Introducción
El proceso de integración en el denominado Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), conocido como ‘proceso de Bolonia’, ha supuesto una gran transformación del sistema universitario español que, en esencia, opta por una armonización de las titulaciones universitarias basada esencialmente en tres elementos:
–Establecimiento de un sistema de créditos europeos: European Credit Transfer System (ECTS).
–Implantación de dos ciclos principales: grado (con una duración de cuatro años y 240 ECTS) y posgrado, englobando los títulos oficiales de máster (generalmente con una duración de un año y 60 ECTS) y doctorado (con una duración de tres años).
–Implantación de un suplemento europeo a los títulos que emitan las instituciones educativas de enseñanza superior europeas.
Este proceso ha pretendido una ‘reformulación conceptual de la organización del currículo de la educación superior mediante su adaptación a los nuevos modelos de formación centrados en el trabajo del estudiante’ [1], comportando ‘un nuevo modelo educativo que ha de orientar las programaciones y las metodologías docentes centrándolas en el aprendizaje de los estudiantes, no exclusivamente en las horas lectivas’ [1], e implicando un cambio de perspectiva metodológica sobre los procesos de enseñanza-aprendizaje empleados en la formación universitaria [2], que ha afectado a todas las titulaciones del catálogo universitario nacional.
En el caso concreto del Grado en Óptica y Optometría, este proceso ha supuesto una profunda transformación tanto académica como profesional, principalmente por tratarse de una titulación proveniente de una diplomatura y en gran medida por su definición como profesión sanitaria por la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias (LOPS) en 2003 [3].
El objetivo de esta revisión es presentar la trasformación que la integración en el EEES ha supuesto para la formación de profesionales sanitarios de óptica y optometría, contextualizando este grado con otros grados de profesiones sanitarias de ámbito nacional, comparándolo con los estándares europeos en formación de ópticos optometristas (modelo de Reino Unido) [4] y reflexionando sobre los retos y desafíos que la implantación de este nuevo modelo educativo supone en la formación de profesionales sanitarios al amparo del EEES.
Antecedentes de la formación universitaria en óptica y optometría
La profesión de óptico-optometrista es relativamente joven en España, si bien su desarrollo en Estados Unidos y otros países anglosajones data de principios del siglo XX. La primera titulación universitaria en óptica se impartió en la Universidad Complutense de Madrid, creada en 1972 [5], si bien los primeros cursos de formación en óptica se impartieron en el Instituto de Óptica Daza de Valdés, creado en 1946 [6]. Desde sus orígenes, la formación de los ópticos-optometristas estuvo muy ligada a la formación científico-técnica en óptica y, con posterioridad, paulatinamente se incrementó la formación sanitaria en los diferentes planes de estudios desde la diplomatura al nuevo Grado en Óptica y Optometría (en el que la formación sanitaria supone aproximadamente el 60% del plan de estudios) [7], en un proceso similar a la evolución de la profesión, con una mayor actuación como profesional sanitario de atención primaria en nuestros días.
Así, desde el primer título universitario ofrecido por la Universidad Complutense de Madrid, un total de 14 universidades (diez públicas y cuatro privadas) han verificado el plan de estudios para impartir el Grado en Óptica y Optometría (Tabla) a consecuencia del proceso de convergencia europea, aunque algunas de las universidades privadas (tres de ellas) no ofertan actualmente esta titulación.
