Introducción
Cuando la Organización Mundial de la Salud nombró el año 2020 como el año de las enfermeras y parteras al conmemorarse el bicentenario de Florence Nightingale, nadie podía imaginar que el mundo se enfrentaría a una pandemia. Hoy el colectivo enfermero y de partería está desarrollando una atención integral a la población de todo el mundo, con asistencia directa a los afectados, educación de las medidas de prevención y participando en investigaciones sobre cuidados para mejorar sus conocimientos y métodos de actuación frente el fenómeno. Nunca Florence Nightingale fue más actual.
El primer contacto que tuvimos con Florence Nightingale, fue a través de uno de los primeros libros de historia de la Enfermería que llegaron a nuestro país, el de Teresa María Molina (1973). La autora realiza un recorrido sobre la evolución de los cuidados en las diferentes etapas históricas; sus cuidadores y cuidadoras con tendencias y perfiles, a partir de la era cristiana, de una gran humanidad y espiritualidad en los cuidados que ofrecían por parte de órdenes religiosas, diáconos y diaconisas, beatos y beatas, santos y santas, descubrimos a una mujer, nacida en el siglo XIX, moderna, muy avanzada a su tiempo, con mucho gancho, que nos deja atónitas. Una mujer que suma a su espiritualidad, compasión y humanidad, una manifiesta inteligencia, elegancia, culta, formada en diferentes artes, y con una concepción del cuidar en comunión con los elementos de la naturaleza a los que propone como base de los cuidados. Su propósito es "dedicarse al bienestar de quienes están confiados a su cuidado" (Molina,1973, p.61), según sus propias palabras contenidas en el Juramento que ella escribió, considerado como el primer código ético de la profesión enfermera, además de poseer una gran capacidad emprendedora. Con el tiempo, la misma apreciación que sentimos al conocerla, la percibimos en nuestro alumnado como profesoras de los fundamentos históricos de la Enfermería. ¿Qué posee esta figura de la Enfermería que continúa seduciéndonos en el siglo XXI?
La finalidad de este artículo es rememorar a Florence Nightingale a través de las aportaciones realizadas por algunos autores que ahondaron en los diferentes perfiles o facetas del personaje como enfermera y científica de su tiempo, y reflexionar su contribución a la ciencia y a los cuidados actuales en tiempo de pandemia. Este escrito se divide en tres apartados. El primero trata del personaje; en segundo lugar, lo que permanece de Florence, 200 años después en tiempos de pandemia des de la mirada de la ciencia, la concepción naturalista de los cuidados de enfermería, y la ética de los mismos; y finalmente mostraremos las conmemoraciones más relevantes acontecidas en el año 2020.
El Personaje
Florence Nightingale (1820-1910), enfermera inglesa y mujer polifacética es reconocida en la literatura científica universal; hecho poco habitual, tanto por el reconocimiento que tuvo en su época, como el que lo haya mantenido hasta hoy principalmente en las disciplinas de Enfermería y Estadística, en los ámbitos de los cuidados a las personas y la salud pública. En esencia, podríamos decir que su contribución gira en torno a: visibilizar el trabajo cualificado de las mujeres; informes sobre resultados estadísticos de la aplicación de cuidados a las personas enfermas; manuscritos sobre el significado de enfermar, papel profesional, sentido y finalidad de las prácticas cuidadoras, y criterios éticos de las enfermeras; documentos sobre la situación sanitaria de los hospitales militares, de planificación sanitaria y otros que van más allá de la disciplina enfermera. Sus contribuciones, aún hoy inspiran el pensamiento enfermero en continua evolución, es decir, la historia nos sitúa, nos ilustra sobre el pasado, aunque especialmente nos enseña para el presente (García y Martínez, 2001; Marriner y Raile, 2003).
Las aportaciones a sus diferentes facetas o perfiles, atraviesan desde la dimensión épica del personaje, el feminismo, el de científica y gestora del sistema de salud, a reformadora de la enfermería en su concepción de cuidar y en su sistema educativo.
