INTRODUCCIÓN
La Inteligencia Espiritual (IE), también denominada Inteligencia Consciencial por Becerra-Canales et a., ha sido estudiada científicamente, desde hace dos décadas y recobra importancia por su vínculo directo con la salud, bienestar, felicidad, humanización, aprendizaje y el mejor desempeño en cualquier ámbito de la vida y el trabajo (1).
La IE es la capacidad del individuo para reflexionar y gestionar adecuadamente sus cualidades y competencias sociales para el desarrollo individual, emocional, intelectual y profesional; se considera como “la inteligencia del alma, la inteligencia del yo profundo, la inteligencia con la que hacemos preguntas fundamentales y reconsideramos nuestras respuestas” (2,3). Implica la capacidad de darle un profundo sentido a la vida y a la realidad conectando siempre con los sentimientos, valores y principios universales (3,4,5). En concordancia con los argumentos mencionados, la IE se encuadra dentro de la teoría de las inteligencias múltiples (6,7).
La novena inteligencia múltiple, no necesariamente está vinculada con la religiosidad, considerándose que la importancia de esta inteligencia radica en que es superior a las creencias concretas o religiones, y que se convierte en una dimensión espiritual y objetivo trascendental final de una persona (8). En ese sentido, existe un consenso que establece que las personas con un perfil adecuado de IE poseen mayores probabilidades de mejorar sus relaciones de índole interpersonal, laboral, social, sentimental, espiritual y en otros aspectos de la vida humana; lo cual, contribuye a lograr el éxito en su vida personal, profesional, académica, social, afectiva, emocional y también a alcanzar o aproximarse a su bienestar general y realización personal (1).
Los estudiantes de ciencias de la salud (CS) tienen el deber de cuidar la salud humana, lo cual conlleva a una profunda reflexión sobre su práctica sanitaría preprofesional, los procesos de aprendizaje y relaciones interpersonales. En ciencias de la salud una verdadera educación holística y humanística implica desarrollar y cultivar en los estudiantes la IE (9,10,11).
Por tanto, en el contexto universitario la formación profesional de una persona debe implicar un proyecto de formación humanística, entendida como la formación integral u holística en su sentido más profundo y perfectible, enfocándose en su condición humana y en sus valores más profundos (cultura, justicia, libertad, bondad, amor, respeto, esperanza, belleza, nobleza, virtud, etc.) y en su capacidad de reflexión autónoma, autorrealización y trascendencia personal; lo cual, se puede lograr introduciendo la IE, como estrategia transversal en el currículum educativo(12,13,14). Sin embargo, en sociedad actual y en el ámbito educativo, la IE no está muy desarrollada, debido a que las personas están dominadas por el materialismo, el perfeccionismo, la falta de significado y de compromiso.
Se ha investigado muy poco sobre la dimensión espiritual de los estudiantes de CS, en ese contexto resulta necesario estudiar el comportamiento de esta variable. Por tales motivos, esta investigación se propuso conocer el perfil de IE y sus factores asociados en estudiantes peruanos de ciencias de la salud.
MÉTODO
Tipo de estudio y población
Estudio de corte transversal, realizado durante junio a noviembre del año 2022. La población (N=4 262) fueron estudiantes de ciencias de la salud de la Universidad Nacional San Luis Gonzaga en la provincia de Ica del Perú (Figura 1). Con la fórmula matemática para poblaciones finitas; nivel de confianza (95%), proporción de la población tenga las características de interés (50%) y error de estimación (5%), se estimó 353 participantes. Se consideró una pérdida del 18% y la muestra definitiva quedó en 418 unidades muestrales, elegidas por muestreo probabilístico aleatorio. Se incluyeron estudiantes de ciencias de la salud de ambos sexos, se excluyeron aquellos con patología mental u orgánica que impida expresar su opinión y de abuso de sustancias psicoactivas.
