Introducción
La carrera de medicina consiste en un programa de formación general que prepara al estudiante para las distintas áreas de la práctica médica, mientras que los estudios de posgrado forman a los médicos en un área específica. La especialidad es la transición de ese relativamente indiferenciado grado de médico general hacia el totalmente diferenciado de especialista, el cual está casi restringido a un área específica de la práctica en la medicina [1].
La elección de la especialidad médica es una importante y compleja decisión para el estudiante de medicina, la cual no sólo tiene implicaciones en su futura vida profesional, sino también en el sistema sanitario y en la salud de la comunidad [2]. Por lo tanto, identificar los factores que influyen en la elección de los estudiantes por una especialidad permitirá entender la falta o exceso de médicos en determinadas áreas y contribuir a la creación de políticas para mejorar el entrenamiento y reclutamiento de estudiantes en el futuro según las necesidades sanitarias [3]. Durante las últimas décadas se han analizado las prevalencias de las especialidades que eligen los médicos graduados, al igual que los factores que influyen en esta decisión tan importante [4].
Varios estudios muestran diferencias entre hombres y mujeres en el momento de sus preferencias de especialidad. Su elección parece diferir teniendo en cuenta factores como la calidad de vida ofrecida por cada especialidad y las características del trabajo que se va a realizar, ya sea clínico o quirúrgico [5]. En Venezuela existen 351 cursos de especialización, maestría y doctorado en las distintas facultades de medicina, lo que hace propicio entender las características actuales de los estudiantes que aspiran a estos cursos [6], especialmente en una situación del país que ha motivado la emigración de muchos profesionales de la salud [7].
En el presente estudio analizamos la preferencia de especialidad médica en estudiantes del undécimo semestre de medicina de la Universidad de Oriente, núcleo Bolívar, y su relación con el sexo y la percepción de la calidad de vida ofrecida.
Sujetos y métodos
Se realizó un estudio en el mes de febrero de 2020 en la escuela de ciencias de la salud Doctor Francisco Battistini Casalta de la Universidad de Oriente, núcleo Bolívar, en 120 estudiantes del pregrado de medicina que cursaban el undécimo semestre del período académico 2-2019, meses antes del inicio de su internado rotatorio de pregrado. Se aplicó, previo consentimiento informado, un cuestionario donde se recogieron datos como sexo, intención de realizar alguna especialidad y preferencia de elección de especialidad médica en caso de presentarse al concurso de posgrado; de igual forma, se pidió que eligiesen las tres especialidades que considerasen que tienen una mejor calidad de vida y las tres que considerasen que tienen una peor calidad de vida, según los criterios de carga de trabajo, flexibilidad de horario y carga de estrés.
Las variables se expresaron en valores absolutos o porcentajes según correspondiera el caso. Se utilizó la prueba de chi cuadrado de Pearson para comparar las diferencias entre cada sexo en el momento de elegir la especialidad. Los valores p < 0,05 se consideraron estadísticamente significantes. Los datos se analizaron mediante Microsoft Excel 2010 y el programa estadístico SPSS v. 25.
Resultados
Respondieron 120 alumnos pertenecientes al undécimo semestre de la carrera, de los cuales 83 (69%) eran del sexo femenino y 37 (31%) del masculino.
En la tabla I se enumeran las especialidades preferidas de los encuestados, y las más elegidas fueron pediatría, cirugía general y cirugía plástica. En la misma tabla aparece la elección clasificada por sexo; las principales elecciones femeninas fueron pediatría, ginecología y obstetricia, y cirugía general, mientras que los encuestados de sexo masculino se inclinaron por ramas quirúrgicas, como cirugía general, cirugía plástica, traumatología y ortopedia, y neurocirugía. No se observó una diferencia estadística significativa según el sexo en la elección de ninguna especialidad (p > 0,05); sin embargo, se observó una tendencia de preferencia femenina por pediatría: la eligieron el 19,28% (n = 16) de las mujeres frente al 5,41% (n = 2) de los hombres (p = 0,07); y, en el caso masculino, por la cirugía plástica: el 18,92% (n = 7) de los hombres frente al 7,23% (n = 6) de las mujeres (p = 0,072).
