante un sistema pendular pero no la intensidad de la AF27 y fueron capaces de medir dos tipos de actividad: andar y correr. Los artículos señalaron como principales ventajas que fueron unos excelentes instrumentos para medir la AF, de hecho se correlacionaron positivamente con otros instrumentos de medición de la AF, como acelerómetros, DLW donde la correlación fue moderada y con cuestionarios sobre movilidad16, 20, 27. Fueron una herramienta sencilla y fácil de usar por las personas mayores, además de no interferir en sus hábitos de vida y tener un coste muy bajo16. La gran desventaja de estos instrumentos fue su escasa precisión para captar y cuantificar la movilidad en personas que realizaron movimientos lentos o dieron pasos cortos27, como fue el caso de las personas mayores. Además, este grupo de edad tuvo una actitud sedentaria durante un gran número de horas al día, dificultándose aun más la captación de la AF y limitando por ello la validez de este instrumento de medida en las personas mayores.

Los acelerómetros miden la magnitud de los cambios de la aceleración del centro de masas del cuerpo durante el movimiento. Al medirse la aceleración se obtiene una medición más precisa de la intensidad, la frecuencia y la duración de la actividad que permitió cuantificar el movimiento de las personas y determinar el gasto energético19, 20. La medida de la AF fue realizada mediante sensores eléctricos que determinaron el movimiento en diferentes dimensiones. Los detectores de movimiento podían ser uniaxiales, biaxiales o triaxiales, siendo los acelerómetros triaxiales los que aportaron las valoraciones más precisas de la AF16, 21-23. Como ventajas, los acelerómetros son detectores de movimientos más exactos que los podómetros para evaluar la movilidad en las personas mayores16, 21, dicha afirmación fue corroborada por Gardner et al. tras obtener una alta correlación con el DLW16. Entre las limitaciones, como sucedía con el podómetro, están que los acelerómetros presentaron dificultad para detectar toda la energía realizada por las personas mayores, ya que realizan actividades de baja intensidad y actividades que implican principalmente las extremidades superiores, y permanecen largos periodos de tiempo en actitud sedentaria, disminuyendo todo ello la precisión de estos instrumentos16. Otra limitación que se planteó en este grupo de edad fueron los problemas en la comprensión del protocolo de utilización de estos instrumentos debido a sus dificultades cognitivas21.

Entre las pruebas objetivas de la movilidad se encontraron el Short Physical Performance Battery (SPPB), Sit and Stand, Time Up & Go, Gait Speed 400 meters (test 400 meters walk), Alternative Step o el Stair ascent and descent entre otros17, 28-30. La aplicación de estos instrumentos consistió en la realización, por parte de los individuos, de una serie de tareas específicas que se repitieron un número determinado de veces. Estas actividades fueron observadas por un entrevistador que realizó una evaluación objetiva de la movilidad en función del número de repeticiones o del tiempo empleado en realizarlas17, 28-30. Una de las grandes ventajas de estas pruebas fue que permitieron detectar precozmente e incluso in situ la presencia de problemas en la movilidad17, 28 y además que estos instrumentos tuvieron una adecuada precisión y fiabilidad test-retest para medir la movilidad17. Además, aportaron datos objetivos de la movilidad que fueron más precisos y más sensibles al cambio que los datos de los cuestionarios. Entre las limitaciones figuran su compleja administración, la necesidad de un entrevistador entrenado y de instalaciones adecuadas y una interpretación clínica más compleja17, 28, 29, 32. Por ello fueron escasos los estudios que emplearon este instrumento para medir la movilidad en las personas mayores. El más utilizado fue el Short Physical Performance Battery (SPPB)8, 31, validado en población española mayor de 70 años49.

Los artículos que analizaban cuestionarios de AF y movilidad fueron los más numerosos y se desarrollaron para todo tipo de grupos de edad y entornos culturales. Así Ainsworth et al12 llegaron a describir hasta 39 diferentes, de los cuales solo el Minnesota Leisure Time Physical Activity, Yale Physical Activity (YPAS) y el Modified Baecke Questionnaire fueron validados para población española12. El 30,7% de los cuestionarios encontrados midieron la movilidad de las personas mayores de 65 años, este porcentaje fue muy bajo si tenemos en consideración que las personas mayores son el grupo poblacional que más problemas de movilidad presentan14, 21.

En las tablas 2, 3 y 4 se presenta una descripción de los 15 cuestionarios de movilidad.

