INTRODUCCIÓN
Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son un grupo de patologías, pertenecientes a las enfermedades no transmisibles (ENT) y constituyen la principal causa de muerte en todo el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) mueren cada año 17,9 millones de personas; la cardiopatía coronaria, enfermedad cerebrovascular, enfermedad vascular periférica e insuficiencia cardíaca son algunas de las enfermedades cardiovasculares más prevalentes en la población1.
Los FRCV son considerados un problema de salud pública, debido a que se relacionan estrechamente con los hábitos pocos saludables de la población2. Entre ellos se encuentra el sedentarismo, el cual es considerado un factor de riesgo predisponente y se asocia directamente por el tiempo empleado para la inactividad física con otros factores de riesgo; sobrepeso, obesidad, hiperglucemia e hipercolesterolemia3. Dentro de los factores de riesgo prevalentes, se encuentran la alimentación, consumo de alcohol y tabaco. Se resalta que los factores de riesgo mencionados anteriormente son modificables y algunos no son modificables como lo es el sexo, la edad, la raza y los antecedentes heredofamiliares1,2.
El nivel socioeconómico muestra ser un FRCV, considerando que la inequidad social conlleva a diferencias en los estilos de vida que impactan en aspectos como el acceso a empleos, óptimos servicios sanitarios y el medio ambiente en el que se desenvuelve el individuo4. Del mismo modo, las personas con un nivel alto de escolaridad son más conscientes de las enfermedades cardiovasculares y los factores de riesgo, por esta razón minimizan el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares5. La detección precoz de los FRCV contribuye al mejoramiento integral de la población, mediante la realización de sistemas de vigilancias epidemiológicos como estrategias de intervención en la comunidad expuesta6.
Datos del Ministerio de Salud y Protección Social (MSPS) de Colombia, obtenidos por medio del Análisis de Situación de Salud indican que desde el año 2009 hasta el año 2016, se presentaron 2.188.431 de eventos cardiovasculares de los cuales el 37,13% corresponden a hombres y 62,84% a mujeres en la ciudad de Barranquilla7. Sin embargo, no existen estudios de prevalencia de FRCV en pacientes hospitalizados en la región Atlántica, por ello, en el presente estudio se determinaron los FRCV y su prevalencia en pacientes de 18 a 66 años hospitalizados, cuyos resultados permitieron caracterizar desde el punto de vista sociodemográfico la población objeto de estudio, y determinar los diferentes tipos de riesgo a través del test de Framingham y PROCAM comparando los modelos de predicción cardiovascular.
MATERIALES Y MÉTODO
Se realizó un estudio observacional con diseño transversal, la población objetivo fueron los pacientes adultos de 18 a 66 años, que ingresaron a la clínica durante los meses de enero a abril de 2019. La muestra estudiada fue de 519 pacientes los cuales aceptaron el consentimiento informado, 16 pacientes no aceptaron participar y 65 se retiraron del estudio por no poseer información en las medidas antropométricas. Criterios de inclusión: pacientes con edad entre 18 y 66 años hospitalizados en los pabellones de medicina interna con o sin diagnóstico de enfermedad cardiovascular y pacientes provenientes de unidad de cuidados intensivos (UCI) con notable mejoría. Los criterios de exclusión: pacientes hospitalizados en el pabellón de pediatría, UCIs pediátrica, cardiovascular y neurológica. Criterios de salida del estudio: pacientes sin información de medidas antropométricas y datos sociodemográficos.
Recolección y procesamiento de datos
Una vez los pacientes aceptaron participar en la investigación, se les realizó una entrevista farmacéutica de 15 preguntas (Tabla 1). A los pacientes con condición fisiopatológica estable, se les realizaron medidas en la circunferencia de cintura y cadera. Se completó la información con sus historias clínicas y el software LabCoreWeb que almacenaba los resultados de laboratorios clínicos de los pacientes
Variables estudiadas:
- FRCV sociodemográficos: edad, género, raza, nivel de estudios y situación laboral.
- FRCV conductuales: consumo de cigarrillos, alcohol, bebidas analcohólicas, frutas y verduras, comidas fritas y sedentarismo.
- FRCV antropométricos: peso, talla, IMC, perímetro de cintura (hombres 91 cm y mujeres 89 cm), índice cintura cadera (ICC) (hombres 0,95 cm y mujeres 0,80 cm).
- Antecedentes personales: dislipidemia, diabetes mellitus (DM), hipertensión arterial (HTA), enfermedad cardiovascular (infarto agudo de miocardio (IAM), accidente cerebrovascular, angina instable y paro cardiorrespiratorio) e IAM en familiares.