Variables, instrumento y procedimientos
La variable, Inteligencia Espiritual fue valorada con la Escala de Inteligencia Espiritual en la Practica Sanitaria (EIEps) (15). Consta de 18 ítems y tres dimensiones Vivencia espiritual en la práctica-VEP (Items 2, 5, 8, 11, 14 y 17); Pensamiento existencial-PE (Ítems 1, 4, 7, 10, 13, 16 y 18) y Consciencia trascendental-CT (Items 3, 6, 9, 12 y 15). Como el instrumento no estaba validado en estudiantes de CS, se realizaron modificaciones mínimas en el ítems 5 y 8, para mejorar el entendimiento de los estudiantes: “Cuando estoy abocado a la misión noble de mi práctica laboral (profesión) mis fuerzas se multiplican” por “Cuando estoy abocado a la misión noble de mi práctica estudiantil y/o pre-profesional mis fuerzas se multiplican y “Creo que cuidar mi cuerpo y de los pacientes es un deber sagrado” por “Creo que cuidar mi cuerpo y/o la salud de mis pacientes es un deber sagrado”; asimismo se cambió las opciones de respuesta (nada verdadero para mí, algo verdadero para mí, bastante verdadero para mí, totalmente verdadero para mí), por “No lo sabe/no en absoluto/es probable que no/es probable que si/si, sin duda”, con una puntuación de 0 a 4.
Esta propuesta fue revisada por un grupo de tres profesionales expertos en el tema; en seguida se realizó una prueba piloto en 42 estudiantes, como resultado de estos procedimientos no hubo modificaciones adicionales en las preguntas. La escala de EIEps, en su versión para estudiantes de ciencias de la salud (EIE/ecs), tuvo una consistencia interna adecuada para la escala global con el Omega de McDonald (ω= 0,901) y sus dimensiones: VEP (ω =0,759); PE (ω =0,769) y CT (ω =0,756). Se consideró un límite dada por la puntuación media global + 1,5 desviación estándar, para establecer que puntuaciones ≥ 64 puntos, significa perfil de IE saludable o adecuado y menores puntuaciones perfil no saludable o inadecuado, el mismo procedimiento fue aplicado en las dimensiones (15).
Se incluyeron variables socio-educativas: sexo, edad (años), ocupación, estado civil, facultad de estudio y religiosas-espirituales: religión, participa en actividades religiosas, se considera una persona religiosa, se considera una persona espiritual y practica la oración.
La información fue recolectada mediante una encuesta online usando un cuestionario Google Forms. De manera previa se obtuvo la nómina de los estudiantes e hicieron coordinaciones con los decanos de las facultades involucradas en el estudio y con el apoyo de las secretarias, a través de medios de comunicación virtual (correos, Messenger, WhatsApp, entre otros), se comunicó a los alumnos sobre la finalidad del estudio, el consentimiento informado para su participación y la URL donde el instrumento estaba ubicado. Asimismo, se indicó que debían desarrollar el cuestionario y someter sus respuestas vía electrónica. Durante el tiempo que la encuesta estuvo disponible, se enviaron recordatorios para dar seguimiento y motivarlos a participar en la investigación.
Análisis estadístico.
El análisis estadístico descriptivo incluyó medidas de frecuencias absolutas y relativas, medias y desviaciones estándar. Se evaluaron diferencias con el Chi cuadrado y emplearon modelos lineales generalizados de la familia Poisson con función de enlace logarítmica para evaluar la asociación entre la variable principal que fue categorizada como Perfil de inteligencia espiritual saludable (si/no), con las variables socio-educativas y religiosa-espirituales, previamente dicotomizadas. Se calcularon razones de prevalencia crudas (RPc) y ajustadas (RPa) con sus IC95% respectivos; fueron incluidos en el modelo ajustado, toda variable con un p < 0,05 en el modelo crudo y se tuvo en cuenta el criterio de interés y de disponibilidad (16). Para el procesamiento de datos, se usó el paquete estadístico “Statistical Package for the Social Sciences” para Windows versión 25.0 en Español. Se consideró un valor de p < 0,05 como significativo.
