Mensajes Clave
1. No existe una relación significativa entre la calidad de sueño y el %GC de estudiantes universitarios.
2. Se observaron altas frecuencias de mala calidad de sueño y %GC inadecuados en estudiantes universitarios.
3. El 47% de los estudiantes tienen un mal %GC, siendo más prevalente en mujeres.
Introducción
El sueño es un proceso fisiológico activo y dinámico que tiene un impacto crítico en muchos aspectos de la salud física y mental1. La importancia del mismo radica en las funciones que cumple, ya que contribuye a la regulación de la temperatura, metabolismo y sistema endocrino; asimismo, a la solidificación de la memoria, activación del sistema inmune y restablecimiento de la energía gastada2,3. Respecto a la duración, varía de acuerdo a la edad de la persona4, en el caso de adolescentes (12-17 años) se recomienda una duración promedio de 8 a 10 horas y en jóvenes (18-29 años) entre 7 a 9 horas de descanso5.
La calidad de sueño se entiende como el acto de “dormir bien” y mantener un buen funcionamiento diurno6. Kriber et al.7 evaluaron a 1.776 personas en Latinoamérica; mostrando que 2/3 de la muestra presentó alteraciones en el sueño. En Perú, evaluaron a 4.445 individuos, encontrando un 32,3% con perturbaciones en el sueño entre leves a graves8.
Una mala calidad de sueño puede traer diversas consecuencias en la salud, como el aumento de la morbimortalidad, afección del nivel neurológico conllevando a un deterioro cognitivo. A nivel cardiovascular, siendo factor de cardiopatía isquémica, fibrilación auricular e hipertensión arterial (HTA). A nivel psiquiátrico, generando ansiedad y estrés. Y a nivel metabólico, evidenciándose en diabetes mellitus, síndrome metabólico, sobrepeso y obesidad (estado nutricional donde predomina el exceso de grasa corporal)9,10.
El sobrepeso y obesidad se define como un elevado porcentaje de grasa corporal (%GC) que puede generar perjuicios para la salud11,12. Malo Serrano et al.13 estimaron que para el año 2030 más del 40% de la población mundial tendrá sobrepeso y 1 de cada 5 presentará obesidad. Asimismo, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)14 indicó que en América Latina y Caribe el 58% de las personas presenta sobrepeso, con tasas más elevadas en Bahamas (69%), México (64%) y Chile (63%). Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI)15, en Perú existe prevalencia de sobrepeso y obesidad en el 60% de personas mayores de 15 años, más en mujeres (63,1%) que en hombres (56,8%).
Las personas más susceptibles a presentar sobrepeso y obesidad, son los menores de 5 años, adolescentes y mayores de 18 años16, destacando los universitarios. Este último grupo poblacional puede adquirir hábitos de vida inadecuados, debido a los irregulares horarios de comida, muchas horas de estudio, vigilias frecuentes y carencias a nivel económico; aspectos que pueden afectar a su estado nutricional17,18.
Sobre la relación entre la calidad de sueño y el %GC, estudios realizados por Chamorro et al.19 y Escobar et al.20 muestran que una rutina nocturna reduce los niveles de leptina, generando una mayor ingesta calórica, producto de la disminución de la actividad de la hormona de la saciedad y del incremento de actividad por parte de las hormonas orexigénicas (grelina y orexina). Además, una menor cantidad de sueño aumenta la somnolencia y fatiga diurna, conllevando a un menor gasto energético. Así, se genera una menor sensibilidad y mayor resistencia insulínica; resultando en una reducción del gasto calórico, aspecto que favorece la ganancia de peso y con ello el incremento de grasa corporal.
Por lo anterior, el objetivo de estudio de investigación fue determinar la relación entre %GC y la calidad de sueño en estudiantes de la escuela de Nutrición Humana de la Universidad Peruana Unión.
