“Donde hay conflicto, hay hambre. Y donde hay hambre, a menudo hay conflicto. Sin paz, no podemos lograr nuestro objetivo global de hambre cero; y mientras haya hambre, nunca tendremos un mundo pacífico”
David Beasley
Director ejecutivo del World Food Programme
Introducción
Como Catedrático de Nutrición no he podido resistirme a hacer un pequeño homenaje a los galardonados con el último premio Nobel de la Paz en JONNPR, una revista científica que ya viene desde hace tres años homenajeando a los galardonados con el Premio Nobel de Fisiología y Medicina. He embarcado en esta aventura a una alumna aventajada en la asignatura de Nutrición que supo permeabilizarse durante el curso pasado con uno de los problemas más acuciantes del mundo en el que vivimos: la malnutrición. Es verdad que el hambre y sus terribles consecuencias han acompañado al ser humano desde los comienzos de su existencia y la de sus ancestros los homínidos, pero lo paradójico es que nos encontramos en un mundo donde, en contra de lo anunciado de forma catastrofista en 1798 por Thomas Malthus(1) aún se produce suficiente cantidad de alimentos para poder abastecer a casi el doble de los habitantes que la pueblan en la actualidad y el hambre sobreviene en muchos momentos por una distribución no equitativa de alimentos entre los humanos que habitamos a nuestro planeta Tierra.
Esta triste realidad ya fue denunciada por el Profesor Grande Covián en una editorial de un diario de Madrid titulada del “Hambre a la Abundancia” hace más de 33 años(2). Cuando se relee hoy dicha editorial nos volvemos a encontrar con los mismas lacras denunciadas por dicho ilustre profesor: distribución no equitativa, utilización masiva de la energía verde para producción de ganado, confianza excesiva en la biotecnología y aumento indiscriminado de la producción que contribuye inevitablemente a empeorar los graves problemas por excedentes de géneros alimenticios. A este respecto no dejamos de sorprendernos de que sea más barato desembarazarse de los excesos de alimentos que repartirlos, en un mundo donde la subnutrición atañe a varios cientos de millones de personas que no pueden comer todos los días, pero se está dejando por fuera a quienes padecen desnutrición y a los que “sólo” pasan hambre durante un trimestre del año. Según Herre, miembro de la FIAN, una organización internacional concentrada en la defensa de la alimentación como derecho humano, la noción de que hay 2.000 millones de personas desnutridas en el mundo es mucho más cercana a la idea de hambre que tiene en mente el ciudadano promedio de un país industrializado o en vías de industrialización(3).
También resulta totalmente injusto e injustificable en esta situación mundial que en España y en otros países de Europa, América y del mundo se tire a la basura un porcentaje muy elevado de los alimentos disponibles para consumo. A este respecto la FAO se está asociando con gobiernos, organizaciones internacionales, el sector privado y la sociedad civil para crear conciencia sobre los problemas y para implementar acciones para abordar la raíz del problema(4). La FAO también trabaja con los gobiernos para desarrollar políticas para reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos(5). La situación se hace aún más cruel en zonas del mundo azotadas por calamidades (terremotos, inundaciones, guerras, epidemias), donde la capacidad de producción de alimentos está muy mermada, donde el acceso de alimentos desde otras zonas del mundo está sujeto a estraperlo, conflictos y “negocios” que hacen aún más evidente el “gap” entre países pobres y ricos.
El Premio Nobel de la Paz 2020
Este es un artículo de homenaje hacia el Programa Mundial de Alimentos (WFP) de las Naciones Unidas galardonado con el premio Nobel de la Paz. La noticia fue anunciada el primer viernes de octubre como es habitual. Se ha reconocido con dicho premio el arduo trabajo realizado por esta organización en llevar asistencia alimentaria a más de 100 millones de personas que padecen de hambre(6). No obstante, la noticia a nuestro entender no ha tenido la difusión en los medios que se merecía respecto a otros premios Nobel como el de Física o el de Química, a pesar de las provocadoras noticias difundidas días antes sobre los posibles candidatos. Sin quitar protagonismo a las restricciones que la pandemia provocada por el SARCoV-2 está produciendo, limitando la asistencia de autoridades y de periodistas a muchas ceremonias, no debemos olvidar en que vivimos en la actualidad en un mundo donde las noticias dejan de ser noticias y se transforman rápidamente en pasado, en algo que ya no es útil y que ha perdido su inmediatez e importancia(7,8). De hecho, la noticia esta vez fue realizada de manera telemática debido a la situación sanitaria actual el pasado día 9 de octubre después de haberse ido anunciando día tras día los demás premios Nobel.
