Introducción
La seguridad del paciente ha sido un tema de estudio en los sistemas de salud, que ha surgido como respuesta a los múltiples eventos adversos que sufren las personas en los centros hospitalarios, situación que se expuso en el año 2000 con la publicación del libro "To Err is Human"1,2, el cual cita que los errores médicos producen entre 44.000 y 98.000 muertes al año en Estados Unidos, cifra que supera las muertes ocasionadas por accidentes automovilísticos. Esta situación llevó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a crear un grupo de trabajo para evaluar la seguridad del paciente en los servicios de salud3.
Actualmente, la calidad de la atención y la seguridad del paciente es un tema permanente en la agenda del personal de salud, quienes se enfocan en prevenir y evitar los posibles riesgos que pudieran ocasionar la presencia de un evento adverso al paciente, prueba de ello son las guías clínicas estandarizadas, los protocolos de atención y los indicadores de calidad, entre otros4,5.
Los EM suelen ser eventos adversos que se definen como cualquier daño o incidente iatrogénico que constituye un riesgo inherente, que se crea por omisión o por comisión a través de la administración de uno o varios medicamentos cuando la farmacoterapia está indicada, y que dañan al paciente con efectos que pueden ir desde un malestar leve hasta la fatalidad y se encuentran entre la cuarta y sexta causa de muerte a nivel mundial6,7.
Los EM pueden estar relacionados con la práctica profesional, en la prescripción, la dispensación, distribución, administración de medicamentos, monitoreo y problemas de comunicación entre profesionales de la salud8. De acuerdo con la OMS en el año 2017: solo en Estados Unidos de América, los EM provocan al menos una muerte diaria y daños en aproximadamente 1,3 millones de personas al año, se estima que no hay diferencia en la incidencia de EM entre los países de bajos, medianos y altos ingresos, sin embargo, en países de ingresos bajos el número de años perdidos de vida saludable a causa de este problema es aproximadamente el doble9.
Los EM prevenibles tienen diversas consecuencias en los sistemas de salud, uno de estas es el impacto económico que se produce, se calcula que el costo mundial asociado a estos eventos es de US$ 42 000 millones al año, es decir, casi un 1% del gasto sanitario mundial9, lo que evidenció Years10 en 2012 quien reportó que los EM prevenibles específicamente de medicamentos intravenosos, representan un costo aumentado debido a gastos médicos directos, de $3,100 USD por paciente, lo que se convierte al año en un costo total de $2.7 a $5.1 billones de USD.
Es necesaria la comprensión por parte de las instituciones de salud, de que los eventos adversos están, directamente relacionados con los errores en el sistema, y no solamente con la negligencia o incompetencia profesional. Por eso, es necesario identificar las fragilidades existentes en el proceso de medicación y adoptar medidas preventivas10. Se han realizado diversas revisiones sistemáticas que giran en torno a la problemática de los errores de medicación, algunas enfocadas a detectar las intervenciones efectivas para reducir el número de errores de medicación donde una de las más estudiadas es el empleo de expedientes clínicos informáticos que permitan la prescripción electrónica de los medicamentos11-13.
Por su parte, otras revisiones han buscado intervenciones efectivas para prevenir los errores de medicación en pacientes pediátricos14,15 y algunas se han centrado en determinar los EM en la fase de prescripción16. Cabe resaltar que ninguna de las revisiones antes mencionadas ha evaluado la calidad metodológica de los estudios incluidos en los resultados y ninguna ha descrito los factores asociados a dichos errores. Por lo tanto, resulta relevante una revisión sistemática que describa los EM y los factores asociados a su ocurrencia, así como la calidad de los estudios publicados en la literatura actual. Es así como el objetivo de la presente revisión es describir los errores de la medicación y sus factores asociados, así como evaluar la calidad metodológica de los estudios disponibles.
