INTRODUCCIÓN
Las elevadas tasas de sobrepeso y obesidad observadas en niños, adolescentes y adultos en los últimos años, tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo, son temas de interés por parte de los investigadores de Ciencias de la Salud1 2. Esta enfermedad se caracteriza principalmente por un exceso de grasa corporal o de tejido adiposo que se acumula en diversas partes del cuerpo y principalmente se localizada en la región abdominal.
Su valoración es muy importante para la identificación de posibles riesgos para la salud, especialmente en aquellos que están relacionados con el exceso o déficits de los diferentes componentes corporales3, especialmente los que están relacionados con la masa libre de grasa y masa grasa.
De hecho, la distribución de la grasa corporal juega un papel relevante en la salud de niños, adolescentes y adultos. Pues, varios estudios han mostrado que la distribución del tejido adiposo ha sido asociada significativamente como elemento de predicción del factor de riesgo de enfermedades cardiovasculares4 5.
En general, en la evaluación de la salud pública y clínica, el incremento del exceso de tejido adiposo se sustenta en el uso de variables antropométricas. Estos parámetros pueden ser medidos, a través de indicadores clásicos, como por ejemplo, el índice de masa corporal (IMC), circunferencia de la cintura (CC), índice cintura-estatura y pliegues cutáneos6 7 8.
En ese sentido, esta investigación considera que es necesario un control riguroso y minucioso de la adiposidad corporal durante la etapa del crecimiento y la maduración biológica, pues la detección temprana puede contribuir en la prevención de enfermedades metabólicas durante la edad adulta9, inclusive muchas veces la adiposidad corporal suele ser confundida por efectos de la maduración biológica, por lo que el grado de maduración de los niños y adolescentes debe ser evaluado continuamente, una vez que la cronología en intensidad y duración a lo largo de la pubertad son específicos para cada edad y sexo y pueden variar considerablemente entre ellos10.
En consecuencia, este estudio busca identificar los indicadores de adiposidad corporal que pueden predecir y/o relacionarse con la distribución del tejido adiposo en niños y adolescentes, además prevé proporcionar información precisa para analizar la adiposidad corporal, ya sea por edad cronológica y/o biológica, aunque hasta la fecha los resultados de las investigaciones son controversiales11 12 debido a las diferencias económicas, sociales, raciales y culturales que existen entre las poblaciones de diversas partes del mundo, a pesar de que la Organización Mundial de la Salud, independientemente de los factores medioambientales, sugiere la utilización del IMC asociada a los pliegues cutáneos para la evaluación del sobrepeso y de la obesidad durante la infancia y la adolescencia13.
Por lo tanto, los objetivos del estudio fueron: a) identificar los pliegues cutáneos que predicen los indicadores de adiposidad corporal (IMC y CC) y b) analizar si los indicadores de adiposidad corporal deben ser evaluados por edad cronológica y/o biológica.
MATERIAL Y MÉTODOS
Tipo de estudio y muestra
Se efectuó un estudio de tipo descriptivo (trasversal) en 131 niños y adolescentes (76 hombres y 55 mujeres). El rango de edad osciló entre 6,0 hasta 14,9 años. La selección de la muestra fue de tipo no probabilística (accidental). Los escolares provinieron de colegios municipales de Punta Arenas, ubicados en el sector sur de la provincia de Magallanes (Chile). Esta está localizada a 2193km al sur de Santiago. Por lo general, en Chile, los escolares que asisten a establecimientos municipales provienen de condición socioeconómica media.
Para el proceso de recolección de datos se solicitó permiso a la dirección de los centros escolares. Luego se organizó una reunión para informar a los padres sobre los objetivos del estudio y las evaluaciones a efectuar. Por lo tanto, los padres que aceptaron la participación de sus hijos firmaron el consentimiento informado. Además los escolares antes de ser estudiados, ratificaron su participación y aquellos que se negaron, fueron retirados del estudio, junto con los escolares que tenían problemas físico-motores para trasladarse. Se incluyeron en el estudio a los que se encontraban dentro del rango de edad entre 6,0 a 14,9 años y a los que asistieron con ropa adecuada para la evaluación antropométrica. La investigación se desarrolló de acuerdo a las pautas que se establecen en la declaración de Helsinki para seres humanos.
