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Revista Española de Enfermedades Digestivas
versión impresa ISSN 1130-0108
Rev. esp. enferm. dig. vol.109 no.9 Madrid sep. 2017
https://dx.doi.org/10.17235/reed.2017.5193/2017
EDITORIAL
Aparato digestivo; una especialidad histórica con mucho futuro
Gastroenterology, a historical specialty with a great future
Javier Crespo1 y Francisco Jorquera Plaza2
1Servicio de Aparato Digestivo. Hospital Universitario Marqués de Valdecilla. Instituto de Investigación Valdecilla (IDIVAL). Santander.
2Servicio de Aparato Digestivo. Complejo Asistencial y Universitario de León. León
La especialidad de Aparato Digestivo (EAD) se ocupa de las enfermedades del tubo digestivo (esófago, estómago, intestino y zona ano-rectal), hígado, vías biliares, páncreas y peritoneo y, concretamente, de su etiología, epidemiología, fisiopatología, semiología, diagnóstico, pronóstico, prevención y tratamiento (1). Tal y como nos muestran el Dr. Curbelo y cols. en este número de la Revista Española de Enfermedades Digestivas (2), nuestra EAD ha ido mejorando de manera progresiva en la elección de plazas de especialización, situándose entre las cinco más populares. Los datos indican una mayor predilección por centros grandes, de mayor complejidad asistencial y con mayor actividad docente universitaria e investigadora. Del mismo modo, los últimos datos de elección de los médicos una vez superado el MIR suministrados por el Ministerio de Sanidad, demuestran que la EAD es la especialidad que más aumenta su demanda, situándose como la tercera con mayor número de residentes entre los 700 primeros del MIR. Este no es un hecho aislado, sino que la tendencia se está consolidando, pasando de 20 elecciones entre los primeros 700 números del MIR en el año 2011 a 55 residentes en el año 2016, solo por debajo de Cardiología y Dermatología.
¿Cuál es la razón o razones de la creciente popularidad de nuestra querida especialidad? Probablemente no existe una razón única, sino que múltiples factores actúan de forma sinérgica para explicar este fenómeno. Una rápida mirada a las noticias de salud más impactantes de los últimos años permite identificar a la Gastroenterología como una de las especialidades más innovadoras y desafiantes en la medicina. La aparición de tratamientos de última generación frente a la hepatitis C, capaces de curar una infección viral crónica en pocas semanas, es un hito de la medicina moderna que además ha provocado un enorme impacto social. La inequívoca demostración de que la colonoscopia previene la aparición del cáncer colorrectal, siendo probablemente el programa de prevención del cáncer contemporáneo con mejores resultados en este momento; las evidencias de la implicación de determinados alimentos en la génesis y evolución de muchas enfermedades; el desarrollo de nuevas herramientas que nos han permitido comprender nuestro microbioma e identificarlo como un "nuevo órgano" fundamental para el correcto desarrollo no solo del intestino sino de los sistemas inmunológico, vascular y nervioso; la enfermedad hepática por depósito de grasa, un nuevo desafío de salud, en el que una aproximación multidisciplinar liderada por los hepatólogos será clave en el control de la enfermedad; o los avances disruptivos en el campo de la endoscopia diagnóstica y terapéutica; la ecografía; o los extraordinarios avances en el campo de los trasplantes de órganos sólidos, son solo algunas de las razones científicas que justifican el atractivo de nuestra especialidad para nuestros jóvenes médicos. Una especialidad que comparte con naturalidad la parte cognitiva con la instrumental.
La investigación de excelencia en enfermedades hepáticas y digestivas, de carácter preferentemente traslacional y que facilita la obtención de resultados transferibles a la práctica clínica y a aplicaciones biotecnológicas, fomentado por las redes de investigación clínica (CIBERehd), contribuyen, sin duda, a la elección de nuestra especialidad. Esta calidad de la investigación en gastroenterología y hepatología se puede contrastar en las múltiples producciones científicas que cada año los grupos españoles publican en las revistas de mayor impacto mundial.
Una formación de calidad, que cada día más centros españoles son capaces de ofrecer, es la tercera pata que facilita la elección de esta especialidad. Formación que día a día se armoniza no solo dentro de nuestras fronteras, sino a través de programas europeos comunes, que permiten una evaluación común como se describen en el Libro Azul de Gastroenterología y Hepatología (3). Este currículo europeo, cuya implementación debe ser un objetivo de la especialidad en España a corto plazo, es un gran complemento al currículo nacional de educación en digestivo.
Finalmente cabe destacar la baja tasa de desempleo entre los especialistas que han acabado su formación en aparato digestivo y la buena perspectiva laboral, ya sea de iniciativa pública o privada. Los especialistas recién formados no suelen tener dificultad para trabajar y, de hecho, es probable que en unos años exista un moderado déficit de EAD (4). Estos datos no se producen solo en España; los resultados de una encuesta que se efectúa en Estados Unidos, la Physician Compensation Report (5), demuestran que en los últimos años la EAD se sitúa en cuarto lugar en su compensación anual promedio, detrás de los especialistas en cirugía ortopédica y traumatología, cardiología y dermatología, algo muy similar a lo que observamos en nuestro país en cuanto a preferencias, no, obviamente, en recompensa económica.
Riesgos y amenazas
Sin embargo, el relativo optimismo acerca de la salud de nuestra especialidad no debe hacernos olvidar el camino de la excelencia al que estamos obligados, identificando áreas de clara mejora y adelantándonos a las necesidades tanto de nuestros futuros colegas como de la sociedad general.