En el imaginario colectivo, Florence Nightingale permanece como un personaje épico. La gesta de su implicación como enfermera en la Guerra de Crimea ha sido la que le dio más prestigio profesional y social. En verdad era heroica, afirma sobre ella el cronista Lytton Strachey (1989, p.158-159), pero su heroísmo, sustenta, no era de tipo sentimental o romántico, estaba hecho de un material más fuerte. No fue por su dulzura o abnegación femenina que consiguió orden en el caos que imperaba en los hospitales de Scutari, sino mediante un método estricto, disciplina rigurosa, atención constante de los detalles, trabajo incesante y una determinación permanente de una voluntad indomable.
La lucha actual de las mujeres por el reconocimiento de igualdad de oportunidades de acceso a la educación y trabajo que los hombres, ya se atisbaba en su pensamiento. El humanista y educador Ikeda (2005) al aseverar del siglo XXI como la centuria de la vida, de la salud y de la mujer, evoca las aportaciones heredadas de Florence Nightingale, considerándola una mujer de acción al decidir y organizar un sistema de cuidados para hacer frente a las innumerables muertes de los soldados ingleses en la Guerra de Crimea. Con su ejemplo, la dignificación de la profesión enfermera llegó hasta tal punto que, a las enfermeras se les comenzó a llamar "ángeles de la guarda". Además de ser una escritora prolífica cuya mayor repercusión la ha tenido en el campo de la Enfermería. Donahue (1988) conviene que con Nightingale nace la enfermería moderna y, a través de sus concepciones sobre enfermería introdujo las Ciencias de la Salud.
Adhiriéndose a la misma reflexión, González (2005) desde la perspectiva feminista, se plantea si los principios del feminismo de la igualdad, no estarían en la base de todo el constructo que hace Florence Nightingale para la creación de la enfermería profesional. Su estrategia de ensalzar los valores femeninos, jugando con los valores, creencias, costumbres, formas de hacer de su entorno social victoriano, le sirve para introducir una cuña dentro del repertorio hegemónico masculino y da pie a interpretar que luchaba por la igualdad de la mujer al hombre en cuanto al acceso a la educación, a un trabajo digno y remunerado, el derecho al voto, en síntesis, a la ciudadanía. En la misma línea Miritz et al. (2010) mantienen que la visión teórica de Florence Nigtingale, contribuyó a la desmitificación de las diferencias relacionadas con el género, favoreciendo el ejercicio de la capacidad intelectual de las mujeres en la sociedad. Sus conocimientos en filosofía, historia, artes, religión, matemáticas y estadística, le permitieron desarrollar innovaciones de técnicas en los análisis estadísticos, demostrando como un fenómeno social podía ser medido de manera objetiva y analizado matemáticamente (Naranjo-Hernández et al., 2020).
Pese a sus innovadores hallazgos de investigación sobre hospitales y cuidados, Florence Nightingale tuvo que batallar por "el pecado" de ser mujer. Sin embargo, lo superó al disponer de dos armas poco comunes en mujeres victorianas de la época: sabía comunicar sus ideas por escrito de forma clara y una destacada formación matemática. Si bien ha sido célebre como la "dama de la lámpara", icono bien merecido después de su participación en la guerra de Crimea, también debería haber sido reconocida como la "precursora de la estadística aplicada". En aquellos días, cuando la asepsia y la antisepsia no eran un tema de salud pública y la estadística era privilegio de científicos, compleja y difícil de entender por parte de la población en general, Florence reconoció en la estadística la oportunidad de leer su propia realidad sanitaria y hacer propuestas de solución. Con el gráfico "La Rosa de Nightingale", reconocido más tarde por la comunidad científica, fue capaz de llevar esta área y en particular, la visualización de datos a una nueva etapa, más real, más humana (Álvarez et al., 2018). Así mismo, y con el objetivo de visibilizar el papel desempeñado, en el pasado y en el presente, por las mujeres en el ámbito científico y tecnológico y fomentar vocaciones futuras en las niñas en las áreas de ciencias, la matemática Grima, en el diario ABC Ciencia, recuerda la trayectoria personal y profesional de Florence Nightingale, refiriéndose a ella como la pionera de la enfermería moderna que salvó miles de vidas con una rosa: la estadística (Grima, 2018). Aplicada concretamente en las intervenciones enfermeras que dispensaban a las personas, Florence pudo demostrar resultados de mejoras en la salud. Todavía hoy se está estudiando la mejor manera de medir la cualidad en la práctica enfermera (Ferró, 2020; Pérez, 2020).