Procedimientos
Las variables, como la fecha de nacimiento y sexo, fueron recabadas de las fichas de matrícula de cada colegio. Todas las variables antropométricas fueron evaluadas de acuerdo a las sugerencias descritas por Ross y Col.14. Se evaluó el peso corporal (kg) utilizando una balanza electrónica (Tanita, Ltd. Reino Unido), con una escala 0-150kg y con precisión de 100g. La estatura de pie y estatura sentada se evaluó mediante un estadiómetro portátil (Seca Gmbh & Co. KG, Hamburgo, Alemania) con una precisión de 0,1mm, de acuerdo al plano de Frankfurt. La estatura sentada (altura tronco-cefálica) fue evaluada utilizando un banco de madera con una altura de 50cm. La circunferencia de la cintura (cm) se midió en el punto medio entre las costillas inferiores y la parte superior de la cresta ilíaca con una cinta métrica Seca de metal y graduada en milímetros con una precisión de 0,1cm. Se evaluó 4 pliegues cutáneos (mm) en el lado derecho del cuerpo (tricipital, bicipital, suprailiaco y pantorrilla). Se utilizó un compás de pliegues cutáneos Harpenden con una presión constante de 10g/mm2. Se calculó el IMC por medio de la fórmula: IMC= Peso(kg)/estatura2(m).
La maduración biológica se controló por medio de la técnica de Mirwald y Cols.15. Los años de pico de velocidad de crecimiento (APVC) fueron predichos por medio de una ecuación de regresión por sexo. Esta técnica indica el tiempo antes o después del pico de velocidad de crecimiento (PVC). Permite clasificar en ocho niveles (-4, -3, -2, -1, 0, 1, 2, 3), por ejemplo, -1APVC= falta un año para alcanzar el PVC, 0APVC= es el momento del PVC y 1APVC= pasó un año del PVC.
Las categorías de normal, sobrepeso y obesidad, tanto para el IMC y CC fueron determinadas por medio de la referencia del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades CDC-201216. Se utilizaron los puntos de corte por edad y sexo (<p10 a p85 normal, >p85 a p95 sobrepeso y >p95 obesidad).
Estadística
Se verificó la normalidad de los datos a través de la prueba Kolmogorov-Smirnov. Posteriormente, los datos fueron analizados a partir de estadígrafos descriptivos de frecuencias, porcentajes, media aritmética y desviación estándar. La relación entre indicadores se verificó a través del coeficiente de correlación de Pearson. Se efectuó el análisis de regresión simple para determinar el porcentaje de explicación del tejido adiposo por sexo. Se analizó el R2, error estándar de estimación (EEE). Las diferencias entre hombres y mujeres se determinaron por medio de test t para muestras independientes. Las diferencias entre categorías nutricionales fueron verificadas por medio de ANOVA de una vía y la prueba de especificidad de Tukey. Para verificar las diferencias entre prevalencias de categorías se utilizó χ2. En todos los casos se adoptó una probabilidad de p<0,05. El análisis estadístico se efectuó en SPSS v.18.0.
RESULTADOS
La edad cronológica y biológica y las variables antropométricas que caracterizaron a la muestra estudiada se observan en la Tabla 1. Hubo diferencias significativas en la edad biológica, en los pliegues tricipital, suprailíaco, pantorrilla y en la sumatoria de 4 pliegues entre ambos sexos (p<0,05). Por el contrario, no se observó diferencias significativas en ambos sexos en las demás variables (peso, estatura, estatura sentada, CC, pliegue bicipital e IMC). En la prevalencia de las categorías del estado nutricional determinado por el IMC y CC no hubo diferencias significativas entre ambos sexos (p>0,5).