Método
Se realizó una revisión sistemática de la literatura basada en las directrices de la declaración PRISMA17, fueron consultadas las bases de datos PubMed, Scielo, LILACS, Ebsco. Medes, Sietes, Dialnet y Science Direct. Se examinó los descriptores de Ciencias de la Salud (DeCS) para la obtención de palabras clave como errores de medicación, pacientes y hospitalización, las cuales se conjugaron en ecuaciones de búsqueda con la utilización del operador booleano AND: Errores de medicación AND Pacientes AND Hospitalización, y sus equivalentes en inglés y portugués, sin restricción en los resultados. La búsqueda se realizó en abril y mayo del año 2020.
Criterios de inclusión y exclusión
Se incluyeron estudios primarios cuantitativos escritos en idioma inglés, español o portugués, publicados en los últimos de 10 años para contar con la literatura más reciente. El tema central de los artículos debían ser los errores de la medicación ya sea desde la dispensación, prescripción hasta su preparación y administración en los servicios de hospitalización de baja, mediana o alta complejidad y los factores asociados a la ocurrencia de los EM, la muestra podría ser pacientes de servicios de hospitalización incluida la UCI o historias clínicas de dichos servicios. Se excluyeron los estudios secundarios, con diseños metodológicos cualitativos o que no hayan sido realizados en servicios de hospitalización.
Selección y evaluación de la calidad metodológica
Para la selección de los estudios primero se leyeron los títulos de los resultados, luego los resúmenes y por último el texto completo, los artículos en texto completo fueron leídos por dos de los autores y se resolvieron las discrepancias en consenso. La extracción de los datos se hizo mediante una matriz de Microsoft Excel 2016 para realizar la aplicación de los filtros de acuerdo con los criterios de inclusión y la eliminación de duplicados. En los artículos seleccionados se hizo una búsqueda inversa en las referencias bibliográficas de los estudios y una búsqueda hacia adelante con Google académico para localizar la mayor cantidad de artículos posibles, relacionados con la temática de estudio.
Para evaluar el riesgo de sesgo y la calidad metodológica de los estudios primarios, se utilizó la guía de lectura crítica Ciapponi que permite valorar la calidad global de los estudios teniendo en cuenta la validez interna y externa18,19. Para el caso de esta revisión se tuvieron en cuenta los ítems que valoran la validez interna y la calidad global pues permite minimizar los sesgos o el posible riesgo de confusión, así como valorar la calidad metodológica global del estudio. Esta evaluación fue realizada por dos autores, los resultados se consolidaron en una tabla donde se analizaron las discrepancias de las dos observaciones y se realizó un consenso para la obtención de la evaluación final.
Variable y recogida de datos
Se recogieron tres tipos de variables: (I) características de la muestra como año de publicación, idioma, país, diseño y participantes. (II) tipos de errores de medicación como errores de prescripción, dosificación, dispensación, preparación, administración e interacción. (III) factores asociados a los errores como sobrecarga laboral, número de medicamentos, comorbilidades, estancias hospitalarias y distracción del personal de salud.
Resultados
Tras la búsqueda, selección y evaluación de los estudios, se obtuvieron 1.797 artículos de los cuales se excluyeron 1.752 a causa de que no guardaban relación con la temática de estudio o estar duplicados, se evaluaron para elegibilidad 32 artículos a texto completo, para obtener un total de 23 estudios incluidos en la revisión; los criterios que excluyeron dichos artículos fueron diseño cualitativo, no ser realizados en servicios de hospitalización, prácticas de medicación centradas en el paciente y baja calidad metodológica (Figura 1).
Características de los estudios
En cuanto a las características de los estudios incluidos en la revisión, 10 de estos eran transversales20,29,33,34,38-41,43,44, 9 fueron prospectivos22,24,26,27,30,35,36,42,45, 4 fueron retrospectivos21,28,31,32),. Con relación al lugar de realización de los estudios, 6 fueron realizados en África20,33-35,38,40, 6 en Asia Occidental21,39,41-44, 6 en Europa22,24,28,30,32,36, 4 en América Latina26,27,29,31 y 1 en América del Norte45. Además, se resalta que 13 de los artículos fueron publicados en los últimos 5 años20-22,27,31,32-35,39-42. La muestra de los estudios fue variada, en 6 de ellos se observaron a los profesionales de la salud en virtud de su ejercicio diario20,24,30,39,40,41 y 17 estudiaron las historias clínicas y registros de reportes de errores21,22,26,27-29,31-36,38,42-45 (Tabla 2).
