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Index de Enfermería

versión On-line ISSN 1699-5988versión impresa ISSN 1132-1296

Index Enferm vol.32 no.2 Granada abr./jun. 2023  Epub 14-Nov-2023

https://dx.doi.org/10.58807/indexenferm20235821 

Teorizaciones

Cambio social y transformación del cuidado en la familia

Social change and the transformation of care in the family

Sonia Herrera-Justicia (orcid: 0000-0001-7977-6781)1  2  , Manuel Amezcua (orcid: 0000-0001-6864-6164)2 

1Coordinación Docente, Fundación Index. Granada, España

2Cátedra Index de Investigación en Cuidados de Salud, UCAM-Fundación Index. Granada, España

Resumen

A pesar de los cambios sociales: ¿se sigue erigiendo la familia como una institución cuidadora?, ¿cómo ha cambiado su estructura?, ¿se han debilitado los lazos familiares o se están transformando? En este texto, se analiza la evolución de la familia desde las teorías sociológicas más clásicas hasta los pensadores posmodernos. Se reflexiona sobre las implicaciones de un cambio social y si las transformaciones del presente se han hecho permeables a la dinámica familiar y la función cuidadora de la misma. Como conclusión, se vislumbra que, tanto la familia como sus habilidades cuidadoras, son el espejo de una sociedad en continuo cambio. Está emergiendo un nuevo espacio que, en forma de resistencia, permite hacer uso de los modos de hacer heredados con una visión renovada.

Palabras clave: Familia; Domus; Saber Popular; Cuidado Familiar

Abstract

Despite social changes: does the family still stand as a caring institution, how has its structure changed, have family ties weakened or are they being transformed? This text analyses the evolution of the family from the most classical sociological theories to postmodern thinkers. It reflects on the implications of social change and whether the transformations of the present have become permeable to family dynamics and the caregiving function of the family. As a conclusion, it is envisaged that both the family and its caregiving skills are the mirror of a society in continuous change. A new space is emerging which, as a form of resistance, allows inherited ways of doing things to be used with a renewed vision.

Keywords: Family; Domus; Popular Knowledge; Family Care

Introducción

Un cambio social es la transformación de la base de la estructura social, es decir, en los valores, costumbres y hábitos de una sociedad. Además, esta transformación debe de ser observable a lo largo del tiempo y tener diferencias significativas con la realidad anterior.1 Si se echa la vista atrás y visualizamos a las familias y la forma en cómo cuidaban de todos los miembros del hogar, seguramente podamos percibir más de un cambio. La cohesión familiar, las costumbres o la forma de relacionarnos en las familias de la actualidad han variado por completo. Pero estas nuevas formas de entender la familia ¿han transformado la sociedad que conocemos o ha sido al contrario?

Generalmente, un cambio social se da en el curso de una generación, por esta razón se tiende a confundir el cambio social con el generacional. En una generación puede haber ajustes o modificaciones en la forma de desempeñar los roles, pero esto no tiene por qué afectar a la estructura social al completo.2 Esta idea se puede ilustrar con un ejemplo de actualidad: el hecho de que haya una mayor participación de los hombres en el cuidado o que la mujer se haya incorporado al mundo laboral, ha supuesto un ajuste dentro de la familia, pero no ha modificado la estructura social al completo. Se trata más bien de un ajuste por inercia social, es decir, se están produciendo otros cambios en la estructura social que tienden a modificar instituciones, como puede ser la familia. Son ajustes estratégicos que realizan los propios individuos.2

Si hay algo en lo que están de acuerdo la mayoría de estudiosos de la familia, es que definirla, no es algo sencillo, pues no se mantiene estática.1,2 En el caso de las habilidades cuidadoras en la familia, tanto las formas de preparación, transmisión y utilización de remedios y saberes, se han transformado atendiendo a los nuevos valores que conforman la sociedad, pero, a pesar de los cambios, ¿se sigue manteniendo la familia como institución cuidadora?, ¿cómo se ha manifestado el cambio social en el núcleo familiar?