Año decreación | Universidad | Rama | Centro | Fecha VERIFICA |
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1972 | Complutense de Madrid | Ciencias de la salud | Facultad de Óptica y Optometría | 29/5/09 |
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1977 | Politècnica de Catalunya | Ciencias de la salud | Facultad de Óptica y Optometría | 5/6/09 |
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1985 | Alicante | Ciencias de la salud | Facultad de Ciencias | 30/4/10 |
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1989 | Granada | Ciencias | Facultad de Ciencias | 9/12/09 |
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1990 | Santiago de Compostela | Ciencias de la salud | Facultad de Óptica y Optometría | 3/5/10 |
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1992 | Murcia | Ciencias de la salud | Facultad de Óptica y Optometría | 25/5/09 |
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1993 | Valencia | Ciencias de la salud | Facultad de Física | 3/5/10 |
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1996 | Valladolid | Ciencias | Facultad de Ciencias | 26/4/10 |
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2005 | Zaragoza | Ciencias | Ciencias | 8/4/09 |
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2011 | Sevilla | Ciencias de la salud | Facultad de Farmacia | – |
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2001 | San Pablo CEU | Ciencias de la salud | Ciencias de la Salud | 16/3/09 |
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2003 | Europea de Madrid | Ciencias de la salud | Ciencias de la Salud | 5/7/10 |
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2010 | Alfonso X el Sabio | Ciencias de la salud | Ciencias de la Salud | 25/5/10 |
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2015 | Camilo José Cela | Ciencias de la salud | Ciencias de la Salud | 30/6/10 |
Por tanto, la profesión de óptico-optometrista es relativamente joven; recientemente se ha clasificado en el ámbito nacional como profesional sanitario, si bien en el contexto internacional su carácter sanitario está ampliamente consolidado. No en vano, el Consejo Mundial de Optometría (World Council of Optometry) define la optometría como una profesión sanitaria, y a los optometristas, como los profesionales de atención primaria del sistema visual que proporcionan un cuidado de la vista, que incluye la refracción y la dispensación, la detección y tratamiento de las alteraciones oculares, y su rehabilitación (www.worldoptometry.org).
Repercusiones del EEES en la formación de ópticos-optometristas
La transformación que la adaptación al EEES ha supuesto a los estudios de óptica y optometría ha sido profunda y de gran calado. Aunque la mayor parte de estos cambios son comunes al resto de titulaciones, en el caso del Grado en Óptica y Optometría han supuesto un avance significativo para las universidades, el profesorado, el alumnado y la propia profesión.
Adopción de un grado con una duración de cuatro años y 240 ECTS
Aunque esta estructura académica es común a los diferentes grados. ha permitido el acceso a programas de posgrado, incluido el doctorado, rompiendo el ‘techo de cristal’ que impedía que los ópticos-optometristas diplomados accedieran al título de doctor. Actualmente, un número significativo de ópticos-optometristas ha obtenido su doctorado, cuando en el marco legislativo anterior era necesario efectuar el doctorado en universidades extranjeras, con algunos problemas para su posterior reconocimiento en España, o bien realizar otros estudios universitarios para acceder al doctorado.
Recientemente, se ha abierto la posibilidad de variar la duración de los grados a tres años, pero en el caso del Grado en Óptica y Optometría, al tratarse de una profesión sanitaria regulada, tiene que mantenerse la duración de cuatro años y la obligatoriedad de la realización de prácticas externas.
Incorporación del crédito ECTS
Aunque también es común a todas las titulaciones, la adopción del crédito ECTS supone tener en cuenta la cantidad de trabajo del estudiante para cumplir los objetivos del programa y no sólo la docencia presencial (actividad en el aula, prácticas, etc.), sino también el tiempo dedicado al estudio, realización de trabajos, proyectos, tutorías…, y muy especialmente el empleado en la evaluación. La duración de un crédito ECTS está fijada en 25-30 horas de actividad, de las cuales, dependiendo de la naturaleza de la asignatura, se fija una presencialidad variable mínima del 40% para las materias más teóricas y superior (70%) en las materias más prácticas. Así, un curso académico de 60 ECTS requiere una dedicación mínima de 1.500 horas de trabajo por parte del alumno.