RESULTADOS
FRCV sociodemográficos
No existió diferencias significativas de acuerdo al género, de los 519 pacientes, 263 (50,67%) fueron hombres y 256 (49,33%) mujeres con edades promedio de 44,97 años con desviación estándar (DE) 14,24 y 42,16 años, DE 13 y 46 respectivamente. Se encontró una mayor prevalencia de HTA y DM en el género masculino, en comparación con las mujeres, contrario en la prevalencia del antecedente de dislipidemia el cual está levemente aumentado en las mujeres (Tabla 2).
La muestra estudiada se presentó con mayor predominio en las edades entre 27 y 59 años, con estudios en secundaria, un alto porcentaje de desempleados y razas mestizas, tanto en el género femenino como masculino (Tabla 3). Los antecedentes personales de DM, HTA y dislipidemia fueron más prevalentes en los pacientes con edades entre 60 y 66 años (Tabla 4). Con respecto a los FRCV conductuales como el sedentarismo se evidenció la influencia en el nivel de estudio, detectándose una mayor actividad física en los pacientes con estudios profesionales (Figura 1).
Convenciones: n: número de pacientes. %: porcentaje. DM: diabetes mellitus. HTA: hipertensión arterial
Figura 1: con respecto a los FRCV conductuales como el sedentarismo se evidenció la influencia en el nivel de estudio, detectándose una mayor actividad física en los pacientes con estudios profesionales
Factores de riesgos cardiovasculares conductuales
El consumo de cigarrillos tuvo una baja prevalencia al igual que el consumo de alcohol, no obstante el consumo de bebidas analcohólicas, el consumo de frutas y verduras y de comidas fritas, fue alta (Tabla 5). De igual modo el sedentarismo presentó una ata prevalencia (Figura 2), sin embargo, en las mujeres hubo un mayor porcentaje en este estilo de vida frente a los hombres (Figura 3).
Convenciones: n: número de pacientes. %: porcentaje. DM: diabetes mellitus. HTA: hipertensión arterial.
Figura 2: se muestra el estilo de vida sedentario en la población estudiada con una alta prevalencia en la población total.
Figura 3: de acuerdo al género se estimó en el presente estudio que las mujeres tienen mayor prevalencia 202 (78,91%) en comparación con los hombres 166 (63,12%).
Factores de riesgos cardiovasculares antropométricos
El IMC de acuerdo a la categoría de la (OMS), se encontró en promedio con sobrepeso, principalmente en las mujeres (Tabla 6). Las cuales presentaron en promedio valores más altos de perímetro de cintura e ICC, con respecto a los hombres, teniendo en cuenta los puntos de corte (Tabla 7).
Convenciones: Kg: kilogramo; m: metro; IMC: índice de masa corporal. M2: metro cuadrado. DE: desviación estándar.
Antecedentes personales
La HTA mostró mayor prevalencia, con 135 (26,01%), en la DM fue de 66 (14,64%) y los antecedentes de dislipidemia fueron de 48 (9,25%). Respecto a los antecedentes de enfermedad cardiovascular la prevalencia de los antecedentes de angina inestable 6 (1,16%); accidente cerebrovascular 6 (1,16%) y paro cardiorrespiratorio se presentó con una menor prevalencia en la población estudiada 1 (0,19%). Además se encontró un alto porcentaje de antecedente familiar de IAM con un 137 (26,40%).
Riesgo cardiovascular
La muestra estudiada se distribuyó en pacientes sin FRCV hasta los que presentaron una suma de 9 FRCV, encontrándose en su mayoría un FRCV (Tabla 8).
El riesgo cardiovascular fue establecido por medio del test de Framingham y PROCAM con diferencias en sus estimaciones (Figura 4) y en los parámetros estadísticos (Tabla 9). El riesgo cardiovascular de acuerdo a los datos obtenidos se aplicó a 20 pacientes, por poseer perfil lipídico. Con Framingham el riesgo cardiovascular se redujo a 13 (65%) de los pacientes, el riesgo moderado fue de 2 (10%); riesgo alto 4 (20%) y en el riesgo muy alto 1 (5%). Por otro lado, en PROCAM el riesgo cardiovascular se redujo a 15 (75%) de los pacientes, con riesgo moderado 2 (10%); riesgo alto 3 (15%). PROCAM no cuenta con la categoría de “muy alto”.
Figura 4: se observa el riesgo cardiovascular bajo en 13 (65%) pacientes, mientras que el riesgo moderado en 2 (10%) ; riesgo alto 4 (20%) y el riesgo muy alto 1 (5%); estos resultados según Framingham. Por otro lado en PROCAM el riesgo cardiovascular bajo se encontró en 15 (75%) pacientes, con riesgo moderado 2 (10%) y riesgo alto 3 (15%). Se resalta que PROCAM no cuenta con la categoría de “muy alto”. En la gráfica se puede observar como en los dos primeros pacientes se superpone el riesgo cardiovascular, sin embargo a medida que aumenta el riesgo se evidencia diferencia en las estimaciones.
