Introducción
La pandemia del COVID-19 ha generado repercusiones que afectan la salud ocupacional de los trabajadores a nivel mundial. En opinión de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el estrés es una de las principales causas1, dando lugar a un escenario de posibles riesgos respecto al grado de precisión en las funciones laborales e incremento de la posibilidad de cometer errores, aumentando así la probabilidad de que se produzcan lesiones y accidentes en los centros de trabajo2.
En relación a este problema, es necesario diferenciar el impacto según la modalidad de trabajo. Por ejemplo, la literatura da cuenta que dentro del grupo de los dependientes una de las poblaciones con mayor riesgo psicosocial durante la emergencia sanitaria han sido los profesionales de la salud, especialmente médicos y enfermeras3, tal como lo demuestra un estudio en Colombia, donde más del 67% de enfermeras experimentaba niveles moderados y altos de síndrome de Burnout4. Ante ello, la comunidad científica y las instituciones de salud ya vienen implementando medidas preventivas para mejorar sus condiciones laborales5.
A diferencia de los trabajadores dependientes, que se asume tienen algo de seguridad respecto a continuar en su puesto laboral mientras dura la emergencia sanitaria, la realidad es distinta en quienes tienen a su cargo responsabilizarse de una pequeña o mediana empresa, teniendo que enfrentar repercusiones aún mayores, debido al cierre de actividades comerciales, medidas de distanciamiento social y la lentitud en la reactivación económica en algunos países Latinoamericanos. En consecuencia, es inevitable en este grupo experimentar problemas como inseguridad laboral6,7) y estrés financiero8,9, pues investigaciones sobre el tema concluyen que la pérdida de ingresos y tensión financiera se asocia con los síntomas depresivos10 y riesgo de estrés post traumático, según sea la labor que se desarrolle11.
Si bien la investigación sobre el ámbito empresarial y las crisis ha sido históricamente limitada, la llegada de la COVID-19 ha forzado a generar nuevas evidencias científicas12; así, se sabe que una de las principales manifestaciones psicológicas que vienen experimentando los empresarios en América Latina es el estrés financiero9, el cual puede definirse como la sensación subjetiva desagradable que siente la persona al ser incapaz de satisfacer demandas de tipo económico, pagar cuentas pendientes y tener fondos suficientes para subsistir hasta fin de mes13. Esto en el contexto empresarial se puede asumir como una reacción emocional ante situaciones de amenaza e incertidumbre, como es la pandemia COVID-19, que genera tensión física y emocional.
En cuanto a la evaluación del estrés, se sabe que esta variable ha sido una prioridad de estudio para el ámbito clínico, educativo y empresarial; no obstante, en este último aún no se cuenta con instrumentos adaptados en tiempo y contexto para medir repercusiones psicológicas a causa de la COVID-19. Según lo revisado en la literatura, existen iniciativas como la de Hernández et al.14 que validaron un instrumento de estrés laboral para médicos mexicanos, así también, Campo-Arias et al.15 validaron una escala en línea de estrés relacionado con la pandemia COVID-19, no obstante está ultima es para población general. Ahora, en cuanto al estrés financiero, aunque no existen estudios de validación; que si se observan en la población general9, y otros investigadores la relacionaron con la pérdida de productividad13 y el bienestar psicológico16.
Por lo visto en la literatura científica, aspectos ocupacionales de prevención y coordinación protocolizada son grandes ausentes en las publicaciones científicas actuales17, por ello, el objetivo fue diseñar y validar una escala de estrés financiero para pequeños y medianos empresarios peruanos.
Material y Métodos
Población y muestra
La población estuvo conformada por los empresarios de pequeñas y medianas empresas (PYMES) del Perú. La muestra fue determinada por métodos no probabilísticos tipo bola de nieve. De manera que, la muestra final estuvo conformada por 278 participantes, de los cuales, 55,8% fueron varones y 44,2% fueron mujeres. Las edades de los participantes oscilaron entre los 21 y 61 años (M = 33,50; DE = 11,23). De estos, un 43,5% pertenece al rubro de servicios, 50,4% área comercial y 6,1% al área industrial; además, el 43,2% tiene su centro de operaciones en la sierra, 40,3% en la costa y 16,5% en la selva peruana.
Se incluyó a los participantes mayores de 21 años, que sean gerentes o directores de empresas medianas o pequeñas, residentes del Perú y que tengan negocios activos durante el periodo de estudio. Se excluyó a aquellos que siendo gerentes o directores de empresa no tenían actividades comerciales, aquellos que no desearon participar del estudio, y aquellos que habiendo aceptado formar parte del estudio no completaron adecuadamente la encuesta.
Instrumento
La escala de Estrés Financiero en Empresarios (EEF) es una escala de 11 ítems, que evalúa las preocupaciones más comunes de los empresarios y el nivel de estrés que estos pueden sentir, esto a consecuencia de los efectos económicos de la pandemia. Esta escala tiene respuesta de tipo Likert (completamente en desacuerdo, en desacuerdo, indiferente, de acuerdo y completamente de acuerdo). La escala se ha construido bajo los fundamentos teóricos de otras escalas previamente publicadas7,11.
