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Gaceta Sanitaria
versión impresa ISSN 0213-9111
Gac Sanit vol.19 no.1 Barcelona ene./feb. 2005
CARTAS AL DIRECTOR
Sobre el uso racional del medicamento desde hace 50 años
Sr. Director:
Últimamente es notorio el crecimiento de los trabajos epidemiológicos dedicados al estudio de los medicamentos, ya sea sobre aspectos relacionados con su consumo, con su coste o incluso con su utilización o efectos adversos.El pasado fin de semana tuve la fortuna de encontrar entre los libros de mi padre, médico jubilado de 83 años, una maravilla de libro1 que no me resisto a comentar. En la página 13 leo el siguiente párrafo: «El médico, por el progreso del mundo, ya no es el personaje un tanto enigmático que manejaba y distribuía una ciencia misteriosa, sino un simple intermediario entre los remedios conocidos y el dolor del paciente. Así como el farmacéutico estará, a poco, en trance de olvidar el arte de las recetas donde mezclaba los simples maravillosos, para convertirse en un comerciante más que despacha sus específicos».
Más adelante, en la página 58 de este libro, el autor, bajo el explícito título de «Plurifarmacia y terapéutica de choque» escribe: «Me refiero a la terapéutica radical, al empleo inmoderado de innumerables drogas, a la exageración disparatada de las dosis de los medicamentos eficaces, al uso habitual e inconsciente de los remedios heroicos, lo que ahora se llama con el nombre estremecedor de terapéutica de choque».
Prosiguiendo la lectura encuentro otro memorable aparte: «En el público de los enfermos la propaganda de la sobriedad sería, en cambio, inútil, pues un gran número de pacientes se sienten fascinados por la abundancia en el recetar. La humanidad doliente sigue siendo como cuando Feijoo escribía que en los excesos de los medicamentos menos influyen los médicos que los mismos enfermos, los cuales les están importunando para que receten todos lo días y casi a todas horas».
Baste este breve resumen para darnos cuenta que el enfermo ávido de medicinas es un problema de costumbres arraigadas desde hace muchos años, y que sólo un trabajo educacional puede ser capaz, lentamente, de modificar estos hábitos. Como apuntaba el propio autor, en la página 70 de este fascinante libro, hace más de medio siglo: «La labor contra los abusos terapéuticos hay que hacerla en las cátedras».
Javier Sanz Valero
Departamento de Enfermería Comunitaria, Medicina Preventiva y
Salud Pública e Historia de la Ciencia. Universidad de Alicante. Alicante. España.
Bibliografía
1. Marañón G. Crítica de la medicina dogmática. Madrid: Espasa-Calpe; 1950.