En este artículo se analiza la evolución de las familias desde las perspectivas más clásicas, entre las que hay dos vertientes de pensamiento: aquella que considera que la familia está en crisis por el efecto del individualismo, esto se ve reflejado en autores como Bonald, Le Play o Comte. Y, por otro lado, considerar a la familia como una institución flexible, resistente y en continua fase de desarrollo, que se adapta a los cambios históricos por los que ha atravesado. La contradicción entre los dos discursos no es algo nuevo, pues en la actualidad sigue teniendo resonancia.

Este punto de partida favorecerá la reflexión acerca del lugar que la familia como institución ocupa en el presente, sobre cuáles son sus funciones y si los cambios que se han producido en la sociedad se han hecho permeables a la estructura familiar y a su función cuidadora.

La familia a la luz del pensamiento social

Los primeros indicios de una sociología de la familia aparecen en la obra de Auguste Comte en 1839. El autor fue pionero en reflejar a la familia como unidad básica de toda la estructura social.3 La familia era definida como fuente y elemento irreductible de la sociedad, considerándose la principal institución que actuaba como intermediaria entre el egoísmo y el altruismo. Según Comte, la familia debía de entenderse bajo dos perspectivas: fuente espontánea de la educación moral y base natural de la organización política. El papel de la familia como institución intermediaria, está muy ligado al rol de la familia en la educación moral.3,4 Comte consideraba que la eficacia moral de la vida doméstica consistía en servir de transición en la liberación del individualismo para formarnos como seres verdaderamente sociales.3,5

El pensamiento de Auguste Comte tiene un fuerte componente moralista y conservador. Martine Segalen señala que la principal crítica que puede dirigirse a la Sociología de la familia de Comte es la de "depender de una perspectiva psicologizante cuya seudocientificidad consiste en reemplazar a Dios por la naturaleza humana".5 Aun así, la teoría de Comte nos permite reflexionar acerca del papel de la familia en la sociedad y en el proceso de socialización. La existencia social solo puede ser explicada a través del estudio de la familia como institución única e indivisible.

Simultáneamente, Fréderic Le Play, elaboró una serie de monografías familiares que conocieron el éxito en el siglo XIX.5 La actividad intelectual de Le Play estuvo influenciada por el pensamiento de Louis de Bonald, filósofo y político que defendía la supremacía de lo social frente al individualismo, ya que, según el autor, la sociedad es quien conforma al hombre y no al contrario. En este sentido, construye una definición de familia en la que destaca la diferenciación de funciones. Para el autor, el padre es el poder, la madre actúa como mediadora y el hijo es el sujeto o súbdito. Esta relación de poder se puede extrapolar a la sociedad, Bonald afirmaba que una sociedad sin poder no era una sociedad. Para el autor, lo que ocurre en el seno de la familia influye en el bienestar del Estado y, al contrario, todo cambio será recíproco.3 El pensamiento de Bonald muestra una concepción política de la familia relacionándola con el Estado y la sociedad y no únicamente con el ámbito privado del individuo.

Las monografías de Le Play son el sustento empírico de las ideas o proposiciones de Bonald. El autor pretendía identificar los elementos determinantes de una sociedad estable. Para ello, partió de la hipótesis de que mediante el estudio de una unidad microsocial bien elegida se accedía al conocimiento del estado de la sociedad.6,7 Le Play define a la familia como la institución motora que hace a una nación libre y próspera. En ella, el principal agente del orden social es el padre y es tarea fundamental del Estado reforzar esta autoridad paterna.3 Teniendo en cuenta este concepto, Le Play consideraba a lo que denominó familia troncal como el ideal a alcanzar si se quería garantizar la estabilidad social. Con este modelo se contribuía a perpetuar las tradiciones, conservar la propiedad familiar y la autoridad natural (paterna).3,7

La obra de Le Play se encuentra entre la modernidad y la tradición. Sus monografías profundamente reformistas se alejan de comprender que el origen y la razón de ser de cada familia, van a depender de las necesidades de producción y reproducción de cada comunidad rural.7 Aun así, Le Play marcó el camino a seguir a pensadores sociales, demostrando que a través del discurso científico se podía configurar un proyecto de reforma social.