DISCUSIÓN
Lizbeth Acuña en su informe de la situación de la enfermedad renal crónica, la HTA y la DM en Colombia 2016 del Fondo Colombiano de Enfermedades de Alto Costo identificó 398.942 personas con un promedio de edad 63,5 años (DE 12,4 años) en riesgo de desarrollar enfermedad renal crónica (ERC), HTA y DM concomitantemente. La mayoría de los pacientes fueron mujeres con un 61,1%, determinaron que, por cada 100 personas el riesgo de desarrollar ERC con HTA y DM, fue de 11 mujeres y 7 hombres8, contrario a los resultados obtenidos en esta investigación, al ser los hombres los prevalentes.
Con respecto al grupo etario Ortiz-Benavides et al.9 determinó que los grupos etarios más prevalentes de HTA fueron los menores de 40 años con 44,7%, seguido del grupo de 40 a 59 años (39,0%) y 60 años o más con 16,4%.
B. Pérez Hernández et al.10, encontró que las personas con estudios universitarios fueron el 18,8% con un mayor porcentaje en la población universitaria masculina con un 25,5%, y las mujeres el 12,9%; en estudios de primaria la población fue de 58,0%; hombres 47,4% y mujeres 67,3%; secundaria fue de 23,3%; hombres 27,1% y mujeres 19,8%. Esta investigación nuestra una población con mejor nivel de escolaridad con relación a la educación en primaria y secundaria. No obstante, en los estudios universitarios se redujo el porcentaje de pacientes con respecto a la investigación precitada, no obstante las mujeres presentan un mayor porcentaje de profesionales versus hombres.
En cuanto a la raza al igual que el estudio realizado en Brasil por Martínez Martin et al.11 donde predominó la raza mestiza o mulata con 112 pacientes (51,3%) seguida de la raza negra con un 35,7%. Esta investigación muestra la raza mestiza como el grupo predominante de raza seguida de la población blanca.
Araujo González et al.12 identificaron y diferenciaron los determinantes sociodemográficos que pueden constituir riesgo para desarrollar enfermedades cardiovasculares, los cuales son los factores individuales y grupales. Destacándose entre los factores grupales la posición socioeconómica de estrato bajo, apoyo social, el sometimiento a condiciones de exclusión social e inequidad, el rol laboral y las circunstancias económicas y sociales generadoras de estrés4. Larrinaga Sandrino et al.13 de 63 pacientes que asistieron a un instituto de cardiología en La Habana, Cuba, encontró que los empleados fueron el 44,4%; los independientes 7,9% y jubilados 31,8%. En comparación con esta investigación, la población estudiada presentó un alto porcentaje de desempleo en ambos géneros, evidenciándose una inequidad social, la cual está marcada por la falta de empleo en la población, lo que conlleva a los diferentes estilos de vida.
Martínez Cristina, et al.14 en su metaanálisis de encuestas transversales realizadas en 45 hospitales miembros de la Red Catalana, España, estimó una prevalencia global en consumo de tabaco de 28,1% de los trabajadores de los hospitales. En el estudio de Saavedra Soler15 realizado en una clínica psiquiátrica de España, indicó que la prevalencia en pacientes hospitalizados en el área externa fue de 57,1% y resultando superior con respecto a la población general española, de 23,1%. El presente estudio muestra, un consumo de tabaco con baja prevalencia, probablemente por el esfuerzo del MSPS de Colombia junto con la OMS en el Convenio del Tratado Internacional (Marco para el Control del Tabaco)16 y la implementación de la Ley colombiana 1335 de 2009 que busca prevenir daños a la salud de los menores de edad, la población no fumadora y se estipulan políticas públicas para la prevención del consumo del tabaco y el abandono de la dependencia del tabaco del fumador y sus derivados en la población colombiana.
Guido Espinoza et al.17 en 39 pacientes presentaron una prevalencia de consumo de alcohol en un 15,3% en su mayoría hombres. Mendinueta Martínez M et al.18en 111 trabajadores de una empresa productora de grasas y aceites vegetales encontraron que el 64,6% consumían alcohol, valores altos en comparación con la prevalencia en el consumo de alcohol de esta investigación.
