INTRODUCCIÓN
Los aspectos psicosociales se han asociado como factores claves en la detección de talentos deportivos (Gómez, Noya, Durán y Benito, 2009; Massuca y Fragoso, 2015; Sánchez-Bañuelos, 2002). Inclusive, se ha planteado el estudio de estos aspectos desde un enfoque multifactorial, estudiando a padres, atletas y entrenadores, tratando de analizar si factores como la genética, la práctica o factores situacionales tienen relevancia a la hora de alcanzar la excelencia deportiva (Lynn, 2003). Simón-Piqueras (2009) menciona que el conocer cómo actúan y cómo se comportan los deportistas de alto nivel es de gran utilidad, así también el cómo se preparan para la competición, y qué importancia otorgan a las variables de tipo psicológico, social y ambiental. En los deportes de élite modernos, basados en procesos de entrenamiento, los atletas se enfocan más a sus características motoras, morfológicas y funcionales; sin embargo las características psicológicas llegan a ser cada vez más relevantes para el logro de los más altos resultados, de ahí su importancia para ser considerados también en los procesos de captación, detección y selección (Reddy y Berhanu, 2016). Sin embargo los jugadores no viven aislados y la interacción entre personas que trabajan juntas es el ingrediente básico para realizar sus actividades, en este sentido el rendimiento en su deporte es más que simplemente la suma de esfuerzos individuales (Høigaard, De Cuyper, Fransen, Boen y Peters, 2015).
Uno de los objetivos del trabajo psicológico es la identificación y el análisis del perfil de cada uno de los deportistas, para poder planificar programas de entrenamiento que contribuyan en la mejora de su rendimiento (Cicma y Mereuta, 2013). Se sugiere que la valoración debe centrarse en la mejora del funcionamiento psicológico y su relación con el rendimiento, así como el trabajo necesario para alcanzar el estado psicológico marcado por sus entrenadores (Mahamud, Tuero y Márquez, 2005; Olmedilla, Ortega, Andreu y Ortín, 2010). Este criterio fortalece la afirmación de atletas y entrenadores que consideran que entre el 40 y el 90% del éxito en el ámbito deportivo se debe a factores mentales (Reyes-Bossio, Raimundi y Gómez, 2012). Hay varios factores mentales que afectan el rendimiento de un atleta, pero la dureza mental es uno de los más importantes (Biglari, Sanatkaran, Bahari y Montazeri, 2015), ya que atletas, entrenadores y psicólogos deportivos identifican que la dureza mental se encuentra estrechamente vinculada con el éxito deportivo y con la mejora en el rendimiento de los atletas (Abdoli, Abedanzadeh y Ramazanzadeh, 2013).
El concepto de dureza mental cobra importancia, dado que engloba prácticamente cualquier característica psicológica positiva deseable asociada con el éxito. Es uno de los constructos psicológicos más importantes que subyacen al rendimiento deportivo (Kalinin, Balázsi, Péntek, Duică y Hanțiu, 2019). Este concepto acuñado por Loehr (1990), se define como la cualidad mental superior de un atleta (Gucciardi, Gordon y Dimmock, 2009), hace referencia a la habilidad de ejecutar la acción, de afrontar emociones negativas como el miedo y la frustración, y lo que se espera es que el deportista que es duro mentalmente, tenga la pericia de percibir la situación difícil como un desafío al que se desea enfrentar y no, como un problema o amenaza. Hace referencia a esa actitud calmada que fluye durante la competencia y que el deportista explica como un momento relajado donde todo salió bien. Algunos investigadores coinciden en que estas habilidades reflejan en los deportistas la capacidad de hacer frente al estrés y a la ansiedad en situaciones de alta presión como en la competencia, entre ellas considera muy importante la autoconfianza, entendida como la creencia en sí mismo, en sus características físicas y emocionales (González-Campos, Valdivia-Moral, Zagalaz y Romero, 2015). Por ello, hay quienes abordan el estado psicológico de los atletas considerando que éste incide en todos los procesos tanto cognitivos como afectivos: en la concentración y toma de decisiones como llevar a cabo una ejecución (armado, ataque o saque), en la nitidez de la percepción visual y en la coordinación de la ejecución (García Ucha, 2006; Reyes-Bossio et al., 2012).