Total(n = 120) | Mujeres (n = 83) | Hombres (n = 37) | P | ||||
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n | % | n | % | n | % | ||
Pediatría | 18 | 15 | 16 | 19,28 | 2 | 5,41 | 0,070 |
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Cirugía general | 16 | 13 | 9 | 10,84 | 7 | 18,92 | 0,263 |
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Cirugía plástica | 13 | 11 | 6 | 7,23 | 7 | 18,92 | 0,072 |
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Ginecología y obstetricia | 12 | 10 | 11 | 13,25 | 1 | 2,7 | 0,091 |
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Traumatología y ortopedia | 12 | 10 | 6 | 7,23 | 6 | 16,22 | 0,150 |
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Medicina interna | 6 | 5 | 4 | 4,82 | 2 | 5,41 | 0,894 |
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Cardiología | 6 | 5 | 4 | 4,82 | 2 | 5,41 | 0,894 |
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Dermatología | 6 | 5 | 5 | 6,02 | 0 | - | 0,135 |
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Neurocirugía | 5 | 4,16 | 2 | 2,41 | 3 | 8,11 | 0,157 |
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Urología | 4 | 3,33 | 3 | 3,61 | 1 | 2,7 | 0,800 |
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Anestesiología | 3 | 2,5 | 3 | 3,61 | 0 | - | 0,247 |
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Gastroenterología | 3 | 2,5 | 1 | 1,2 | 2 | 5,41 | 0,178 |
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Endocrinología | 2 | 1,67 | 3 | 3,61 | 0 | - | 0,247 |
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Nefrología | 2 | 1,67 | 2 | 2,41 | 0 | - | 0,345 |
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Neurología | 2 | 1,67 | 2 | 2,41 | 0 | - | 0,345 |
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Infectología | 1 | 0,83 | 0 | - | 1 | 2,7 | 0,134 |
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Alergología | 1 | 0,83 | 1 | 1,2 | 0 | - | 0,504 |
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Medicina del deporte | 1 | 0,83 | 0 | - | 1 | 2,7 | 0,134 |
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Medicina física y de rehabilitación | 1 | 0,83 | 1 | 1,2 | 0 | - | 0,504 |
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Neumología | 1 | 0,83 | 1 | 1,2 | 0 | - | 0,504 |
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Nutrición | 1 | 0,83 | 1 | 1,2 | 0 | - | 0,504 |
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Oftalmología | 1 | 0,83 | 1 | 1,2 | 0 | - | 0,504 |
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Psiquiatría | 1 | 0,83 | 1 | 1,2 | 0 | - | 0,504 |
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Cirugía bariátrica | 1 | 0,83 | 0 | - | 1 | 2,7 | 0,134 |
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Cirugía torácica | 1 | 0,83 | 0 | - | 1 | 2,7 | 0,134 |
Al procesar las respuestas según el tipo de labor ejercida en cada especialidad, en general, los estudiantes prefirieron las especialidades quirúrgicas sobre las descritas como clínicas. Hubo diferencia estadística significativa según el sexo: las estudiantes femeninas prefirieron las clínicas por encima de las quirúrgicas, mientras que los estudiantes masculinos eligieron las quirúrgicas por encima de las clínicas (p < 0,05). La mencionada información está plasmada en la tabla II.
General (n = 120) | Mujeres (n = 83) | Hombres (n = 37) | P | ||||
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n | % | n | % | n | % | ||
Quirúrgicas | 64 | 53 | 37 | 45 | 27 | 73 | 0,049 |
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Clínicas | 56 | 47 | 46 | 55 | 10 | 27 | 0,035 |
Al preguntar sobre las tres especialidades que según su percepción brindarían una mejor calidad de vida, las más seleccionadas fueron: dermatología, 69 (19,2%); anestesiología, 37 (10,3%); medicina familiar y comunitaria, 33 (9,2%); medicina del deporte, 31 (8,6%); genética, 16 (4,4%); nutrición, 16 (4,4%); oftalmología, 14 (3,9%); radiología, 13 (3,6%); alergología, 11 (3,1%); cirugía plástica, 10 (2,8%); endocrinología, 10 (2,8%); neurología, 9 (2,5%); y psiquiatría, 9 (2,5%).
En el caso de las tres especialidades que según su percepción ofrecerían una peor calidad de vida, resultaron elegidas: cirugía general, 60 (16,7%); ginecología y obstetricia, 53 (14,7%); medicina interna, 48 (13,3%); medicina de urgencias, 45 (12,5%); medicina intensiva, 24 (6,7%); pediatría, 17 (4,7%); traumatología y ortopedia, 12 (3,3%); oncología médica, 10 (2,8%); anatomía patológica, 9 (2,5%); anestesiología, 9 (2,5%); y psiquiatría, 9 (2,5%).