El excelente trabajo de Curbelo y cols. no analiza la calidad asistencial o docente de los centros de formación, ni el grado de satisfacción de los residentes. La práctica clínica del futuro debe basarse en el análisis de resultados en salud y responder a las necesidades de los pacientes y los profesionales sanitarios desde la tecnología. Sin duda alguna, en este campo debemos ser pioneros para conseguir crear estándares que permitan la comparación de los centros tanto en resultados en salud como en formación e investigación, que permitan hacer una selección más adecuada a nuestros residentes, tanto de nuestra especialidad como de las demás.
La complejidad de nuestra especialidad y su elevado número de competencias hace que, ocasionalmente, la EAD entre en colisión con otros especialistas, como sucede con cierta regularidad con los anestesistas y recientemente con los oncólogos. Debemos definir y delimitar de forma clara nuestro perfil competencial para evitar estas disputas que poco ayudan al cuidado de nuestros pacientes. En este sentido, es fundamental que el nuevo programa de la EAD detalle, de forma explícita, su competencia para la sedación de sus pacientes y para el manejo, en este caso necesariamente multidisciplinar, de sus pacientes oncológicos. Cómo conseguir estas competencias, que es lo que luego dará seguridad jurídica a la EAD, debe estar perfectamente recogido en el programa.
Sin duda, debemos incrementar el periodo de formación; la formación actual de 4 años es francamente insuficiente y la Comisión Nacional de la Especialidad está trabajando para un incremento de este periodo formativo, que nunca debe ser inferior de 4 años en su parte específica. Y no debemos olvidar en este aspecto formativo, las normas de calidad tanto para los formadores como para los centros de formación. La troncalidad, atascada de momento pero con la firme voluntad de la administración de desarrollarse en plenitud en cumplimiento del mandato de la LOPS, impulsa los nuevos programas de especialidad con el desarrollo de competencias. En este sentido, en el nuevo programa de formación de la EAD deben quedar claras las competencias hasta ahora no definidas en él pero de enorme importancia futura: sedación en endoscopias, oncología digestiva, nutrición... Debemos entender la troncalidad como una oportunidad para afrontar mejor el futuro de nuestra especialidad.
Pero si pensamos en formación de calidad no podemos olvidar a los tutores, piezas claves en nuestra formación especializada. La falta de tiempo, la ausencia de un reconocimiento a su labor y la inexistencia de itinerarios formativos específicos son problemas nucleares que necesitan solución inmediata. La Sociedad Española de Patología Digestiva ha publicado un importante documento de posicionamiento sobre Competencias de los Tutores de Aparato Digestivo (6), que esperemos sirva para abrir un debate necesario y dar un impulso real a su figura y a sus funciones, imprescindible en un sistema que busca la calidad total. Las alianzas aquí pueden ser muy importantes y del mismo modo que aliarse con otras especialidades donde los tutores tienen problemáticas comunes, puede ser muy útil buscar alianzas con sociedades cuya razón de ser es la propia formación sanitaria especializada. Así, la Sociedad Española de Formación Sanitaria Especializada -Sefse-Areda-, que aglutina tutores y jefes de estudios de todo el país, y que ha trabajado mucho en todo el proceso formativo, puede sernos de gran ayuda en este espacio.
La humanización de la Medicina y el "Big Data" son el futuro de la innovación en salud. Debemos hacer un esfuerzo notable para incorporarnos al "movimiento de salud digital": monitorizar a los pacientes de forma remota con aplicaciones móviles de salud (mHealth), portales de registros de salud electrónicos, medios sociales y biosensores para mejorar el cuidado de la salud fuera de las trincheras clínicas (7), adelantándonos al enfermar. Y, aunque este editorial no quiere ser exhaustivo, debemos avanzar en nuestra especialidad en la medicina de precisión, entendiendo esta como una medicina predictiva, preventiva, personalizada, participativa y centrada en el paciente.
Teniendo en cuenta los buenos resultados de la elección de la EAD, y los potenciales motivos que están influyendo en su atractivo, deseamos y esperamos que, en las sucesivas convocatorias, la especialidad mantenga o incluso mejore sus datos de elección. Será sin duda motivo de alegría para nuestra especialidad y, especialmente, para nuestros pacientes.
Bibliografía
1. Programa oficial de la especialidad de Aparato Digestivo. Ministerio de Sanidad y Política Social. Orden SAS/2854/2009, de 9 de octubre, por la que se aprueba y publica el programa formativo de la especialidad de Aparato Digestivo. BOE no 258 de lunes 26 de octubre de 2009, sección III, página 89582. [ Links ]
2. Curbelo J, Galván-Román JM, Sánchez-Lasheras F, et al. Aparato Digestivo: evolución de la elección de la especialidad en los últimos años. Rev Esp Enferm Dig 2017;109(9):614-8. DOI: 10.1016/j.medin.2017.02.006. [ Links ]
3. Castro V, Cremers Tavares MI. United European Gastroenterol J. Young GI Angle - Harmonised education: the EBGH Blue Book. United European Gastroenterol J 2017;5:457-8. DOI: 10.1177/2050640617699747. [ Links ]
4. González López-Valcárcel B, Barber Pérez P. Oferta y necesidad de médicos especialistas en España (2006-2030) Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Grupo de Investigación en Economía de la Salud Universidad de Las Palmas de Gran Canaria; 2007. [ Links ]
5. Grisham S, senior editor, editorial services. Medscape Physician Compensation Report 2017. New York: Art Science Code LLC; 2017. [ Links ]
6. Alberca de las Parras F, Alonso López S, Betés Ibáñez M, et al. Competencias de los tutores de aparato digestivo. Posicionamiento de la Sociedad Española de Patología Digestiva. SEPD; 2017. DOI: 10.17235/reed.2017.4358/2016. [ Links ]
7. Spiegel B. How digital health will transform gastroenterology. Am J Gastroenterol 2016;111:624-30. DOI: 10.1038/ajg.2016.68. [ Links ]