De igual manera el 10 de diciembre se realizará la ceremonia de entrega de los premios y el homenaje tanto a los galardonados como a Alfred Nobel. El Premio Nobel de la Paz el único premio Nobel que se concede fuera de Suecia, por deseo expreso de Alfred Nobel.
Como detalle, señalar que en el año del COVID-19 se contaba con un total de 318 candidatos; 211 personas y 107 organizaciones, se disputaban este año el prestigioso galardón que otorga un millón de euros al elegido. A pesar de que las nominaciones son secretas 50 años, quienes proponen a los candidatos tienen la posibilidad, si lo desean, de difundir libremente su elección. De los muchos nombres que resonaron en un principio, parecía que el premio Nobel recaería en alguno de los tres siguientes favoritos: la joven activista contra el cambio climático Greta Thunberg, el opositor ruso Alekséi Navalny y el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom; no obstante ha sido el Programa Mundial de Alimentos de la OMS (WFP, por sus siglas en inglés) el elegido ganador del Premio Nobel de la Paz en este año 2020, por sus esfuerzos en combatir el hambre en el mundo y, especialmente, en zonas de conflicto, "evitando el uso del hambre como un arma de guerra"(5).
La Figura 1 muestra a la Presidente del Comité Noruego del Nobel, anunciando el pasado día nueve de octubre la concesión del premio Nobel de la Paz.
Como es ya conocido por los medios de comunicación desde que se empezó a conceder el Nobel hace 119 años, interrumpida solamente la tradición por las dos grandes guerras mundiales, a primeros de diciembre tendrá lugar la doble ceremonia de los Premios Nobel primero en Oslo, donde se otorgará el Premio Nobel de la Paz y horas más tarde en Estocolmo donde se concederán los demás galardones.
Recordando brevemente lo que comentábamos días atrás para el premio Nobel de Fisiología y Medicina del 2020(9), Alfred Nobel nació el 21 octubre de 1833 en Estocolmo (Suecia) y falleció el 10 de diciembre de 1896 en San Remo (Italia). También señalar que de sus más de 350 inventos de los que se tienen noticia, el de la dinamita con sus efectos beneficiosos, pero también letales para la humanidad, debió condicionar a Alfred Nobel a crear el premio de la Paz(9). La figura 2 recoge un fragmento del testamento de Alfred Nobel donde se hace constar su última voluntad en relación con los Premios que llevan su nombre
Programa Mundial de Alimentos
El pasado nueve de octubre, el Comité noruego del Nobel ha centrado la atención mundial en cada una de los 690 millones de personas que padecen inseguridad alimentaria en el mundo y que tienen derecho a vivir en paz y sin hambre. Según esta entidad, los choques climáticos y las presiones económicas han agravado aún más su difícil situación. Y ahora, una pandemia global con su impacto en las economías y comunidades está empujando a millones más al borde de la inanición(6). En contestación a esta noticia el WPF ha comentado que el Premio Nobel de la Paz no es solo de WFP. (sic) “Trabajamos en estrecha colaboración con el gobierno, organizaciones y socios del sector privado cuya pasión por ayudar a los más vulnerables es igual a la nuestra. No podríamos ayudar a nadie sin ellos. Somos una agencia operativa y el trabajo diario de nuestro personal está impulsado por nuestros valores fundamentales de integridad, humanidad e inclusión(11)”.
Como hemos dicho en líneas anteriores, este año el Premio Nobel de la Paz se le ha concedido al Programa Mundial de Alimentos de la ONU (Figura 3), el cual tiene un amplio reconocimiento a nivel mundial. Sin embargo, pocas personas conocen de forma detallada el trabajo y los proyectos realizados por este programa. Por esta razón, mencionaremos a continuación algunos aspectos de la WFP con la finalidad de conocer con más detalle al ganador del premio Nobel de la Paz 2020 y las motivaciones del Comité del Nobel por concederle ese galardón.
En su página Web el propio WFP se autodefine como el organismo de asistencia humanitaria más grande del mundo: salva vidas humanas en situaciones de emergencia, promueve la prosperidad y ayuda a lograr un futuro sostenible para las poblaciones que se recuperan de un conflicto, un desastre o el impacto del cambio climático(10). La WFP es la organización líder en la lucha contra el hambre, ofreciendo asistencia alimentaria y trabajando a su vez para mejorar la nutrición en distintas comunidades, específicamente han asistido a 86,7 millones de personas en 83 países cada año. Dos tercios de su trabajo es realizado en países con conflictos y para poder llevarlo a cabo está asociado con 1000 ONG nacionales e internacionales(6,11).
