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Revista Española de Enfermedades Digestivas
versión impresa ISSN 1130-0108
Rev. esp. enferm. dig. vol.105 no.2 Madrid feb. 2013
https://dx.doi.org/10.4321/S1130-01082013000200003
Linfoma primario de colon
Primary lymphoma of the colon
Marta Pascual1, Blanca Sánchez-González2, Mar García3, Miguel Pera1 y Luis Grande1
1Unidad de Cirugía Colorrectal, Servicio de Cirugía General. 2Servicio de Hematología. 3Servicio de Anatomía Patológica. Hospital del Mar. Barcelona
Dirección para correspondencia
RESUMEN
Introducción: el linfoma primario de colon y recto es una patología poco prevalente, representa tan solo el 0,5 % de todas las neoplasias primarias de colon y recto. El tracto gastrointestinal es el lugar donde asientan la gran mayoría de los linfomas extranodales, siendo el más frecuente el tipo linfoma no-Hodking. El diagnóstico precoz es siempre difícil debido a que la sintomatología es muy poco específica. Los algoritmos terapéuticos han incluido clásicamente la resección radical, el tratamiento con quimioterapia y con radioterapia.
Materiales y métodos: presentamos nuestra experiencia en el manejo de los linfomas primarios de colon en un periodo de 17 años (1994-2011).
Resultados: en dicho periodo en nuestro centro fueron diagnosticaron 7 casos de linfoma primario de colon. El dolor abdominal y los cambios en el ritmo deposicional fueron los síntomas más frecuentes. Cinco pacientes requirieron tratamiento quirúrgico urgente debido a hemorragia digestiva u obstrucción intestinal. El estudio anatomopatológico reveló que todos los linfomas tenían el fenotipo de tipo B. Los pacientes tuvieron un seguimiento medio de 59 meses (rango 1-180). Tres de ellos siguen vivos sin evidencia de recidiva.
Conclusión: el tratamiento combinado con quimioterapia y cirugía puede obtener buenos resultados de remisión. La cirugía puede resolver complicaciones como la hemorragia o la perforación intestinal, ambas directamente relacionadas con la mortalidad por linfoma.
Palabras clave: Linfoma. Colon. Cirugía. Tratamiento.
ABSTRACT
Background: primary colorectal lymphoma is a very rare disease, representing less than 0.5 % of all primary colorectal neoplasms. The gastrointestinal tract is the most frequently involved site of all extranodal lymphomas, the most common type of that is non-Hodgkin's lymphoma. Early diagnosis is often difficult because of unspecific symptoms. Therapeutic approaches have classically included radical resection, chemotherapy and radiotherapy.
Materials and methods: we present our experience in the management of primary colorectal lymphomas over a 17-year period (1994-20011).
Results: in this period 7 cases of primary colorectal lymphoma were diagnosed in our institution. Abdominal pain and change in bowel habit were the most frequent symptoms. Five patients underwent emergency surgery because of bleeding or bowel obstruction. All primary intestinal lymphomas studied were of the B-cell phenotype. Patients were followed up for a median of 59 months (range 1-180). Three of them are alive with no evidence of recurrence.
Conclusion: combination treatment with chemotherapy and surgery can obtain good remission rate. Surgery can resolve complications such bleeding or intestinal perforation that are implicated in lymphoma mortality.
Key words: Lymphoma. Colon. Surgery. Treatment.
Introducción
El linfoma primario de colon y recto es una patología muy poco frecuente. Comporta solo el 0,2-1,2 % de todas las neoplasias malignas (1,2). El tracto gastrointestinal (GI) es el lugar donde asientan la mayor parte de los linfomas extranodales, alcanzando un total del 30-40 % de los casos (1,3). La localización predominante de los linfomas en el GI es el estómago (50-60 %) (4) seguido del intestino delgado (20-30 %), y el colon y el recto (10-20 %) (5). Para establecer el diagnóstico es necesario tener un elevado grado de sospecha debido a la gran variabilidad de la sintomatología de presentación.