En este momento de crisis del Covid-19, en que los trabajos de cuidados de vida y salud de las personas, familias y comunidad universal se están mostrando tan importantes, De los Santos (2004), a propósito del estudio de su obra clave Notas sobre Enfermería. Qué es y qué no es, subraya como la autora reseña insistentemente a un conjunto limitado de intervenciones y se esfuerza en señalar los matices y las sutilezas a considerar en diferentes circunstancias de su praxis. Nos muestra el estilo de dispensación, el valor de cualquier detalle por mínimo e insignificante que parezca. Esta es a su entender, la referencia obligada para empezar a cuidar. Adentrándose en su modelo de cuidados, Zapico (2010) analiza las evidencias de los supuestos teóricos de su modelo de cuidados, concluyendo que la curiosidad científica de Nightingale debería ser la guía de la buena praxis del profesional en enfermería. El conocimiento científico de las enfermeras, a pesar de que ha dado un paso gigante, ha de seguir cuestionando día a día su quehacer profesional. Su juicio crítico y la discusión de sus hallazgos harán imparable la visibilidad de las enfermeras como unos profesionales que cuidan y velan por la salud de la comunidad a la que pertenecen. Tye (2020) alega que, aunque se la recuerde más como la "dama de la lámpara", por sus rondas nocturnas por el hospital del cuartel de Scutari, donde a menudo se detenía para masajear los pies de un soldado moribundo, lo cierto es que dedicaba poca atención directa a los enfermos. Sus responsabilidades burocráticas absorbían todo su tiempo, su verdadero legado ha sido sus prodigiosas habilidades administrativas y su visión de lo que los hospitales y la profesión enfermera podrían y deberían ser.
En cuanto al posible influjo de Nightingale en la génesis de la educación y profesionalización enfermera también en nuestro país, Elena Santainés (2019), con su esfuerzo investigador, fundamentado y razonado de forma lógica, crítica y reflexiva, tiene la convicción de la existencia de una influencia de los principios e ideas enfermeras de Nigthingale en los esquemas formativos y profesionales establecidos por Federico Rubio y Gali, en la Escuela de Enfermeras de Santa Isabel de Hungría, la primera de España en el siglo XIX (Santainés, 2019; Santainés et al., 2012).
Hoy, las investigaciones de las experiencias de Nightingale en la Guerra de Crimea, y el posterior desarrollo y aplicación de su Teoría Ambiental, han conseguido que las enfermeras formen parte del control de infecciones y su práctica en todo el mundo. Además de ser esenciales en la creación de entornos saludables que ayudan a promover una buena curación, buena salud y bienestar y buenos resultados para los pacientes, junto a la oportunidad de un desarrollo continuado para mantenerse al día de los cambios y necesidades (Gilbert, 2020).
Sin duda Florence Nigthingale ha sido hasta la fecha, la mayor renovadora de la Enfermería. A propósito de su reforma, Amezcua (2020) lo sustenta por el llamado triple impacto Florence Now, a saber: el aumento de la formación enfermera para equilibrar sus competencias profesionales; potenciando su capacidad de intervención en entornos asistenciales desatendidos o deficientemente asistidos y haciendo visible el impacto transformador de su trabajo. Tres postulados que siguen vigentes.
Del mismo modo que recopiló alabanzas y admiraciones, también obtuvo críticas. Aunque Florence había tomado las medidas necesarias para que sus escritos fueran destruidos a su muerte, su deseo no se cumplió, su legado trascendió siendo objeto de análisis por parte de estudiosos de su obra. Monica Baly (1993, p. 20-21), evaluando sus escritos, interpreta tres defectos mayores: su amor por la exageración; la confusión entre sus declaraciones públicas y de propaganda y sus comentarios privados; y los muchos cambios de opinión a lo largo de sesenta años. No obstante, añade, en favor de la verdad, Florence poseía una intuición remarcable para ciertos temas, dejándonos reflexiones que resisten maravillosamente el tiempo y que merecen ser guardadas en la memoria.