Ferreira, Gomes, Borges, Routen y Almeida (2015), consideran que los entrenadores ponen un énfasis especial en los factores de orden personal, incluyendo las características psicológicas, preparación deportiva y factores genéticos. Así mismo, consideran que los entrenadores identifican a factores que ejercen una influencia secundaria como son los ambientales, con énfasis en la familia, aspectos socioculturales y el grupo de amigos; sin embargo los entrenadores de equipos de élite reconocen la necesidad de la interacción e interconexión entre los factores de influencia primaria y secundaria para desarrollar y mantener la excelencia deportiva. Sáenz-López, Ibáñez, Giménez, Sierra y Sánchez (2005), establecen que no existe un factor que por sí solo determine el éxito deportivo, pero consideran que un importante factor en este proceso es el medioambiente o el contexto, combinado con otros factores individuales como componentes psicológicos, tácticos y técnicos, condición física, componentes antropométricos y factores fisiológicos entre otros. El disponer de buenas instalaciones para entrenar, recursos materiales y económicos necesarios, de competiciones de alto nivel y el encontrarse satisfecho en sus necesidades emocionales y su relación con el entorno deportivo son aspectos decisivos en el desarrollo de un deportista (Lorenzo y Sampaio, 2005; Simón-Piqueras, 2009). Por consiguiente, se ha demostrado que en definitiva, los deportistas alcanzan un mejor nivel cuando las condiciones socio-ambientales son las adecuadas.
Existen relativamente pocos estudios que examinen los aspectos psicológicos de jugadores específicamente en el balonmano (Ekmekçi y Miçooğulları, 2018; Schuster, Sindik y Kavran, 2016). Por sus características, este deporte permite identificar los factores que pueden influir en el rendimiento y proporcionar información importante para mejorar criterios del rendimiento antes, durante y posteriores al juego. Algunas de las habilidades psicológicas más importantes son la fijación de objetivos, relajación, aspectos visuoimaginativos, diálogo interno, concentración, confianza, resolución de problemas, ansiedad y control emocional (Ekmekçi et al., 2018).
Por lo antes expuesto, en relación con la influencia de los factores psicológicos y sociales en el alto rendimiento, el objetivo del presente estudio es identificar los factores de la dureza mental y del contexto social que contribuyen en el éxito deportivo de jugadores universitarios de balonmano en función de su posición de juego, considerando que ésta pueda ser diferenciada por las características que definen su posición táctica.
MATERIAL Y MÉTODOS
Diseño de investigación
Se presenta un estudio no experimental de cohorte transversal, comparativo y correlacional, que analiza la relación entre los factores de dureza mental y contexto social que contribuyen al éxito deportivo según la posición de jugadores de balonmano (Ato, López y Benavente, 2013).
Participantes
Participaron 212 jugadores de balonmano universitario (49.5% hombres y 50.5% mujeres) con edades entre 18 y 22 años (M=20.1; DT=1.17), pertenecientes a 22 equipos representativos de universidades mexicanas quienes compitieron en la Universiada Nacional 2017, la cual es la máxima justa deportiva para su categoría. La muestra incluyó por conveniencia a todo atleta mexicano correspondientes a la categoría juvenil superior, que perteneciera oficialmente al equipo representativo de su universidad de adscripción y fueron registrados por posición de juego: portero, pivote, central, lateral y extremo.
