Sr. Editor:
Leímos el artículo de Sanz y cols. (diciembre de 2022) (1), en el que señalan la importancia de manejar protocolos sobre pacientes que ingresan para cirugía de cadera con comorbilidades de diabetes, a fin de optimizar resultados y disminuir tiempos por complicaciones de esta cirugía. Según esto, es significativo revisar qué sucedió con los traumas en adultos mayores en pandemia. Hay estudios en Chile que mencionan que la tasa de hospitalización por caídas disminuyó en un 20,8 %, así como la de hospitalización semanal en un 18,5 %. Esto se debe a que este periodo de confinamiento disminuyó la movilidad producto del distanciamiento social, los adultos mayores estuvieron más acompañados por su familia y ellos son más autosuficientes (2).
La fractura de cadera es la más frecuente por fragilidad osteoporótica producto de baja energía por caídas en el grupo etario de adultos mayores (2) y afecta a cada tercera mujer y a cada quinto hombre mayores de 50 años.
En Chile, han ido disminuyendo las fracturas de cadera en adultos mayores, con la cifra más baja en año 2020, 18,33 %, en periodo de pandemia (2).
Hay estudios que revelan que el mayor porcentaje de caídas ocurre en el sexo femenino de centros geriátricos, con consumo de antihipertensivos y niveles bajos de vitamina D (3), de ahí la importancia del consumo de vitamina D, así como de tomar el sol.
El consumo diario de leche fortificada con calcio y vitamina D en mujeres posmenopáusicas sanas mejoró significativamente el estado de la vitamina D, aumentó significativamente la densidad mineral ósea (DMO) femoral y tuvo efectos beneficiosos sobre los perfiles de glucosa y lípidos (4).
Al administrarse este suplemento de vitamina D con dosis mayor a la habitual, tiene efectos positivos en la consolidación ósea en pacientes con fractura de cadera.
Otra forma de disminuir riesgo de fractura de cadera en mujeres es el consumo de estrógenos y progesteronas como estradiol para mejorar densidad ósea (5).
Como medida de prevención de la fractura de cadera, cuya mayor prevalencia se da a consecuencia de caídas, es importante la evaluación de los factores de riesgo con instrumentos certificados, ya sea en pacientes institucionalizados o que vivan solos, y valorando las condiciones de riesgo de su vivienda.
En Chile se está aplicando la hospitalización domiciliaria debido a que permite una mejor visualización de los adultos mayores y descongestionar el sistema de salud, dando movilidad a las camas de hospitalizados y permitiendo que los pacientes se encuentren en su medio ambiente, con un personal dedicado exclusivamente a ellos que les brinda todos sus cuidados.
Además, son importantes las políticas públicas para implementar programas enfocados en prevenir, mantener o corregir la salud del adulto mayor y que permitan realizar ejercicios adecuados según su condición física para que pueda ser autovalente y se logre disminuir el riesgo de caídas.
Finalmente, en estos adultos mayores se debe realizar un trabajo multidisciplinario puesto que no existe una atención rutinaria y adecuada. Cada persona es única con sus necesidades insatisfechas, por lo que se debe realizar un diagnóstico correcto, sumado a un plan de tratamiento y una ejecución acorde a sus cuidados.