CASO CLÍNICO
Varón de 53 años con antecedentes de diabetes, hipertension arterial, exfumador y dislipemia que presenta hipertensión severa y enfermedad arterial periférica de grado IIb de Fontaine. Para filiar etiología hipertensiva se realiza angiotomografia que evidencia ateriopatía periférica y de troncos viscerales crónica severa, compensada mediante múltiples arcadas colaterales. En el estudio se visualiza estenosis crítica de arteria renal izquierda (ARI), estenosis no significativa de arteria renal derecha (ARD) y oclusión de tronco celíaco (TC), arteria mesentérica superior (AMS) y arteria mesentérica inferior (AMI) en el origen. Asimismo, existe oclusión aortoilíaca yuxtarrenal compatible con síndrome de Leriche de tipo II (Fig. 1). La compensación de la oclusión de troncos viscerales es mediante colateralidad, que se origina de las arcadas del estómago y de las arterias pancreaticoduodenales, que recanalizan el TC y la AMS. En la figura 2 se observa la recanalización de la AMI a través de las arterias marginales de Serpent (amS) y Drummond (arcada de Riolano). La revascularización de las arterias femorales comunes (AFC) se realiza a través de la arcada de Winslow, formada por la comunicación entre las arterias epigástricas (AE) y las arterias mamarias internas (ami).
DISCUSIÓN
El síndrome de Leriche suele presentarse con claudicación de miembros inferiores, disfunción eréctil y disminución o ausencia de pulsos femorales (1-10) secundarias a oclusión aortoilíaca. Tiene mayor incidencia en hombres de 40 a 60 años con antecedentes de tabaquismo, hipertensión, hiperlipemia y diabetes (1,2,4,5,10). Tradicionalmente se inicia en la bifurcación aórtica y progresa lentamente (1-4,9,10), lo que permite la generación de colateralidad compensatoria dependiente de vasos viscerales o sistémicos. En el 3-15 % de los casos que afectan a arterias renales, debuta como hipertensión refractaria (2,3) y es infrecuente la afectación suprarrenal (1-3).
El diagnóstico se realiza mediante angiotomografía o angiografía arterial que demuestre oclusión terminoaórtica (1-3,8) con arcadas viscerales supletorias. Su identificación durante la planificación quirúrgica previene la morbilidad por descompensación arterial (1-8,10).
El tratamiento debe individualizarse. El tratamiento médico es la primera opción si el paciente no presenta datos de isquemia crítica (1,2).
La supervivencia está condicionada al control de los factores de riesgo cardiovascular, a la adherencia al tratamiento y a la permeabilidad a largo plazo de la revascularización en caso de realizarla (1-2,10).
En la actualidad el paciente se encuentra con control tensional adecuado con triple terapia antihipertensiva, etatina y antiagregante. Presenta clínica de claudicación intermitente no invalidante y ausencia de clínica de ángor intestinal.