Vigencia de Florence Nightingale en tiempos de pandemia
La relevancia de la Ciencia y los investigadores
Parte del prestigio de Florence Nihgtingale es debido a su rol investigador, por ello es justo reconocer este aspecto en los investigadores de hoy que, con la detección de los primeros casos de la enfermedad en Europa, los científicos se han dedicado con esfuerzo y en un tiempo récord a estudiar la enfermedad y encontrar soluciones al problema creando vacunas. Las enfermeras, encargadas de aplicar el tratamiento de vacunas a la población y basándose en la ciencia, proporcionan conocimientos, resuelven dudas, desvanecen miedos y ofrecen esperanzas de salud (Col·legi de Metges de Barcelona. La desinformación sobre las vacunas de Covid-19, webinar, 23 febrero 2021). Hoy, un año después de la detección del primer enfermo de Covid-19 en el territorio catalán, las enfermeras han vacunado a los internos en residencias de ancianos, sanitarios, mayores de 80 años mayoritariamente en sus domicilios, a grupos vulnerables con enfermedades crónicas, docentes y cuerpos de seguridad. La organización y desarrollo del proceso de vacunación es considerada modélica y gratificante por la población que reconoce el trabajo ingente que llevan a cabo los equipos de enfermeros y enfermeras, mostrando una vez más que son un pilar fundamental del sistema sanitario (Patiño, 2021).
La concepción naturalista del modelo de cuidados
Los conceptos de Medio Ambiente y Salud-Enfermedad han resultado fundamentales para pensar en la reorganización de los servicios de salud y en los hogares, como formas de cuidado y control ambiental. Además, los conceptos de Enfermería y Sociedad, han permitido reflexionar sobre la necesidad de incluir nuevas formas de atención, que consideren el uso de tecnologías y entornos virtuales para llegar a la población. La experiencia de la pandemia muestra la actualidad de su relación (Tavares et al., 2020). Ejemplo de ello, las iniciativas de las enfermeras en facilitar la comunicación de enfermos hospitalizados de covid-19 con sus familiares a través del móvil o tablets; las consultas en atención primaria, hospitales y centros sociosanitarios, así como el seguimiento de tratamientos y rastreo.
Para Florence Nightingale la enfermería "debería significar el uso apropiado del aire, luz el calor, la limpieza, la tranquilidad y la selección de la dieta y su administración con el menor gasto de energía por el paciente" (Nightingale, 1990, p.2). La concepción naturalista o también denominada corriente ecológica de los cuidados de Nightingale parte de la concepción de enfermedad a la que considera como "un proceso reparador, un esfuerzo de la naturaleza para remediar un proceso de envenenamiento o de deterioro" (Nightingale, 1990, p.1), teniendo en cuenta que el cuerpo tiene mecanismos para equilibrar el organismo. Las enfermeras ayudan en este proceso reparador, a través de las intervenciones y acciones que Florence Nightingale desarrolla en sus escritos como base de cuidados. German-Bes (2011) en un ensayo sobre Nightingale, desarrolla los beneficios de los cuidados básicos, para solucionar malestares considerados precursores de enfermedades en su estadio inicial. En el presente artículo centraremos la atención en tres intervenciones relacionadas con el aire, la alimentación y la limpieza, llevadas a cabo preservando la tranquilidad y el confort del enfermo puesto que las enfermeras en sus acciones diarias de cuidado, las han priorizado, en este tiempo de pandemia. Nightingale al mismo tiempo, enfatiza y desarrolla un elemento imprescindible en toda acción enfermera como es la observación, entendida como la valoración para establecer cuidados específicos que tienen como finalidad salvar vidas y aumentar la salud y la comodidad, concebida como bienestar (German-Bes, 2011; Nihgtingale, 1990). Nightingale expuso también una teoría del aprendizaje en la que hacía hincapié en la adquisición de las destrezas prácticas de observación, reflexión, y habilidad práctica, en relación al estado de salud del paciente, lo que había que hacer y el cómo hacerlo. Adiestramiento y experiencia necesarias para saber cómo observar y qué observar; cómo pensar y qué pensar (Nightingale, 1882).