 

 

Según el tipo de medida se clasifican en: los que midieron propiamente movilidad son: LSA9, 35, MAT-SF31, 32, 38, ZUTPHEN 12, 40, 45, 46 (tabla 2), los que midieron actividad física IPAQ-E4, LASA PAQ12, 34, Minesotta Leisure Time12, 14, Modified Baecke12, 25, 33, 34, PASE10, 12, 16, Physical Fitness and Exercise Activity of Older Adult Scale (PFE)12, 39, RAPA12, 43, 47, TAPA44 (tabla 3), los que midieron gasto energético CHAMPS10, 12, 16, QAPSE12, 36, YPAS10, 12, 16, 37, PRISCUS-PAQ40-42 (tabla 4).

Respecto al tipo de actividades, 10/15 cuestionarios evaluaron actividades domésticas como tal, de los cuales 5 incorporaron además actividades de ocio y tiempo libre.

Según el tipo de información, los cuestionarios que midieron la movilidad propiamente dicha la evaluaron mediante preguntas sobre patrones o niveles de movilidad mientras que los que midieron AF y gasto energético lo hicieron mediante preguntas sobre la frecuencia y duración de diferentes actividades domésticas, de ocio y de ejercicio, así como mediante actividades de diferentes grados de intensidad realizadas durante el último mes o semana (excepto el Minesotta Leisure Time cuyo tiempo de recuerdo de las actividades es del último año).

Teniendo en cuenta la valoración del cuestionario, los que midieron movilidad propiamente dicha clasificaron a los sujetos en diferentes niveles y el resto (5/15) utilizaron alguna escala para clasificar a los sujetos.

El horizonte temporal o intervalo de tiempo al que hacían referencia los cuestionarios de movilidad fue muy variable, con un rango de una semana hasta un año. La recogida de información en 12 de15 de ellos fue a través de entrevista directa, la duración de la cumplimentación se situó entre los 2 a 20 minutos, el RAPA fue el de menor tiempo de administración y el YPAS el de mayor (30 minutos)12, 43, 44, 47.

Las propiedades psicométricas evaluadas en estos cuestionarios fueron la fiabilidad, la validez y la sensibilidad, cuyos resultados pueden observarse en las tablas 5, 6 y 7 en las que se agruparon también según medían la movilidad, la actividad física o el gasto energético.

Respecto a la fiabilidad, solo tres de los cuestionarios incluyeron la consistencia interna mediante la α de Cronbach (Modified Baecke, PASE y PFE), que osciló de 0,96 a 0,69, lo que mostró una buena consistencia interna. La fiabilidad a través del test-retest, se estudió en todos los cuestionarios excepto en TAPA e IPAQ-E. Los valores de sus coeficientes de Spearman oscilaron entre 0,997 p<0,0001 para QAPSE12 y de 0,556 p<0,0001 para PFE12. La fiabilidad intraobservador sólo se analizó en el cuestionario LASA-PAQ y tuvo un índice de Kappa de 0,65-0,75 p<0,0112, 34.

En relación a la validez, los cuestionarios realizaron el estudio de la validez de criterio, de constructo o de ambas. Todos los cuestionarios, excepto el TAPA y el PRISCUS-PAQ, estudiaron la validez de constructo, mientras que la validez de criterio se realizó para todos los cuestionarios excepto LSA, MAT-SF y PFE. Además, existieron discrepancias sobre los instrumentos usados para establecer una u otra validez, por ejemplo, los podómetros fueron usados para establecer ambos tipos de validez. En relación a los instrumentos empleados para establecer la validez de criterio solo en uno de los cuestionarios que medían movilidad fue realizada esta medición mediante el DLW, mientras que tanto en los que medían actividad física como en los que medían gasto energético fueron empleados diversos métodos para establecer dicha validez como detectores de movimiento, DLW, VO2max y los cuestionarios YPAS, PASE y CHAMPS. El estándar de oro (DLW) fue usado para validar el QAPSE, Zutphen y Minesotta Leisure Time. Sin embargo, existieron discrepancias entre la validez de criterio de algunos cuestionarios (YPAS, PASE y el Modified Baecke) con el DLW algunos artículos estipularon que no existía correlación12 pero otros decían que dicha correlación es moderada16, 33.

La validez de constructo de los cuestionarios que midieron movilidad y actividad física se realizó principalmente con pruebas del desempeño EPESE (especialmente el SPPB en los cuestionarios que medían movilidad) y con detectores de movimiento. En cambio en los cuestionarios que medían gasto energético se empleó principalmente la ingesta calórica y el gasto energético diario o semanal para establecer dicha validez.

