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Anales de Medicina Interna

versión impresa ISSN 0212-7199

Resumen

MORENO BORQUE, A. et al. Utilidad de los parámetros analíticos en el diagnóstico de las enfermedades hepáticas. An. Med. Interna (Madrid) [online]. 2007, vol.24, n.1, pp.38-46. ISSN 0212-7199.

Las pruebas de función hepática incluyen tanto test bioquímicos (AST, ALT, GGT o fosfatasa alcalina), así como niveles de bilirrubina sérica, albúmina o pruebas de coagulación como la actividad de protrombina. La gran frecuencia con la que estas pruebas son incluidas en exámenes de rutina, tanto de pacientes sintomáticos como asintomáticos, hace que sea de vital importancia la correcta evaluación de los resultados. Elevación de enzimas de predominio citolítico: En elevaciones crónicas, leves-moderadas, se debería descartar toxicidad por fármacos, hepatopatías virales, alcohólicas, hemocromatosis o esteatosis no alcohólica. Elevación de predominio colestásico: La primera evaluación debería valorar el origen de la fosfatasa alcalina, siendo la medición conjunta de la GGT la mejor forma de confirmar el origen hepático de la fosfatasa alcalina. El siguiente paso consiste en determinar la presencia de colestasis extrahepática (por obstrucción biliar de cualquier causa) o intrahepática (CBP, CEP, fármacos, etc.). En estos casos la primera prueba a realizar será una ecografía abdominal, que va a permitir evaluar la vía biliar. Hiperbilirrubinemia: En caso de hiperbilirrubinemia no conjugada se debe valorar las distintas causas (hemolisis, eritropoyesis ineficaz, síndrome de Gilbert o Criggler-Najjar). La hiperbilirrubinemia conjugada aislada, es una situación más infrecuente, y debe hacer pensar en síndromes como el de Rotor o de Dubin-Johnson. La evaluación de los niveles de albúmina y de protrombina van a evaluar la función hepática per se, permitiendo distinguir entre procesos agudos y crónicos. No existen en la actualidad estudios prospectivos que evalúen la eficacia de estos test de función hepática. La realización de una historia clínica detallada, una exploración física adecuada y de pruebas diagnósticas no invasivas (serologías, perfil férrico, autoinmunidad o ecografía abdominal) va a permitir diagnosticar la mayoría de las patologías causantes de la alteración, quedando en segundo lugar pruebas más complejas incluyendo la realización de una biopsia hepática.

Palabras clave : Pruebas de función hepática; ALT; AST; Fosfatasa alcalina; Gammaglutamil transpeptidasa; Virus de la hepatitis B; Virus de la hepatitis C; Hepatitis autoinmune.

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