INTRODUCCIÓN
El análisis del rendimiento en el fútbol de élite supone un aspecto determinante para poder lograr el éxito deportivo (Lago-Peñas, Casáis, Domínguez, Martín, y Seirul-lo, 2010). Para tal fin, el uso de indicadores de rendimiento resulta imprescindible (Sarmento, Marcelino, Anguera, Campaniço, Matos, y Leitão, 2014). Uno de los indicadores de rendimiento que más atención ha tenido en los últimos años en el fútbol profesional ha sido la posesión de balón (Casal, Maneiro, Ardá, Marí, y Losada, 2017; Castellano, Casamichana, y Lago-Peñas, 2012). La elección de un estilo de juego es una decisión estratégica que el entrenador (o cuerpo técnico) toma en el intento de optimizar el rendimiento de los equipos que dirige (Fernández-Navarro, Fradua, Zubillaga, y McRobert, 2018). Gran parte de la literatura académica (Casal et al., 2017; Castellano, 2018; Jones, James, y Mellalieu, 2004; Lago-Peñas, Lago-Ballesteros, Dellal, y Gómez, 2010) coinciden en que la posesión de balón que caracteriza el modelo de juego indirecto, o basado en la posesión, acerca a los equipos al éxito, es decir, es un rasgo de los equipos ganadores y, por tanto, de los equipos que se sitúan en la zona alta de la tabla al finalizar la competición. Un aspecto importante cuando se analiza la posesión como un indicador de rendimiento es discernir la calidad de la misma, como aconseja Collet (2013). Por lo tanto, será necesario no solo cuantificar el tiempo que un equipo retiene la posesión, sino también contextualizarlo en la zona en la que se lleva a cabo (e.g., mantener el balón en zonas alejadas de la portería rival no garantiza el éxito de la fase ofensiva, aunque puede ser una estrategia recomendada para defender la posesión en circunstancias que lo recomiendan,Casal et al., 2017) o la eficacia de las mismas (e.g., ratio pases/tiros, Collet 2013). No obstante, debido a que el fútbol es un deporte dominado por los factores tácticos y estratégicos, parece razonable considerar que las variables situacionales del juego pueden influir de alguna forma sobre el desempeño de los equipos (Lago-Peñas, Casáis, Domínguez, Lago-Ballesteros, y Rey, 2009).
Algunas de las variables de situación que han sido estudiadas por los investigadores son: nivel del oponente (Aquino, Manechini, Bedo, Puggina, y Garganta, 2017; Gómez-Ruano, Mitrotasios, Armatas, y Lago-Peñas, 2018; Lago-Peñas, 2009; Lago-Peñas et al., 2010; Lago-Peñas, y Dellal, 2010; Lago-Peñas, y Lago-Ballesteros, 2011; Taylor, Mellalieu, James, y Shearer, 2008), jugar en casa o fuera (Aquino et al., 2017 ; Gómez-Ruano et al., 2018; Lago-Peñas, y Dellal, 2010; Lago-Peñas, y Lago-Ballesteros, 2011; Lago-Peñas, y Martín, 2007; Pollard, 2006; Sánchez, García-Calvo, Leo, Pollard, y Gómez, 2009), localización geográfica (Gutiérrez, Casamichana, Castellano, y Sánchez-Sánchez, 2018), horario (Gutiérrez, Castellano, Casamichana, y Sánchez-Sánchez, 2018), resultado momentáneo (Casal et al., 2017; Lago-Peñas, 2009; Lago-Peñas et al., 2009; Lago-Peñas et al., 2010; Lago-Peñas, y Dellal, 2010), resultado final (Casal, Anguera, Maneiro, y Losada, 2019; Casal et al., 2017; Castellano, 2018; Collet, 2013; Lago-Peñas, y Dellal, 2010), parte del partido (Castellano, Blanco-Villaseñor, y Álvarez, 2011) y tamaño del terreno de juego (González-Rodenas et al., 2019; Gutiérrez et al., 2018).