Variables | Hombre (n=76) | Mujeres (n=55) | Total (n=131) | |||
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X | DE | X | DE | X | DE | |
Edad Biológica (APVC) | 14,5 | 0,7 | 11,4 | 0,7 | 13,2 | 1,7 |
Edad Cronológica (Años) | 10,6 | 2,5 | 11,1 | 2,6 | 10,8 | 2,5 |
ANTROPOMETRÍA | ||||||
Peso (Kg) | 43,4 | 14,1 | 44,9 | 13,1 | 44,0 | 13,6 |
Estatura (cm) | 143,9 | 15,6 | 143,6 | 13,1 | 143,8 | 14,6 |
Estatura sentado (cm) | 75,9 | 7,7 | 77,5 | 7,5 | 76,6 | 7,7 |
Circunferencia cintura (cm) | 72,0 | 11,1 | 72,1 | 11,0 | 72,1 | 11,0 |
Pliegues cutáneos (mm) | ||||||
Bicipital | 8,9 | 3,1 | 10,2 | 3,1 | 9,4 | 3,2 |
Tricipital | 13,2 | 4,5 | 15,1 | 4,6* | 14,0 | 4,6 |
Suprailiaco | 15,1 | 7,3 | 17,0 | 6,3* | 15,9 | 6,9 |
Pantorrilla | 15,0 | 6,5 | 17,5 | 6,0* | 16,0 | 6,4 |
∑ de 4 Pliegues(mm) | 52,2 | 20,0 | 59,8 | 18,6* | 55,4 | 19,7 |
Índice de Masa Corporal (kg/m2) | 20,5 | 3,5 | 21,3 | 4,1 | 20,8 | 3,8 |
ESTADO NUTRICIONAL | ||||||
Por IMC | f | % | f | % | f | % |
Normal | 64 | 48,9 | 43 | 32,8 | 107 | 81,7 |
Sobrepeso | 10 | 7,6 | 9 | 6,9 | 19 | 14,5 |
Obesidad | 2 | 1,5 | 3 | 2,3 | 5 | 3,8 |
Total | 76 | 58,0 | 55 | 42,0 | 131 | 100,0 |
Por CC | ||||||
Normal | 61 | 46,6 | 44 | 33,6 | 105 | 80,2 |
Sobrepeso | 12 | 9,2 | 8 | 6,1 | 20 | 15,3 |
Obesidad | 3 | 2,3 | 3 | 2,3 | 6 | 4,6 |
Total | 76 | 58,1 | 55 | 42,0 | 131 | 100,1 |
APVC: Años de Pico de Velocidad de Crecimiento; IMC: Índice de Masa Corporal; CC: Circunferencia de la Cintura; X: promedio; DE: Desviación Dstándar; *: diferencia significativa en relación a los hombres; Test de X 2 para el IMC: 1,034, GL=2, p=0,5962; Test de X 2 para la CC: 0,1909, GL=2, p=0,9090.
Las relaciones entre los indicadores de adiposidad corporal con los pliegues cutáneos se observan en la Tabla 2. Nótese que los pliegues cutáneos suprailíaco y pantorrilla son los que explican en mayor porcentaje el IMC y CC en los niños y adolescentes de ambos sexos, aunque el pliegue suprailíaco refleja mayor porcentaje de explicación en relación al de la pantorrilla.
Indicadores | Hombres | Mujeres | ||||
---|---|---|---|---|---|---|
R | R2 | EEE | R | R2 | EEE | |
IMC | ||||||
Bicipital (mm) | 0,62 | 0,38 | 2,77 | 0,61 | 0,38 | 3,25 |
Tricipital (mm) | 0,62 | 0,39 | 2,75 | 0,78 | 0,60 | 2,59 |
Supra-ilíaco (mm) | 0,77 | 0,60 | 2,28 | 0,85 | 0,72 | 2,19 |
Pantorrilla (mm) | 0,76 | 0,58 | 2,23 | 0,82 | 0,67 | 2,36 |
∑ de 4 pliegues (mm) | 0,77 | 0,59 | 12,91 | 0,84 | 0,71 | 10,14 |
CC | ||||||
Bicipital (mm) | 0,55 | 0,30 | 9,36 | 0,52 | 0,27 | 9,44 |
Tricipital (mm) | 0,56 | 0,31 | 9,29 | 0,64 | 0,41 | 8,51 |
Supra-ilíaco (mm) | 0,77 | 0,60 | 7,10 | 0,73 | 0,53 | 7,68 |
Pantorrilla (mm) | 0,75 | 0,56 | 7,38 | 0,72 | 0,52 | 7,57 |
∑ de 4 pliegues (mm) | 0,74 | 0,54 | 13,62 | 0,72 | 0,52 | 13,01 |
IMC: Índice de Masa Corporal; CC: Circunferencia de la Cintura; X: promedio; DE: Desviación Estándar; R: correlación; R2: ajustado; EEE: Error Estándar de Estimación.
Las comparaciones de los pliegues cutáneos por categoría de IMC y CC se pueden observar en la Tabla 3. Hubo diferencias significativas entre las categorías normal, sobrepeso y obesidad en ambos sexos según IMC y CC (p<0,05) en todos los pliegues, excepto entre sobrepeso y obesidad por CC en mujeres (pliegue bicipital) y en hombres por IMC en el pliegue tricipital. En general, en la sumatoria de los 4 pliegues sí hubo diferencias significativas entre las tres categorías por IMC y CC y en ambos sexos.