Evaluación de la calidad metodológica
La evaluación de la calidad metodológica se realizó a 26 artículos mediante la guía de lectura crítica Ciapponi18 en esta la evaluación de los artículos se hace por ítems, clasificados en la validez interna, validez externa y calidad global; en esta revisión se determinó que la calidad metodológica estaría determinada por la validez interna y la calidad global. Es por esto por lo que se descartaron 3 estudios por baja validez interna y baja calidad global22,25,37. Además, 11 estudios obtuvieron una calidad global media20,23,24,26,28-32,40-43 y 12 estudios obtuvieron una calidad global alta21,27-28,33-36,38,39,44,45 (Tabla 1).
Estudio | Validez interna | Calidad global | |||||||||
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Calificación | Ítems | ||||||||||
2 | 3 | 4 | 5 | 6 | 15 | 16 | 17 | 18 | |||
Alemu W, et al, 2017, Etiopia19. | Media | B | B | R | R | B | B | B | R | R | Media |
Altebainawi A, et al, 2019, Arabia Saudita20 | Alta | MB | MB | MB | B | B | MB | B | B | B | Alta |
Alruthia Y, et al, 2019, Arabia Saudita21. | Baja | R | R | R | R | R | R | R | R | R | Baja |
Akhil N, et al, 2017, Francia22. | Media | B | B | B | R | R | B | B | B | R | Media |
Berdot S, et al, 2012 Francia23. | Media | B | B | B | B | R | B | B | R | R | Media |
Boostani K, et al, 2019, Iran24 | Baja | R | R | R | M | M | R | M | M | M | Baja |
Castro J, 2013, Colombia25 | Media | B | B | B | R | R | B | R | R | R | Media |
Ceriani J, et al, 2019, Argentina26. | Alta | MB | MB | B | B | B | MB | MB | B | B | Alta |
Hartel M, et al, 2011, Suiza27. | Alta | MB | MB | MB | B | B | MB | B | B | B | Alta |
Machado J, et al, 2013, Colombia28. | Alta | MB | MB | B | B | B | MB | MB | B | B | Alta |
Ghaleb M, et al, 2010, Reino Unido29. | Media | B | B | R | R | R | B | B | R | R | Media |
López A, et al, 2016, México30. | Media | B | B | R | R | B | B | B | R | R | Media |
Härkänen M, et al, 2019, Finlandia31. | Media | B | B | B | R | B | B | B | NI | NI | Media |
Ekama S, et al, 2019, Nigeria32. | Alta | MB | B | B | B | B | MB | MB | B | NI | Alta |
Fekadu G, et al, 2019, Etiopia33. | Alta | MB | MB | B | B | NI | MB | MB | B | B | Alta |
Gebre M, et al, 2016, Etiopia34. | Alta | MB | MB | MB | MB | B | MB | MB | B | NI | Alta |
Merino P, et al, 2013, España35. | Alta | MB | MB | B | B | B | MB | MB | B | B | Alta |
Rodríguez V, et al, 2019, Ecuador36. | Baja | R | R | R | R | M | R | R | M | NI | Baja |
Zeleke A, et al, 2014, Etiopia37. | Alta | MB | MB | B | B | NI | MB | MB | B | B | Alta |
Zarea K et al, 2018, Iran38. | Alta | MB | MB | B | B | B | MB | MB | B | NI | Alta |
Oyenike M y Ibukunoluwa P, 2019, Nigeria39. | Media | B | B | B | B | R | B | B | R | NI | Media |
Yeke T, et al, 2018, Iran40. | Media | B | B | B | R | R | B | B | R | R | Media |
Rashoud I, et al, 2017, Arabia Saudita41. | Media | B | B | B | R | R | B | B | B | R | Media |
Vazin A y Fereidooni M, 2012, Iran42. | Media | B | B | R | R | R | B | B | B | R | Media |
Dabaghzadeh F et al, 2013, Iran43. | Alta | MB | MB | B | B | B | MB | MB | B | NI | Alta |
Hussain T et al, 2014, EE.UU44. | Alta | MB | MB | MB | B | B | MB | B | B | B | Alta |
A) Validez interna: define si el diseño del estudio permite minimizar los sesgos y el efecto de confusión. Ítems: 2. Se indican los criterios de inclusión y de exclusión de participantes, así como las fuentes y los métodos de selección; 3. Los criterios de selección son adecuados para dar respuesta a la pregunta o el objetivo del estudio; 4. La población de estudio, definida por los criterios de selección, contiene un espectro adecuado de la población de interés. 5. Se hizo una estimación del tamaño, el nivel de confianza o la potencia estadística de la muestra para la estimación de las medidas de frecuencia o de asociación que pretendía obtener el estudio. 6. Se informa del número de personas potencialmente elegibles, las inicialmente seleccionadas, las que aceptan y las que finalmente participan o responden; 15. El análisis estadístico fue determinado desde el inicio del estudio; 16. Se especifican las pruebas estadísticas utilizadas y son adecuadas; 17. Se trataron correctamente las pérdidas de participantes, datos perdidos u otros. 18. Se tuvieron en cuenta los principales elementos de confusión posibles en el diseño y en el análisis. Valoración: MB: muy bueno, B: bueno, R: regular, M: malo, NI: no informa.
