Introducción
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), a nivel mundial el 39% de la población presenta sobrepeso y el 13% obesidad1; en Chile la situación es aún más compleja, según la Encuesta Nacional de Salud (2017) el exceso de peso está presente en el 74% de la población2, prevalencia superior incluso a la descrita en Estados Unidos (71%) o México (72,5%) en el contexto de los países adscritos a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)3.
Según una encuesta poblacional realizada en Santiago de Chile, el 72,4% de los encuestados está tratando de bajar o mantener el peso corporal4 realizando algún tipo de actividad, pero la alimentación aún sigue siendo un punto crítico, puesto que, según cifras oficiales, sólo el 5% de la población mantiene una alimentación saludable5. En este contexto, la búsqueda de estrategias que contribuyan a minimizar esta situación epidemiológica posee gran relevancia.
La dieta occidental se caracteriza por ser una alimentación alta en carnes rojas, grasas e hidratos de carbono simples, y, por otro lado, deficiente en agua y fibra dietética (FD)6,7. De hecho la ingesta de FD en dieta chilena en ningún grupo etario sobrepasa los 13g/día5, consumo similar a países como Estados Unidos (12-18g/día)8 y Reino Unido (14g/día)9, pero que en ningún caso cumplen con una recomendación saludable, las cuales van desde un mínimo de 25 o 30g/día10,11.
En el contexto epidemiológico actual el consumo de fibra dietética resulta beneficioso por sus múltiples beneficios; disminución del perfil lipídico12 y presión arterial13, modulación de la microbiota intestinal con un aumento de PYY y GLP-114, mantención de glicemias estables15, y una disminución de la ingesta relacionada con un aumento de la percepción subjetiva de saciedad16. Por lo que su consumo se ha asociado a una disminución del riesgo de enfermedades no transmisibles17.
Actualmente existen estudios que determinan la percepción de saciedad en individuos, utilizando sólo un tipo de fibra dietética18,19 o con cereales enteros20, pero existen pocos estudios que comparen diferentes tipos de fibras aisladas. Por lo cual, se planteó el objetivo general de evaluar el efecto del consumo de diversos tipos de fibra dietética sobre la predisposición a la ingesta de alimentos. Para cumplir este propósito se plantearon dos objetivos específicos, uno orientado a identificar las sensaciones relacionadas a la percepción de satisfacción postprandial (temprana y tardía) y un segundo objetivo conducente a describir las sensaciones relacionadas a la necesidad de ingerir alimentos (apetito).
Resultados de este tipo de investigaciones son relevantes a la hora de seleccionar alimentos que aumenten la sensación de saciedad en los sujetos, de tal manera que sea posible realizar prescripciones dietéticas más eficientes en sujetos sometidos a dietas para el tratamiento del exceso de peso.
Material y métodos
Estudio de diseño experimental, doble ciego, aleatorizado y controlado con un diseño cruzado (crossover), cada uno de los sujetos siendo su propio control.
La muestra se calculó esperando una diferencia promedio en la percepción de apetito de 1 punto en la encuesta, con una confianza de 95%, un poder estadístico de 80% y pérdida de 10%. Dando como resultado 22 sujetos. Se incluyeron sujetos con edad entre 18 y 30 años, de ambos sexos, con un IMC entre 18,5-24,9kg/m2, sin patologías que pudiesen alterar la percepción de saciedad o fisiología digestiva (enfermedad celiaca, gastritis, síndrome de vaciamiento rápido, etc.), se excluyeron además fumadores y embarazadas. Los sujetos fueron reclutados mediante convocatoria pública en la comunidad educativa de la Universidad Santo Tomás, Talca, Chile.
El estudio se realizó en las dependencias de la Universidad Santo Tomás, Talca (Laboratorio de Nutrición). Las muestras de fibras fueron adquiridas de Portland SA (Chile) y Xi'an Yaochang Co., Ltd. (China). El resto de alimentos para la preparación de los desayunos se adquirieron en supermercados de la ciudad.
