PRESENTACIÓN
Mujer de 69 años nativa de Nigeria, que en el estudio de engrosamiento endometrial se le solicita mamografía de screening (Fig. 1), no se dispone de mamografias previas.
Los hallazgos en mamografía muestran mamas moderadamente densas con tejido fibroglandular de distribución simétrica.
Destaca también la presencia de múltiples calcificaciones gruesas, filamentosas, con distribución serpiginosa que forman ovillos en ambas mamas1 (Fig 2). No se aprecian signos de malignidad.
Unas calcificaciones especiales en mamografía
DIAGNÓSTICO: FILARIASIS
En la lectura sistemática de la mamográfica deben tenerse en cuenta distintos hallazgos de la imagen como la densidad y distribución del parénquima, la presencia de asimetrías de densidad, la visualización de nódulos y por último la presencia de calcificaciones y microcalcificaciones, con el fin de detectar cáncer de mama. Con respecto a las calcificaciones, según la clasificación BIRADS (Breast imaging-reporting and data system) 2,3 existen varios tipos atendiendo al riesgo de malignidad, así según su morfología y distribución se clasifican en mayor o menor probabilidad de malignidad. Las calcificaciones benignas son: cutáneas, vasculares, groseras en “palomita de maíz”, en forma de bastón, redondeadas, en anillo, distróficas, en “lechada de cal”, suturas calcificadas y en cuanto a su distribución, son dispersas. En cambio las calcificaciones sospechosas son de distribución agrupada, lineal o segmentaria y de morfología, amorfa, groseras heterogéneas, lineales o polimórficas finas.
Las calcificaciones descritas en la mamografía de nuestro caso son gruesas, filamentosas, con distribución serpiginosa que forman ovillos1 y son específicas de filaria. Las calcificaciones por filaria, no están incluidas en la clasificación BIRADS1.
La filariasis es una enfermedad parasitaria de curso benigno causada por gusano nematodos filiformes, endémica en algunas regiones tropicales (Sudamérica y América Central, África, el sudeste asiático, China y el norte de Australia). Crecen principalmente en tejido subcutáneo y vasos linfáticos, se transmiten por un vector, un artrópodo hematófago, casi siempre un mosquito. Hay 8 especies que infectan al hombre. Existen tres estadios evolutivos del parásito: gusano adulto, microfilaria y larva infecciosa1.
Las calcificaciones aparecen en fases tardías e inactivas, por necrosis del tejido parasitario. Cuando el parásito muere la mamografía mostrará las típicas calcificaciones tubulares en una configuración en espiral, ocasionalmente con centro radiolucente. También pueden variar las calcificaciones en la mamografía dependiendo de la especie de filaria1.
Por otra parte, en la filariasis linfática aguda, la larva causa inflamación local y linfangitis granulomatosa. Clínicamente se manifiesta como una masa dolorosa en la mama con hiperemia y piel de naranja asociadas. Mamográficamente se observa la presencia de una masa hiperdensa circunscrita y ovoidea1.
El principal diagnóstico diferencial hay que plantearlo con suturas mamarias calcificadas, por lo que es esencial conocer los antecedentes quirúrgicos y el diagnóstico final es exclusivo de la imagen1.
En este caso, no es necesario tratamiento ni seguimiento de la paciente.
Como conclusión, los radiólogos especialistas en mama deben reconocer el aspecto de estas calcificaciones tan específicas, aunque el sistema BIRADS (Breast imaging-reporting and data system) no las englobe en su clasificación, para poder diagnosticarlas y no confundirlas con otras enfermedades. Debido a la migración, debemos reconocer estos hallazgos ya que pueden presentarse en pacientes de nuestro centro.