INTRODUCCIÓN
La metahemoglobinemia es un trastorno en el que existe un nivel elevado en sangre de metahemoglobina, variante de la hemoglobina en la que el grupo hemo está oxidado a forma férrica. En la mayoría de los casos es un proceso adquirido, secundario a la intoxicación por agentes oxidantes que trasforman la oxihemoglobina en metahemoglobina a mayor velocidad de la que la enzima citocromo b5 reductasa es capaz de reducir de nuevo a oxihemoglobina. Es más frecuente en lactantes y niños pequeños, debido a la menor actividad de la enzima. Entre los agentes oxidantes más habituales, además de multitud de fármacos, como la lidocaína, destacan la ingesta de vegetales de hoja verde (espinacas, acelgas, borrajas, lechuga) y de otros alimentos como la zanahoria. Una conservación deficiente de estos alimentos favorece la transformación de los nitratos en nitritos con mayor poder oxidante. El cuadro clínico debe sospecharse ante un lactante con cianosis súbita que no mejora con oxigenoterapia, letargia, cefalea, disnea, convulsiones e incluso muerte. El antídoto fundamental es el azul de metileno, que se debe administrar si la metahemoglobina es superior al 20%.
RESUMEN DEL CASO
Presentamos el caso clínico de una lactante de siete meses, sin antecedentes de interés, que consulta por cianosis, disnea, taquipnea, taquicardia y obnubilación de aparición brusca. Se encuentra afebril y no presenta mejoría tras administración de oxigenoterapia con fracción inspirada de oxígeno al 100%. La anamnesis muestra la ingestión de un puré de borrajas cocinadas el día previo que habían sido refrigeradas hasta al menos cuatro horas antes de la ingestión. Se aprecian niveles de metahemoglobina del 41% (valores normales <0,6%), por lo que se administra azul de metileno, con desaparición de la clínica en unas horas y normalización de la analítica.
CONCLUSIONES Y COMENTARIOS
Se debe resaltar la importancia de la prevención de esta entidad en lactantes y niños pequeños sanos: no se deben incluir verduras de hoja verde antes de los 12 meses y, en caso de hacerlo, no deben constituir más del 20% del puré. No se debe dar más de una ración al día de verduras de hoja verde entre el año y los tres años. Se deben conservar en frío las verduras cocinadas, en frigorífico si van a consumirse el mismo día y en congelador si va a pasar más tiempo.