Una de las variables contextuales que más se ha analizado, por tener una influencia considerable en el rendimiento de los equipos (Lago-Peñas et al., 2009), es el nivel del oponente. Para analizar esta variable, los investigadores han optado por la división en niveles a partir de diferentes criterios. Por ejemplo, Taylor et al. (2008) propusieron una división simétrica basada en la clasificación final, fundamentando su análisis en la dicotomía "oposición fuerte" y "oposición débil". En otros estudios se diferenciaron tres (Castellano et al., 2011) o cuatro (Lago-Peñas, y Lago-Ballesteros, 2011) grupos, dependiendo de la posición final de los equipos en la clasificación de la liga. La mayoría de los trabajos (Aquino et al., 2017; Lago-Peñas, 2009; Lago-Peñas et al., 2010; Lago-Peñas, y Dellal, 2010 se asocia con una reducción en el tiempo de posesión del balón. Un estudio reciente (Fernández-Navarro et al., 2018) identificó que los equipos de fútbol en general juegan un estilo más directo, dejando a un lado el juego de posesión, cuando se enfrentan a rivales exitosos.
Otra variable contextual que parece condicionar de una forma trascendental el rendimiento de los equipos de fútbol es la ubicación del partido. Varios estudios (Aquino et al., 2017; Lago-Peñas, y Dellal, 2010; Lago-Peñas, y Lago-Ballesteros, 2011; Lago-Peñas, y Martín, 2007; Pollard, 2006; Sánchez et al., 2009) han confirmado un resultado favorable en el mantenimiento de la posesión cuando los equipos juegan como locales en comparación a cuando lo hacen como visitantes: el ambiente local en el estadio, la familiaridad del entorno o el simple hecho de no tener que viajar, son algunas de las justificaciones que se dan (Pollard, 2006). Por su parte, Collet (2013) encontró que los equipos con mayor nivel que el resto dominan la posesión de balón independientemente de la ubicación del encuentro.
Otra variable de situación que cobra importancia en la investigación es el resultado final, asociándose un porcentaje alto de la posesión con la victoria en el encuentro (Lago-Peñas, y Dellal, 2010). En este sentido, Castellano (2018) expone en su estudio que la posesión de balón tiene una moderada correlación con los puntos obtenidos a lo largo de una temporada. En la misma línea, Casal et al. (2017) indicaron que en los partidos de la fase final de la UEFA EURO 2016 de Francia los equipos exitosos, es decir, los que obtuvieron la victoria, se caracterizaron por tiempos de posesión más largos, preferiblemente en la zona ofensiva media. Por su parte, Collet (2013) señala que la posesión parece tener un peso importante en la victoria, pero sugiere que eliminando de los análisis los equipos más exitosos, la posesión de balón no repercute de la misma manera en la acumulación de puntos por partido en las ligas nacionales.
Dentro de un mismo equipo, al margen de las adaptaciones contextuales, cambios relevantes en el seno de los clubes (e.g., cambio de entrenador) también podrían hacer variar el patrón de juego del equipo a lo largo de una misma temporada (Castellano, y Casamichana, 2016). La destitución del entrenador acontece cuando las expectativas del club no se están cumpliendo, en el intento de dar la vuelta a una mala dinámica de resultados u optimizar la cohesión del equipo (Balaguer, Castillo, Ródenas, Fabra, y Duda, 2014). Un trabajo previo (Castellano, y Casamichana, 2016) encontró diferencias significativas en cuanto al modelo de juego entre tres entrenadores que lideraron a un equipo durante una misma temporada. Los autores de este estudio, encontraron un descenso en la duración de la posesión de balón comparado el tercero de los entrenadores con los dos que le habían precedido. Sin embargo, cabe señalar, que el cambio de entrenador tiene un efecto positivo a corto plazo (e.g., cinco primeros partidos), permitiendo alcanzar a los equipos un 20% más de puntos que en el mismo intervalo de tiempo por el entrenador cesado (Lago-Peñas, 2007), si bien, este impacto desaparece a medio y largo plazo.