B) Calidad global de los estudios: ALTA: la mayoría de los enunciados se responden como «muy bien» o «bien»; MEDIA: la validez interna es calificada como «MEDIA» o la mayoría de los enunciados se responden como «bien» o «regular»; BAJA si la validez interna es calificada como «BAJA», o la mayoría de los enunciados de resumen se responden como «regular» o «mala»
Tipos de errores de medicación
Se encontraron 8 tipos de EM, agrupados en tres fases del proceso de medicación; prescripción, distribución y administración, en lo que respecta a la prescripción se encontraron 14 artículos con errores de dosificación21,23,28-30,4,35,39,42, 9 en omisión en la prescripción de medicación indicada para la patología20,23,32,34,41,44,45, 2 prescripción de medicamento contraindicado por factores del paciente como hipersensibilidad, comorbilidades o interacción con otros medicamentos23,35,39,33; en lo que concierne a la dispensación se analizaron en 7 artículos26,27,30,42 (incluyendo omisión y dispensación de la presentación incorrecta).
En cuanto a la fase de administración, fueron analizados en 13 artículos3,20,23,30,39,41-44 (administración de medicamento por vía incorrecta, medicamento no prescrito, duplicados y/o técnica inadecuada); entres 3 artículos se presentaron errores preparación30,42,44; 3 de periodicidad de dosis3,20,36 y duración del tratamiento errada21,24 (por déficit o por exceso) (Tabla 2).
Autor, año y país. | Tipo de estudio | Participantes | Tipos de errores de medicación | Factores asociados |
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Alemu W, et al, 2017, Etiopia19. | Cuantitativo, analítico de corte transversal | 141 enfermeras de dos hospitales públicos en el sur de etiopia | 71% de las enfermeras cometieron errores en la administración de medicamento, como omisión del medicamento (58.5%), administración en el tiempo inadecuado (23,7%) y administración por una vía diferente a la ordenada (40%). | Medicamentos similares, distracción, falta de disponibilidad de un sistema de información y miedo. |
Altebainawi A, et al, 2019, Arabia Saudita20 | Cuantitativo retrospectivo Durante un período de dos meses en 2014. | 1000 recetas de pacientes adultos de dos hospitales terciarios de la región Hail, Arabia Saudita. | 47.8% de las recetas no contenían el diagnóstico del paciente y 28.2% no eran legibles. Hubo un error de prescripción en todas las prescripciones (100%). 78% de las recetas no tenía un número de archivo, 28% mala escritura, 34% fecha de prescripción faltante, 22% sexo del paciente, 34% fecha de prescripción, 27% firma del médico y 16% sello. | No informa |
Akhil N, et al, 2017, Francia21. | Estudio prospectivo de intervención en el servicio de urgencias | 200 pacientes adultos hospitalizados en el servicio de urgencias | 75,3% interacciones entre medicamentos, 13,5% duplicaciones de medicamentos, 8,5% administración de medicamentos sin indicaciones y 2,6% errores de dosis. 287 errores de prescripción: 67,6% sin dosis y 16,4% error de omisión. | No informa |
Berdot S, et al, 2012 Francia23. | Estudio prospectivo basado en la técnica de observación encubierta | 28 enfermeras de un hospital universitario en París, Francia | 415 errores de administración, 312 errores de tiempo incorrecto, 10 simultáneamente con otro tipo de error. No se observaron errores potencialmente mortales y el 6% se clasificaron como de impacto grave o significativo en los pacientes (principalmente omisión). | Número de pacientes bajo el cuidado del profesional de enfermería. |