Consideraciones éticas
La investigación fue refrendada por el Comité de Ética de la Universidad Nacional San Luis Gonzaga (CEI-UNICA Nº 001/02-2023). Se solicitó el consentimiento informado para enrolarse en el estudio y se comunicó a los estudiantes de ciencias de la salud que su participación era voluntaria y anónima.
RESULTADOS
De los participantes, la mayoría fueron de sexo femenino (77,0%); 21 a 25 años de edad (65,8%); solo estudian (58,9%); solteros (90,9); facultad de odontología (26,6%); religión católica (73,7); no participan en actividades religiosas (59,3%); se considera una persona religiosa (63,9), se considera una persona espiritual (66,7%) y practica la oración de manera semanal (31,8%). (Tabla 1)
El perfil saludable de IE, fue reportado por el 21,1% de los estudiantes de ciencias de la salud, proporciones mayores se encontró en los universitarios que estudian y trabajan a la vez (27,9%), casados (76,9%), religión testigos de Jehová (50%), participan en actividades religiosas (31,2), se considera una persona religiosa (24,7), se considera una persona espiritual (29,4) y practica la oración a diario (42,0) y semanal (24,8) respectivamente; las diferencias fueron significativas (p<0,05). Asimismo en los estudiantes de sexo femenino (21,9%), estudiantes de obstetricia (34,3%) y mayores de 30 años; no obstante, las diferencias no resultaron significativas (p>0,05). (Tabla 2)
n=Muestra; %= Frecuencia relativa; IC95%=Intervalos de confianza al 95%; *Pruebas Chi cuadrado de distribución de frecuencia y de diferencia de proporciones.
Debido a las diferencias significativas encontradas en ciertas variables, se realizó un ajuste empleando modelos lineales generalizados. En el modelo de regresión ajustado se asoció a mayor perfil saludable de IE, el considerarse una persona espiritual (RPa = 4,77; IC95%: 1,98-11,4) y practicar la oración diaria (Rpa = 3,02; IC95%: 1,54-5,92) y de manera semanal (Rpa = 2,30; IC95%: 1,12-4,72). No obstante, la edad mayor a 30 años, la condición de estudiar y trabajar al mismo tiempo, el estado civil soltero y casado respectivamente; estudiantes de obstetricia; religión católica, cristiana y testigo de Jehová; participa en actividades religiosas y se considera una persona religiosa presentaron asociación no ajustada con el perfil saludable de IE. (Tabla 3)
DISCUSIÓN
En este trabajo se propuso conocer el perfil de IE y sus factores asociados en estudiantes de CS, de las carreras de enfermería, medicina, odontología, obstetricia y farmacia de una universidad pública peruana. Se encontró en la muestra estudiada que dos de cada diez universitarios tienen un perfil saludable de IE, proporciones altas revelan un perfil no saludable (78,9%); igualmente en sus dimensiones VEP, PE y CT; lo cual, coincide con los resultados de muchos otros investigadores(11,17,18,19), quienes encontraron niveles bajos, moderados o no saludables de IE, con correlaciones inversas y estadísticamente significativa respecto a variables como el estrés percibido, logros de aprendizaje, depresión, ansiedad y estrés laboral en estudiantes universitarios de CS y otras carreras. Resulta preocupante estos hallazgos por cuanto la IE, está vinculada con la competencia sociohumanista que requieren dichos estudiantes(20). Asimismo, para alcanzar la competencia sociohumanista resulta necesario fomentar el desarrollo de la IE, como una estrategia transversal en la formación profesional sanitaria (19)-(21). Toda vez que conecta la vida mental y espiritual de un estudiante con su rendimiento y funcionamiento e impacta sobre variables psicológicas susceptibles a ser mejoradas en los alumnos (22). Por otro lado, la IE puede afectar la competencia de los estudiantes de enfermería para proporcionar cuidados espirituales a los pacientes; por lo tanto, para promoverla, se recomiendan planes adecuados con el objetivo de incrementar el nivel de pensamiento crítico y la autoconciencia espiritual (23).