Transformación del marco legal para la aprobación de los planes de estudio
El nuevo marco legal establece los requisitos que deben tener los planes de estudios conducentes a la obtención de los títulos de grado que, como en el caso del Grado en Óptica y Optometría, habilitan para el ejercicio de una profesión regulada [3]. Así, el Ministerio de Ciencia y Tecnología ha fijado mediante una orden ministerial los requisitos de los nuevos grados [7], con especial atención a la descripción (por primera vez) de las ‘competencias que los estudiantes deben adquirir’ y a la descripción de los criterios mínimos que debe tener la planificación de las enseñanzas y que deben cumplir todos los grados.
Esta nueva planificación [7] incluye 18 competencias generales y una enseñanza estructurada en tres grandes bloques con una duración determinada: 60 ECTS de formación básica, 96 ECTS de materias obligatorias y 24 ECTS de prácticas externas y trabajo de fin de grado. Estas dos últimas materias se imparten con carácter obligatorio por primera vez en el Grado en Óptica y Optometría, lo que ha supuesto un reto significativo para esta titulación.
Transformación de la metodología docente
Uno de los objetivos prioritarios del proceso de convergencia dentro del EEES es promover el cambio metodológico de una enseñanza centrada sobre la actividad del profesor a otra orientada hacia el aprendizaje del alumno [2], empleando clases presenciales, seminarios, trabajo de grupo, metodología de aprendizaje basado en problemas, presentación de trabajos de grupo, tutoría y otros, optando por una educación basada en competencias [8].
Especial atención requiere el empleo de técnicas de evaluación que describan claramente lo que el estudiante debe realizar para demostrar que ha conseguido un determinado resultado de aprendizaje, lejos del clásico sistema de evaluación con preguntas de elección múltiple o resolución de problemas teóricos ampliamente empleado en el modelo docente tradicional. Se trata, por tanto, de contemplar procedimientos de evaluación del desarrollo competencial adquirido por los estudiantes a lo largo del grado, que al tratarse de una profesión sanitaria presenta peculiaridades y necesidades específicas. Especial atención presenta el uso del examen clínico objetivo estructurado (ECOE) [9,10], muy empleado en la formación de otros profesionales sanitarios, y también de optometristas por universidades internacionales, y muy poco en los Grados en Óptica y Optometría actuales.
Organización del profesorado
Para una mejora adaptación al EEES se ha propuesto que el profesorado pueda estar vinculado de forma principal a una titulación específica con el objeto de conseguir una mayor coherencia al integrarse en un equipo docente y que esté asociado de forma explícita a una materia o materias concretas del grado [2]. Algunas recomendaciones internacionales [11] proponen que un mínimo del 50% del profesorado de la titulación debe estar clínicamente cualificado y profesionalmente registrado (que en la legislación nacional supondría estar colegiado como ejerciente). Por ejemplo, el General Optical Council de Reino Unido (que acredita los grados universitarios en ese país) exige, entre otros requisitos, que el coordinador del grado (leadership) sea un optometrista registrado.
Medios y recursos materiales
La definición de las necesidades de espacios y servicios adquiere una especial relevancia en la adaptación al EEES por las necesidades relacionadas con el cambio metodológico docente. Los recursos clásicos –aula, laboratorios, biblioteca…– deben complementarse con nuevas infraestructuras, como salas de trabajo en grupo, aulas de informática, laboratorios de habilidades profesionales (skill-labs), instalaciones clínicas, etc., para que los alumnos puedan desarrollar las actividades académicas que el EEES configura como prioritarias.
Especial atención recae sobre la necesidad de una infraestructura que permita el aprendizaje de competencias clínicas. En Reino Unido, todas las titulaciones que ofertan el Grado en Óptica y Optometría deben contar con una clínica universitaria como criterio exigido tanto por el General Optical Council como por la Quality Assurance Agency for Higher Education (QAA) [12] –que podría ser el equivalente a la ANECA en España–. Las universidades nacionales han realizado un gran esfuerzo para crear estos centros y así mejorar la docencia clínica en el Grado en Óptica y Optometría.