Tomando en cuenta todo lo anterior, el objetivo del estudio fue estudiar cómo afectaron algunas variables contextuales (entrenador, nivel del oponente, ubicación del partido y resultado final) en la posesión del balón de un equipo de fútbol de la categoría División de Honor Juvenil de España a lo largo de una temporada competitiva. Los resultados de este estudio permitirían a los entrenadores de fútbol que trabajan en la formación considerar la posesión del balón como indicador de rendimiento con el que evaluar a sus equipos y, en su caso, proponer estrategias de intervención para optimizar su rendimiento.
MATERIAL Y MÉTODOS
Diseño
Dentro de los posibles diseños de observación aplicables en el ámbito de la actividad física y el deporte, y en relación a los tres criterios clave, unidades o participantes, temporalidad y dimensionalidad (Anguera, Blanco-Villaseñor, Hernández-Mendo, y Losada, 2011), el diseño del estudio está situado en el cuadrante I, atendiendo a los siguientes rasgos básicos: ideográfico, seguimiento y multidimensional. La ubicación en este cuadrante se justifica debido a que es una única unidad (equipo) que se observó, el registro se realizó durante toda la temporada para conocer la evolución del equipo y la codificación se llevó a cabo a partir de una herramienta de observación que aglutina varios criterios, dimensiones o macrocategorías (Bakeman, y Quera, 1996).
Participantes
En el presente estudio se analizaron los 30 partidos de liga disputados por un equipo de fútbol, del Grupo 2 correspondiente a la liga División de Honor Juvenil de España, perteneciente a las categorías inferiores de un club profesional militante de la Primera División Española de Fútbol (LaLiga) durante la temporada 2017-2018. De los 30 partidos de liga disputados por el equipo, 15 se jugaron en casa y 15 a domicilio. De todos estos partidos, 17 fueron victorias, siete empates y seis derrotas, terminando de esta manera en la zona alta de la clasificación a final de temporada. Todos los jugadores, padres-madres y/o tutores, así como los responsables del club fueron notificados del diseño de la investigación y sus requisitos, además de los beneficios y riesgos potenciales antes de iniciar el estudio. Todos firmaron el consentimiento informado. El Comité de Ética con Seres Humanos (CEISH) de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) aprobó el estudio.
Herramienta de codificación
Zonas del terreno de juego
El campo de fútbol se dividió transversalmente en cuatro zonas, que se designaron como Z1, Z2, Z3 y Z4. Esta forma de división está basada en la propuesta original de Castelo (1999) asociando a cada zona unos objetivos tácticos propios. Las zonas se diferenciaron por las propias líneas marcadas en el terreno de juego, tal y como queda reflejado en la Figura 1.
Indicadores de rendimiento
En la Tabla 1 se recogen los códigos y las definiciones de los indicadores de rendimiento de posesión. Todos estos indicadores están relativizados al porcentaje de la duración total del tiempo de juego efectivo del partido medido en minutos.
Variables de situación
Al igual que se ha propuesto en estudios anteriores (Aquino et al., 2017; Castellano, 2018; Castellano et al., 2011; Castellano, y Casamichana, 2016; Collet, 2013; Gómez et al., 2018; Lago-Peñas, 2009; Lago-Peñas et al., 2010; Lago-Peñas, y Dellal, 2010; Lago-Peñas, y Lago-Ballesteros, 2011; Lago-Peñas, y Martín, 2007; Pollard, 2006; Sánchez et al., 2009; Taylor et al., 2008), las variables de situación que se escogieron para este estudio fueron: entrenador, nivel del oponente, ubicación del partido y resultado final.
Para la variable entrenador, los partidos disputados por el equipo de referencia (EQU) en la temporada 2017-2018 fueron agrupados dependiendo del entrenador que estuvo a su cargo en el momento de su análisis (Castellano, y Casamichana, 2016): entrenador 1 (E1) durante los primeros cinco partidos, entrenador 2 (E2) durante los segundos 11 partidos y entrenador 3 (E3) durante 14 partidos restantes hasta la jornada 30.
En la variable nivel del oponente, los equipos fueron clasificados en tres niveles dependiendo de la clasificación al final del campeonato (Castellano et al., 2011): alto (OP1), medio (OP2) y bajo (OP3). De los 16 equipos del Grupo 2 correspondiente a la liga División de Honor Juvenil de España, los de nivel alto fueron los cinco primeros clasificados (incluyendo el EQU), los de nivel medio los siguientes seis clasificados y los de nivel bajo los últimos cinco clasificados.
