Sr. Editor,
Maestro Antolín y cols. 1 presentan una serie de más de 33.000 sedaciones realizadas con propofol por endoscopistas en las cuales observan un 0,13% de eventos adversos cardiorrespiratorios. En nuestro país, los primeros estudios que demostraban excelentes resultados de seguridad con propofol dirigido por endoscopistas fueron publicados hace más de diez años 2. Sin embargo, el uso de propofol por endoscopistas constituye un área de permanente fricción con las sociedades de Anestesiología, más basada en un evidente conflicto de intereses económico por parte de los anestesiólogos que sustentada por la evidencia científica.
En un estudio multicéntrico alemán con más de 24.000 pacientes sedados por endoscopistas, la presencia de eventos adversos graves fue solo de un 0,016% 3. Este mínimo riesgo de eventos adversos graves relacionados con la sedación en endoscopias dificulta el diseño de estudios comparativos, endoscopista vs. anestesiólogo, prospectivos, aleatorizados y con la potencia estadística necesaria.
En términos de coste-efectividad, está demostrado que la administración de propofol por el endoscopista resulta coste-efectiva. Para lograr esto con un anestesiólogo, se requeriría que la mortalidad de la sedación por endoscopistas se multiplicara por 31 o que los costes de anestesia fueran 17 veces más económicos 4.
Con estos datos difícilmente se puede justificar la presencia de un anestesiólogo para procedimientos no prolongados, de baja complejidad y en pacientes de bajo y moderado riesgo anestésico. En estos últimos, el adecuado entrenamiento de los endoscopistas para proporcionar una sedación segura está suficientemente demostrado, respaldado por las sociedades científicas 5 y no tiene vuelta atrás.
Por tanto, más que el enfrentamiento entre diferentes especialidades, donde el corporativismo de las sociedades de Anestesiología y su interés por monopolizar el uso de un fármaco seguro como el propofol impera sin un sustrato científico que lo apoye, anestesiólogos, endoscopistas y personal de enfermería debemos entendernos en aras del beneficio de nuestros pacientes.