Armonización europea del Grado en Óptica y Optometría
Uno de los principales objetivos del EEES es lograr una armonización de los grados universitarios que facilite un reconocimiento de las titulaciones, la movilidad de los estudiantes universitarios y la integración de los titulados en un mercado laboral único. Para ello, el suplemento europeo al título [13] pretende ser una herramienta clave, añadiendo información al título obtenido mediante una descripción de su naturaleza, nivel, contexto y contenido.
Sería deseable que en el contenido del suplemento europeo al título se pudieran indicar aquellos aspectos relevantes a la hora de solicitar la homologación en otro estado miembro de la Unión Europea, como pueden ser la descripción de las competencias adquiridas y los ‘episodios’ (casos reales) atendidos por el alumno, de manera que la comparativa con Europa fuera más sencilla.
Sistemas de gestión de calidad
El proceso de convergencia europeo ha incorporado, por primera vez, la ‘cultura’ de calidad y acreditación al sistema universitario, optando por un sistema de acreditación (verificación) y renovación periódico de los diferentes planes de estudios por distintas agencias de calidad, ya sean nacionales (ANECA) como regionales, y también de ámbito internacional. En Reino Unido [14], la QAA propone un sistema de acreditación que todos los grados deben cumplir (subject benchmark statement), que es revisado cada siete años y que describe la naturaleza de cada grado y los estándares académicos esperados en los graduados [12]. Este sistema de acreditación se complementa con el realizado por el General Optical Council [11], más enfocado en asegurar las competencias profesionales que los graduados deben demostrar para poder ejercer la profesión sanitaria de óptico-optometrista.
Los grados deben renovar su acreditación en función de su duración –cada seis años en el caso de grados de 240 ECTS [15]–, pero la normativa nacional no parece contemplar la revisión periódica de los requisitos para la verificación de los títulos universitarios oficiales que habiliten para el ejercicio de la profesión de óptico-optometrista aprobada por el Ministerio de Ciencia e Innovación [7]. Este aspecto parece necesario para garantizar que los grados no sólo se auditan en sus aspectos académicos, sino también en los aspectos profesionales para garantizar la formación de especialistas actualizados a las necesidades que la sociedad demanda.
Discusión
El proceso de convergencia del EEES ha supuesto un gran desarrollo para la formación de los ópticos-optometristas al haberse renovado profundamente los planes de estudios que facultan para el ejercicio de esta profesión. Esta renovación ha permitido un salto cuantitativo y cualitativo en la formación de los ópticos-optometristas, quienes han visto incrementado en un curso lectivo la duración del grado, que procedía de una diplomatura, lo que ha permitido mejorar las experiencias de aprendizaje de los alumnos durante su formación de pregrado. Una vez transcurrido un tiempo razonable desde su implantación (al haberse completado el primer ciclo de evaluación de los grados por las diferentes agencias de calidad), parece razonable hacer un balance de los puntos fuertes, débiles y las áreas de mejora que presenta esta titulación.
Conseguir un mayor grado de armonización de los diferentes grados tanto en España como en Europa, es uno de los principales objetivos del EEES. A tenor de los cambios que han sufrido los planes de estudios del Grado en Óptica y Optometría parece que este objetivo se ha conseguido en gran parte. Por ejemplo, estos estudios han quedado adscritos mayoritariamente a la rama de ciencias de la salud, coherentemente con la LOPS [3] y la realidad de la profesión de óptico-optometrista; sólo tres universidades (Granada, Valladolid y Zaragoza) han mantenido la adscripción de la titulación a la rama de ciencias.
Además, las universidades que ofertan el Grado en Óptica y Optometría presentan una estructura de plan de estudios similar (impuesta por los requisitos legales que debe tener la memoria de verificación [7]) proponiendo entre 60 y 69 ECTS de formación básica (mayoritariamente en el primer curso del grado), entre 123 y 144 ECTS en materias obligatorias, entre 5 y 30 ECTS en materias optativas, y prácticamente la misma duración para las practicas externas en 18 ECTS –excepto en la Universidad de Santiago de Compostela, con 30 ECTS de prácticas externas– y para el trabajo de fin de grado con 6 ECTS –excepto en las Universidad de Zaragoza (10 ECTS) y en la de Santiago de Compostela (9 ECTS)–.