En la variable ubicación del partido se añadieron los partidos jugados como local (L) y como visitante (V). De los 30 partidos de liga, 15 se jugaron en casa y 15 a domicilio. Dentro de la variable resultado final se incluyeron: ganar (G), empatar (E) y perder (P). De los 30 partidos disputados por el EQU, 17 fueron victorias, siete empates y seis derrotas.
Procedimiento
Previo a la codificación definitiva de los partidos, se llevó a cabo la calidad del dato, a partir del estudio de la fiabilidad inter-observador. Para tal fin, dos observadores registraron in vivo la primera parte de un partido (fiabilidad inter) y tres meses después volvieron a realizar uno nuevo registro in vivo también (fiabilidad inter pero con el sentido de estabilidad). Una vez en disposición de los dos registros de ambas pruebas, se implementó el análisis de la concordancia entre observadores estimándose el coeficiente Kappa de Cohen (Cohen, 1988), utilizándose la aplicación informática GSEQ 5.1 para Windows (Bakeman, Quera, y Gnisci, 2009). Para dicho análisis se emplearon dos tipos de estrategia, a partir de considerar los registros como datos tipo evento o datos tipo estado. En la secuencia de eventos se considera únicamente la ocurrencia de las categorías, mientras que la secuencia de estados tiene en cuenta además la duración de cada una de las categorías (Anguera, Blanco-Villaseñor, Losada, y Hernández-Mendo, 2000). En la primera prueba, en ambos casos el valor de la Kappa fue óptimo, 0,91 y 0,70 para los eventos y los estados (con una ventana de tiempo de cinco segundos), respectivamente. En la segunda prueba, en ambos casos el valor de la Kappa también fue óptimo, 0,96 y 0,83 para los eventos y los estados (con una ventana de tiempo de cinco segundos), respectivamente. Dichos resultados pueden considerarse óptimos (Cohen, 1988) para llevar a cabo el estudio a partir de esta herramienta de codificación y con esta formación de los observadores.
Una vez superada la prueba de calidad y comprobada su estabilidad en el tiempo, todos los partidos codificados y registrados en EasyTag fueron exportados como archivos CSV a una hoja de cálculo de Microsoft Office Excel 2007 para su posterior análisis.
Análisis estadístico
Los datos son presentados con la media y la desviación estándar. Se emplearon pruebas no paramétricas para la comparación de medias de forma independiente entre las cuatro variables de clasificación definidas para la presente investigación: entrenador (E1, E2 y E3), nivel del oponente (OP1, OP2 y OP3), ubicación del partido (L y V) y resultado final (G, E y P). Primero se realizó la prueba de Kruskal-Wallis para todas las variables y condiciones. Posteriormente solo en las variables estadísticamente significativas se aplicó la prueba de U de Mann-Whitney comparando las diferencias dos a dos. Todos los análisis estadísticos fueron realizados utilizando el paquete estadístico SPSS v25.0 (SPSS Inc., Illinois, EEUU) para Windows y el nivel de significación admitido fue de p<0,05.
RESULTADOS
En la Tabla 2. se muestran la media y la desviación estándar de los indicadores de rendimiento de posesión, diferenciándose cada una de las variables de clasificación estudiadas: entrenador, nivel del oponente, ubicación del partido y resultado final.