Instrumentos
Inventario Psicológico de Ejecución Deportiva (IPED; Hernández-Mendo, 2006; Hernández-Mendo, Morales-Sánchez y Peñalver, 2014). Este cuestionario mide las fortalezas y debilidades de los deportistas, está compuesto de 42 ítems y estima siete factores que miden la dureza mental: autoconfianza, control de afrontamiento negativo, control atencional, control visuoimaginativo, nivel motivacional, control del afrontamiento positivo y control actitudinal. La escala es tipo Likert y va del 1 al 5 en función de la frecuencia en la que experimenta las situaciones deportivas que se plantean en cada uno de los ítems del cuestionario (5=casi siempre, 4=a menudo, 3=alguna vez, 2=rara vez o 1=casi nunca). Con esta muestra se realizó el análisis factorial exploratorio, mediante el método de extracción de componentes principales y rotación Oblimin directo. El índice KMO tuvo un valor de .83 y el test de esfericidad de Bartlett muestra significancia con valor de X2= 3185.99, p < .001 por lo que se considera un análisis factorial pertinente. La estructura factorial exploratoria resultante conformada por los siete factores explican conjuntamente un 52.6 % de la varianza total explicada.
Cuestionario sobre la Percepción de los Factores Relacionados con la Excelencia en el Deporte (PFED; Simón-Piqueras, 2009). El cuestionario mide la percepción de los deportistas sobre los factores del contexto social y el entorno que más inciden durante la preparación para una competencia y en sus logros. Este instrumento consta de 54 ítems integrados en seis factores: el entrenador, el entorno y los recursos, la familia, el propio atleta, la naturaleza del entrenamiento y las características del entrenamiento. La escala de respuesta es de tipo Likert de 0 a 10, en donde el 0 corresponde a la “menor contribución” y 10 a la “máxima contribución”. El PFED mostró adecuadas propiedades psicométricas para esta muestra, ya que la fiabilidad de las escalas oscila entre 0.91 y 0.97. Presenta un análisis factorial pertinente con un índice KMO de 0.92 y el test de esfericidad de Bartlett muestra significancia con valor de X2= 12054.99, p < .001. La estructura factorial exploratoria resultante explica conjuntamente un 73.3 % de la varianza total explicada.
Procedimiento
La captación de la muestra se realizó a la par de la recogida de datos durante el desarrollo de la Universiada. Se contó con la autorización del consentimiento informado, en el cual se expresa la disposición para participar por parte de los atletas, así como el protocolo y manual del investigador, ante el Comité de Ética en Investigación del Centro de Investigación y Desarrollo en Ciencias de la Salud, CIDICS, UANL; en apego a las normas de Buenas Prácticas Clínicas para el desarrollo de proyectos que involucran participación de humano, (número de registro COBICIS: 56/02/2016/01-FOD-MGRS), ya que en este mismo estudio se analizaron otras variables de tipo biológico, las cuales no fueron consideradas para la presente publicación.
Análisis estadístico
Se realizaron análisis descriptivos con parámetros estándar (Media ± Desviación Típica). Se comprobó la normalidad de los datos (Kolmogovorov-Smirnov). Se llevaron a cabo pruebas de consistencia interna por medio de Alfa de Cronbach, y análisis factorial exploratorio para verificar la estructura factorial de los resultados de las dos encuestas aplicadas. Así también, se realizaron los análisis de la prueba de adecuación muestral de Kaiser-Meyer Olkin (KMO). Para verificar la pertinencia del análisis de dimensionalidad se utilizó la prueba de esfericidad de Bartlett con criterio aceptable de p < .05. Para la estadística inferencial se aplicó el test de Kruskal Wallis. La correlación entre los factores de los constructos de dureza mental y contexto social se realizó mediante el coeficiente de correlación Rho de Spearman. El tratamiento de los datos fue mediante el uso del programa estadístico SPSS v24.
RESULTADOS
Los resultados de los estadísticos descriptivos y datos de normalidad para los factores que conforman la dureza mental (IPED) y contexto social (PFED) se muestran en las Tablas 1 y 2 respectivamente. Se presentan los resultados de probabilidad de rechazo (p) correspondiente para cada factor obtenidos del análisis de normalidad. Considerando que no se obtiene una distribución normal para todas las variables, los estudios comparativos se realizaron mediante pruebas estadísticas no paramétricas.
