Sr. Editor:
La epilepsia supone una de las patologías neurológicas crónicas más prevalentes, fundamentándose su tratamiento en el empleo de fármacos antiepilépticos. Cuándo comenzar con estos tratamientos esta aceptablemente consensuado; sin embargo, no existe el mismo consenso en cuanto a la retirada de los fármacos antiepilépticos. En términos generales, hasta el 70% de los pacientes epilépticos presentan una remisión completa de las crisis tras el uso de fármacos antiepilépticos1, pero no está resuelto si esta respuesta es debida a la acción de los fármacos antiepilépticos o a una verdadera remisión de la epilepsia. Por tanto, sigue existiendo mucha controversia sobre la seguridad de la retirada de los fármacos antiepilépticos, dado que se desconoce con certeza la probabilidad de que las crisis recurran. Los datos de los que disponemos para tratar de llegar a conocer este riesgo de recurrencia provienen de estudios observacionales.
De un metaanálisis2 de estudios observacionales con 10.000 pacientes, se obtuvo que las crisis recurrían hasta en un 30% de los pacientes a los que se les retiraba los fármacos antiepilépticos. Sin embargo, existen determinadas cuestiones por las que resulta importante plantearse la retirada de estos fármacos, destacando la sensación de sentirse curado de la epilepsia, la minimización del riesgo de efectos secundarios cognitivos-conductuales de los fármacos y los aspectos económicos.
En un metaanálisis de 10 artículos con datos de 1.769 pacientes se determinaron los factores predictores de recurrencia de las crisis. Los más importantes son: duración de la epilepsia antes de la remisión de crisis (a mayor duración, mayor riesgo), intervalo libre de crisis antes de la retirada de los fármacos (a menor intervalo, mayor riesgo), edad al inicio de la epilepsia (inicio en adultos, mayor riesgo), historia de crisis febriles, más de 10 crisis antes de la remisión, ausencia de un síndrome epiléptico bien determinado, y anormalidades en el electroencefalograma previo a la retirada de los fármacos3.
Dentro de los síndromes epilépticos clásicamente considerados como muy sensibles a los fármacos antiepilépticos, y con alta probabilidad de recurrencia de crisis tras su retirada, se encuentra la epilepsia mioclónica juvenil (EMJ)4. Por ello, habitualmente estos pacientes se mantienen con tratamientos crónicos.
Sin embargo, tras leer el artículo de Viloria Alebesque y col5 vemos que es posible la retirada de fármacos antiepilépticos en paciente con EMJ. Es un estudio descriptivo de 20 paciente con EMJ, de los que el 60% presentaba un periodo libre de crisis de más de cinco años. En cuatro de ellos se llevó a cabo la retirada de fármacos antiepilépticos y dos pacientes se mantuvieron libres de crisis tras la retirada de medicación, aquellos que mostraban mayor tiempo libre de crisis con tratamiento antiepiléptico previo a la retirada y, en consecuencia, mayor edad media en el momento de la retirada. Por tanto, sugieren que en los pacientes con EMJ se tenga presente, previamente a la retirada de los fármacos antiepilépticos, la edad de suspensión y la existencia previa de un tiempo prolongado de libertad de crisis.
Como conclusión, el artículo de Viloria Alebesque y col5 resulta interesante como punto de partida para sucesivos estudios que nos permitan identificar perfiles de pacientes con epilepsia a los que se les pueda retirar los fármacos antiepilépticos con el mínimo riesgo de recaída.