Aire/ Ventilación y calefacción. La intervención que la propia Nightingale define como "primera regla es sobre el aire que respiran las personas" (Nightingale, 1990, p.6) hasta tal punto que, si no se atiende adecuadamente, los demás cuidados no tienen efecto. Actualmente la pandemia Covid-19 se transmite directamente a través de vías respiratorias, y en un porcentaje alto de personas enfermas por esta causa, cursan con patologías pulmonares (Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica [SEPAR], 2020). En temas de prevención básica y específica, las medidas consensuadas son: llevar mascarillas, respetar la distancia social y ventilación de espacios para evitar la concentración de virus patógenos, como el que nos ocupa (Silva et al., 2020). También se ha dado importancia a las máquinas de aire acondicionado mayoritariamente extendidas en edificios asistenciales, especialmente los de circuito cerrado, para que el cambio de filtros sea estricto, y reducir las exposiciones por vía aérea al Covid-19 (Félix-Arellano et al., 2020). Las enfermeras, además de asistir a las personas enfermas de Covid-19, a fin de mantener una respiración correcta en el proceso de recuperación, también priorizan la educación sanitaria sobre medidas de prevención de transmisión del virus, especialmente en sus ámbitos de actuación: Hospitales, Centros educativos, Residencias de personas mayores y Centros Sociosanitarios (Jurado et al., 2020; Ruiz, 2020; Ruiz y Postigo, 2020). En el entorno educativo, concretamente, además de mascarilla del profesorado y alumnado, se aconseja mantener las ventanas de las aulas abiertas, o ventilando el aula entre clase y clase con el fin de mantener la pureza del aire que se respira, conservando a la vez la temperatura corporal con el cuerpo abrigado de los escolares para evitar que se enfríe. En la misma línea de actuación, conviene poner en valor el papel de las enfermeras responsables de infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria (IRAS), por su trabajo experto y especializado; en los últimos meses han implementado acciones como instaurar ventilación exterior siempre que sea posible, y vigilar los mecanismos de ventilación de espacios interiores, encaminadas a mantener el aire que respiran tan puro como el aire de fuera, sin que las personas enfermas se vean perjudicadas (Jurado et al., 2020).
Alimentación. El segundo elemento de cuidado que señala Nightingale como importante, es la alimentación, "esta es la cosa más importante después del aire" (Nightingale, 1990, p.60) para mantener un buen estado nutricional de las personas con problemas de salud. Según Nightingale, las enfermeras han de saber lo que realmente las personas necesitan "para reparar sus fuerzas y lo que pueden o no pueden tomar" (Nightingale, 1990, p.69). La alimentación es importante no solamente por su relación directa con el estado nutritivo de las personas, sino como elemento socializador y de comunicación (Khubchandani y Kandiah, 2020). Actualmente diversos estudios han relacionado alimentación y Covid-19 en dos ámbitos: en la comunidad y en la asistencia sanitaria. En el primero, a través de políticas oficiales y de planes de acción de organizaciones no gubernamentales, encaminadas a garantizar una alimentación básica de la población. En centros asistenciales, las enfermeras ofrecen un cuidado minucioso y preciso de las dietas alimentarias, incluido suplementos nutricionales que son esenciales para prevenir los estados de desnutrición. La alimentación equilibrada en estos dos ámbitos señalados actúa a nivel preventivo primario y secundario, es decir, como factor preventivo antes de la infección o sobre posibles consecuencias negativas durante la infección, y en el proceso rehabilitador. Uno de los efectos de la Covid-19 es que los pacientes pierden peso mientras están ingresados. Esta pérdida de peso va asociada a la malnutrición, que es un factor que hace aumentar la mortalidad. Una dieta para combatir la desnutrición facilita la recuperación. Un ejemplo de su importancia es el mostrado en el Hospital de Mataró dando a los enfermos de la denominada "segunda ola de Covid-19" un suplemento alimentario y una dieta rica de calorías y proteínas. Este protocolo de suplementación nutricional precoz se ha aplicado a 401 pacientes, consiguiendo reducir un 37,2 % la malnutrición. Además, se ha rebajado la pérdida de peso hasta los 3 kilos de media, la mitad que en la "primera ola" (Cat/324, 2021). La responsabilidad de esta intervención básica y fundamental, recae mayormente en las enfermeras (Calero et al., 2020; Holdoway, 2020; Khubchandani y Kandiah, 2020; Pérez-Torres et al., 2020).
