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Archivos Españoles de Urología (Ed. impresa)
versión impresa ISSN 0004-0614
Arch. Esp. Urol. vol.60 no.2 mar. 2007
NECROLÓGICA
In memoriam. D. Francisco Romero Aguirre
(Zaragoza, 7.IV.1918 - 28.VII.2006)
Mariano Pérez Albacete
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Una vez en su ciudad natal, en la que fijó su residencia definitiva y en la que introdujo la resección transuretral como técnica quirúrgica para el tratamiento del adenoma prostático y de los tumores vesicales, su magnífica preparación le facilitó el desarrollo de su profesión. Reestableció su relación con la universidad con la que mantuvo un continuo vínculo como profesor; su carácter docente y su calidad científica hicieron que, con el apoyo del catedrático de cirugía Dr. Lozano Blesa, el claustro de la Universidad de Zaragoza considerase conveniente la creación de una cátedra de Urología independiente del tronco de la cirugía general, plaza que ganó con un destacado ejercicio de oposición, por lo que fue el primer catedrático numerario de Urología de la licenciatura en la historia de nuestra Universidad, cátedra en la que mantuvo una continua y extensa labor y a la que sumó una Escuela Profesional de formación urológica en la que llevó una intensa actividad con la realización de cursos monográficos y de doctorado en los participó un selecto plantel de especialistas nacionales y extranjeros.
Quienes como alumnos recibimos su magisterio recordamos sus didácticas y pausadas clases llenas de contenido que, en ocasiones, eran difícil de asimilar pero cuya comprensión, con su buen hacer, facilitaba; de sus prácticas de la asignatura, personalmente recuerdo ya en aquellos años, mediados los sesenta, los estudios de uromanometría con sus gráficos difíciles de interpretar y su cuaderno de ejercicios que constituía de por sí un pequeño manual de la especialidad.
Fue presidente de la Asociación Española de Urología de la que fue nombrado de honor y de la que recibió su máxima distinción, la medalla Francisco Díaz, en reconocimiento de su entrega y de su labor urológica.
Hombre de profundas convicciones religiosas, con intenso sentido familiar y de la amistad, fue amante de su tierra y de su ciudad, a la que profesaba gran cariño y de la que nunca quiso salir. A lo largo de toda su carrera profesional logró, gracias a su tesón, a su capacidad de trabajo y a su permanente dedicación situarse en la cima de la Urología y consolidarse como maestro indiscutible de toda una generación de urólogos que rememoran su memoria por todos los rincones de habla castellana.
Descanse en paz.