El tratamiento frecuentemente implica un enfoque multidisciplinar, combinando cirugía y quimioterapia y añadiendo radioterapia solo en casos seleccionados. Hasta ahora, sin la evidencia de ensayos clínicos aleatorizados, las decisiones terapéuticas se basan en la opinión de expertos y son tomadas en consenso.
Presentamos nuestra experiencia de diagnóstico y tratamiento de una serie de linfomas primarios de colon en un período de 17 años.
Pacientes y método
Realizamos un estudio descriptivo retrospectivo de todos los casos de linfoma primario de colon diagnosticados en nuestro centro desde 1994 hasta 2011. Para este fin utilizamos el registro del Departamento de Anatomía Patológica. Todos los casos fueron confirmados con el estudio histológico. El tipo de linfoma fue clasificado de acuerdo con el sistema de clasificación de la OMS (6). El análisis inmunohistoquímico (IHC) se realizó para clasificar los linfomas en dos subtipos: con centro germinal tipo celular B (GCB) o en ausencia de centro germinal tipo celular B (ABC) (7). El estudio se completó con una tomografía computerizada (TC) y una biopsia de médula ósea para determinar el estadio de linfoma gastrointestinal según la clasificación de Ann Arbor.
Se obtuvieron los siguientes datos: edad, género, síntomas de presentación, localización del tumor, tipo de intervención quirúrgica, complicaciones postoperatorias, estancia hospitalaria, histología, tratamiento adyuvante y respuesta al tratamiento durante el seguimiento.
Resultados
Durante el periodo de estudio de 17 años, se diagnosticaron 7 casos de linfoma primario de colon y recto. Esto significó el 0,23 % del total de las neoplasias de colon y recto tratadas en nuestro centro (Tabla I).
La media de edad en el momento del diagnóstico fue de 67 años (rango: 35-87), 4 varones. Cinco pacientes tenían un correcto estado de salud (ECOG/PS 0-1). Todos los pacientes se clasificaron como estadio I-II según el sistema de estadiaje de Ann Arbor. El índice pronóstico internacional (IPI) fue bajo (0-1) en 4 casos. Los pacientes presentaron sintomatología variable, incluyendo dolor abdominal en 5, cambios en el hábito intestinal en 4 pacientes, 3 presentaron hemorragia digestiva y anorexia o pérdida de peso en 2 casos.
Los lugares en los que se asentó la enfermedad fueron el colon sigmoide en 3 casos, el ciego en 2 y otros dos en colon ascendente, no se diagnosticó en este periodo ningún caso en recto.
Macroscópicamente las lesiones variaron entre masas vegetantes aisladas y la presencia de múltiples pólipos en el colon (Fig. 1). Todos los linfomas primarios de colon estudiados fueron del tipo celular B (Fig. 2), resultando positiva la tinción con marcador celular B, CD20. Además, 6 de los 7 casos corresponden a linfoma de células B grandes difuso (DLBCL). Hubo un caso de linfoma folicular. De acuerdo con el análisis inmunohistoquímico, los casos de DLBCL se clasificaron como subtipo GCB en dos casos y subtipo ABC en 3 casos. En un paciente el bloque de parafina no estaba disponible para estudios inmunohistoquímicos adicionales. El diagnóstico de linfoma se realizó tras resección quirúrgica en 5 pacientes y por biopsias endoscópicas en 2. De los cinco pacientes que requirieron cirugía, dos fue de forma programada y tres fue de forma urgente; de estos últimos dos requirieron una hemicolectomía derecha por hemorragia digestiva baja y uno un procedimiento de Hartmann por una oclusión intestinal. Hubo dos éxitus en el periodo postoperatorio, un paciente con una resección anterior de recto electiva que murió debido a una dehiscencia de sutura y uno de los pacientes intervenidos de forma urgente que falleció debido a una insuficiencia respiratoria y renal.