Material y métodos
Diseño, tipo de investigación y participantes
Estudio transversal con muestreo no probabilístico por conveniencia 21. La recogida de muestra fue mediante cuestionario anónimo y autocumplementado vía papel por 155 estudiantes de la escuela de Nutrición Humana de la Universidad Peruana Unión, ubicada en el distrito de Lima. Las edades estuvieron comprendidas entre 16 a 30 años. La encuesta se realizó durante los meses de enero a diciembre de 2019.
El universo de estudio fueron los 240 estudiantes de Pregrado de Nutrición Humana y matriculados en cualquiera de sus 10 semestres. El tamaño de muestra estimada fue de 148 estudiantes, que sería la cifra necesaria para cumplir el 95% de nivel de confianza, una proporción esperada de 50%, que es la prevalencia de mala calidad de sueño en los estudiantes de nutrición y el ±5% de error.
En primer lugar, completaron una breve ficha de anamnesis, luego contestaron el cuestionario del índice de calidad de sueño de Pittsburg (Pittsburg Sleep Quality Index, PSQI, por sus siglas en inglés); finalmente, se midió el %GC a través del instrumento bioimpedanciómetro; todo ello, llevado a cabo en el mismo día. Antes de la recolección de los datos, los participantes fueron informados del propósito del estudio.
Consideraciones éticas
Todos los participantes dieron su consentimiento informado por escrito para participar de este estudio, que se realizó de acuerdo con la buena práctica clínica y todas las normas aplicables. Por último, el estudio se realizó en conformidad con la Declaración de Helsinki y recibió la aprobación del comité ético de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Peruana Unión: N° 00126-2020/UPeU/FCS/CIISA.
Cuestionario del índice de calidad de sueño de Pittsburg
El índice de calidad del sueño de Pittsburgh es un cuestionario autoadministrado de 24 preguntas; tiene 19 preguntas de autoevaluación y 5 preguntas dirigidas al compañero de cuarto o compañero de cama, siendo sólo las primeras 19 las que se utilizan para obtener la puntuación general. El cuestionario fue creado por Buysse et al.22 en 1989 para proporcionar una calificación general de la calidad del sueño. Las 19 preguntas primarias se agrupan en 7 componentes: latencia del sueño, calidad subjetiva del sueño, duración del sueño, eficiencia habitual del sueño, perturbaciones del sueño, uso de medicación hipnótica y disfunción diurna. Cada componente se califica en una escala de 0 a 3. La suma de los componentes da como resultado una puntuación general, donde puntuaciones inferiores a 5 indican una buena calidad de sueño. En el estudio original de Buysse et al. el índice de calidad del sueño de Pittsburgh mostró un alto coeficiente de homogeneidad interna (Alfa de Cronbach: 0,83) y coeficientes de correlación moderados a altos entre los componentes y la puntuación general (Pearson r=0,46-0,85). Los autores establecieron una puntuación de menos de 5 como corte, distinguiendo a los sujetos con sueño deficiente de los que duermen bien, con alta sensibilidad y especificidad (89,6 y 86,5%, respectivamente)23. Para el presente estudio se utilizó únicamente del apartado autoadministrado de 19 preguntas de la versión completa validada en español. En esta investigación, se obtuvo un índice de consistencia interna (α de Cronbach) de 0,47.
Cuestionario de hábitos alimentarios
Para la evaluación de hábitos alimentarios, se utilizó el cuestionario de hábitos alimentarios, instrumento creado por Ferro y Maguiña24, validado en el 2012, Lima - Perú. Consta de 32 preguntas y 8 subpreguntas; además de una confiabilidad de 0,62, según α de Cronbach. Se determina que una puntuación de 0 a 29 puntos se considera hábitos alimentarios inadecuados y ≥30 puntos hábitos alimentarios adecuados.