Categorías | Bi (mm) | Tr (mm) | Si (mm) | Pa (mm) | ∑ 4 Pliegues (mm) | |||||||
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X | DE | X | DE | X | DE | X | DE | X | DE | |||
HOMBRES | ||||||||||||
Por IMC (kg/m2) | ||||||||||||
Normal | 64 | 8,4 | 2,8 | 12,6 | 4,2 | 14,0 | 6,6 | 13,9 | 5,8 | 48,9 | 17,8 | |
Sobrepeso | 10 | 10,9 | 2,3a | 16,7 | 3,8a | 20,8 | 5,3a | 20,8 | 4,4a | 69,2 | 13,3a | |
Obesidad | 2 | 13 | 9,9ab | 17,5 | 10,6a | 21 | 2,6ab | 22 | 9,8ab | 73,5 | 62,9ab | |
Total | 76 | 8,9 | 3,1 | 13,2 | 4,5 | 15,1 | 7,3 | 15,0 | 6,5 | 52,2 | 20 | |
Por CC (cm) | ||||||||||||
Normal | 61 | 8,2 | 2,8 | 12,3 | 4,1 | 13,3 | 6,2 | 13,4 | 5,7 | 47,2 | 17,1 | |
Sobrepeso | 12 | 10,9 | 2,5a | 16,8 | 3,6a | 21,8 | 6,1a | 20,6 | 5,0a | 70,1 | 14,7a | |
Obesidad | 3 | 13,3 | 5,8ab | 18,7 | 5,7ab | 25,7 | 9,8ab | 24,7 | 10,0ab | 82,3 | 30,9ab | |
Total | 76 | 8,9 | 3,1 | 13,2 | 4,5 | 15,1 | 7,3 | 15,0 | 6,5 | 52,2 | 20 | |
MUJERES | ||||||||||||
Por IMC (kg/m2) | ||||||||||||
Normal | 43 | 9,2 | 2,5 | 13,5 | 3,5 | 14,8 | 4,8 | 15,2 | 3,9 | 52,7 | 12,9 | |
Sobrepeso | 9 | 12,9 | 1,5a | 20,6 | 2,9a | 23,2 | 3,2a | 24,2 | 4,9a | 80,9 | 10,6a | |
Obesidad | 3 | 15,3 | 4,5ab | 22,7 | 2,3ab | 29,0 | 6,6ab | 30,0 | 3,6ab | 97,0 | 16,7ab | |
Total | 55 | 10,2 | 3,1 | 15,1 | 4,6 | 17,0 | 6,3 | 17,5 | 6,0 | 59,8 | 18,6 | |
Por CC (cm) | ||||||||||||
Normal | 44 | 9,5 | 2,6 | 14,2 | 4,1 | 15,9 | 5,4 | 16 | 4,7 | 55,6 | 15,5 | |
Sobrepeso | 8 | 12,5 | 3,8a | 18,4 | 5,0a | 20,6 | 8,5a | 22,5 | 7,9a | 74 | 23,8a | |
Obesidad | 3 | 13,7 | 2,3a | 20,7 | 3,1ab | 23 | 6,6ab | 25,3 | 6,0ab | 82,7 | 15,8ab | |
Total | 55 | 10,2 | 3,1 | 15,1 | 4,6 | 17 | 6,3 | 17,5 | 6 | 59,8 | 18,6 |
IMC: Índice de Masa Corporal (determinado CDC-2012); CC: Circunferencia de la Cintura (determinado por CDC-2012); X: promedio; DE: Desviación Estándar; a: diferencia significativa en relación a la categoría de normal; b: diferencia significativa en relación a la categoría de sobrepeso.
Las relaciones entre edad cronológica y biológica con los indicadores de adiposidad corporal (IMC y CC) se observan en la Tabla 4 y la Figura 1. La edad biológica influyó en el IMC 11% en hombres y 21% en mujeres. En la CC afectó 44% en hombres y 24% en mujeres. En general, la edad biológica afectó sobre el IMC y CC en mayor porcentaje en relación a la edad cronológica en ambos sexos.
Indicadores | Edad cronológica | Edad biológica* | ||||
---|---|---|---|---|---|---|
R | R2 | EEE | R | R2 | EEE | |
Hombres | ||||||
IMC (kg/m2) | 0,28 | 0,08 | 2,38 | 0,33 | 0,11 | 1,68 |
CC (cm) | 0,61 | 0,37 | 1,96 | 0,66 | 0,44 | 1,34 |
Mujeres | ||||||
IMC (kg/m2) | 0,42 | 0,17 | 2,35 | 0,49 | 0,24 | 2,46 |
CC (cm) | 0,39 | 0,15 | 2,38 | 0,46 | 0,21 | 2,5 |
IMC: Índice de Masa Corporal; CC: Circunferencia de la Cintura; X: promedio; DE: Desviación Estándar; R: correlación; R2: ajustado; EEE: Error Estándar de Estimación; *:Determinada por APVC.