El perfil psicológico de los atletas expresado mediante los factores de la dureza mental, mostró diferencias al realizar la agrupación de acuerdo a sus puntajes (Figura 1). En el factor de control atencional, el cual refiere al grado de dominio ejercido sobre el estado de alerta o preparación para la acción, las diferencias se encuentran específicamente para la posición de laterales (K = 14.21; p < .05), quienes presentan un mayor control atencional (15.2%) respecto a los extremos y porteros (p < .05).
Respecto a los factores del contexto social que más contribuyen al éxito deportivo de los jugadores, se obtuvo diferencias en función de la posición de juego. Para el factor atleta, se identificó que los laterales perciben que ellos mismos son el factor de mayor contribución a su excelencia deportiva con respecto a la percepción de los pivotes (K = 11.08; p < .05). En la Figura 2 se observar que al agrupar por niveles de contribución, los laterales presentan el más alto nivel contribución (22.6%) para este factor (p < .05).
Otro factor del contexto social que mostró diferencias por posición de juego fue la naturaleza del entrenamiento (implica visualización de videos, el trabajo psicológico, la participación del deportista en el diseño de su entrenamiento, la simulación de competencias, la relación trabajo y descanso, su participación en el diseño del entrenamiento) la que se percibe diferente, ya que los porteros identifican a este factor como el de mayor contribución a su éxito deportivo respecto a como lo perciben los pivotes (K = 10.08; p < .05). En la Figura 3 se muestra que al agrupar por niveles de contribución, se identifica que la posición de portero identifica el más alto nivel contribución (16.1%) para este factor (p < .05).
Al analizar la asociación entre los factores de la dureza mental y del contexto social, se destaca que el factor de la dureza mental que correlaciona con más factores del contexto social (entrenador, familia, características y naturaleza del entrenamiento) es la autoconfianza; seguido del factor entrenador que se asocia con el control visuoimaginativo y el actitudinal. Así también, el factor familia se asocia de manera positiva con factores de la dureza mental tales como control del afrontamiento positivo y control actitudinal (Tabla 3).
DISCUSIÓN
El objetivo de este estudio ha sido el determinar los factores psicosociales de jugadores de balonmano y establecer si existen diferencias entre ellos en función de la posición táctica de los jugadores. Los resultados muestran que la dureza mental interpretada a través de algunos de sus factores, presenta diferencias en función de la posición de juego. En este sentido, los atletas que ocupan la posición de laterales mostraron un mayor control atencional que el resto de los jugadores. Es decir, presentan una mayor concentración y control de las dificultades, ya que las perciben como una fortaleza psicológica, confían en sí mismos para centrar su atención a la tarea. Esto ha sido expresado anteriormente como una condición propia de la posición del lateral en la cancha de juego, dado que requiere estar en movimiento constante y mantener un estado de alerta o de preparación para la acción (Hernández-Mendo, 2006), ya sea para realizar lanzamientos o cambios de ritmo para hacer las fintas en sus desplazamientos; a diferencia del factor concentración, esta variable psicológica implica mantener el control de la atención (Dosil y Caracuel, 2003). El obtener resultados puntuales, como es el establecer diferencias en el perfil psicológico de los jugadores profesionales de balonmano en función del puesto táctico, suele ser de gran ayuda a entrenadores y técnicos para planificar los entrenamientos y las competencias (Olmedilla, Ortega y Gómez, 2014).