Mención aparte merece la obra de Friedrich Engels "El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado", publicada en 1884, en la que el filósofo intenta explicar la opresión femenina con el mismo esquema que la opresión de clases. Toma de referencia un estudio antropológico de Lewis H. Morgan y reconstruye el proceso por el que la división social del trabajo por sexo se extiende y modifica a la familia.8 Así, la familia moderna es el resultado del triunfo de la propiedad privada sobre la colectiva. Para Engels, en las sociedades primitivas la división del trabajo en la familia había sido la base para distribuir la propiedad entre el hombre y la mujer. En la familia moderna, el trabajo doméstico ha perdido su importancia porque el productivo es el que se realiza fuera del hogar familiar.8

Una de las principales críticas a la explicación que da Engels sobre la familia moderna es la infravaloración que muestra ante el trabajo doméstico, ya que el filósofo da a entender que solo es útil aquel que tiene una retribución económica y no tanto por su valor social.

A finales del siglo XIX, Emilie Durkheim, reconocía que la sociedad de su tiempo debía de dotarse de una nueva moralidad sustentada en el método científico. Todo parecía indicar que Durkheim seguiría los pasos de Le Play, pero hubo una diferencia esencial en el desarrollo de su teoría familiar: su carácter laico y exento de juicios de valor. El autor admitía que la única forma de combatir a moralizadores o reformistas sociales era aceptando que la familia, al igual que en otros campos sociales, podía ser objeto de generalizaciones científicas. Sin embargo, era necesario evitar la simplificación o la renuncia a un intento de sistematización.5,8

Durkheim no jerarquiza ningún tipo de familia, sino que asume que la familia actual ha evolucionado y es distinta a la de antes porque las circunstancias también lo son. Por lo tanto, no es necesario ni conviene imitar ningún modelo familiar anterior, sino centrarse en comprender el que existe en el presente.5 Coincidía con otros autores en que la familia es la institución social más importante de la sociedad, pero introducía una nueva perspectiva: afirmaba que "la familia moderna contiene dentro de ella, como abreviado, todo el desarrollo histórico de la familia".8 Por lo tanto, consideraba que esta institución era el resultado de un largo desarrollo histórico y que se encontraba en constante fase de desarrollo social.

Durkheim formuló lo que llamó la "ley de contracción progresiva" de las relaciones familiares. Esta ley muestra cómo el volumen de los miembros que conforman la familia ha ido disminuyendo con el paso de los años, concentrando los lazos familiares. Este fenómeno estaba correlacionado con la extensión del medio social: de la aldea a la ciudad, de esta al Estado, hasta desembocar en las sociedades complejas actuales.5,8,9 Al modificarse el volumen de la familia es inevitable que haya una variación en la organización interna de la misma.8 Al disminuir el volumen de miembros, los bienes ya no son compartidos con el núcleo familiar, sino que van siendo apropiados individualmente. A este fenómeno Durkheim lo denomina quebrantamiento del comunismo familiar, y es para el autor el cambio más importante en la organización familiar.5,8-10

Según Durkheim, en las sociedades modernas, estamos unidos a nuestras familias por los lazos de parentesco o personales y no por los bienes familiares, como podía ocurrir en las sociedades patriarcales o paternales. Esto supone un avance en la dinámica social, ya que mientras la riqueza se transmita existirán ricos y pobres de nacimiento, y esto es incompatible con la sociedad moderna.8,9,11

