Sr. Editor:
El interesante estudio de Martínez Ríos y col1, sobre pacientes susceptibles de cuidados paliativos que fallecen en domicilio en Málaga, concluye que un tercio de ellos no se identificaron como pacientes paliativos en su historia clínica y, por tanto, no se incluyeron en el Proceso Asistencial Integrado de Cuidados Paliativos de la Junta de Andalucía. Se recoge en el mismo trabajo que la proporción de pacientes fallecidos en el domicilio en 2015, e identificados como susceptibles de cuidados paliativos, fue muy alta para pacientes con cáncer (87%) y muy baja para pacientes con EPOC (38%), insuficiencia cardíaca (23%) y demencias (20%).
Ciertamente, para explicar estos datos cabría pensar que el registro no funciona bien, o que la identificación de pacientes en un sistema de detección no garantiza que reciban cuidados paliativos, e incluso se podría decir que, muchas veces, los pacientes reciben cuidados paliativos sin rellenar ningún registro. Desde luego, todas estas situaciones son posibles.
Pero resulta curioso que los datos de Málaga coincidieran en el tiempo con estudios internacionales que denuncian la enorme necesidad de cuidados paliativos a nivel global2, y la escasa disponibilidad de recursos especializados3. Y lo que es peor, ya hay proyecciones para el año 2060 que calculan que las necesidades de cuidados paliativos en el mundo aumentarán un 85%4. Estas referencias globales invitan a reflexionar acerca del nivel asistencial en el que deberían ser atendidos los pacientes. El nivel especializado de los servicios de cuidados paliativos ni puede ni debería responder a esa demanda. Es urgente, como reclama la OMS, potenciar los cuidados paliativos a todos los niveles pero, sobre todo y particularmente, en el nivel primario de atención5, fortaleciendo con formación las habilidades del personal sanitario y desarrollando protocolos de identificación precoz de los pacientes que necesitan dichos cuidados. Así, precisamente, vienen trabajando en España la Junta de Andalucía y algunos otros sistemas regionales de salud.
Bienvenidas sean las investigaciones oportunas como la de Martínez y col1 y otras que hablen de la eficacia de los sistemas de detección precoz de las necesidades paliativas y de cómo ese modo de cuidar contribuye en mayor medida a aliviar ampliamente el sufrimiento inútil del final de la vida.