El perfil de IE, no saludable o inadecuado fue predominantemente mayor en la dimensión “vivencia espiritual en la práctica” (85,9%); lo cual significa que los estudiantes tienen deficiencias en aspectos vinculados a: los principios propios, la práctica estudiantil y/o preprofesional, al deber sagrado, al servicio y vocación profesional, la creencia en la divinidad superior y la misión de vida. Estos hallazgos son congruentes con un estudio realizado en la región ((1) y podría reflejar la sociedad distópica de hoy en día; a ese respecto, Gonzales, et al(24); hallaron en escasa presencia, el respeto, la solidaridad, tolerancia, cooperación, justicia entre otros, beneficios que genera la IE, así como la honestidad, responsabilidad, convivencia y otros valores primarios.
En este estudio, el perfil de IE adecuado presentó mayores proporciones en estudiantes que: estudian y trabajan a la vez, son casados, profesan la religión testigos de Jehová, participan en actividades religiosas, se consideran una persona religiosa, se consideran una persona espiritual y practican la oración a diario y semanal; lo cual, es similar a los hallazgos en un estudio peruano (1); no obstante, difieren en el sentido que reportaron mayores puntuaciones de IE, en adultos mayores de 60 a más años, divorciados y de religión evangélica. Estas discrepancias podrían explicarse por las diferencias de edades promedio de los participantes de ambas muestras. Las diferencias estadísticas reportadas, podrían deberse a diversos factores que modifican la inteligencia espiritual y contribuyen a su desarrollo, por ejemplo, la edad(25), las experiencias espirituales en la vida (26) y las terapias espirituales (27).
Así mismo, se encontró asociación estadísticamente significativa, entre el perfil de IE, adecuado con las variables: “sí participa en actividades religiosas”, “sí se considera una persona religiosa”, “sí se considera una persona espiritual”, y “practica la oración a diario”; lo cual está alineado con los hallazgos de otro estudio local reciente; (1) estos factores influyen en el nivel de IE, como lo muestra la literatura respecto a variables de índole espiritual(28). Poseer IE contribuye en la práctica profesional y las competencias en el lugar de trabajo y se ha visto que es beneficioso para las enfermeras y los estudiantes de enfermería (29). Asimismo, aumenta la competencia clínica de los estudiantes en especial de medicina, enfermería entre otros (30) y mejora la empatía y la salud mental; de ahí, que se sugiere incorporar y desarrollar esta modalidad de inteligencia en los programas de formación y en las decisiones gubernamentales(31). Porque además es eficaz para potenciar las habilidades comunicativas de las enfermeras(32).
Como limitaciones de la investigación, se declara los escasos estudios que cuantifican la variable estudiada en una población de estudiantes de CS, hecho que dificultó hacer comparaciones. Por otro lado, no se estableció una relación de causa y efecto; sin embargo, describir, comparar y asociar las variables analizadas es pertinente y necesario, al permitir detectar e intervenir sobre hallazgos específicos, en los grupos analizados; en consecuencia, se requiere seguir desarrollando la línea de investigación, que incluya variables explicativas relacionadas principalmente con la IE no saludable o inadecuada. No obstante, el estudio es importante por cuanto realiza una aproximación a la novena inteligencia múltiple, en estudiantes de CS.
CONCLUSIONES
La inteligencia espiritual es predominantemente no saludable en los estudiantes de CS, existen variables susceptibles de ser modificadas que podrían acrecentar la IE. Al mismo tiempo, urge la necesidad de cultivarla y desarrollarla en el ámbito de la academia, para que pueda florecer plenamente, dado sus potenciales beneficios.