Cuatro pacientes recibieron quimioterapia o inmunoterapia, dos tras resección quirúrgica y 2 tras diagnóstico endoscópico. Las líneas de quimioterapia administradas fueron ciclofosfamida, vincristina y prednisona (COP), más doxorubicina (CHOP) y/o rituximab (R). La inmunoterapia utilizada en estos tipos de linfomas consiste en el uso de rituximab que es un anticuerpo que se une específicamente al antígeno CD20, una fosfoproteína transmembrana no glucosilada que se expresa tanto en los linfocitos B maduros normales como en las células tumorales linfomatosas. Este antígeno se expresa en más del 95 % de los linfomas no-Hodgkin (LNH).
El seguimiento fue realizado de forma conjunta por el equipo médico de hematooncología. Todos los casos alcanzaron una remisión completa. El seguimiento de los pacientes se realizó durante una media de 59 meses (rango 1-180). Tres pacientes siguen vivos sin evidencia de recurrencia y uno de ellos falleció a causa de progresión sistémica de la enfermedad. Este último presentaba el linfoma de tipo folicular.
Discusión
El linfoma primario de colon y recto es una enfermedad rara que comprende el 0,1-0,5 % de todas las neoplasias malignas del colon y el recto (8,9).
La enfermedad aparece en las últimas décadas de la vida, predominantemente en mujeres (2,10,11). En nuestro estudio la media de edad fue de 67 años, lo que resulta similar a lo publicado en la literatura, aunque en la presente serie existe un caso de una mujer de 29 años, la paciente de menor edad que se ha presentado en todas las series precedentes. Sin embargo en nuestro estudio hemos encontrado una distribución similar entre hombres y mujeres.
En nuestros pacientes, el síntoma de presentación más frecuente fue el dolor abdominal, similar a estudios previos (2,5,12,13). Otras formas de presentación menos comunes en nuestra serie incluyeron: cambios en el ritmo deposicional, hemorragia gastrointestinal y anorexia y pérdida de peso, similar a lo publicado anteriormente (1-2,5,10). Otros estudios han descrito casos de colitis enfisematosa (14) como primera forma de presentación clínica e incluso asemejando una enfermedad de Crohn (15). En conclusión, no existen unos síntomas específicos en esta patología y el diagnóstico puede retrasarse meses o incluso años.
El lugar del colon en el que más frecuentemente asienta este tipo de patología es el ciego, ocurre así en un 57 % de los casos, probablemente debido a la gran cantidad de tejido linfoide presente en esta localización. Otros lugares de la enfermedad son, en orden de frecuencia, el colon ascendente (18 %), el colon transverso, el sigma y el recto (10-20 %) y el colon descendente (5 %), (2,12,13,16,17). Sin embargo, en el presente estudio, la localización más frecuente del linfoma de colon ha sido el sigma, en un 43 % de los casos.
Todos los tumores fueron del tipo B, la mayor parte de ellos de tipo linfoma de células B grande difuso (85,7 %); Estos hallazgos se correlacionan con los descritos previamente (2,18). La enfermedad inflamatoria intestinal (EII) y la inmunosupresión se han considerado clásicamente como factores de riesgo (19). Incluso se ha descrito que la positividad para el virus de la Inmunodeficiencia humana (VIH) se asocia a una mayor incidencia de linfomas anorrectales (3). Sin embargo, estudios recientes (2,5) no han establecido dichas correlaciones. Ninguno de los pacientes en esta serie presentaban EII, VIH positivo u otras alteraciones inmunológicas, por lo tanto no podemos establecer una clara relación causa-efecto.