La importancia que tiene la obra de Emilie Durkheim radica en que no desvincula las transformaciones de la familia de las estructuras de las sociedades en los distintos periodos históricos. Para Segalen, el sociólogo francés fue el primero en expresar que la sociabilidad de una sociedad, es decir, el modo en el que un individuo se relaciona en sociedad, determina la naturaleza y los roles de una institución. Por tanto, para conocer la familia, es necesario apoyarse en costumbres y hábitos, ya que es a través de ellos como se manifiesta la sociedad.5,8,11,12

Relacionado con el concepto de sociabilidad, Harold Smith define a la familia como la expresión de una comunidad, pues marca la forma de comportamiento de un individuo en la sociedad.5 El autor explicita que es como un complejo de ideas y prácticas guiadas por normas que marcan el comportamiento de las personas (estructura cultural). No es una institución aislada, sino que se sustenta en las relaciones sociales, que a su vez están sujetas a una normativa y están dirigidas a la satisfacción de necesidades.12,13 Precisamente serán esas relaciones (lazos familiares) la materia prima para constituir un hogar y comprender el papel de esa familia en la sociedad.15-18

El efecto de la industrialización en la familia: la pérdida de funciones

Es muy interesante el ángulo desde el que Segalen aborda la definición de familia. La autora considera que el estudio desde la perspectiva de grupo doméstico permite establecer comparativas con otras formas familiares en el espacio y en el tiempo5. Un grupo doméstico es "un conjunto de personas que comparten un mismo espacio de existencia, la noción de cohabitación es esencial".5 El término grupo doméstico es mucho más amplio que el de familia. La familia tal y como la entendemos hoy, está constituida por padre, madre e hijos. El grupo doméstico abarca en su seno a una o incluso a varias familias que pueden tener entre sí lazos de filiación (padres ancianos e hijos casados) o de colateralidad (parejas de hermanos casados), incluso puede incluir a personas sin relación de parentesco. De esta forma, para la autora, las tipologías de grandes familias pertenecen a un periodo histórico bien delimitado, es decir, aparecieron y funcionaron, pero desaparecieron en un contexto social determinado. Lo más importante es que a lo largo del tiempo, la idea de gran familia se ha ido mitificando: la importancia que se le otorga en la actualidad sobrepasa a la que tiene realmente.5 En esta línea Rodolfo Tuirán afirma que en las sociedades contemporáneas se tiene una idea "romántica" de la familia, se tiende a pensar en una imagen mitificada de la familia conyugal tradicional, aislada, autónoma e impermeable a influencias externas. Tenemos que reconocer la pluralidad de las familias, pues en ellas se viven diversas experiencias particulares, en relación con cada persona, género, edad y posición de parentesco.19

En las sociedades industrializadas se tiende a pensar en grupos domésticos con un tamaño reducido y una estructura que se limita al núcleo familiar. Todo parece indicar que el parentesco en estas sociedades no tiene lugar o se ve limitado en sus funciones. Talcott Parsons defiende esta idea argumentando que la industrialización de las sociedades ha segmentado a la familia, aislándola de su red de parentesco y siendo causante de la nuclearización familiar. Esto ha hecho que la familia haya perdido sus funciones propias y tenga que compartirlas con otras instituciones. El nuevo modelo familiar fundado sobre el matrimonio libre y aislado de la red de parentesco se basa en la racionalidad y eficacia, el padre tiene un rol instrumental como proveedor de bienes mientras que la mujer aporta afectividad.20 Posterior a Parsons existen estudios recientes que defienden su tesis, pero ya no basándose en la adaptación de la familia a la industrialización, sino como refugio de las agresiones que provienen de la sociedad.21 En esta, línea Louis Roussel defiende que la familia se ha convertido en un lugar protector de los adultos, y no solo por la gratificación afectiva sino por ser un escudo frente a la sociedad industrializada moderna.5

Por su parte, Jonh Mogey, en 1980, afirmó que las ideas de Parsons con respecto a las funciones familiares eran falsas, argumentando que las relaciones de parentesco se mantenían en todas las sociedades, proporcionando el "sostén psicológico de las identidades familiares", facilitando la educación de los hijos y tareas domésticas, así como favoreciendo la economía familiar.5

