Una reunión. Marie Bashkirtseff, 1884
No pudo ser. La autora de este cuadro todavía se está rasgando las vestiduras porque no obtuvo ningún galardón por él, más allá del reconocimiento del público y de la crítica, que tampoco es moco de pavo. Tanto rabió y penó, y tanto temió el olvido, que –según las malas lenguas– enfermó de tuberculosis. Y este proceso fue tan grave que murió a la tierna edad de 25 años.
Hoy vemos esteUna reunióncomo un prodigio de realismo social, y como uno de los principales ejemplos de representación pictórica de la infancia. La expresión corporal de los seis zagales es todo un poema y sus rostros (los que se ven, y los que no se ven) son un acierto digno de la medalla que Marie no consiguió. Nuestro homenaje para ella.