Castro J, 2013, Colombia25 | Descriptivo longitudinal y prospectivo | 144 pacientes adultos hospitalizados de una institución de salud de tercer y cuarto nivel de complejidad. | Se identificaron 31 EM (10%), 23 EM / 100 pacientes, 5 EM / 100 estancias y 2 EM / 100 días de medicación. El más frecuente fue omisión del medicamento, el proceso donde más se generaron fue en la dispensación, quienes más lo cometieron fueron los auxiliares de farmacia y quienes más lo detectaron fue el personal de enfermería. | No informa |
Ceriani J, et al, 2019, Argentina26. | Observacional prospectivo | Pacientes pediátricos | 67% errores en la prescripción de medicamentos y 33% la administración. El más frecuente fue error de dosificación. No se observó mortalidad asociada a errores de medicación. | No informa |
Hartel M, et al, 2011, Suiza27. | Descriptivo, retrospectivo | 167 historias de pacientes adultos hospitalizados | 37% error de prescripción, 53% de transcripción 10% de documentación de administración. 2% de buena legibilidad de escritura y 42%, mala e ilegible 4%. | Edad del paciente, número de medicamentos recetados y duración de la estadía. |
Machado J, et al, 2013, Colombia28. | Descriptivo observacional | 96 pacientes mayores de 18 años hospitalizados | 97,3% falta de registro de duración de la formulación, 72,1% falta descripción presentación del medicamento, 29,9% falta registro vía de administración, 9,8% dosis inadecuada, 8,2% dosis insuficiente y 3,9% interacciones medicamentosas. | No informa |
Ghaleb M, et al, 2010, Reino Unido29. | Descriptiva prospectiva | Pacientes pediátricos y enfermeras en un servicio de hospitalización . | 391 errores de prescripción, 429 errores de administración de medicamentos (administraciones erróneas, preparación del fármaco y tasas incorrectas de administración intravenosa). | No informa |
López A, et al, 2016, México30. | Descriptivo, retrospectivo | Historias clínicas de 37 pacientes hospitalizados y ambulatorios | 4366 errores de medicación: 76 % fueron en pacientes hospitalizados y 24% en ambulatorios En hospitalización los errores más frecuentes fueron forma farmacéutica (42 %), dosis (22 %) y frecuencia de administración (20 %). | No informa |
Härkänen M, et al, 2019, Finlandia31. | Descriptivo, retrospectivo | Sistema Nacional de Informes y Aprendizaje (NRLS) para Inglaterra y Gales | Omisión de medicamento requerido (31.4%). Observaron 229 muertes a consecuencia de los errores de medicación, siendo más frecuente en pacientes mayores de 75 años. | No informa |
Ekama S, et al, 2019, Nigeria32. | Transversal, | 1529 recetas Adultos VIH positivos de 18 años | 11.9% de las recetas tuvieron errores del médico (57.1%) y del farmacéutico (42,9%). Error de omisión (36.5%), prescripción de régimen farmacológico incorrecto (14.4%) y prescripción no firmada (12.5%). Errores de ingreso de datos (15.3%), error de verificación (15.3%) y errores de etiquetado (7.7%). | No informa |
Fekadu G, et al, 2019, Etiopia33. | Transversales | 384 pacientes pediátricos hospitalizados | 67,97% errores de prescripción de medicamentos, 48,6% de dosificación y 19,0% selección incorrecta de medicamentos. | Gravedad de enfermedad, ruta de administración del fármaco y número de medicamento por paciente |
Gebre M, et al, 2016, Etiopia34. | Observacional prospectivo | 233 pacientes pediátricos hospitalizados | 75,1% errores de medicación. Dosificación (23.0%), medicamento incorrecto (21.2%) y momento incorrecto de administración (15.4%). | Duración de la estancia hospitalaria y número de medicación. |
Merino P, et al, 2013, España35. | Observacional longitudinal con seguimiento | 1.017 adultos hospitalizados en servicios de medicina interna | La tasa de errores fue de 1,13 por 100 pacientes/día de estancia, 34% errores de prescripción y 28% de administración. El 82% de los errores fueron considerados mayoritariamente como evitables. | No informa |