Solamente el CHAMPS, PASE e YPAS realizaron estudio de sensibilidad. El cuestionario CHAMPS demostró tener una buena sensibilidad al cambio después de 6 y 12 meses de programas de promoción de la AF y de resistencia y fortalecimiento en personas mayores. El YPAS demostró sensibilidad al cambio en estudios de 12 semanas y de 3 meses de duración10, 12. Y el PASE presentó sensibilidad al cambio en un estudio piloto de 6 semanas de duración10, 12.

 

Discusión

A través del análisis de los artículos seleccionados se pone de manifiesto que el método del agua doblemente marcada (DLW) es el más fiable y preciso para estudiar la movilidad, a través de la determinación de la energía gastada en la AF realizada, por ello se utiliza como estándar de oro para la validación de otros instrumentos12, 16, 18, 25, 26.

Entre los detectores de movimiento, podómetros y acelerómetros, son los acelerómetros el método más preciso para cuantificar la movilidad en las personas mayores a través de la energía gastada en los movimientos realizados16, 19-21. Esta afirmación es corroborada por Gardner et al tras obtener una alta correlación con el DLW16. Sin embargo, los podómetros son más fáciles de usar y de colocar y, por lo tanto, presentan menos dificultades a la hora de seguir el protocolo de uso por parte de las personas mayores. Ambos instrumentos tienen dos problemas en común para captar la movilidad en las personas mayores, el primero es la dificultad que presentan para captar movimientos lentos o actividades de baja intensidad y el segundo es la falta de consenso existente sobre la localización idónea de ambos instrumentos, el lugar de colocación de ambos es la cintura16 pero dificulta la captación de los movimientos en las extremidades superiores. Para tratar de solventar ambos problemas varios autores proponen el uso de localizaciones alternativas como el tobillo en el caso de los podómetros48 o el uso en muñeca o tobillo en los acelerómetros combinado con un acelerómetro en cintura21.

Existen acelerómetros o podómetros más adecuados para medir la movilidad en las personas mayores que otros. Así el The Step Watch es un podómetro más efectivo para medir la movilidad en las personas mayores que el más usado en la mayoría de los estudios que es el Yamax19, 48, y entre los acelerómetros los más usados son el Catrac, Tritac y CSA16, 21. Sin embargo el Caltrac es un acelerómetro poco apropiado para determinar la energía gastada en individuos mayores, ya que la subestima en un 50-55% respecto del método de agua doblemente marcada16. En cuanto a su uso, los podómetros son los detectores de movimiento más empleados en las personas mayores debido a su fácil uso y al precio elevado y a la mayor complejidad de uso de los acelerómetros21. Esta afirmación se sustenta en dos revisiones sobre acelerómetros y podómetros encontrados, en la que 28 artículos miden la movilidad de las personas mayores con podómetro19 y solo 10 lo hacen con acelerómetros22. Además, los estudios consultados muestran que los tamaños muestrales empleados en los estudios con acelerómetros son muy reducidos, limitando la validez externa de dichos instrumentos22, 23. En cambio su uso está más extendido para la validación de cuestionarios de movilidad.

Las medidas objetivas de la movilidad aportan datos objetivos más precisos y fiables para la medición de la movilidad de las personas mayores que los cuestionarios, además detectan in situ o precozmente alteraciones en la movilidad, permitiendo amortiguar el impacto de dichas limitaciones en la salud. Estos instrumentos de medición se desarrollan como respuesta a la falta de precisión de las medidas autocumplimentadas o cuestionarios28, además precisan de muy poco tiempo para su realización y tienen un lenguaje limitado y sencillo que permite su adaptación a diversos entornos culturales17, 28. Las limitaciones de estos instrumentos se refieren más a la necesidad de un equipamiento específico, un espacio adecuado para la realización de las pruebas y la imposibilidad de utilizarlos en personas con discapacidades severas o con determinadas enfermedades que a los problemas económicos que ocasiona su utilización. Sin embargo, son pocos los estudios que usan este instrumento de manera individual para medir la movilidad en las personas mayores, lo que se debe a que el mayor número de autores entiende que actividades como caminar suponen un mayor constructo de la movilidad que el desarrollo de una batería de actividades17. A pesar de estos datos, las pruebas objetivas como el SPPB o 400 meters test son de las más empleadas y recomendadas por los investigadores29, 31, 50, además de utilizarse en varios estudios epidemiológicos en personas mayores, estudios EPESE y el Health ABC respectivamente28, y en el caso del SPPB alcanzando los estándares de calidad recomendados dos de los tres tests y solo moderado el test del equilibrio49. Por lo tanto, estos instrumentos son unas herramientas adecuadas para medir la movilidad en personas mayores por la objetividad y rapidez de sus resultados, la facilidad de adaptación a distintos entornos culturales, la escasa duración de la prueba y la posibilidad de realizarla en muestras de población grandes debido al bajo coste económico. Todo ello compensa el mayor equipamiento y entrenamiento necesarios para su realización.