Porcentaje de grasa corporal
Se realizó la medición del %GC con un bioimpedanciómetro modelo Inbody 120, donde se requirió que el sujeto se posicione descalzo encima de los electrodos de pie, tomando la palanca de control perpendicularmente a la línea corporal, ubicando sus dedos en los electrodos de mano. El dispositivo contaba con dos frecuencias diferentes (20 y 100 kHz) para medir la composición corporal total, además de medirla en cinco segmentos (las cuatro extremidades y el tronco). El parámetro de composición corporal utilizado fue la masa de grasa corporal total (GC; en %). El peso se midió en el momento que el sujeto se posicionó en la placa de pies. El %GC se midió mediante bioimpedancia, la cual se puede entender como la capacidad de los tejidos de presentar una resistencia al paso de la corriente eléctrica; esta oposición depende de la concentración de agua de los tejidos y a la dimensión de estos. La bioimpedancia asigna valores cuantitativos a los distintos componentes corporales (agua, proteínas, minerales y grasa) cuya suma es igual al peso del paciente.
Para la determinación del % de GC se utilizó bioimpedancia eléctrica. Se tuvo en cuenta las normas propuestas por el grupo español de cineantropometría de la federación española de medicina del deporte25, tales como no haber comido ni bebido en las 4 horas previas, abstinencia de alcohol durante las últimas 48 horas, no haber realizado ejercicio extenuante las últimas 12 horas, haber orinado al menos 30 minutos antes de realizar el test, presentarse en ropa ligera, entre otras recomendaciones. Para clasificar la población según su %GC, se establecieron los siguientes criterios por género:
Análisis estadístico
Para el procesamiento y análisis de los datos, se utilizó el software estadístico Stata versión 16. Para el análisis descriptivo se utilizaron tablas de frecuencias y porcentajes. Las comparaciones entre grupos se realizaron mediante la prueba χ2 y el análisis multivariado fue realizado mediante regresión log-binomial con varianza robusta para estimar razones de prevalencia crudas y ajustadas de la relación entre la calidad de sueño y el %GC.
Resultados
Se encuestaron 155 alumnos de los 240 que conformaban la carrera profesional de Nutrición Humana, la tasa de respuesta por parte de ellos fue del 100%. La muestra estuvo conformada en su mayoría por mujeres (62,5%); predominando el rango de edad entre 20 a 30 años. En la Tabla 1 se observa que, en caso de la procedencia, la Costa y la Sierra fueron los lugares con mayor prevalencia, encontrando entre ambas una frecuencia relativa mayor al 80,0%.
Características | N (%)* |
---|---|
Sexo | |
Masculino | 54 (34,8) |
Femenino | 101 (65,2) |
Edad (años) | |
16-19 años | 63 (40,7) |
20-30 años | 92 (59,3) |
Procedencia | |
Selva | 17 (11,0) |
Sierra | 64 (41,3) |
Costa | 65 (41,9) |
Extranjero | 9 (5,8) |
Hábitos alimentarios | |
Adecuados | 136 (87,7) |
Inadecuados | 19 (12,3) |
Calidad de sueño | |
Buena calidad de sueño | 64 (41,3) |
Mala calidad de sueño | 91 (58,7) |
Porcentaje de grasa corporal | |
Buen porcentaje | 82 (52,9) |
Mal porcentaje | 73 (47,1) |
*Frecuencias absolutas y relativas
En los hábitos alimentarios, aproximadamente el 90% se encontró dentro de un rango adecuado; no obstante, se halló una alta prevalencia de estudiantes con un rango insalubre de %GC. Finalmente, al evaluarse la calidad de sueño, más de la mitad de la muestra evidenció una mala calidad de sueño según la escala de PSQI.
En la Tabla 2 podemos observar los componentes que engloban la calidad de sueño, encontramos que el 22,6% de los estudiantes tienen una latencia de sueño (tiempo que tarda en dormir una persona) mala y muy mala (≥31 minutos y >60 minutos, respectivamente), considerados dentro de un nivel patológico.