El desayuno estuvo compuesto por una matriz semilíquida (yogur), una sólida (pan blanco con jamón de pavo) y líquida (Té con endulzante) (Tabla 1). La fibra fue adicionada a la matriz semilíquida al 2% (3g).
Ingrediente | Cantidad(g/mL) | Energía (kcal) | Proteínas(g) | Lípidos (g) | Carbohidratos (g) | Fibra (g) |
---|---|---|---|---|---|---|
Pan Molde | 55 | 145 | 4,7 | 1,7 | 27,2 | 2 |
Jamón de Pavo | 30 | 38 | 5,7 | 1,5 | 0,1 | 0 |
Yogur + FD 2% | 150 | 152 | 6,6 | 4 | 22,2 | 3* |
Té | 200 | - | - | - | - | - |
Total | 335 | 17 | 7,2 | 49,5 | 5 | |
20% | 20% | 60% |
FD: Fibra Dietética; *según aleatorización: Pectinas de Manzana, Celulosa Microcristalina, b-glucano de avena y maltodextrina (control).
La aleatorización de la fortificación de los desayunos con FD se realizó utilizando la plataforma www.randomization.com (Suplemento 1), por lo que la entrega de los diferentes tipos de fibra a los sujetos de estudio tuvo un enmascaramiento de doble ciego, puesto que tanto los sujetos en estudio como los coinvestigadores que aplicaron el protocolo desconocían el tipo de fibra entregado, sólo el investigador principal tenía conocimiento de esta información. Las fibras fueron denominadas con letras: A, Maltodextrina; B, Pectinas de Manzana; C, Celulosa Microcristalina y D, β-glucano de Avena (Figura 1).
Al inicio del primer desayuno se determinaron peso y talla siguiendo las técnicas estandarizadas de la Organización Mundial de la Salud (OMS)21. Posteriormente se aplicó una Encuesta Visual Análoga (EVA) (Figura 2) antes del desayuno y a los 15, 30, 60, 90 y 120 minutos luego de la ingestión, procedimiento que se repitió para cada desayuno. Los desayunos de cada sujeto fueron consumidos entre las 8:00 y 9:00 horas, con un tiempo de 10 minutos para la ingesta y cada uno separado por al menos 48 horas.
Se utilizó una EVA22 para determinar la percepción de sensaciones postprandiales, este instrumento consulta por las sensaciones subjetivas de hambre, deseo de comer, saciedad y consumo futuro de alimentos. Cada ítem consistió en líneas de 100mm con declaraciones opuestas de cada variable (Figura 2). Cada una de las sensaciones fue analizada de manera global (0-120 minutos), como satisfacción postprandial temprana (0-30 minutos) y satisfacción postprandial tardía (60-120 minutos).
Por otro lado, se determinó el puntaje de apetito por la siguiente ecuación: ((hambre + deseo de alimentos + consumo futuro de alimentos + (10-saciedad)) / 4).
Se calculó el puntaje promedio para cada sentimiento subjetivo, además se decidió determinar el área bajo la curva (ABC) para cada sensación postprandial, ya que es un indicador que refleja la percepción total de las sensaciones subjetivas en función del tiempo, y se analizó mediante ANOVA de una vía con post hoc Bonferroni. Por otro lado se analizó el promedio de puntajes de apetito en cada tiempo de medición para cada desayuno con ANOVA de medidas repetidas. Se utilizó 95% confianza y significación de 0,05. Los datos fueron analizados con el paquete estadístico IBM-SPSS v.19.
El estudio fue aprobado por el comité de ética científico centro sur de la Universidad Santo Tomás Nº 110-19 de fecha 11 de septiembre de 2019. Cada participante fue informado del procedimiento y firmó el consentimiento informado respectivo.