El programa mundial de alimentos tiene varias estrategias para intentar alcanzar todas sus metas. Hay una en particular que merece especial atención y es la de ofrecer un sistema alimentario sostenible para conseguir la seguridad alimentaria(11), es decir ofrecer un sistema que sea rentable, estable socialmente y que tenga poco efecto en los recursos naturales. Esto nos parece fundamental ya que de esta manera la propia comunidad a la que se le está ofreciendo asistencia va a ser capaz de mantener un sistema alimentario que sea permanente en el tiempo y con capacidad de subsistir.
Un sistema alimentario sostenible va en concordancia con el cambio de estrategia que sufrió este programa a finales del 2000 en el cual se modificó la ayuda alimentaria en asistencia alimentaria, es decir ya no solo era importante dar comida sino en cubrir las necesidades nutricionales de las personas a lo largo del tiempo, lo que implicaba promover programas de apoyo diseñados para elevar los indicadores nutricionales(11).
En definitiva, la WFP ha llevado asistencia a muchos países, pero con una premisa que es empoderar a la gente para que se alimente así misma(11), evitando dependencias y de esta manera resolviendo realmente el problema del hambre en muchas comunidades y no solo de manera momentánea. Este aspecto tan importante incide en el ya tan conocido proverbio chino “Regala un pescado a un hombre y le darás alimento para un día, enséñale a pescar y lo alimentarás para el resto de su vida".
Sistema alimentario sostenible
En estos momentos de crisis global, donde hemos experimentado una cuarentena que duró más de dos meses, cuando parecía que el país estaba paralizado, empezó a escucharse el canto de los pájaros más fuerte que el sonido de los coches, y se observaron acercamientos de animales a ciudades y entornos donde previamente no habían sido previamente avistados(12), pero además muchos datos empezaron a demostrarnos lo impensable, la contaminación había disminuido, sólo en España en un 64% en la cuarentena(13).
Además, hay que tener en cuenta que la pandemia que nos asola ha sido producida por un virus, y en este aspecto nos gustaría resaltar que el 75% de las enfermedades infecciosas provienen de zoonosis, en donde un ecosistema sano ayudaría a protegernos de la transmisión de muchas de estas enfermedades, aspecto que ya se mencionó en el artículo de
“COVID-19 y el día de la madre tierra”(12).
Se necesitan conciencia y acciones rápidas y duraderas que permitan una convivencia estable sin destruir, contaminar ni alterar ecosistemas. En este sentido, implementar un sistema alimentario sostenible se hace fundamental, es decir aquel sistema que garantice la nutrición para todos, pero sin afectar en gran medida el medio ambiente. A este respecto, la Unión Europea (EU) ha establecido estrategias para establecer este sistema, pero es necesario realizar un cambio global en el sistema actual en cuanto a la forma de producir, vender, comprar y consumir alimentos para poder lograrlo, ya que no debemos olvidar que el sector agrícola produce el 10% de los gases del efecto invernadero(14). También señalar que el Parlamento europeo ha reiterado su posición para reducir los pesticidas, el uso de fertilizantes y antibióticos en la agricultura. Además, se ha propuesto reducir el desperdicio de alimentos en un 50%(14). Todavía queda mucho camino por recorrer, pero la estrategia ya está diseñada por entidades como la la WFP hacia un sistema alimentario sostenible.
Situación actual de la inseguridad alimentaria con la pandemia COVID-19
La pandemia del COVID-19 ha tomado por sorpresa a todos los países, organizaciones e incluso a la comunidad científica. El virus ha ido y sigue lentamente avanzando a nivel mundial, poniendo en jaque al sistema político, económico y sanitario. Además del gran número de fallecidos, la pandemia ha dejado y sigue dejando un sin fin de secuelas siendo una de las más relevantes el agravamiento de la inseguridad alimentaria en los países más vulnerables. Si la situación económica, agrícola y nutricional ya era preocupante antes del COVID-19, hoy en día es a todas luces alarmante.
En orden de estudiar la gravedad de esta situación, debemos comparar la situación de 2019 con la que se espera tenga lugar a finales de este año. La organización mundial de la salud (OMS) en la última edición del estado de seguridad alimentaria y nutrición en el mundo estima que casi 690 millones de personas en el mundo pasaban hambre en 2019, 10 millones más que en 2018, siendo el mayor porcentaje de personas en Asia, pero en números absolutos el aumento es más pronunciado en África. Aunque por razones evidentes las estadísticas disponibles no son precisas ni completas, se ha previsto que para finales del 2020, la pandemia podría provocar un aumento respecto a 2019 de 130 millones de personas con hambre crónica(15).