Comparando con otros grados sanitarios (de profesiones recogidas en la LOPS), se encuentran similitudes en la duración del bloque de formación básica (en torno a los 60 ECTS) o en la asignatura de trabajo de fin de grado (con un consenso generalizado en torno a los 6 ECTS). Sin embargo, este razonable consenso no se cumple en los bloques de formación básica (incluidas las prácticas externas obligatorias en los grados de profesiones reguladas) y en las materias optativas. Un análisis superficial muestra claramente que las diferencias en la asignatura de prácticas externas condicionan el resto de módulos.
Destaca que los grados en óptica y optometría son los que menos tiempo dedican a las prácticas externas (18 ECTS). Por ejemplo, el Grado en Enfermería incluye mayoritariamente 84 ECTS para la realización de las prácticas (4,5 veces más tiempo que en los grados en óptica y optometría) y el Grado en Fisioterapia, con 42 ECTS, duplica las prácticas en optometría. Finalmente, otras titulaciones como nutrición y logopedia, con 24 ECTS, se aproximan pero dedican significativamente más tiempo a la formación práctica. Todos los grados, a excepción del Grado en Óptica y Optometría, proponen una duración para sus prácticas acorde a diferentes recomendaciones internacionales [16] que, dependiendo de la presencialidad y horas diarias de prácticas, no debería ser inferior a 23 ECTS. Obviamente, diferentes grados (profesiones) pueden requerir prácticas de distinta duración para adquirir sus competencias profesionales sin que exista un claro consenso en la duración ideal de las prácticas (se proponen prácticas con no menos de 13 semanas si la dedicación es completa o de 6-12 meses si la dedicación es de 1-2 días por semana) [16].
Las prácticas externas pueden realizarse en tres grandes centros: rotaciones en hospitales universitarios (mayoritariamente empleada en enfermería y fisioterapia), realización en centros o clínicas universitarias, o realización en empresas externas a la universidad. Las singularidades de la profesión de óptico-optometrista hacen difícil ‘asumir en exclusividad uno de estos modelos’, puesto que uno de los principales objetivos de estas prácticas es que los alumnos desarrollen la mayor parte, sino todas sus competencias clínicas [17]. Por ejemplo, la opción por un modelo 100% hospitalario impediría a los alumnos adquirir numerosas competencias profesionales básicas no cubiertas por el sistema público de salud. Por su parte, un modelo 100% en clínicas universitarias o en centros externos tendría problemas para cubrir competencias relacionadas con el tratamiento de casos de patologías, motivadas por la tipología de los pacientes (mayoritariamente universitarios en las clínicas universitarias, por ejemplo) o por las políticas de gestión de cada empresa (que pueden ofrecer unos u otros servicios). Tampoco hay que olvidar aspectos como la epidemiología y la prevalencia de diferentes condiciones oculares, etc., que afectan significativamente a las experiencias de aprendizaje que puedan tener los alumnos durante sus prácticas.
Modelos universitarios de referencia, como los de Reino Unido [11] o Australia [18], optan por combinar prácticas en diferentes centros de manera que los alumnos noveles [16] realicen sus prácticas en clínicas universitarias (completándose con estancias breves en empresas u hospitales) para adquirir unas competencias clínicas mínimas (generalmente expresadas en un número de pacientes reales atendidos por los alumnos bajo supervisión, que se suelen situar en torno a 50 pacientes atendidos antes de realizar las prácticas externas) y, posteriormente (alumnos sénior), realizar prácticas externas de mayor duración (en el modelo británico, durante el primer año tras obtener el grado [11], y en Australia, con prácticas en centros profesionales [18]). Sin embargo, en nuestras universidades, los alumnos de óptica y optometría tienen su primera experiencia con pacientes reales en la asignatura de prácticas externas ya en el último curso del grado, lo que se aleja de las recomendaciones internacionales para la formación de ópticos-optometristas [11,18].