Resultados
El periodo de recopilación de información tardó 120 días. Se entregaron 84 desayunos, los que fueron consumidos por 21 voluntarios, sólo un sujeto no completó el consumo de los tiempos de alimentación, resultando un 95% de adhesión. Del total de participantes 13 fueron mujeres (62%), la edad promedio fue de 24,19±3,6 años. El peso promedio fue de 68,6±11,2kg con una diferencia promedio de 9,9kg (p<0,05) a favor de los varones. La talla promedio fue de 167±8,0 cm con una diferencia promedio de 10cm (p<0,01) también a favor de los varones y el IMC fue de 24,4±3,7kg/m2 sin diferencias por sexo. La ocupación de todos los participantes fue estudiante de educación superior.
Según los puntajes de la EVA se logró apreciar una diferencia significativa en la sensación subjetiva de saciedad de los voluntarios en el periodo postprandial temprano, específicamente a los 15 minutos luego del consumo del desayuno. El desayuno fortificado con β-glucano de avena produjo una sensación de saciedad significativamente inferior al desayuno con incorporación de pectinas de manzana (p=0,007) y maltodextrina (p=0,008) (Figura 3).
No se encontró diferencias en deseo de comer, hambre, saciedad o consumo futuro de alimentos en el ABC durante el periodo global (0-120 minutos). Al realizar el análisis en faces separadas, postprandial temprano (0-30 minutos) y tardío (60-120 minutos), para los diferentes sentimientos subjetivos, se logró observar una diferencia en el periodo de postprandial temprano (p<0,05). El análisis post hoc identificó diferencias significativas entre los desayunos con inclusión de β-glucano de avena y con adición de pectinas de manzana (Tabla 2 y Tabla 3), generando este último mayor saciedad a corto plazo (p<0,05).
Maltodextrina | Pectinas | Celulosa | b-glucano | p-valor | |
---|---|---|---|---|---|
Deseo de comer | 115 ± 94,5 | 103 ± 84,1 | 130 ± 76,3 | 139 ± 107 | 0,746 |
Hambre | 115 ± 97,1 | 99 ± 80,6 | 112 ± 63,1 | 127 ± 86,5 | 0,593 |
Saciedad | 381 ± 71,9a | 368 ± 97,6b | 336 ± 122 | 279 ± 140ab | 0,018 |
Consumo futuro de alimentos | 105 ± 83,6 | 113 ± 101 | 151 ± 98,8 | 150 ± 97 | 0,255 |
Promedio ± Desviación Estándar; ANOVA de una vía - post hoc Bonferroni. Letras superíndices muestran parejas con diferencias significativas p<0,05.
Maltodextrina | Pectinas | Celulosa | b-glucano | p-valor | |
---|---|---|---|---|---|
Deseo de comer | 265 ± 145 | 211 ± 147 | 263 ± 121 | 263 ± 136 | 0,525 |
Hambre | 258 ± 142 | 220 ± 158 | 264 ± 119 | 281 ± 131 | 0,536 |
Saciedad | 207 ± 133 | 236 ± 154 | 185 ± 103 | 205 ± 117 | 0,638 |
Consumo futuro de alimentos | 245 ± 132 | 235 ± 154 | 302 ± 124 | 280 ± 139 | 0,376 |
Promedio ± Desviación Estándar; ANOVA de una vía.
El puntaje de apetito se determinó antes del desayuno y en 5 tiempos; 15, 30, 60, 90 y 120 minutos. Los puntajes promedios de apetito para cada tipo de fibra dietética y maltodextrina no se diferenciaron en ningún tiempo de medición (Tabla 4).
Tiempo desde ingesta del desayuno | ||||||
---|---|---|---|---|---|---|
Desayuno | 15 min | 30 min | 60 min | 90 min | 120 min | |
Maltodextrina | 2,25 ± 2,19 | 2,86 ± 2,37 | 4,31 ± 2,97 | 5,49 ± 3,24 | 6,05 ± 2,86 | |
Pectinas Manzana | 2,05 ± 1,85 | 2,79 ± 2,29 | 3,45 ± 2,66 | 4,69 ± 3,27 | 5,33 ± 3,54 | |
Celulosa Microcristalina | 2,67 ± 2,05 | 3,3 ± 2,01 | 4,57 ± 2,32 | 5,77 ± 2,58 | 6,77 ± 2,68 | |
Beta-Glucano Avena | 3,29 ± 2,39 | 3,68 ± 2,24 | 4,57 ± 2,31 | 5,64 ± 2,76 | 6,49 ± 2,9 | |
p-valor | Efecto Fibra | 0,152 | ||||
Efecto Tiempo | 0,000 | |||||
Interacción | 0,613 |
Promedio ± Desviación Estándar; ANOVA Medidas repetidas 2 factores.