Querales Carrasquel, et al.19en Venezuela, estudió el nivel de conocimiento sobre FRCV, evaluando a 205 pacientes con edades entre 18 y 77 años, el 14,7% de los encuestados identificaron algunos de los once factores de riesgo estudiados, como la grasa en la dieta (53,7%), seguido del hábito tabáquico (49,3%), consumo excesivo de alcohol (46,3%), estrés (45,4%) y el consumo de proteínas (32,7%) como alimentos y hábitos que pueden estar relacionados con la ECV. Por otra parte, los vegetales (61,2%) y frutas (51,0%) fueron reconocidos como alimentos que pueden prevenir dichas enfermedades. El estudio realizado por Gros Alcalde20 en una población de 973 personas a quienes se les aplicó una encuesta, se determinó que 684 (70,3%) de ellos consumían frutas y verduras. Esta investigación muestra un consumo de frutas, verduras, grasas y bebidas analcohólicas con una alta prevalencia, presentando un comportamiento ambivalente en el riesgo y prevención.
El estudio de Abasto Gonzales et al.21estimó que el 66,7% fueron sedentarios. Almonacid Urrego22 en una población de 747 estudiantes con edades entre 16 y 29 años en la ciudad de Bogotá (Colombia), un sedentarismo del 63,8%. Ambos estudios reportaron porcentajes similares a los obtenidos en esta investigación. De acuerdo al género se estimó en el presente estudio que las mujeres tienen mayor prevalencia en comparación con los hombres, esto se debe porque en su mayoría son amas de casa, como concluye Barreiro Zambrano23.
Alvarado Sánchez et al.24 en una población de 400 personas su IMC promedio fue 27 Kg/m2; en hombres 27 Kg/m2 y mujeres 27,3 Kg/m2, al igual que el estudio como el de Alvarado, las mujeres poseen un IMC mayor de la media poblacional y que los hombres.
Morales Gladys25 encontró un perímetro de cintura en la población general de 81,3 cm (mujeres 78,2 cm y hombres de 84,3 cm). Richard Buendía et al.26 realizó un estudio para determinar los puntos de corte de perímetro de cintura y así definir la obesidad abdominal en una población colombiana, de 501 pacientes; el 62,87% eran mujeres con un perímetro de cintura de 87 cm y los hombres eran el 37,13% con 92 cm. Los puntos de cortes propuestos fueron para hombres y mujeres de 91 y 89 cm respectivamente. Por lo que se concluye, que las mujeres en esta investigación muestran un promedio con valores superiores de los puntos de corte.
La HTA mostró mayor prevalencia en la población de estudio, seguido de la DM y por último la dislipidemia en comparación con el estudio de Vera Remartinez27 que en su estudio muestra una prevalencia de HTA de 15,1%; DM 2,0% y dislipidemia 21,5%; Campos Nonato et al.28la prevalencia de hipertensión arterial en los 8.352 adultos mexicanos que participaron en el estudio Ensanut MC 2016 fue de 25,5% (25,1% en mujeres y 24,9% en hombres). En cuanto a la dislipidemia en el estudio de Gros Alcalde20 sólo 29 alumnos referían antecedente personales de dislipemia.
José Luis Bernal et al.29 encontró una prevalencia alta del IAM, en un 71,09% en una población de 2.557 pacientes. Como se evidencia el IAM es el evento cardiovascular más prevalente tanto en el estudio citado, al igual que en la presente investigación.
La prevención de las enfermedades cardiovasculares es crucial en la práctica médica, por el contrario hay diferentes predictores de riesgo cardiovascular de los cuales es difícil decidir cuál aplicar. Esta investigación comparó los resultados obtenidos en cada uno de ellos sin calificar cuál es mejor, no obstante Muñoz M et al.30 evaluó si las funciones de Framingham y PROCAM son aplicables a Colombia y concluyó que Framingham sobreestima el riesgo, mientras que PROCAM, ajustado por sexo, estima mejor el riesgo para Colombia, debido a que tuvo una mejor calibración, sin embargo la investigación citada presenta importantes sesgos, como no contar con una muestra de suficientes personas en el nivel de riesgo alto, además de aplicar el estudio en una clínica militar, de los cuales la mayoría de los pacientes eran activos y otros inactivos en la fuerza militar, es decir hacían constantemente actividad física.
CONCLUSIONES
El estilo de vida sedentario se presentó en un alto porcentaje, sobre todo en mujeres, lo que se relaciona con su IMC, y además se encuentra marcado por el nivel de estudio, los pacientes con niveles de estudio profesional son los que más hacen ejercicio, en el resto de niveles predomina el estilo de vida sedentario. Se encontró un alto porcentaje de desempleo, principalmente en el género femenino. El consumo de alcohol y cigarrillos mostró una baja prevalencia. La población estudiada estuvo distribuida entre los pacientes que no presentaron FRCV hasta los que presentaron una suma de 9 FRCV; en los estimadores de RCV la muestra seleccionada fue pequeña, no obstante el coeficiente de Spearman indica que hay una alta relación entre ambos predictores, es decir que ambos estiman bien el riesgo cardiovascular.