Características | N (%)* |
---|---|
Latencia | |
≤ 15 minutos | 57 (36,8) |
16-30 minutos | 63 (40,6) |
31-60 minutos | 31 (20,0) |
> 60 minutos | 4 (2,6) |
Calidad subjetiva | |
Muy buena | 53 (34,2) |
Bastante buena | 59 (38,1) |
Bastante mala | 31 (20,0) |
Muy mala | 12 (7,7) |
Duración | |
> 7 horas | 22 (14,2) |
6-7 horas | 42 (27,1) |
5-6 horas | 84 (54,2) |
< 5 horas | 7 (4,5) |
Eficiencia habitual | |
≥ 85% | 114 (73,5) |
75-84% | 27 (17,4) |
65-74% | 10 (6,5) |
<65% | 4 (2,6) |
Perturbaciones | |
Ninguna en el último mes | 10 (6,5) |
< 1 vez a la semana | 117 (75,5) |
1-2 veces a la semana | 25 (16,1) |
≥ 3 o más a la semana | 3 (1,9) |
Uso de medicación hipnótica | |
Ninguna en el último mes | 121 (78,1) |
< 1 vez a la semana | 23 (14,8) |
1-2 veces a la semana | 7 (4,5) |
≥ 3 o más a la semana | 4 (2,6) |
Disfunción diurna | |
Ninguna en el último mes | 49 (31,6) |
< 1 vez a la semana | 63 (40,7) |
1-2 veces a la semana | 34 (21,9) |
≥ 3 o más a la semana | 9 (5,8) |
*Frecuencias absolutas y relativas
En la duración del sueño, más de la mitad de la muestra indicó tener una duración bastante mala del sueño (≤6 horas). Sin embargo, en la eficiencia habitual del sueño (cociente entre las horas que la persona indica dormir y las que refiere permanecer acostado) más del 90% presentó una buena eficiencia del sueño (eficiencia ≥75%).
Concerniente a las perturbaciones en el sueño, aproximadamente tres cuartas partes de la muestra evaluada refirió tener perturbaciones leves (<1 vez a la semana).
En el análisis de características asociadas al %GC representado en la Tabla 3, encontramos diferencias entre las categorías de sexo p<0,001, siendo el sexo femenino el que presentó mayor proporción de mal %GC con un 57,4%. Por otro lado, no se halló asociación estadísticamente significativa entre la calidad de sueño y el %GC.
Características | Porcentaje de grasa corporal | p* | |
---|---|---|---|
Buen (n=82) | Mal (n=73) | ||
n (%) | n (%) | ||
Sexo | <0,001 | ||
Femenino | 43 (42,6) | 58 (57,4) | |
Masculino | 39 (72,2) | 15 (27,8) | |
Edad (años) | 0,275 | ||
16-19 años | 30 (47,6) | 33 (52,4) | |
20-30 años | 52 (56,5) | 40 (43,5) | |
Procedencia | 0,773 | ||
Selva | 9 (52,9) | 8 (47,1) | |
Sierra | 35 (54,7) | 29 (45,3) | |
Costa | 32 (49,2) | 33 (50,8) | |
Extranjero | 6 (66,7) | 3 (33,3) | |
Hábitos alimentarios | 0,980 | ||
Adecuados | 72 (52,9) | 64 (47,1) | |
Inadecuados | 10 (52,6) | 9 (47,4) | |
Calidad de sueño | 0,176 | ||
Buena calidad de sueño | 38 (59,4) | 26 (40,6) | |
Mala calidad de sueño | 44 (48,4) | 47 (51,6) |
*Prueba Chi-Cuadrado.
En la Tabla 4 se pudo observar que quienes presentaron mala calidad de sueño en comparación con aquellos que evidenciaron una buena calidad de sueño tuvieron un 14% mayor probabilidad de tener %GC inadecuado (RP=1,14; IC95%: 0,81-1,60; p=0,466), ajustado por confusores. Esta relación no fue estadísticamente significativa tanto en el análisis bivariado como en el multivariado. Contrariamente a lo esperado, no se encontró asociación entre calidad de sueño y %GC. No obstante, el sexo femenino tuvo mayor probabilidad de tener un mal %GC en contraste al sexo masculino, encontrándose una asociación estadísticamente significativa (RP=2,05; IC95%: 1,29-3,25; p=0,002), ajustado por confusores. Se mantuvo la significancia en el análisis bivariado y multivariado.