DISCUSIÓN
Los resultados del estudio en relación al primer objetivo evidenciaron que los pliegues cutáneos suprailíaco y pantorrilla son los que mejor predicen el IMC y la CC en ambos sexos, aunque en mayor porcentaje el pliegue suprailíaco mostró mayor poder de explicación. De hecho, estos hallazgos son consistentes con otros estudios11 12, en los que han considerado únicamente el IMC y los pliegues suprailíaco y abdominal como predictores; aunque hay estudios que han utilizado circunferencias corporales como predictores17 e índice de masa grasa y masa libre de grasa18, respectivamente.
En esencia, los resultados obtenidos sugieren que para obtener una determinación razonable del sobrepeso y obesidad por medio del IMC y la CC, es necesario considerar al menos el pliegue suprailíaco, pues esta región anatómica presenta con frecuencia mayor asociación con la obesidad19, inclusive varios son los estudios que han mostrado que la mayor acumulación de tejido adiposo se produce en la región central del cuerpo11 12 19 20.
De hecho, cuando se clasificaron el IMC y la CC por categorías, hubo diferencias significativas en los 4 pliegues, sin embargo, el pliegue suprailíaco evidenció claras diferencias significativas entre los escolares clasificados como normales, con sobrepeso y obesidad. Esto es una gran muestra de que la distribución del tejido adiposo se centraliza, por lo que se debe considerar la región central del cuerpo como un punto anatómico a valorar. La inclusión de esta variable antropométrica podría conducir a una adecuada clasificación del exceso de peso en niños y adolescentes. Aunque es necesario confrontar estos resultados con métodos de laboratorio sofisticados como la absorciometría de Rayos X de doble energía (DXA), la cual permite valorar con precisión la grasa visceral abdominal21.
En consecuencia, los estudios que se efectúan en diversas regiones de Chile, en especial aquellos que abarcan grandes tamaños muestrales, deben considerar la posibilidad de proponer curvas percentílicas de IMC conjuntamente con un pliegue cutáneo de la región central del cuerpo. Esto puede contribuir a la estimación de la adiposidad corporal con mayor precisión y exactitud durante la etapa de crecimiento y desarrollo.
El segundo objetivo del estudio buscó analizar si los indicadores de adiposidad corporal deben ser evaluados por edad cronológica y/o biológica. A este respecto, los resultados muestran que ambos indicadores de adiposidad (IMC y CC) deben ser analizados por edad biológica, ya que por edad cronológica los porcentajes de explicación son inferiores para ambos sexos.
Algunos estudios anteriores han informado que la sincronización de la maduración biológica parece contribuir a un mayor desarrollo de adiposidad, aunque de manera diferente entre niños y niñas22. Esto podría deberse a los diferentes ritmos de maduración biológica que por lo general presentan los adolescentes23, en especial, en aquellos que tienden a madurar precozmente.
De hecho, al parecer este fenómeno se presentó en este estudio, puesto que los adolescentes clasificados con obesidad reflejan edades inferiores en relación a la categoría normal (Figura 1). Esto podría ser un indicador de precocidad, lo que reflejaría una mayor adiposidad corporal a edades tempranas24.
El exceso de adiposidad identificada en los escolares de este estudio está asociado a un mayor incremento de IMC y CC. Esto puede deberse a un rápido crecimiento en la infancia que lleva a mayor tamaño corporal, especialmente en la masa grasa, lo que puede dar origen a una pubertad anticipada25. Por lo tanto, estos aumentos requieren intervenciones urgentes, pues de lo contrario, en el futuro puede significar un alto costo para las familias y las instituciones del Gobierno26.
Este estudio presenta algunas fortalezas, como por ejemplo, hasta donde se sabe es el único que ha utilizado una referencia actualizada (CDC-2012) y aplicada en una muestra de niños que residen en el sur de Chile, además los resultados obtenidos pueden ser utilizados para sensibilizar a las familias y autoridades del país. Por el contrario, la selección de la muestra y la falta de un método patrón a la hora medir los pliegues cutáneos podrían originar ligero sesgo en los resultados, pero esto no invalida los resultados alcanzados, puesto que abre nuevas perspectivas para futuros estudios y sirve como referencia para contrastar resultados con otras muestras de estudio.
CONCLUSIONES
El pliegue suprailíaco se perfila como el mejor predictor del IMC y la CC en ambos sexos. El análisis de ambos indicadores debe ser efectuado por edad biológica antes que por edad cronológica, puesto que cada individuo tiene su propio ritmo de crecimiento y maduración, por lo que es necesario su uso para evitar posibles efectos de confusión entre los niños y adolecentes.