Limpieza. Florence Nightingale apuntaba que las enfermeras "deben cultivar la limpieza" (Nightingale, 1990, p.86), era su ADN en palabras actuales. Aunque las enfermeras garantizan la dispensación de cuidados basándose en diferentes teorías o modelos, todas ellas tienen una visión común del ser humano en su conjunto: sus necesidades holísticas y la conexión con el entorno. La acción de las enfermeras sobre el medio ambiente, según el modelo de Nightingale en los contextos de cuidado, la higiene de manos se identifica como fundamental en la lucha contra la propagación de infecciones y en la implementación de la visión holística (Apuzzo et al., 2020). A través de los años, la relación que existe entre escasez de higiene y problemas de salud es incuestionable. Promocionar e implementar medidas de limpieza e higiene son estrategias que las enfermeras han mantenido vigentes. En estos últimos meses, la higiene de manos es una de las acciones más importantes de prevención de la transmisión del virus por vía respiratoria y de contacto. Estudios que se han llevado a cabo por el colectivo, en relación con las medidas higiénicas, muestran la importancia de estos cuidados en la población en general y en los profesionales sanitarios en particular (Arredondo et al., 2020; García-Redondo y Iborra-Palau, 2020; Palumbo y Chagas, 2020; Paula et al., 2020; Pulido et al., 2020; Ruiz, 2020; Tipple y Costa, 2020).
Quizás uno de los ejemplos de intervención de las enfermeras en pandemia que mejor y más gráficamente refleja los postulados de su modelo de cuidados, es la que llevan a cabo las enfermeras en el Hospital del Mar de Barcelona. El hospital está situado frente al mar, basta cruzar una calle para acceder al paseo que linda con la playa. Las enfermeras salen del hospital empujando la cama de los enfermos que han permanecido aislados durante mucho tiempo en la UCI y los instalan frente al pequeño balcón de la playa con el fin de recibir el agradable calor del sol en cara y cuerpo, respirar el aire húmedo y puro; escuchar el agradable sonido del mar y las olas que neutralizan el desagradable ruido de los coches; sentir que continúan viviendo en comunidad oyendo los comentarios de los transeúntes del paseo que los miran, permaneciendo en todo momento acompañados de enfermeras y otros sanitarios a ambos lado de la cama, que les hablan, observan, y vigilan sus necesidades asegurando su tranquilidad y confort (Ricart, 2020). En definitiva, las enfermeras "colocan al paciente en la mejor condición para que la naturaleza actué sobre él" (Nightingale, 1990, p.134). El doctor Masclans, jefe de la UCI del citado hospital, en sintonía con el pensamiento Nightingale afirmaba: "Hemos de innovar en el humanismo y estos detalles son muy importantes para la recuperación de los pacientes y también para los mismos sanitarios" (Masclans, 2020). En la misma línea, sobre la concordancia de las concepciones de Nightingale sobre enfermería, persona, salud y ambiente, preguntado a enfermeros que trabajan en instituciones hospitalarias portuguesas, en su mayoría, consideran que están de acuerdo o totalmente de acuerdo con su práctica. Lo que muestra que sus concepciones siguen permaneciendo en la práctica profesional de las enfermeras (Ribeiro et al., 2020).
