The elder sister. William Adolph Bouguereau, 1869
¿Cómo conseguirán los pintores transmitir la fuerza de unos ojos, la belleza de unos pies descalzos? Me hago esta pregunta miles de veces, pero hay cuestiones cuya respuesta es difícil de concretar. Supongo, como decía Pablo García Baena sobre la poesía, que será una mezcla de misterio y precisión.
En este cuadro, Henriette y Paul (ambos hijos del autor) posan para la posteridad sin pretenderlo, en un entorno bucólico donde nada es grande, ni maravilloso, pero todo lo es. La majestad del cuadro quizá deriva del rostro de la protagonista, donde, sin abandonar la infancia, se adivina los mil y un enigmas de la dimensión adolescente.