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Anales de Medicina Interna
versión impresa ISSN 0212-7199
An. Med. Interna (Madrid) vol.18 no.8 ago. 2001
CARTAS AL DIRECTOR
Abdomen agudo como forma de presentación de enteritis eosinofílica
Sr. Director:
La enteritis eosinofílica es una rara enfermedad caracterizada por la infiltración de cualquier tramo del tracto gastrointestinal, desde esofago hasta recto por células eosinófilas, aunque el estomago y el intestino delgado son las estructuras más frecuentemente afectas. Su etiología permanece desconocida, aunque de algún modo se ha implicado en su desarrollo la alergia a ciertos alimentos (1). Las manifestaciones clínicas varían en función de la región del tracto gastrointestinal afecto (2), y habitualmente presenta unas características crónicas, pero raras veces es causa de obstrucción intestinal. Presentamos el caso clínico de un paciente con abdomen agudo secundario a enteritis eosinofílica duodenal.
Varón de 38 años, con antecedentes de hipercolesterolemia y herniorrafia inguinal. Refería distensión e intenso dolor abdominal de tipo cólico de 2 días de evolución, asociado a anorexia, nauseas y vómitos, sin diarrea. También contaba episodios similares, aunque de menor intensidad, en los últimos seis meses. A la exploración se encontraba consciente y orientado, afebril, coloración normal de piel y mucosas. La auscultación cardiopulmonar fue normal, y el abdomen se presentaba distendido, difusamente doloroso a la palpación profunda y con ruidos hidroaereos muy disminuidos. Analíticamente mostraba un hemograma con 13.100 leucocitos sin desviación izquierda y 2% de eosinofilos, con perfil hemático y plaquetario normal. Bioquímica normal, y en la cuantificación de inmunoglobulinas destacaba: IgG 638 e IgE 887. Los coprocultivos fueron estériles no mostrando tampoco la existencia de parásitos en heces. La radiografia simple de abdomen mostraba la presencia de niveles hidroaereos. El rápido empeoramiento del estado general del paciente, precisó una intervención quinirgica inmediata, llevándose a cabo la resección de la segunda porción del duodeno. El estudio anatomopatológico de la pieza resecada y de biopsias tomadas de cuerpo y antro gástricos durante la cirugia, concluyó la existencia de enteritis eosinofílica. En el postoperatorio el paciente presentó algunos episodios pseudooclusivos que remitieron tras iniciar tratamiento corticoideo a dosis de 1 mg/kg/día, y una dieta libre de glutén y productos lacteos.
La enteritis eosinofílica fue descrita por primera vez por Kaijser en 1937, y constituye una entidad clínica poco frecuente (5) de la cual se han documentado menos de 300 casos en la literatura médica. Los criterios que definen este proceso son la presencia de síntomas gastrointestinales, la infiltración eosinófila de una o más areas gastrointestinales demostradas por biopsia, la ausencia de infiltrado eosinófilo de otras estructuras extradigestivas, y la ausencia de infestación parasitaria. La eosinofilia periférica no puede considerarse como criterio diagnóstico al encontrarse ausente en el 20% de los casos. Klein describió tres patrones diferentes de la enfermedad en base a una afectación predominantemente mucosa, que cursa como un síndrome de malabsorción, más comúnmente asociado a un antecedente de alergia alimentaria; otra, más raro, serosa que se manifiesta con ascitis e importante eosinofilia en el líquido ascítico; y una tercera con afectación de la capa muscular caracterizado por un importante engrosamiento y rigidez del estomago y de la porción proximal del intestino delgado con síntomas obstructivos (2,4,5) en la cual el antecedente alérgico es poco frecuente. La etiología de este proceso permanece desconocida, y aunque se ha implicado en su desarrollo la alergia a algunos alimentos, ésta sólo ha podido demostrarse en un 50% de los casos. La presencia de eosinofilia tisular y sanguinea, una mayor incidencia de trastornos alérgicos, niveles elevados de Ig E y una buena respuesta al tratamiento esteroideo apoyan la hipótesis de una reacción de hipersensibilidad tipo I a ciertos alimentos (1-3). El diagnóstico es siempre histológico mostrando edema e infiltrado celular casi exclusivamente compuesto por eosinófilos (6). La enfermedad, al afectar de forma parcheada a diferentes capas de la pared gastrointestinal, obliga a la toma de múltiples biopsias vía endoscopica de zonas afectas y aparentemente normales, a pesar de lo cual la afectación muscular puede no llegar a establecerse.
El empleo de dietas de eliminación parecen útiles en los casos de afectación mucosa, no demostrándose su utilidad en aquellos con afectación muscular en los cuales el antecedente alérgico no parece claro. Los corticoides constituyen la base del tratamiento en pacientes en los que fallan las dietas de eliminación y en aquellos que presentan síntomas obstructivos y ascitis eosinófilica siendo beneficiosos hasta en un 40% de los casos (7). Sin embargo, en la práctica su eficacia es muy discutida. El cromoglicato sódico, empleado en los procesos de alergia a la lactosa, se han empleado con cierto éxito en los casos en que el uso de corticoides estaba contraindicado o no era efectivo. La cirugía queda reservada a cuadros oclusivos, perforación o sangrado. El pronóstico es favorable con tendencia a las remisiones, pero la enfermedad es de carácter crónico y de larga evolución. La mortalidad es rara, salvo complicaciones, y no parece existir un riesgo mayor de desarrollo de neoplasias (2).
M. Valderrama Rojas, A. Ceballos Porras, I. Pérez Tamayo, J. Filgueira Rubio, J. Rodríguez Gorostiza, L. Hergueta Martín-Artajo
Servicio de Medicina Interna. Clínica Nuestra Señora de América. Madrid
1. Weller PF. The inmunobiology of eosinophils. N Engl J Med 1991; 324: 1110-15.
2. Talley NJ, Shorter RG, Phillips SF, Zinsmeister AR. Eosinophilic gastroenteritis: A clinicopathological study of patients with disease of mucosae, muscle layer and subserosal tissues. Gut 1990; 31: 54-8.
3. Scudamare HH, Phillips SF, Swedlund HA, Gleich GJ. Food allergy manifested by eosinophilia, elevated inmunoglobulin E level, and protein-losing enteropathy: The syndrome of allergic gastroenteropathy. J Allergy Clin Inmunol 1982; 70: 129-38.
4. Klein NC, Hargrove RL, Sleisenger MH, Jeffries GH. Eosinophilic gastroenteritis. Medicine (Baltimore) 1970; 49: 299-304.
5. Caldwell JH, Melkhjian HS, Hurtubise PE, Benam FM. Eosinophilic gastroenteritis with obstruction: Inmunologic studies of seven patients. Gastroenterology 1978; 74: 825-8.
6. Johnstone JM, Morson BC. Eosinophilic gastroenteritis. Histopathology 1978; 2: 335-7.
7. Talley JT. Eosinophilic gastroenteritis. En: Shizenger MH, Fardtrem JS. Gastrointestinal Diseases. Ed. WB Saunders. London. 1993; 1224-32.