Ética del cuidar. La vigencia de la ética en el cuidar a través de los años, en el seno de nuestra profesión, es fundamental y básica. Como ya hemos comentado, Florence Nightingale fue la primera en mostrar que los cuidados realizados por las enfermeras han de estar basados en criterios éticos y deontológicos. El lenguaje que utiliza en el Juramento Nightingale, aunque propio de la época, no deja de transmitir algunas ideas y valores válidos, mantenidos en el tiempo, como elevar el nivel de la profesión; confidencialidad, responsabilidad del cuidado y acrecentar el bienestar de las personas; son elementos que se contemplan y desarrollan en el Código de ética de las enfermeras y enfermeros de Catalunya (Consell de Col·legis d'infermeres i infermers de Catalunya, 2013), y del Consejo Internacional de Enfermería (2006), por citar dos ejemplos. Visualizar, formar e investigar en cuidados y en ética del cuidar son factores que trazan el camino hacia la consolidación de nuestra profesión, con la finalidad de acrecentar el bienestar de la ciudadanía que atendemos (Domínguez-Alcón et al., 2020). Una forma de mostrar los resultados directos de nuestras intervenciones es visualizar nuestra profesión a nivel mundial, varias son las líneas abiertas, como por ejemplo en campañas globales como Nursing Now, impulsadas por el Consejo Internacional de enfermeras y la Organización Mundial de la Salud, que tiene como finalidad elevar el estatus y perfil de las enfermeras para que ocupen su lugar en el centro de la respuesta a los desafíos de salud del siglo XXI, es una prueba de ello. También las líneas abiertas que han favorecido y aumentan el nivel formativo y universitario como base de desarrollo profesional (Medina, 2020); una alta producción de investigaciones sobre la forma de cuidar, lideradas por enfermeras, especialmente aquellas encaminadas a mostrar los efectos beneficiosos que tiene en las personas los cuidados administrados por ellas. Florence Nightingale fue pionera en estos estudios donde mostró el aumento de la supervivencia relacionada directamente con la aplicación de cuidados (Pérez, 2020); la confidencialidad y la responsabilidad en el cuidar, son elementos esenciales de la buena práctica enfermera que se desarrollan en los diferentes códigos de ética. Diversas situaciones acontecidas en los últimos meses, han dado muestra del alto grado de responsabilidad y compromiso de las enfermeras con el cuidado de las personas; una de ellas es la decisión tomada por el equipo sanitario del Centre Geriàtric de Lleida, de confinarse junto a los residentes, fue la primera en Catalunya que por compromiso y responsabilidad con las personas mayores y con la sociedad, crearon un aislamiento real. En este confinamiento crearon medidas que después se han implementado en otras instituciones, como organizarse en grupos burbuja (Berenguer, 2020). Otra medida extendida en los Centros Asistenciales es los horarios de trabajo flexibles y extensos, para dar atención a la ciudadanía, especialmente en el primer brote de la epidemia, a la que las enfermeras se acogieron con un gran esfuerzo individual y familiar.
Conmemoraciones
Muchas de las actividades que se habían programado de forma presencial para celebrar el Año Internacional de la Enfermera y la Partera en el bicentenario de Florence Nightingale (1920-2020), se hubieron de posponer, anular o realizar virtualmente a causa del virus. Toda una incongruencia, si nos paramos a pensar que ha sido el año donde los postulados de Nightingale han sido más vigentes que nunca y el trabajo de las enfermeras ha sido más visible y reconocido por ciudadanía. Muestra de ello, es el relativo a la "Medalla Florence Nightingale", instituida en memoria de su obra. Esta medalla es la más alta distinción internacional que puede otorgarse a enfermeras o auxiliares de enfermería. Ofrecida por el Comité Internacional de la Cruz Roja desde el año 1920, tradicionalmente realiza un reconocimiento individual. En el 2020 fue especial, la Comisión de la Medalla decidió hacer una entrega colectiva de la medalla a todo el personal de enfermería y de partería que, en diferentes partes del mundo, está privado de libertad debido a su compromiso humanitario.