Zeleke A, et al, 2014, Etiopia37. | Transversal | 136 pacientes ingresados a un servicio de pediatría | 223 errores de prescripción, las prescripciones incompletas y los errores de dosificación fueron los tipos de error más frecuentes que representaron el 54,26% y el 31,39%, respectivamente. | Tener 28 días o menos, ser atendidos durante los días laborables, múltiples órdenes con vía intravenosa, orales y otras. |
Zarea K et al, 2018, Iran38. | Analítico, transversal | 225 enfermeras que laboran en diferentes hospitales de Irán | 50,2% administrar medicamentos antes o después de la fecha de vencimiento y 36% administrar varios medicamentos al tiempo sin importar las interacciones e interferencias. | Alta relación paciente / enfermera, aumento de la carga de trabajo, las similitudes de forma de medicamentos y fatiga del alto volumen de trabajo. |
Oyenike M y Ibukunoluwa P, 2019, Nigeria39. | Descriptivo, transversal | 300 enfermeras que laboran en hospitales de Nigeria | 52,7% confusión acerca de los medicamentos con nombres similares y el 47.3% creyó que aumentar el índice de personal de enfermería podría conducir a un error. | Uso de abreviaturas y dificultades para leer las órdenes escritas, ambiente agitado y estresante y lapsus de memoria. |
Yeke T, et al, 2018, Iran40. | Descriptivo Transversal | 379 enfermeras de 16 hospitales públicos en Teherán | 31,7% dosis incorrectas, 24,4% prescripción incorrecta de medicamento, 18% paciente equivocado, 16,1% prescripción de tiempo equivocado, 5,4% prescripción adicional de medicamento, 3.4% ruta incorrecta y 1% falta de observación. | El estrés del desequilibrio entre el esfuerzo y la recompensa, compromiso y estrés laboral, prescripción incorrecta de medicamentos, sala de cirugía. |
Rashoud I, et al, 2017, Arabia Saudita41. | Observacional prospectivo | 173 pacientes adultos hospitalizados | Se identificaron con una media (DE) de 4,7 (2,8) discrepancias por paciente. El 18% (n = 22) de estos pacientes presentaron al menos una discrepancia no intencional. La frecuencia de discrepancias no intencionales fue de 34 (6% del total de discrepancias), la discrepancia involuntaria más común fue la omisión de medicamentos donde se identificó 23 veces (68%). | Número de medicamentos por encima de 5. |
Vazin A y Fereidooni M, 2012, Iran42. | Observación directa | 27 pacientes adultos hospitalizados | Se identificaron 214 EM en 307 dosis, es decir el 69,7%. Errores de administración (43,1%), preparación (24.1%) y transcripción (2,5%). Técnicas de monitoreo. | No informa |
Dabaghzadeh F et al, 2013, Iran43. | Descriptivo | 275 pacientes adultos hospitalizados | Se presentaron 203 errores en 139 registros, lo que equivale al 50,5%. Los errores más comunes fueron los de omisión (29,6%), prescripción (22,6%) y dosis incorrecta (11,2%). | No informa |
Hussain T et al, 2014, EE.UU44. | Observacional, Prospectivo | 100 pacientes adultos | 288 errores de medicación en 100 pacientes, la mayoría de los errores (n = 256, 89%) se debieron a errores de omisión, los errores fueron: insignificante (n = 77), significativo (n = 152) y grave (n = 3). | Número de medicamentos y aumento del número de comorbilidades. |
Factores asociados a los errores de la medicación
Los factores asociados a los EM fueron agrupados de acuerdo con el número de veces que fueron relacionados en los estudios incluidos en la revisión, es decir, los factores más frecuentes y en mayor porcentaje fueron 22% (n=5) el aumento en la carga del trabajo de los profesionales de enfermería donde se incluye también el estrés, la fatiga laboral y la alta relación paciente/enfermera24,35,38-40,41 y 22% (n=5) alto número de medicamentos recetados a los pacientes, en este sentido, Rashoud42, relaciono que más de 5 medicamentos recetados estaba asociado a mayor error de la medicación27,34,33,41,44. Por su parte, en menor proporción se relacionaron otros factores como 13% (n=3) las estancias hospitalarias prolongadas27,34,33.