El tratamiento del linfoma de colon y recto habitualmente incluye la cirugía y la quimioterapia. En la actualidad, debido al desarrollo y la introducción de nuevos fármacos activos como el rituximab, un tipo de anticuerpo monoclonal (20), el papel de la cirugía se ha puesto en entredicho. Algunos autores proponen que la cirugía podría ser eficaz en la prevención de la perforación o la hemorragia (1) sin embargo otros sugieren que un diagnóstico precoz seguido de quimioterapia podría evitar cualquier procedimiento quirúrgico. En nuestra opinión, la cirugía puede ser beneficiosa en aquellos pacientes con riesgo de padecer complicaciones como la hemorragia, la oclusión y la perforación, pero este procedimiento debería ir siempre asociado a quimioterapia adyuvante. Es más, la cirugía sola, con o sin radioterapia debería limitarse a casos muy seleccionados como los linfomas localizados de bajo grado ya que, en la mayor parte de los casos, los linfomas se extienden más allá del territorio local. En estos casos la quimioterapia, con o sin resección quirúrgica, ha de ser la base del tratamiento.
Como ya es conocido, el régimen de quimioterapia tipo CHOP (ciclofosfamida, doxorubicina, vincristina y prednisona) permanece como primera línea de tratamiento para los linfomas primarios de colon y recto. Existen multitud de ensayos clínicos prospectivos han mostrado que añadir el rituximab, anticuerpo monoclonal, a esta línea tipo CHOP (RCHOP) consigue aumentar la número de respuestas y mejora la supervivencia en los linfomas sistémicos tipo no-Hodking, sin embargo, existe muy poca información al respecto en lo que se refiere al linfoma primario de colon y recto (21,22).
Es interesante destacar que, en nuestro estudio, cuatro pacientes recibieron quimioterapia o inmunoterapia (dos de ellos seguidamente a la resección quirúrgica) y todos presentaron una respuesta completa.
Recientes avances en la investigación del perfil de la expresión genética y los análisis inmunohistoquímicos (IHQ) han permitido identificar diferentes subtipos de DLBCL, y confirman que los pacientes con el subtipo ABC tienen menor capacidad de respuesta a la línea basada en CHOP que aquellos con subtipo GCB (23). En el futuro la identificación de estos patrones podría predecir las estrategias de tratamiento más eficaces para cada paciente.
No existen series de pacientes en las que se correlacione la supervivencia con el análisis inmunohistoquímico. En nuestra serie 3 de 6 pacientes mostraban el subtipo ABC. Necesitamos más pacientes para analizar el impacto de este subtipo ABC en la supervivencia del linfoma primario de colon y recto.
Como ya se ha comentado, la tasa de supervivencia es baja. Los síntomas inespecíficos hacen que esta entidad sea difícil de diagnosticar precozmente y, en la mayor parte de los casos, la enfermedad está diseminada en el momento del primer tratamiento. El tipo histológico y la necesidad de cirugía urgente por complicaciones parecen ser factores negativos relacionados con la supervivencia (1,24).
Hasta la fecha no existen ensayos clínicos no controlados que proporcionen más evidencia sobre el enfoque terapéutico en pacientes con esta patología.
En conclusión, el linfoma primario de colon y recto es una neoplasia poco frecuente. La combinación de quimioterapia y cirugía parece ser el tratamiento más eficaz en la mayor parte de los pacientes. Sin embargo, el mejor tratamiento para esta patología no está claramente establecido. Las nuevas líneas de tratamiento basadas en la inmunología y la quimioterapia podrían tener un impacto en la supervivencia del linfoma primario colorrectal.
Por otra parte, la identificación de diferentes subtipos con distintos patrones de expresión genética podría conducir a mejorar las opciones terapéuticas.
Dirección para correspondencia:
Marta Pascual
Unidad de Cirugía Colorrectal
Servicio de Cirugía
Hospital del Mar.
Passeig Marítim, 25-29
08003 Barcelona
e-mail:
Mpascual@parcsalutmar.cat
Recibido: 08-02-2012
Aceptado: 20-02-2013
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