Según se recoge en la Tabla 2 existieron diferencias significativas (p<0,05) entre E1 y E2 en POS3%, siendo el EQU con el E1 su posesión estadísticamente superior. Con respecto a la variable de clasificación nivel del oponente (OP1, OP2 y OP3), por una parte, existieron diferencias significativas (p<0,05) en POS% entre OP1 y OP2, y por otra, entre OP1 y OP3, alcanzando valores superiores en OP2 y OP3 respecto a OP1. Cabe destacar que también existieron diferencias significativas (p<0,05) entre OP1 y OP2 en POS1%, siendo OP1 estadísticamente superior. También se pueden encontrar diferencias significativas (p<0,05) entre OP1 y OP2 en POS3%, siendo en este caso OP2 estadísticamente superior. No se encontraron diferencias significativas entre el resto de indicadores. Finalmente, para las variables ubicación del partido (L y V) y resultado final (G, E y P) no existieron diferencias significativas en la posesión del EQU
Nota: POS% es el porcentaje de la posesión de balón del tiempo efectivo del partido, POS1% es el porcentaje de la posesión de balón en la Z1 del tiempo en posesión de balón del equipo, POS2% el porcentaje de la posesión de balón en la Z2, POS3% el porcentaje de la posesión de balón en la Z3 y POS4% el porcentaje de la posesión de balón en la Z4, E1 hace referencia a entrenador 1, E2 a entrenador 2 y E3 a entrenador 3, OP1 a nivel del oponente alto, OP2 a nivel del oponente medio, OP3 a nivel del oponente bajo, L a local, V a visitante, G a ganar, E a empatar y P a perder. b%gt;E2, a%gt;OP1 y c%gt;OP2 para p%lt;0,05.
DISCUSIÓN
El propósito de este trabajo fue estudiar cómo afectaron en la posesión del balón de un equipo de fútbol perteneciente a la categoría División de Honor Juvenil de España durante una temporada competitiva las variables de situación: entrenador, nivel del oponente, ubicación del partido y resultado final. A conocimiento de los autores, éste es el primer trabajo en el que se aplican indicadores de posesión para el análisis del rendimiento ofensivo de un equipo de formación considerándose diferentes variables de situación, ya que este tipo de estudios han sido realizados en el fútbol profesional. Los principales resultados del estudio fueron que el equipo analizado mostró pequeñas diferencias relacionadas con los modelos de juego propuestos por los diferentes entrenadores que estuvieron a su cargo y, sobre todo, cuando el equipo se enfrentó a rivales de diferente calidad, establecida atendiendo a la posición alcanzada por los rivales al final del campeonato. La ubicación del partido y el resultado final, en cambio, no influyeron en la posesión del balón.
A partir de los resultados obtenidos, el equipo analizado tuvo más posesión que sus rivales durante el campeonato, si bien existieron diferencias en función de las variables de clasificación estudiadas. En cuanto a la variable de clasificación entrenador, cabe señalar que fue significativa entre E1 y E2 en el indicador POS3%, siendo en E1 superior. Esto podría ser explicado por la prioridad del E1 de mantener la posesión en campo rival durante la fase de ataque en la búsqueda de la portería contraria y, posiblemente, haciendo que el bloque del equipo estuviera más adelantado. También Castellano y Casamichana (2016) encontraron diferencias respecto al peso de la posesión del balón como rasgo del modelo de juego de cada uno de los tres entrenadores de un mismo equipo durante una temporada, encontrándose que en el periodo del tercer entrenador, el equipo mostró un descenso en la duración de la posesión de balón.
Con relación a la variable de clasificación nivel del oponente, cabe destacar que fue diferente la forma de jugar de la fase ofensiva dependiendo de la calidad de los rivales. Existieron diferencias significativas entre OP1 (el nivel más alto) y entre OP2 y OP3 en el indicador POS%, alcanzando valores superiores en OP2 y OP3 respecto a OP1, coincidiendo con otros estudios en el ámbito profesional (Aquino et al., 2017; Lago-Peñas, 2009; Lago-Peñas et al., 2010; Lago-Peñas, y Dellal, 2010), que asocian el jugar contra equipos de mayor nivel con una reducción en el tiempo de posesión del balón. La variable de clasificación nivel del oponente también fue significativa entre OP1 y OP2 en el indicador POS1%, siendo superior en OP1. Este resultado puede explicarse por las dificultades que pudo encontrar el EQU para progresar a zonas más adelantadas contra equipos de mayor nivel desde su propio campo, concretamente desde la zona más cercana a su portería, por causa de la alta presión realizada por éstos. Es de extrañar que no se encontraran diferencias respecto a OP3, explicado quizás por el tipo de estrategia defensiva planteada por los equipos de menor nivel de presionar en bloque alto la salida de balón del EQU Al igual que en los indicadores POS% y POS1%, también fue significativa la diferencia entre OP1 y OP2 en el indicador POS3%, siendo superior en OP2. Este resultado puede reflejar las dificultades que pudo tener el EQU de mantener la posesión en la Z3 del campo al enfrentarse a rivales de la parte alta de la clasificación, tal vez por la estrategia defensiva planteada por estos equipos de recuperar el balón cuanto antes en dicha zona e intentar generar un ataque lo antes posible. Finalmente, cabe subrayar que no se encontraran diferencias respecto a OP3 en este último indicador. Esto puede ser explicado por el tipo de estrategia defensiva planteada por los equipos de menor nivel frente a un equipo clasificado entre los cinco primeros de la tabla como fue el equipo estudiado en el presente trabajo.