De los múltiples eventos realizados en todo el mundo, desde organismos o instituciones de la Enfermería y la Estadística, nombraremos algunos en los que hemos participado y los cercanos a nuestro entorno. Sin duda el que fue más emotivo, es el organizado por la Asociación Nacional de Asociaciones de Enfermería (CNAI) para Italia y la Asociación Europea para la Historia de la Enfermería (EAHN), que tuvo lugar en Florencia, la ciudad que la vio nacer. El congreso "Florence 2020", fue en febrero, justo antes que en Italia se diagnosticara el primer caso de Covid-19. Participaron expertas en historia de la enfermería, la salud y la atención de enfermería militar procedentes de veintidós países, rindiéndole merecido homenaje a la considerada maestra de la enfermería moderna (EAHN, 2020).
Ya hubo un anticipo del esperado bicentenario de Florence Nightingale, en el 2018 dentro de actos del XVI Congreso Nacional y XI Internacional de Historia de la Enfermería, en Palma de Mallorca en octubre de 2018, donde se presentó la exposición "Enfermeras en la memoria. La fuerza invisible de una profesión", que recorría distintos momentos de la enfermería a nivel local e internacional. En ella, reunía entre otras, la colección de la profesora del País Vasco Txaro Uliarte "Florence Nightingale. La dama de la lámpara". La inauguración de la muestra, comisariada por la enfermera e historiadora del arte Dra. Gloria Gallego Caminero, se inició con la conferencia "Repensar a Florence Nightingale: la excelencia de su legado", a cargo de la profesora Txaro Uliarte. La misma exposición está prevista en mayo del 2022 en el Hospital Clínico Barcelona y de allí a otras ciudades de Catalunya.
Extendido el virus por todo el mundo, las actividades presenciales en la mayoría de ámbitos son sustituidas por las virtuales. Cabe destacar los webinars "Nightingale: reflejos en la vida y obra de una reformadora" organizado por el Colegio de Enfermería de Granada (CEG) y la Fundación Index, nos han deleitado con las aportaciones sobre: "Poder y Liderazgo"; "El contexto Espiritual"; "El pensamiento Ecológico y el Bienestar físico y emocional", y "Influencia en las mujeres cuidadoras", a cargo de Carmen Domínguez-Alcon, Juan Diego González, Concha German y Claudia Cecilia Alvares respectivamente (Amezcua et al., 2021).
La Facultat de Matemàtiques i Estadistica (FME) de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) dedica este curso 2020-2021 a Florence Nightingale, enfermera y primera mujer admitida en la Royal Statistical Society, así como miembro honorario de la American Statistical Association. Lo justifican por ser su historia la de una gran mujer estadística, sumado a la celebración del 200 aniversario de su nacimiento el 2020 y a la actual situación mundial de pandemia por la Covid-19. Lo que resulta apropiado y suficiente para que la FME le dedique este curso. La misma facultad cuenta también con el Espai Nightingale, un espacio virtual que expone libros, tanto en papel como en formato electrónico referente a su persona y su obra. Y finalmente para dar notoriedad a su figura realiza una jornada el 12 de mayo 2021, actividad que forma parte del programa de celebraciones del 50 aniversario de la UPC (https://eventos.emagister.com/otros/jornada-florence-nightingale-fme/60325).
Por último, cabe destacar la Exposició Florence Nightingale de la Biblioteca de Ciencias, de la Universitat Autònoma de Barcelona, a iniciativa del Departament de Matemàtiques (2021).
Conclusiones
A lo largo de este conciso estudio sobre Nightingale, estamos más cerca de dar respuesta a la pregunta planteada: ¿Qué posee esta figura que continúa seduciéndonos en el siglo XXI? Y es que varios de sus retos, son aún nuestros, nuestra profesión está en continua evolución y desde la perspectiva de estos tiempos de pandemia, sus teorías del cómo cuidar a las personas para obtener mejoras en su salud, están muy vigentes. De Nightingale recibimos aún hoy enseñanzas en temas tan importantes como: el dar visibilidad a las enfermeras en tanto muestran la relación directa entre cuidados y aumento del bienestar de las personas; el cuidar guiado de valores éticos; una apuesta clara por la educación enfermera y la investigación en cuidados. Nos reafirma el papel y la responsabilidad de las enfermeras en aplicar cuidados básicos y esenciales a las personas atendidas. Su coraje, liderazgo y creatividad en las formas de enfocar el cuidado y en medir sus resultados.