Se encontraron otros factores asociados que solo se relacionaron en un único estudio, estos fueron según Alemu W18 medicamentos similares, distracción, falta de disponibilidad de un sistema de información y miedo; Hartel M28, relaciono la edad del paciente; Fekadu G34, asocio la gravedad de enfermedad y la ruta de administración del fármaco; Zeleke A38 encontró que se relacionaba ser atendido durante los días laborales y múltiples órdenes con vía intravenosa, orales y otras y Zarea K39 relaciono las similitudes de forma de medicamentos. Otros factores asociados se describen en la Tabla 2.
Discusión
Los EM se han convertido en una de las preocupaciones de los profesionales sanitarios en el mundo, por las consecuencias que estos pueden generar en los pacientes, instituciones y sistemas de salud46. En la presente revisión sistemática, los errores de medicación más comunes en pacientes hospitalizados fueron los errores de prescripción y los de administración.
En la fase de medicación se destacan cuatro fases principales ubicadas de la siguiente forma; prescripción, dispensación, distribución, administración, siendo las fases de prescripción, administración y dispensación donde se presentaron la mayoría de los errores. Con respecto a los errores de la primera fase o fase de prescripción, donde estuvieron involucrados los profesionales de medicina, se puede observar que las discrepancias encontradas en los artículos analizados fueron relacionadas principalmente con la dosificación y omisión de los medicamentos, de acuerdo con la patología del paciente. Estos resultados guardan relación a lo encontrado por Gutiérrez47, quien afirmó que los errores de prescripción más comunes en las recetas correspondían con el manejo de la dosis y de las indicaciones de acuerdo con la patología que presentaba el paciente. Es importante revisar que los errores de medicación son procesos mayoritariamente involuntarios que pueden o no producirle daño al paciente y no debe confundirse con iatrogenia48.
En relación con la fase de administración de los medicamentos, responsabilidad de los profesionales de enfermería, se evidenció que esta fase fue la segunda con más errores siendo la administración por vía incorrecta y la administración de medicamentos no prescritos los más comunes, sin embargo, no se evidencia en los artículos cual es la vía más frecuente donde se comete el error. Similar a lo reportado por Toffoletto49, en su revisión integrativa, donde evidenció que los errores más comunes en el profesional de enfermería fueron los relacionados con la técnica de administración del medicamento en cuanto a la dilución y vía de administración. Estos errores causan impacto directo en la concentración del medicamento necesaria para obtener dosis efectiva en la terapia farmacológica del paciente.
En lo que concierne a las características de los estudios incluidos, se comprobó que fueron realizados principalmente en Asia, Europa, América y en el continente Africano, lo que demuestra la posible heterogeneidad en los sistemas de salud de los artículos encontrados, Consistente con los resultados de Vallano50 quien encontró en su revisión, que los estudios sobre los EM fueron heterogéneos, al ser publicados en diferentes países y al haber utilizado distintos sistemas de notificación, pero a su vez evidencia una problemática mundial que da a conocer falencias en los sistemas de salud para el manejo de los EM.