Los cuestionarios son los instrumentos más utilizados en la medición de la movilidad y de la AF, debido a su facilidad de uso y de administración, a que no requieren de un equipamiento especial y a su buena relación coste-beneficio16. Además, la información que se obtiene con ellos, aunque indirecta, es de gran relevancia y utilidad16. Sin embargo, aportan datos subjetivos cuya precisión es menor que la de otros métodos debido a que están centrados en percepciones subjetivas de los individuos, están influenciados por problemas cognitivos y de memoria, su comprensión depende del nivel educativo y porque las personas encuestadas tienden a responder lo socialmente correcto16, 17. Debido a estos problemas, algunos autores como Garatachea N et al16 aseguran que los peores niveles de movilidad de las personas mayores pueden deberse a mediciones poco precisas de los cuestionarios en este grupo de edad. Es cierto que esos problemas influyen en la realización de los cuestionarios por parte de las personas mayores, pero la presencia de un entrevistador entrenado debería mitigar parcialmente este efecto. Además, los malos resultados obtenidos reflejan el efecto que tienen las variables cognitivas y educativas en la movilidad de las personas mayores y no la mayor o menor precisión de los instrumentos de medida de la movilidad.

La comparación de todos los instrumentos de medida de movilidad identificados y de sus ventajas y limitaciones muestra que:

- Respecto a la utilización, los cuestionarios, podómetros y pruebas objetivas de la movilidad son los instrumentos más empleados para medir la movilidad en las personas mayores. Así, en la revisión de de Jane Chung et al17 se encuentra que de los 103 artículos consultados, 68 son para cuestionarios y 17 para las pruebas objetivas. En relación a los podómetros, hallamos un total de 28 artículos que estudian la movilidad en 4.441 personas mayores19. En cambio, el número de artículos que usan el DLW y los acelerómetros son 21826 y 411, 21-23 respectivamente. Además, aunque los cuestionarios y los podómetros son instrumentos menos precisos que las pruebas objetivas y los acelerómetros, son las más usadas por su sencillez, precio y fácil uso por las personas mayores. Pruebas más precisas como el acelerómetro carecen de una adecuada adaptación a esta población.

- La elección de los instrumentos más idóneos en los estudios revisados se basa en el objetivo a alcanzar, así como en las características de la población estudiada17, 28. Las alteraciones cognitivas pueden influir en los resultados, el efecto de estos problemas se amortiguaría con la presencia de una persona entrenada para realizar la entrevista. En cuanto al objetivo, las investigaciones buscan obtener información que englobe todos los aspectos de las personas, por ello es importante obtener tanto datos subjetivos basados en las percepciones como datos objetivos mediante los acelerómetros o por las medidas objetivas de la movilidad.

Una de las limitaciones de este trabajo es que no se realizó un análisis de la calidad de los artículos incluidos en la revisión y que en la extracción de datos, aunque fue consensuada por los autores, no se realizó un análisis por pares.

A partir del análisis expuesto, proponemos para la medida de la movilidad en las personas mayores el uso mixto de instrumentos objetivos y subjetivos, de hecho, varios estudios emplean el uso combinado de ambos métodos para medir la movilidad en las personas mayores17.

Ésta propuesta se realiza tras analizar que los acelerómetros son poco usados en las personas mayores y que la información aportada por los podómetros es escasa y carente de relevancia. En cambio, las medidas objetivas nos aportan datos objetivos casi instantáneos de la movilidad de las personas mayores, que permiten detectar precozmente niveles de limitación de movilidad mientras que la elección de los cuestionarios se debe a su facilidad de uso, a su bajo coste y a los valiosos datos aportados sobre movilidad y factores sociodemográficos. Estos últimos son esenciales para comprender los múltiples factores que afectan a la movilidad de las personas mayores. Además, ambas pruebas las puede realizar un entrevistador entrenado, lo que amortigua el efecto de los problemas cognitivos y educativos en los resultados de movilidad.

Los instrumentos de medición seleccionados para las medidas objetivas es el SPPB debido a que es un test más completo y posee mejores características psicométricas y respecto a los cuestionarios, la versión corta del Minnesota Leisure Time Physical Activity es la que posee mayor fiabilidad test-rest, además de tener la mejor validez de criterio de los tres cuestionarios validados en población española.

 

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Dirección para correspondencia:
Francisco Javier Rubio Castañeda
Dirección: Avenida Cardenal Cisneros N.o 18, 1.o C
34004 Palencia
Correo electrónico: fjrubio.due@gmail.com

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