Para comprender las funciones que ejerce el parentesco es necesario analizar la relación entre padre e hijo y madre e hija considerada como el primer grado en las relaciones de parentesco.5 En una sociedad industrializada la proximidad geográfica es un factor que facilita las relaciones padres-hijos. Louis Roussel mostraba que la proximidad residencial permitía una mayor interacción entre las familias. El deseo de relación está presente en ambas, aunque la más joven exige siempre a cambio su independencia, mientras que la necesidad de afecto es más fuerte entre los padres. Cuando los padres alcanzan la edad de jubilación, lo anterior se intensifica, las relaciones se vuelven más densas e íntimas y en los padres emerge el sentimiento de utilidad que les hace dar sentido a su nueva vida. Es en la etapa de jubilación de los padres cuando estos encuentran en las relaciones con sus hijos el modo de mantener una red de amistad.5,22

A medida que pasa el tiempo, los padres son más dependientes del afecto de sus hijos y, por tanto, las relaciones entre las dos generaciones son vistas como un refugio que les protege de amenazas externas. Precisamente es la solidaridad y el afecto entre generaciones los que hacen completa a una familia y asegura la continuidad de la misma en una sociedad en la que la mayoría de las relaciones son funcionales.23,24

Hasta el siglo XIX, entre hombres (padres-hijos) se transmitía el oficio, las formas de trabajo e incluso el estatus. En el momento en el que padre e hijo trabajan de forma autónoma, lo anterior se rompe y es aquí donde el papel afectivo de la madre se desarrolla, actuando como nexo de unión ante un padre enfrentado a las duras condiciones del trabajo.5

Si el concepto de parentesco lo trasladamos al mundo urbano, es pertinente conocer algunos conceptos clave. En la actualidad el hecho de nombrar a tus padres o a cualquier otro pariente no significa que tengas relación con ellos, es decir, no es lo mismo el conocimiento de una red de parentesco que la existencia de lazos de interacción.5,16,25 En este sentido, Elizabeth Both distingue entre el parentesco efectivo, parientes entre los que se mantiene una relación afectiva, el parentesco no efectivo, parientes donde no hay apenas contacto y solo se conoce una información básica, y finalmente la categoría de los parientes alejados, de los que no se sabe apenas su existencia.5

Sociólogos de la familia contemporánea achacan el debilitamiento de las funciones familiares y la contracción familiar a la pérdida casi por completo de las relaciones de parentesco.5,26 Aunque esto se puede refutar si tenemos en cuenta la cantidad de funciones que todavía hoy sigue ejerciendo el parentesco.5,26 En el mundo urbano y actual el parentesco se caracteriza por enmarcar una serie de obligaciones morales y por su interacción con otros subsistemas sociales.

De forma global, se podría considerar que la familia desempeña una serie de funciones que históricamente han sido consideradas como universales, tales como la reproducción, afectividad, educación, protección, socialización, control social, determinación del estatus para sus miembros, identidad social y transmisora de costumbres y tradiciones. La forma en la que cada familia va a desempeñar estas funciones va a depender de su composición, dinámica, desarrollo cultural y económico, por lo que la concepción de familia es tan flexible como la institución misma.21,27,28

La nueva familia en la posmodernidad

El presente está caracterizado por el ritmo frenético de la sociedad, la tecnologización de la vida cotidiana y la urbanización como modo de existencia. Bauman utilizó el concepto de vida líquida para explicar los fenómenos sociales de la modernidad.29 Una familia del presente carece de elementos sólidos. Para el autor, la emancipación y la satisfacción de las personas se basa en consumir: "todas las ideas de felicidad acaban en una tienda".30 Los miembros que forman una familia ahora están conectados, y esto está en relación con las nuevas tecnologías. A este tipo de relaciones en las que se le da más importancia a la conexión que a la relación, Bauman las denomina "comunidades artificiales" cuya característica principal es la fragilidad.29 Lo cierto, es que el escenario que muestra es pesimista, aunque finaliza su obra con una oda a la educación, porque solo a través de ella se podrá cultivar la paciencia, la atención y la amabilidad para establecer vínculos.