En respuesta a esta situación de emergencia sanitaria, el Programa Mundial de Alimentos ha suministrado equipos de protección mascarillas, guantes, batas a empleados de la media luna iraní, uno de los países más afectados. Del mismo modo sigue proporcionando alimentos a las 32.000 personas refugiadas en Afganistán e Irak. Además, ha apoyado a gobiernos con la finalidad de ayudar a contrarrestar el avance de la pandemia, de este modo ha ofrecido ayuda financiera al Salvador para que pudiese suministrar artículos para las personas en cuarentena(16). Además, en Choco (Colombia) la oficina de la WFP ha asistido a 37.500 personas de las cuales más de 7.200 han sido atendidas por la emergencia del COVID-19(17).
Además de estas acciones la WFP está recopilando datos, analizando áreas de vulnerabilidad y estudiando posibles interrupciones en la cadena de suministro de alimentos, de manera que evaluando todos estos aspectos se pueda garantizar que los 86 millones de personas a las que pretende ayudar continúen recibiendo la asistencia alimentaria(16). Resaltar que la WFP está intentando por todos los medios ayudar a diferentes comunidades en medio de esta crisis global. En lo que van de pandemia han asistido a más de medio millón de personas en esta crisis(17).
Paz, guerra y alimentación
A diferencia con otros años, los ganadores de los Premios Nobel de la Paz no han sido presidentes o figuras que habían evitado guerras, neutralizado conflictos promoviendo un mensaje de convivencia y condenando la violencia. Este año el ganador ha sido un Programa encargado de llevar asistencia alimentaria, a fin entre otros aspectos de eliminar muchas dudas existentes sobre la relación que puede haber entre la paz o guerra y la alimentación.
En 2018 el Consejo de Seguridad abordó por primera vez el vínculo entre conflicto y hambre. Dicha relación es un ciclo vicioso, ya que las guerras y los conflictos causan inseguridad alimentaria y al igual que el hambre pueden provocar un estallido de conflictos latentes y desencadenar el uso de la violencia. A este aspecto latente hay que añadir la situación caótica sanitaria actual, contribuyendo a aumentar el número de personas que sufren hambre, en países como Yemen, la República del Congo, Nigeria y Sudán del Sur ha aumentado la inseguridad alimentaria(6).
Aunque en la situación mundial actual es poco probable que la situación de hambre e inseguridad alimentaria inicie guerras o conflictos armados, esta situación a nivel tribal o local si puede ocasionar conflictos, que sean el ”gemen” de situaciones mucho más conflictivas. A su vez la inseguridad alimentaria contribuye a prolongar la duración de las guerra o conflictos armados ya existentes Así, en muchas partes de África, la situación alimentaria y el miedo a la inanición ha evitado la desmovilización y desarme de los soldados. Un ejemplo, son los soldados del gobierno de Mozambique, a los cuales el hambre los ha llevado a mantener un clima de violencia, ya que frecuentemente realizaban redadas y se quedaban con los suministros de alimentos(18).
Para sustentar con datos objetivos las consecuencias alimentarias que pueden originar la guerra o conflictos armados, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) comparó las tasas de crecimiento de la producción agrícola y alimentaria en tiempos de guerra y paz, se seleccionó una muestra de 38 países que habían experimentado conflictos entre 1961 y 2000 (Tabla 1).
Variables | 5 años ANTES DEL CONFLICTO |
DURANTE EL CONFLICTO | 5 años DESPUÉS DEL CONFLICTO | Durante la PAZ** |
---|---|---|---|---|
Agricultura per cápita Índice de Producción | 117,5(YYY) | 107,2(YN) | 101,7(Y) | - |
Alimentos per cápita Índice de Producción | 113,4(YYY) | 103,8(NY) | 101,3(Y) | - |
Agricultura Tasa de crecimiento del índice de producción |
3,29%(YNN) | 0,64%(YY) | 3,85%(N) | 2,90% |
Agricultura per cápita Tasa de crecimiento del índice de producción |
0,42%(YNN) | -1,53%(YY) | 1,23%(N) | -0,07% |
Alimentos Tasa de crecimiento del índice de producción |
3,56%(YNN) | 0,84%(YY) | 4,06%(N) | 2,81% |
Alimentos per cápita Tasa de crecimiento del índice producción | 0.64%(YNN) | -1.32%(YY) | 1.44%(Y)* | -0.17% |
Los índices de producción son la producción valorada a precios de 1989-1991 y son netos de semillas y piensos.Y (N) indica estadísticamente significativo (no significativo) al menos al nivel del 10 por ciento con respecto a la celda correspondiente a la derecha (usando la varianza agrupada o separada).*Diferencia estadísticamente significativa de -0,0017 al nivel del 10% cuando se combinan las variaciones, no de otra manera.**Los promedios en tiempos de paz para los niveles per cápita de producción agrícola y alimentaria no son significativamente comparables a los otros periodos.