Con referencia a la percepción que tienen los deportistas que participaron en este estudio sobre los principales factores del contexto social que han influido en su excelencia en el deporte, se encontraron también diferencias según la posición de juego. Los laterales consideran que son ellos mismos, sus características personales, capacidades y sus esfuerzos lo que más contribuye a su alto desempeño. En cambio, los porteros perciben que el principal factor que contribuye a su excelencia en este deporte es la naturaleza del entrenamiento, este factor corresponde a algunos conceptos que tienen efecto en el rendimiento del deportista, como son la visualización de videos y el trabajo psicológico (De la Vega, Román, Ruiz y Hernández, 2014). Se ha comprobado en trabajos similares que el entrenamiento específico con los porteros mejora su desempeño psicológico y su rendimiento deportivo (Sá, Rui, Saavedra y Fernández, 2015). Lo anterior lo confirman también Pérez y Gerona (2008) quienes refieren que el portero es el puesto específico en el que la psicología y el pensamiento del jugador puede ayudar más a realizar su función.
La correlación de variables entre la dureza mental y contexto social evidenciaron que existe una correlación positiva y significativa entre algunos de sus factores. La autoconfianza como factor de la dureza mental mostró una relación con los factores: entrenador, familia, características y naturaleza del entrenamiento que corresponden al contexto social. Estos resultados coinciden con lo reportado por Simón-Piqueras (2009) así como lo reportado por Ponce-Carbajal, Tristán, Jaenes y Castillo (2017), al parecer esta relación se muestra claramente al relacionar el hecho de que el entrenador puede desarrollar y fortalecer habilidades psicológicas en los atletas que se desarrollan en el entrenamiento y se aplican en la competencia, mejorando así su técnica y corrigiendo errores, por consiguiente esto contribuye a su confianza y seguridad.
Así también el factor familia se asocia de manera positiva con factores de la dureza mental tales como control del afrontamiento positivo y control actitudinal. Otros autores (Sá et al., 2015) hacen referencia de como la familia contribuye en el aspecto emocional y económico, alta implicación por parte de los padres, el apoyo emocional, interés por su carrera, preocupación por su futuro y sus problemas, apoyo moral y respeto por sus decisiones; esto lo percibe el deportista como un factor de alta contribución a su desempeño deportivo, le genera una mayor facilidad para enfrentar situaciones adversas y la forma de afrontarlas. Gómez et al. (2009) mencionan que la clave más importante para el desarrollo del deportista de alto nivel es la estabilidad del entorno personal y familiar que proporciona la necesaria estabilidad emocional. En este sentido se reafirma la importancia de contemplar aspectos socioemocionales en los planes de apoyo o de ayuda a los deportistas de alto nivel considerando que las condiciones del entorno son tan determinantes como los factores genéticos Gómez et al. (2009). Por lo anteriormente descrito se concluye que las características psicosociales son diferentes en función de la posición del jugador universitario de balonmano. El entrenador, la familia, la naturaleza y las características del entrenamiento son los factores sociales que más contribuyen al éxito deportivo y a su vez incrementan la autoconfianza del jugador.
Las limitaciones consideradas para la presente investigación son el tamaño de la muestra y la representación del nivel competitivo de balonmano universitario, lo cual limita la generalización de resultados así como la construcción de baremos para la interpretación. Además la falta de análisis respecto a la dureza mental en relación con la experiencia deportiva, ya que pueden estar participando jugadores de selección nacional o con menos experiencia de práctica de esta disciplina deportiva.
APLICACIONES PRÁCTICAS
La interpretación de los resultados que se obtienen al aplicar tanto el IPED como PFED, permite contar con información valiosa sobre los principales factores que los jugadores de balonmano consideran de mayor importancia en su preparación y contribuyen a su éxito deportivo. El balonmano demanda que los atletas realicen un trabajo intensivo para enfrentar cargas de entrenamiento que requieren la máxima concentración de todo el aspecto físico, volitivo y capacidades mentales, por ello el trabajo psicológico debe enfocarse en identificar sus cualidades mentales y de formar en el deportista un sistema de regulación y funcionamiento de su conducta adaptable de manera creativa y eficiente a las situaciones que ocurran durante un partido.