La realización de prácticas externas supone grandes ventajas para la formación de profesionales sanitarios, pero está bien documentado que no se pueden conseguir estas ventajas si no se cuenta con un equipo (profesores y supervisores) correctamente preparado y entrenado pedagógicamente en técnicas de docencia clínica [16,19-22] (una encuesta a optometristas australianos reveló que cerca del 90% de profesionales consideraba necesario realizar un proceso de acreditación complementario para tener alumnos en prácticas [18]). Además, es necesario que los alumnos estén preparados para tomar la responsabilidad de su autoaprendizaje (aspecto que debería abordarse empleando técnicas docentes adecuadas en los cursos previos del grado) [16]. También es imprescindible contar con un sistema de evaluación robusto [16] que incluya una clara definición de los objetivos de aprendizaje, criterios de evaluación, actividades de los alumnos, número de experiencias (pacientes reales) a atender [11], estratificando su tipología y características, etc., tal y como se recomienda para la formación de ópticos-optometristas y otros profesionales de la salud y se emplea en universidades mayoritariamente anglosajonas consideradas de referencia [4]. La actual planificación docente de las prácticas externas en el Grado en Óptica y Optometría puede mejorar significativamente con estas sugerencias.
La apuesta por un EEES ha sido y continúa siendo un reto para el sistema universitario nacional en general y para las universidades que ofertan el Grado en Óptica y Optometría en particular. Las necesidades de los alumnos del siglo XXI pasan por universidades más innovadoras [23], que opten por metodologías docentes basadas en competencias [8], que incluyan sistemas de evaluación de competencias (ECOE) y que opten por metodologías empleadas en universidades de referencia en la formación de profesionales de la salud. Modelos como university-based professional education [24] o research-informed teaching [24-27] permiten a los alumnos adquirir no sólo conocimientos, sino las habilidades y destrezas necesarias para el autoaprendizaje, capacitándolos para responsabilizarse de su propio proceso de aprendizaje y preparándolos para la formación continua a lo largo de la vida, de especial relevancia en los profesionales de la salud. Aceptando, por tanto, que los futuros planes de estudios no son un repertorio de materias, asignaturas y créditos, sino que deben entenderse como un contrato-programa [2] que la universidad ofrece para la formación de sus titulados, aumentando la transparencia y rendición de cuentas [8] de las universidades.
En resumen, las principales fortalezas de la implantación del Grado en Óptica y Optometría al EEES radican en su clara adscripción a la rama de ciencias de la salud, acorde a la LOPS, y la consecución de un elevado nivel de armonización entre las diferentes universidades que ofertan esta titulación. Por el contrario, uno de sus principales puntos débiles, probablemente por su ‘juventud’ como profesión sanitaria, puede ser una duración de sus prácticas externas menor de lo recomendado para la formación de profesionales sanitarios, unido a una falta de estándares (competencias clínicas) claramente definidos en términos de pericia profesional que los alumnos deban desarrollar durante sus prácticas. De ello se desprende que una de las principales áreas de mejora de este grado se sitúa en la incorporación de innovadores modelos de enseñanza (research-informed teaching o educación basada en competencias) y de técnicas de evaluación de competencias (ECOE) efectivas.
Por tanto, parece necesario el desarrollo e impulso por parte de las administraciones públicas (agencias de calidad, universidades…) y privadas (colegios profesionales, asociaciones profesionales, sector profesional…) de propuestas de innovación docente que contribuyan al desarrollo del profesorado y la asignación de recursos para la enseñanza clínica, con el fin de mejorar las experiencias docentes que los alumnos de óptica y optometría reciben durante su formación de pregrado.