Adaptado de Teodosijević(18) Cálculos propios basados en datos de FAO y SIPRI (para clasificación de conflictos).
Los datos fueron jerarquizados en los siguientes períodos: 5 años anteriores al conflicto (ANTES); guerra o conflicto civil (CONFLICTO); 5 años después del conflicto (DESPUÉS); paz (PAZ), es decir, sin incluir ANTES O DESPUÉS)(18). Los resultados se encuentran resumidos en la Tabla 1.
Los resultados de la tabla presentada, permitieron a la FAO concluir que las tasas de crecimiento entre PAZ y CONFLICTO son siempre estadísticamente significativas.
Los resultados indican una pérdida significativa de producción tanto agrícola y alimentaria debido a guerras o conflictos civiles Los niveles de producción en términos per cápita son en promedio alrededor de un 10 por ciento más bajos durante el conflicto, y en los cinco años posteriores al conflicto, que en los cinco años anteriores al conflicto(18).
Alianza entre la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y galardonados con el Nobel de la Paz
No podemos dejar de mencionar la alianza que existe entre la FAO y algunos ganadores del premio Nobel de la Paz, como son Nadie Murad, Betty Williams, Mairead Maguire, Adolfo Perez Esquivel, Muhammad Yunus entre otros. Esta alianza fue establecida por el director general de la FAO en 2016 cuando se celebró la primera reunión, el objetivo de dicho vinculo es obtener un beneficio recíproco en el cual la seguridad alimentaria promueve la paz y a su vez un ambiente pacífico refuerce la seguridad y el sistema alimentario(19).
Esta alianza refuerza la rehabilitación y la reintegración que tiene como finalidad el desarme y la desmovilización de los grupos armados; para esto la FAO trabaja en colaboración con la ONU. Además, se promueve la resolución sostenible de los conflictos, reuniéndose a negociar las partes interesadas relacionadas con la tenencia de la tierra, reduciendo de esta manera las disputas por la misma. Adicionalmente la creación de viveros comunitarios, así como otras intervenciones en estas tierras, ayudan a fortalecer la comunidad, siempre cumpliendo con un acceso equitativo a la tierra, pesca y bosques apoyando el desarrollo sostenible y cuidando y manteniendo el medio ambiente sin una explotación de los recursos(19).
Actualmente la FAO en colaboración con los miembros de la alianza están implementando dos proyectos: uno en la República Centroafricana y otro en Colombia. Además, en la agenda de 2030 la FAO quiere que se haga mas énfasis en el papel de la seguridad alimentaria y la agricultura en la prevención de conflictos. La FAO en su página oficial establece que una característica común que presentan las zonas en conflicto es la interrupción de la producción de los sistemas alimentarios, además de las pérdidas de ganado, ingresos y todas las consecuencias que afectan de manera directa o indirecta al acceso a los alimentos(19)
Conclusión
Este es el primer Nobel que ha recibido el World Food Programme o Programa Mundial de Alimentos. Resulta, por tanto destacable que se haya reconocido el trabajo que ha llevado a cabo esta organización dando alimento a más de 100 millones de personas y, lo que es más importante, lograr mejorar el nivel nutricional de las comunidades, hacerlas independientes y sostenibles en el tiempo. Este cambio de estrategia que ha realizado la WFP es un reflejo de la importancia que está tomando la alimentación y nutrición hoy en día. Además, es fundamental que desde 2018 se denuncie la relación entre el hambre y los conflictos armados. Este reconocimiento mundial sintoniza con el compromiso que tenemos todos y en particular los Profesionales de la Salud y los Científicos con la Tierra en la que vivimos y que mimetiza con las palabras de Osoro Sierra(20) (sic) “Se trata de construir un mundo más humano con magnanimidad y fidelidad, sin estrechez de mente, en el que se atienda el bien de toda la familia humana, unida por vínculos inescindibles entre razas, pueblos y naciones”.