En el aprendizaje basado en simulación, los facilitadores de este proceso tienen un papel muy importante porque son los encargados de guiar al participante en el logro de los objetivos de la simulación clínica.
El facilitador en simulación deberá contar con diversas características, entre ellas dominar el tema de la simulación, tanto las habilidades técnicas como las no técnicas (como liderazgo, trabajo en equipo, consciencia situacional, manejo del estrés…) [1]. El facilitador debe dominar estas habilidades para propiciar en los participantes el desarrollo de dichas aptitudes.
El Centro de Enseñanza y Certificación de Aptitudes Médicas (CECAM), el centro de simulación de pregrado de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México, tiene en todas sus actividades de aprendizaje con simulación el objetivo de desarrollar habilidades técnicas y no técnicas; sin embargo, aunque es muy claro cómo desarrollar las habilidades técnicas, el desarrollo de las habilidades no técnicas resulta más complejo. Para poder desarrollarlas se han utilizado diversas estrategias, como discusión de casos, discusión de videos, análisis de textos,role-playing, aprendizaje basado en juegos y simulaciones [2, 3].
En el CECAM, la capacitación de los facilitadores en el caso de las habilidades no técnicas se lleva a cabo de las siguiente manera:
– Se efectúa una capacitación teórica.
– Se realizan actividades donde desarrollar habilidades no técnicas en un contexto externo al área de la salud.
– Posteriormente se vive un escenario de simulación en contexto médico, con el objetivo de desarrollar y aplicar habilidades no técnicas; tras el escenario, se lleva a cabo un debriefing.
– Finalmente, se realiza de nuevo el escenario de simulación con debriefing.
En este tipo de estrategia, primero los facilitadores comprenden el concepto de las diferentes habilidades no técnicas; con posterioridad, aplican y desarrollan las habilidades no técnicas en un contexto no clínico, y finalmente, las aplican en uno clínico.
Es muy importante reconocer que las habilidades no técnicas son un complemento indispensable de las técnicas y que no pueden contemplarse como entidades separadas. Resulta necesario fomentar la competencia de estas habilidades en conjunto durante la formación de los estudiantes con el fin de impactar directamente en la seguridad del paciente.