INTRODUCCIÓN
Un motivo de consulta habitual en Pediatría, principalmente en Atención Primaria, es el dolor abdominal crónico, definido como dolor abdominal constante o intermitente en forma de episodios repetidos durante al menos dos meses. El dolor abdominal crónico afecta a un 10-19% de los niños en algún momento de su infancia. Se debe recordar que en su manejo es clave distinguir si el origen es orgánico o funcional. Por ese motivo, desde Atención Primaria es fundamental realizar una correcta historia clínica y una exploración física completa que orienten el diagnóstico. En caso de encontrar signos o síntomas de alarma, se realizarán las pruebas complementarias indicadas.
RESUMEN DEL CASO
Se presenta un paciente de cinco años con febrícula intermitente desde hace tres meses y dolor abdominal ocasional en el flanco izquierdo, sin relación con la ingesta y que le ha despertado alguna noche. En el último mes el dolor se ha vuelto más continuo e intenso y el paciente ha perdido un kilogramo. Además, en el último mes refiere falta de apetito y dolor en las extremidades inferiores.
Había consultado previamente por este motivo, recibiendo tratamiento analgésico y antibiótico sin mejoría. Finalmente, es derivado al hospital de tercer nivel por la aparición de decaimiento y palidez. En la analítica sanguínea destaca una anemia microcítica con ferritina elevada, plaquetas aumentadas y velocidad de sedimentación globular de 118 mm/h.
En el hospital de tercer nivel destaca un intenso dolor abdominal y se palpa una masa en hemiabdomen derecho, sugestiva de tumoración suprarrenal derecha en la ecografía abdominal. En una resonancia magnética se confirma una masa de 11 cm de diámetro y se objetivan implantes pancreáticos y metástasis óseas. Se realiza gammagrafía con yodo-131-metayodobenzilguanidina, en la que se aprecia captación de la masa y diseminación ósea metastásica generalizada. La enolasa neuronal específica en sangre es de 682,4 ng/ml (normal <15) con elevación de catecolaminas en orina. La biopsia confirma el diagnóstico de neuroblastoma suprarrenal derecho con infiltración de médula ósea.
CONCLUSIONES Y COMENTARIOS
El pediatra de Atención Primaria suele ser el primero en valorar a un niño con dolor abdominal crónico. Es fundamental diferenciar una posible causa orgánica del dolor, por lo que se deben buscar signos o síntomas de alarma durante la evolución que guíen la sospecha diagnóstica. La aparición de estos signos o síntomas de alarma, como pérdida ponderal, astenia, palidez, febrícula o dolor en otras localizaciones orientan hacia un origen orgánico, por lo que el abordaje debe ser individualizado.