Características | Análisis bivariado | Regresión múltiple* | ||||
---|---|---|---|---|---|---|
RP | IC 95% | p | RP | IC 95% | p | |
Sexo | ||||||
Femenino | Ref. | Ref. | ||||
Masculino | 2,07 | 1,30- 3,28 | 0,002 | 2,05 | 1,29- 3,25 | 0,002 |
Edad | ||||||
16-19 años | Ref. | Ref. | ||||
20-30 años | 0,83 | 0,60-1,15 | 0,270 | 0,85 | 0,62-1,16 | 0,294 |
Procedencia | ||||||
Selva | Ref. | |||||
Sierra | 0,96 | 0,54-1,71 | 0,897 | |||
Costa | 1,08 | 0,62-1,89 | 0,790 | |||
Extranjero | 0,71 | 0,25-2,03 | 0,521 | |||
Hábitos alimentarios | ||||||
Adecuados | Ref. | Ref. | ||||
Inadecuados | 1,01 | 0,61-1,67 | 0,98 | 0,88 | 0,55-1,43 | 0,618 |
Calidad de sueño | ||||||
Buena calidad de sueño | Ref. | |||||
Mala calidad de sueño | 1,27 | 0,89-1,82 | 0,187 | 1,14 | 0,81-1,60 | 0,466 |
*Ajustado por sexo, edad, hábitos alimentarios.
Discusión
La importancia de estudiar el %GC en universitarios se debe a que éste puede desencadenarse a partir de una mala calidad de sueño, debido a que la actividad de la hormona de la saciedad disminuye y aumenta la acción hormonal orexigénica. En el caso de los estudiantes universitarios, se sabe que la mayoría tiende a tener una mala calidad de sueño, por lo que se decidió estudiar ambas variables en esa población26.
En nuestro estudio la mala calidad de sueño se reportó en más de la mitad de los estudiantes evaluados (58,7%), este resultado es menor al encontrado en otros estudios que han utilizado PSQI en estudiantes universitarios, hallando una prevalencia entre 64,24% y 77,7% de los casos27,28. Estos resultados confirman una alta prevalencia de mala calidad de sueño en la población universitaria; por lo que, las diferencias observadas pueden deberse por factores como: diferencias sociales, culturales, ambientales, biológicas y económicas de cada grupo evaluado, aspectos que pudieron influir en los resultados.
Concerniente a los componentes del sueño, la proporción de latencia prolongada (>30 minutos) fue encontrada en el 22,6% de los estudiantes de Nutrición. Sin embargo, lo hallazgos de Khero et al.29. reportaron una proporción de 48,3% en estudiantes de ciencias básicas y 61% en estudiantes de clínica, ambos grupos pertenecientes a la escuela de medicina. Estos hallazgos se suman a los de Lawson et al.30 en los cuales se constata la existencia de una proporción importante de estudiantes universitarios de Ciencias de la Salud con latencia prolongada, principalmente en Medicina.
Además, el 85,8% de nuestros estudiantes presentó una corta duración del sueño (58,7%, <6 horas; 27,1%, 6-7 horas), cifra mayor a la reportada por Steptoe A et al.31, donde el 21% de estudiantes universitarios entre 17 a 30 años evidenciaron una duración corta del sueño; aspecto que de acuerdo a ese estudio se encontró relacionado con una mala salud. La corta duración del sueño en estudiantes universitarios se debe a diversos factores, entre ellos, las exigencias académicas que pueden conllevar a vigilias frecuentes, largas horas de estudio; así como también, las actividades extraacadémicas como trabajar para mantenerse (en caso de estudiantes que se autoeducan). Además, el abuso de la tecnología por parte de los universitarios en las horas nocturnas, cuenta como factor que contribuye en el hábito de dormir poco32.
