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Archivos de la Sociedad Española de Oftalmología
versión impresa ISSN 0365-6691
Arch Soc Esp Oftalmol vol.86 no.10 oct. 2011
SECCIÓN ICONOGRÁFICA
Ambrosio Paré, Ambroise de Laval (Bourg-Hersent/Laval, 1510-París, 1590)
José J. Noguera Paláu
Servicio Navarro de Salud, Pamplona, España
Correo electrónico: jnoguera72b@terra.es
Ambrosio Paré nació en el seno de una humilde familia de Bourg-Hersent, cerca de Laval (se le llamó Ambroise de Laval), en la actual región francesa de Maine-Loira. Su padre fue carpintero, y su madre, actriz según unas biografías, y prostituta según otras.
Tuvo una muy pobre instrucción escolar y no llegó a aprender griego ni latín; sólo escribió en francés, y lo que podía haber supuesto una limitación científica fue, al contrario, motivo de una mayor difusión de sus obras.
Sus primeros contactos con la medicina y la cirugía fueron con su actividad como barbero, barbero cirujano, curando heridas y practicando sangrías. A pesar de su desconocimiento de las lenguas clásicas, ingresó en la Escuela Médica de San Cosme, a los diecisiete años trabajó en el Hôtel-Dieu, hospital de Paris, y al poco tiempo fue llamado para trabajar como médico en el Ejército.
Creó un tratamiento para las heridas por arma de fuego, cuyas complicaciones se creía se debían al efecto tóxico de la pólvora. Aplicaba sangre de paloma y, a su alrededor, clara de huevo con agua de rosas y esencia de trementina. Esta preparación no sólo aliviaba el dolor de las heridas, sino que favorecía su curación. Más tarde comenzó a utilizar la ligadura y la sutura de los vasos en las amputaciones. Ideó técnicas para reducir y tratar diversas fracturas, diseñó prótesis para piernas y brazos, practicó la versión interna en los partos con el niño presentado de nalgas...
En lo que a nuestro ámbito atañe, aplicó tratamientos en forma de colirios, curó las fístulas lagrimales con cauterio, diseñó una aguja para la operación de cataratas -cuya calidad probaba antes de operar pinchando varias veces en su gorro o en un pedazo de ropa-, fabricó prótesis oculares para colocar en la órbita o, pintadas sobre una placa y sujetas en la oreja, colgarlas por la frente con un alambre...
Su lema ante el enfermo siempre fue: «Yo lo cuidaré y Dios lo curará».
Los sellos de esta nota corresponden a emisiones de Francia y Hungría (Fig. 1 y Fig. 2)