Procedimientos
Se realizó una búsqueda bibliográfica exhaustiva, para poder determinar los elementos de la escala propuesta. Después de determinar los elementos de la escala, se solicitó la ayuda de 6 expertos, para poder realizar la evaluación de fondo de la escala, con ellos se evaluó el constructo en su representatividad, relevancia y claridad. Con la evaluación realizada por los expertos, se determinó el coeficiente V de Aiken y sus respectivos intervalos de confianza al 95%. Posteriormente, con las correcciones y sugerencias realizadas por los expertos se procedió a realizar la validación de forma de la escala, a través del encuestado de empresarios. Se procedió a enrolar a los empresarios de MYPES a través de listas de personas jurídicas en la superintendencia nacional de servicios tributarios del Perú (SUNAT), por contacto telefónico, correo electrónico, Facebook Messenger y WhatsApp. Al finalizar el encuestado se procedió a construir una base de datos en una hoja de Microsoft Excel 2019 para proceder, posteriormente, con el análisis estadístico.
Análisis de datos
El análisis descriptivo y el Análisis Factorial Exploratorio (AFE) se ejecutó a través del programa FACTOR Analysis (versión 10,1). Se analizó la media, desviación estándar, asimetría y curtosis de los once ítems de la escala. Respecto al coeficiente de asimetría y curtosis se tuvo en cuenta el valor +/- 1,519. Para el AFE se consideró el coeficiente de Kaiser-Meyer-Olkin (KMO) y el test de Bartlett. El análisis paralelo sugirió un modelo unidimensional, así mismo, el método de estimación fue mínimos cuadrados no ponderado con rotación Promin20 y la confiabilidad se calculó a través del coeficiente alfa de Cronbach y sus respectivos intervalos de confianza21.
Aspectos Éticos
El presente estudio siguió las disposiciones de la declaración de Helsinki en su última versión. Se solicitó a los participantes un consentimiento verbal antes de formar parte del estudio y se aseguró, en todo momento, que sus respuestas iban a ser anónimas. Los datos recolectados solo fueron utilizados para esta investigación y al finalizar fueron destruidas.
Resultados
Según la Tabla 1, todos los ítems demuestran valores V de Aiken mayores al punto de corte (0,70). Los ítems 6,9,10,11 se posicionaron como los más relevantes para la escala total (V = 0,89; IC 95%: 0,67-0,97); en la misma línea, los ítems 2,4,5,6,7,8,9 se posicionaron como los más representativos (V = 0,94; IC 95%: 0,74-0,99); y los ítems 1,2,4,6,8,9,11 se posicionaron como los más claros (V = 0,94; IC 95%: 0,74-0,99).
En cuanto al análisis preliminar de los ítems, en la Tabla 2 se observan los estadísticos descriptivos (media, desviación estándar, asimetría y curtosis) para los once ítems de la escala EEF. Se aprecia que el ítem 5 tiene el mayor puntaje promedio (M = 3,26) y el ítem 1 el más bajo (M = 2,66). Respecto a la dispersión, el ítem 4 (DE = 1,36) muestra la mayor variabilidad. Los valores de asimetría y curtosis de los once ítems de la escala no exceden el rango > ± 1,5(19), lo que indica que las variables siguen una distribución normal. Asimismo, las correlaciones entre los ítems fueron significativas (> 0,30).
En cuanto al análisis factorial exploratorio (AFE), se ejecutó previa revisión del índice Kaiser-Meyer-Olkin (KMO = 0,853) y el test de Bartlett (3459,6; gl = 55; p < 0,001), los cuales fueron buenos. Se utilizó el método de mínimos cuadrados no ponderados con rotación oblicua Promin, donde el análisis paralelo mostró una estructura unidimensional de la escala. El factor obtenido explica el 68,21% de la varianza total de la prueba y sus cargas factoriales oscilan entre 0,673 y 0,920 (Tabla 2). Los análisis robustos (X2 = 125,436; p < 0,001; TLI = 0,957; CFI = 0,965 y GFI = 0,986), muestran que la estructura unidimensional, es satisfactoria. Finalmente, respecto a la consistencia interna de la escala, el coeficiente de alfa de Cronbach fue de 0,952 (IC95% = 0,93-0,96), lo cual indica que la escala a es confiable (Tabla 3).