Discusión
El presente estudio evaluó la percepción subjetiva de sensaciones postprandiales de diferentes tipos de fibras dietéticas adicionadas a desayunos de igual estructura y aporte calórico nutricional. Los resultados sugieren que los sentimientos subjetivos no difieren mucho entre los distintos tipos de FD adicionada. Sólo la saciedad postprandial temprana, es decir, durante el periodo menor a 30 minutos luego de la ingesta, cambió por efecto de las FD. Esta observación sugiere que el tipo de FD adicionada al desayuno no produce una diferencia significativa en la percepción de sentimientos subjetivos postprandiales.
La determinación de la percepción subjetiva de sensaciones postprandiales se ha protocolizado con anterioridad generando guías para su determinación23, dichas recomendaciones fueron de soporte para la realización de esta investigación.
La percepción subjetiva de sensaciones postprandiales producida por un tiempo de alimentación podría ser diferente cuando se determina en condiciones controladas de laboratorio o en el hogar, pero estudios previos han descrito que el lugar de consumo no influiría en la percepción de apetito/saciedad20, por lo que, los resultados obtenidos podrían ser extrapolados independiente del lugar de consumo.
Nuestro estudio destacó un efecto relevante de la incorporación de pectinas de manzana al desayuno, generando menor percepción subjetiva de hambre, deseo de comer y apetito, y una mayor sensación subjetiva de saciedad especialmente en el periodo de postprandial temprano (15 minutos). Las pectinas, fibras dietéticas solubles y generadoras de viscosidad, disminuyen la saciedad en mayor medida durante la primera hora luego de la ingestión en comparación con otros tipos de FD, logrando una disminución de la percepción subjetiva de apetito entorno al 17%16; resultado descrito en otros estudios24, incluso generando mayor saciedad que alimentos proteicos25, pero su influencia en la ingesta energética es controversial26.
Un resultado interesante fue la baja sensación de saciedad que produjo el β-glucano de avena, se ha descrito anteriormente que este tipo de fibra incorporada en los alimentos podría reducir puntajes de EVA en hambre y consumo futuro de alimentos, y por otro lado producir un aumento de saciedad subjetiva, incluso disminuyendo la ingesta energética27, pero en este estudio no se logró comprobar estos resultados, tal vez, se podría atribuir a la matriz en la cual se adicionó la FD, el β-glucano tiene una mejor efectividad en la producción de saciedad subjetiva cuando se adiciona a matrices líquidas28.
Los efectos de las FD sobre la percepción subjetiva de sensaciones postprandiales podrían contribuir a la disminución de la ingesta, como se ha determinado en otros estudios29 incluso en niños30, efecto que se podría traducir en una disminución del peso corporal31; pero esta reducción dependería de múltiples factores relacionados al tipo de fibra, cantidad entregada, tratamiento hipocalórico paralelo, entre otros32. Pero de todas formas, la ingesta de FD contribuye a la reducción del riesgo de enfermedades no transmisibles33, por lo que se debe promover su ingesta.
Entre las limitaciones de la investigación podemos mencionar que, si bien un ensayo cruzado tiene validez metodológica, también presenta inconvenientes; por ejemplo, a pesar de la aleatorización, el orden de los desayunos podría afectar el resultado.
Conclusiones
Según nuestros hallazgos, las pectinas, fibra dietética soluble, parece ser más efectiva que otros tipos de FD para aumentar la percepción subjetiva de saciedad y disminuir el apetito, especialmente en el periodo postprandial temprano. Futuras investigaciones podrían abordar la incorporación de estas fibras en matrices alimentarias, evaluando la percepción organoléptica del producto, así como su efecto saciante.