Referente a la variable de clasificación ubicación del partido, no se encontraron diferencias significativas a partir de los indicadores de posesión analizados. Estos resultados se ajustan con los de algunos autores (Lago-Peñas, 2009; Lago-Peñas et al., 2010), que señalaron que no influía jugar en casa o a domicilio. Según Collet (2013), los equipos de mayor calidad habitualmente dominan la posesión de balón independientemente de que jueguen en casa o fuera. Esta afirmación puede ser una de las razones que explique la ausencia de diferencias, ya que el EQU terminó la temporada clasificado entre los cinco primeros.
Respecto a la variable resultado final, los resultados obtenidos no mostraron diferencias significativas. Éstos no se corresponden con los de otros estudios (Casal et al., 2019; Castellano, 2018; Collet, 2013), que relacionaron una mayor duración de la posesión de balón con la victoria en equipos profesionales. Quizá esta ausencia de asociación pudo deberse a la superioridad que mostró el EQU en su juego en la mayoría de los partidos disputados independientemente del resultado.
A pesar de que el presente estudio recoge la totalidad de los 30 partidos que el equipo disputó en una misma temporada competitiva, al tratarse de un estudio de caso, será necesario ser prudente a la hora de extrapolar estos resultados a otros equipos y temporadas. Creemos que la realización de estudio de un equipo en particular durante un período prolongado aporta información útil y sensible para el análisis del rendimiento en el fútbol de formación y deberían emplearse de manera adaptada a cada modelo de juego propuesto por los equipos, ya que el uso de datos agregados para varios equipos podría enmascarar los factores que determinan o contribuyen al éxito o fracaso de cada equipo en particular (Taylor et al., 2008). La segunda de las limitaciones del estudio podría concretarse en la ausencia de indicadores que informasen sobre el proceso defensivo o sin posesión del balón. La conexión entre la fase ofensiva y defensiva de los equipos es una cuestión crucial en el juego que hubiera permitido ofrecer una idea más global de cómo ha rendido el equipo en ambas facetas.
CONCLUSIONES
A partir de los resultados del presente estudio se podría concluir que la posesión de balón jugó un papel importante en el rendimiento del EQU, puesto que finalizó la temporada entre los cinco primeros clasificados de la liga, teniendo más posesión que sus rivales. Además, apenas existieron diferencias en cuanto al modelo de juego propuesto por cada uno de los tres entrenadores, representado por la posesión del balón total y la realizada en diferentes zonas del campo. La presencia del rival jugó un papel importante afectando a los valores de posesión del balón del equipo estudiado, por lo que resulta inevitable la necesidad de contextualizar esta variable con relación al nivel del oponente.
APLICACIONES PRÁCTICAS
Los resultados obtenidos en este estudio podrían tener una doble aplicación práctica. En primer lugar, el seguimiento del rendimiento a partir del uso de indicadores de posesión podría ser de interés para el cuerpo técnico para evaluar si el modelo de juego propuesto por equipo se asocia a dinámicas positivas de rendimiento del equipo en competición, y en su caso, proponer estrategias de intervención con el objetivo de optimizarla, diseñando contenidos específicos en la semana de preparación previa, considerando la calidad del rival del próximo enfrentamiento. En segundo lugar, el seguimiento sobre el rendimiento del equipo con relación a la posesión de balón permitiría a la dirección deportiva valorar si el equipo está cumpliendo con las orientaciones marcadas desde el club sobre el modelo de juego que desea implantar en la academia.