Con respecto a la fuente de información de los artículos revisados, se pudo observar que los datos fueron tomados principalmente de historias y registros clínicos de los pacientes hospitalizados y en algunos casos de la observación directa de los profesionales de salud que laboran en las instituciones. Resultados similares a los obtenidos por Vallano50, quien encontró que los estudios incluidos tuvieron como fuentes de información historias, registros clínicos y la observación directa de los profesionales de salud. Esta situación puede deberse a la accesibilidad de la información depositada en los registros clínicos que evidencian las actividades realizadas por los profesionales de la salud. en cambio, la observación directa del profesional puede generar sesgos de reactividad en los sujetos observados que conlleva a la modificación de la naturalidad del proceso51.
Un aspecto importante evaluado en la revisión fue la presencia de interacciones de medicación presente en el 30%7 de los artículos revisados, estos resultados convergen con los evaluados por Salas52 en su revisión sistemática, quien encontró una prevalencia de interacciones medicamentosas del 31,1%5 en los estudios analizados. Las interacciones medicamentosas son definidas como aquellos cambios farmacocinéticos o farmacodinámicos de un fármaco en presencia de otro fármaco o alimento, las cuales pueden ser beneficiosas o por el contrario generar daños al paciente, sea por inhibición o potenciación del mismo, y aparece principalmente cuando hay un número significativo de fármacos administrados concomitantemente53.
La atención sanitaria segura comprende la evaluación de los factores que pueden estar conllevando al profesional de la salud a que aparezcan errores en su práctica profesional, esta revisión evidenció que el aumento de la carga de trabajo, incluido el estrés y la fatiga, así como la alta relación paciente/enfermera son los factores de riesgo más comunes para la aparición de EM en los pacientes. Estos factores encontrados hacen parte de lo que se conoce como sobrecarga laboral, que a su vez genera en los profesionales fatiga y estrés. Lo anterior converge con lo obtenido por Sanz54, quien encontró que la sobrecarga laboral asociada a poco personal, y aumento de tareas, contribuyen a la aparición de errores en la atención del paciente. La sobrecarga laboral produce en el profesional estrés y cansancio, factores que predisponen a las violaciones de los protocolos de uso seguro de medicamentos, conllevando al profesional a cometer errores que ponen en riesgo la condición el paciente55.
En este sentido se observó que, un alto número de medicamentos, estancias prolongadas y medicación intravenosa influyen en la aparición de los errores, similar a lo reportado por Salazar56 en su estudio quien encontró que los EM fueron más comunes en aquellos pacientes que recibieron 3 o más medicamentos, con una probabilidad de 63% de presentar un EM, a diferencia de que aquellos que recibían entre 1 y 2 medicamentos con una probabilidad de aparición del 39%. La probabilidad que aparezca un EM aumenta con el número de los medicamentos que recibe el paciente, debido a factores genéticos, interacciones de medicamentos y administración de los ciclos incorrectos al paciente57.
Finalmente, cabe resaltar que esta revisión sistemática se constituye en un insumo importante al describir los EM más comunes reportados en las investigaciones primarias, así como los factores que se asocian a la ocurrencia de estos. También, se fortalece al incluir los estudios con la mejor calidad metodológica posible de acuerdo con los resultados obtenidos de la lectura crítica. Las limitaciones de la revisión tienen que ver con la heterogeneidad de los estudios incluidos lo que no permite hacer metaanálisis.
Los principales EM en pacientes hospitalizados, fueron de las fases de prescripción y administración, el aumento de la carga de trabajo por parte del personal de enfermería, la fatiga laboral donde se incluye el estrés y el alto número de medicamentos son los factores de riesgo para la aparición de dichos errores. Este documento aporta información para los profesionales sanitarios con el fin de promover protocolos y sistemas de gestión de calidad que conlleven a una disminución de los errores. A pesar de la limitación que existió por la heterogeneidad en los estudios analizados en esta revisión, que no permiten realizar metaanálisis, se obtuvieron resultados relevantes de EM en diferentes contextos tanto de países desarrollados como en vía de desarrollo, lo que da cuenta de la alta ocurrencia de estos eventos en la atención en salud, que amerita el control de los factores de riesgo para reducir la prevalencia de los errores e impactar en la calidad del cuidado.