Discusión
El estudio mostró una diferencia en proporción de mujeres frente a hombres, en la que observamos que la carrera de medicina actualmente la estudian predominantemente mujeres, en una proporción aproximada de siete estudiantes femeninas por cada tres estudiantes masculinos, lo que concuerda con datos recopilados en Europa y Argentina, donde se ve una distribución similar [8].
No se evidenció una relación estadística entre alguna especialidad elegida y el sexo, lo cual podría deberse a una baja potencia de la muestra estudiada y puede considerarse una limitación de la investigación. Sin embargo, entre las especialidades que más se acercaron al valor p < 0,05 y mostraron cierta relación se encuentran pediatría, con un porcentaje de elección alto por parte de las mujeres (19%) comparado con el de los hombres (5%); lo mismo sucede con ginecología y obstetricia, que la eligieron el 13% de las mujeres frente al 3% de los hombres, por lo que se deduce que ambas son las especialidades preferidas por las mujeres.
En el caso masculino, la más influida según el sexo fue cirugía plástica, elegida por el 18,92% frente al 7,23% de las mujeres. También resalta la predilección de los varones por otras especialidades quirúrgicas, como traumatología y ortopedia, cirugía bariátrica y cirugía torácica.
En el momento de elegir especialidad según el tipo de labor realizada, de forma general se mostró que las preferencias fueron un 53% quirúrgicas y un 47% clínicas, por lo que estas cifras contrastan levemente con los datos obtenidos por Silva, quien informa de que en Venezuela se promedia la elección de especialidades quirúrgicas en un 57,4% y de especialidades clínicas en un 42,6% [9]. Esto puede deberse a factores idiosincrásicos de la muestra estudiada o a la feminización de la carrera.
Existe una predilección en los alumnos masculinos por las especialidades quirúrgicas, que ocupan el 73% de sus elecciones, en concordancia con el patrón de preferencia de este sexo por el quirófano señalado en otros estudios [10], mientras que las mujeres presentan un mayor equilibrio, con una leve preferencia por especialidades médicas (el 55% eligió las médicas frente al 45% que se decantó por las quirúrgicas), resultados concordantes con estudios realizados en el inicio de la década [11].
La evaluación estadística mediante la prueba de chi cuadrado realizada (Tabla II) arrojó un valor p < 0,05, y determinó que el sexo y el tipo de especialidad elegida son variables dependientes entre sí; en otras palabras, el sexo es un factor que condiciona el tipo de especialidad escogida, ya sea de tipo clínico o quirúrgico.
La calidad de vida no parece ser un factor determinante para mujeres ni hombres, ya que varias de las especialidades calificadas como con peor calidad de vida aparecen entre las elegidas por la mayoría de los estudiantes (ginecología y obstetricia, cirugía general, pediatría), mientras que las que se consideran de mejor calidad de vida (dermatología, anestesiología, medicina familiar y medicina del deporte) no aparecen entre los primeros lugares de la tabla. Esto representa un resultado distinto a lo visto en estudios de los últimos años, como el de Dorsey et al, el cual señala que los estudiantes empiezan a inclinarse por especialidades con menor de número de horas de trabajo y estilo de vida más controlable [12].
Otros autores señalan que, si bien la calidad de vida es importante en el momento de la elección, cada factor varía considerablemente según la especialidad de que se trate, y pueden influir otros elementos. Borracci et al describen que cirugía general y ginecología-obstetricia se consideran especialidades 'no amigables' desde el punto de vista del estilo de vida, pero quienes optan por ellas, lo hacen mayormente por los ingresos más elevados que suelen percibirse [13]. También se ha descrito que los estudiantes hijos de médicos tienden a elegir especialidades relacionadas con las de sus padres [14].
En conclusión, el sexo es uno de los factores influyentes en el momento de la elección del tipo de especialidad. A pesar de que anteriormente las mujeres preferían especialidades no relacionadas con la cirugía [8], la tendencia en la actualidad parece ser que la participación femenina aumenta en el área quirúrgica, como se demostró en el presente trabajo y en otros estudios [15,16]. En el caso de los hombres persiste una marcada preferencia por las especialidades quirúrgicas.
La percepción de la calidad de vida no influyó en la decisión de los estudiantes, a diferencia de lo documentado en artículos internacionales [17]; por lo tanto, es necesario indagar otros factores que no se evaluaron en este estudio, como el tiempo de entrenamiento y el prestigio de cada especialidad, así como la crisis económica y la consecuente emigración de médicos venezolanos antes de especializarse. La realización de trabajos similares en otras facultades del país, con una mayor muestra poblacional, permitirá emitir conclusiones de mayor impacto.