Adicionalmente, la disfunción diurna se presentó en el 27,7% de los participantes con una frecuencia entre 1 a más de 3 veces por semana. Maheshwari et al.27 reportó un porcentaje menor en una investigación realizada en estudiantes de Medicina, donde el 100% evidenció disfunción diurna al menos 1 vez por semana, lo cual podría explicarse debido a que existe una alta propensión de trastornos del sueño en estudiantes de Medicina, en contraste a otras carreras de salud.
Por otro lado, en las características asociadas al %GC se encontró asociación estadísticamente significativa entre el sexo femenino y un elevado %GC. Un estudio presentó resultados similares al analizar ambas variables en mujeres universitarias (p=0,029)33. Otra investigación realizada en jóvenes de primer año de universidad (entre 18 a 24 años) mostró que las mujeres presentaron mayor probabilidad de tener un elevado %GC en comparación con los hombres (OR=3,258; IC95%: 2,561-4,145; p≤0,001)34. Esto puede entenderse debido a factores hormonales, grado de actividad física, hábitos alimentarios y el hecho de que por naturaleza las mujeres tienden a tener más masa grasa que masa magra en su composición corporal en comparación a los hombres35,36.
Respecto a la asociación entre la calidad de sueño y el %GC, aunque se encontró que quienes presentaron mala calidad de sueño tuvieron 14% más probabilidad de tener un elevado %GC, el presente estudio no halló asociación significativa entre ambas variables (p=0,176). Estos resultados son similares a los encontrados por otra investigación, en el cual se evaluó a 101 adultos con edades comprendidas entre 38,88±11,96 años, no encontrando una asociación entre la mala calidad de sueño y el %GC (p=0,24)37. Por otro lado, en un estudio donde se evaluó la composición corporal y la calidad de sueño de 132 estudiantes universitarios, se halló una asociación entre la mala calidad de sueño y un mayor %GC (p<0,01)38. Las diferencias de resultados entre estudios pueden deberse a los distintos tamaños de muestra, procedencia de la misma y el hecho de que en los estudios de comparación no se realizaron ajustes de variables como se realizó en esta investigación.
Limitaciones
Este estudio no estuvo exento de limitaciones. El diseño del estudio fue transversal y no permite determinar la verdadera causa y efecto. Si bien controlamos por sexo, edad y hábitos alimentarios, no pudimos controlar por otros factores relacionados con nuestras variables de interés. Además, el estudio se realizó sólo en estudiantes universitarios de Nutrición, quienes tienen más acceso a información nutricional; lo cual podría influenciar en los resultados obtenidos. Se sugiere llevar a cabo estudios que analicen estas variables en poblaciones rurales y urbanas. Por último, se trata de una muestra no probabilística por conveniencia que fue recolectada en una universidad de un distrito urbano de Lima, por lo que no puede ser representativa. Esto limita la generalización de los resultados.
Conclusiones
Se ha encontrado un porcentaje preocupante de estudiantes universitarios que cursan el programa académico profesional con altos niveles de %GC, principalmente en mujeres, siendo una medida de alerta sobre los riesgos de padecer diversas enfermedades crónicas no transmisibles, entre ellas, la enfermedad cardiovascular. Asimismo, la proporción de estudiantes con alteración del sueño-vigilia es alarmante, ya que, de manera total o parcial, afecta el rendimiento académico. Esto debería llevar a la toma de medidas necesarias en las universidades, las cuales deben garantizar el desarrollo adecuado de los futuros profesionales, a través de programas que promuevan prevención en uso de hipnóticos, adecuada enseñanza de la duración del dormir y la promoción de actividades físicas. No se encontró asociación significativa entre el %GC y la calidad de sueño. Sin embargo, sugerimos realizar estudios longitudinales para poder evaluar si hay alguna relación entre ambas variables que esté influenciada por el tiempo.