Discusión
La escala EFEmp-Cov19, a través de un solo factor, evalúa la aparición de estrés por problemas económicos o financieros durante la pandemia del COVID-19. Dentro de los ítems propuestos en la escala se observa que los ítems 1, 2 y 3 indagan acerca de la inseguridad que siente el empresario de poder perder la rentabilidad de su negocio y terminar en la bancarrota. Esta sensación es relativamente nueva para muchos empresarios de países con economías relativamente estables. En ese sentido, estudios previos a la pandemia, como el de García y Cruz evidenciaban que el desarrollo económico de Latinoamérica había reducido el desempleo en varios países de la región, inclusive, en aquellos con sistemas económicos complejos22. Sin embargo, durante el desarrollo de la pandemia por COVID-19, las medidas de contención de la enfermedad tales como: cuarentena estricta, toques de queda o reducción de aforo, han puesto en jaque a muchos negocios, sobre todo, los del rubro de diversión, comida, hospedaje, turismo, entre otros23,24. Por consiguiente, miles se han quedado sin empleo y han pasado de la clase media a la pobreza. La pérdida de la fuente de ingresos, las necesidades del hogar y la pandemia exponen a los individuos a experimentar sensaciones de ansiedad, estrés y depresión, y que, en algunos casos, pueden afectar la salud y desencadenar episodios violentos25. Es por eso importante la validación de este tipo de escalas, ya que, podrán permitir medir esta situación en las empresas; esto por el médico ocupacional o cualquier otra persona con un mínimo de entrenamiento, debido a que, la escala es sumamente fácil de utilizar y muy corta; lo que puede hacer que se mida en conjunto con otras escalas que evalúen otros aspectos importantes, como la salud mental.
Por otro lado, los ítems 3 y 4 evalúan un aspecto nuevo que puede aportar en el nivel de estrés percibido por el individuo. Estos indagan sobre la crisis económica de los países y la forma en que afecta la salud mental de los encuestados. Según las proyecciones del Banco Mundial, la recesión a causa del COVID-19 ha sido peor a la que se experimentó después de la segunda guerra mundial, con una caída de la economía mundial del 5,2% durante el 202026. Además, estos cambios propios de la pandemia repercuten en los empleos, ya que, ante un ambiente económico adverso genera el cierre de empresas y la pérdida de empleos27. En ese sentido, Gili et al. encontraron durante la crisis económica española, donde se perdieron miles de empleos, que por causa de la crisis aumentaron los trastornos de estados de ánimo en un 19%, trastornos de ansiedad en 8% y trastornos por abuso de alcohol en 5%28. En esa misma línea, otro estudio realizado en España durante la crisis económica observó que fueron los hombres los que desarrollaron más trastornos mentales, tales como: trastorno depresivo mayor, trastorno de ansiedad generalizada y trastorno multisomatomorfo29.
Los ítems 5, 6 y 7 analizan el estrés causado por la incapacidad de cumplir con sus compromisos financieros (deudas o créditos personales). Es así como, Muñoz Sánchez et al. observaron a través de una revisión sistemática, que en situaciones de crisis económica, endeudamiento y desempleo, la tasa de depresión mayor aumentaba considerablemente30. Con respecto a ello, Stuckler et al en un estudio realizado durante la crisis económica europea (2007 - 2009) evidenció que por cada punto porcentual aumentado en la tasa de desempleo se asociaba con 0,79% de aumento de los suicidios en menores de 65 años31. De manera que, es evidente que el detectar las alteraciones mentales consecuentes a una crisis económica o la pérdida del empleo y, la consecuente, incapacidad de cumplir con deudas o compromisos económicos es una prioridad, ya que, puede llevar a cuadros depresivos severos y, en algunos casos, desencadenar el suicidio.
Con el fin de localizar el problema en la región Latinoamericana, Acevedo Navas examinó la tasa de suicidios en Colombia durante el periodo de 1979 - 2007 y encontró que los hombres fueron los que cometieron suicidio con más frecuencias que las mujeres, pero, esta tasa de suicidios se incrementó sobre todo en momentos de crisis financiera tales como: la crisis financiera colombiana de final de siglo32. De esta forma, se puede ver que este fenómeno obedece a diferentes contextos sociales, geográficos, políticos y económicos.
En función de estas evidencias, no solo es importante poder evaluar a la población de empresarios y cómo vienen enfrentando la crisis de salud pública, sino también el impacto financiero; de hecho, en países como España hay estudios donde evaluaron el estrés laboral en trabajadores de pequeños y medianos empresarios (PYMES)33. Cambiando de escenario mas no de tema, en el Perú, país con el mayor plan de estímulo económico de América Latina34 y uno de los primeros en poner en marcha medidas de confinamiento para evitar la proliferación del virus, no se ha podido evitar el brutal impacto económico de la pandemia35; generando así, que el 54% de empresas recorte sueldos como medida de alivio financiero36, siendo los sectores más afectados el turismo, tiendas comerciales y restaurantes37. Aunado a esto, perdida de trabajo en el 81% de los trabajadores independientes, sobre todo micro y pequeñas empresas (MYPES) que quedaron en mayor vulnerabilidad laboral38.
Una de las principales limitaciones del presente estudio fue el sesgo de selección, ya que, la muestra utilizada se obtuvo por métodos no probabilísticos, por ello, los resultados de este estudio se deben extrapolar con cuidado a otras poblaciones. Sin embargo, los hallazgos encontrados en esta investigación pueden servir como punto de partida para que otros estudios evalúan el efecto del estrés financiero en poblaciones similares a la estudiada en esta oportunidad. Además, este mismo instrumento se podría validar en otras poblaciones, para que se pueda utilizar con más confianza.
Se concluye que la escala EFEmp-Cov19 es válida, confiable, con un solo factor (y a través de 11 ítems) puede evaluar el estrés financiero y sus posibles consecuencias en un contexto de crisis económica.