Frente a este modelo familiar, guiado por la inmediatez, Castells afirma que las nuevas relaciones familiares corresponden a la morfología social de nuestro tiempo. La comunicación y las funciones familiares forman parte de un sistema abierto capaz de evolucionar y expandirse.31 Y ahí está la clave: la familia del presente no puede ser pensada como antaño, porque la sociedad ha cambiado. Estamos ante un nuevo modelo de comunicación familiar, mucho más abierto y donde la tecnología tiene un papel central. En tiempos como el actual, no parece imposible que a través del teléfono móvil o de un ordenador se transmita un remedio a otra generación, o incluso se logre reunir a todos los miembros de una familia para compartir y dar solución a una dolencia a través de un grupo de Whatsapp.32

Hay que adentrarse en la cotidianeidad familiar sin establecer juicios de valor. A la realidad hay que acercarse no solo desde la razón sino también desde nuestros sentidos. Entrenar la mirada, fijarse más en lo local, para que seamos conscientes de los cambios que se producen en nuestro cotidiano. Para Maffesoli, las familias del presente tienen que convivir con la inestabilidad y con lo transitorio, pero esto no quiere decir que no haya vínculos estables, sino que, de hecho, se han construido nuevas formas de estar juntos, sustentadas en la tecnología y en la transformación del espacio-tiempo. A esto le denomina "comunidades emocionales"33

La dinámica familiar varía en función de los cambios sociales. A pesar de la transformación de la sociedad, la familia sigue siendo el espacio por excelencia del ser humano. Ha variado su tamaño, de tal forma que hoy día es extraño encontrarse a un núcleo familiar conformado por más de 3 o 4 personas, la casa ha pasado de ser un espacio compartido con varios núcleos familiares a ser el lugar que acoge a una sola familia. El vínculo familiar se alimenta de la utilización de las nuevas redes de comunicación, tales como el teléfono móvil u otros dispositivos. Los procesos de transmisión de conocimientos y aprendizaje, encuentran nuevas formas de manifestarse. Quizás, y en la línea de Castells, nos aferramos a la idea que la familia está debilitándose, precisamente porque no se pone en perspectiva con la sociedad en la que se enmarca.31 En una sociedad altamente tecnologizada, medicalizada, en la que las relaciones sociales se expanden por el ciberespacio, ¿acaso no está demostrando la familia signos de resistencia?

El cuidado en la familia del presente

La facilidad, la inmediatez, el consumismo y el presentismo son los valores que enmarcan la sociedad actual. Lo queremos todo aquí y ahora. Las consecuencias de la cultura de la inmediatez han llegado a todas las capas de la sociedad y el sistema de salud no ha salido indemne. La saturación de las urgencias se ha convertido en un fenómeno cotidiano, las familias ante una dolencia prefieren acudir a la farmacia que hacer uso de las prácticas familiares. Paradójicamente se busca una mayor autonomía de la familia, pero desde el sistema de salud estatal se establecen resistencias a otras formas de cuidados: el conocimiento biomédico se ha erigido como universal y universalizante.30 ¿Cómo afecta este panorama a la función cuidadora de la familia?

A priori podría parecer que el arquetipo de familia cuidadora, que velaba por la seguridad de sus miembros o que sabía cómo tratar las dolencias más leves, ha desaparecido. Pero, lo que ocurre es que tendemos a ver el presente sin perspectiva histórica, es decir, nos desligamos del pasado por ese ideal de progreso. Pero esto es solo una falsa ilusión. La evolución del tiempo no es lineal sino en espiral: lo de otro tiempo construye lo que somos según los ideales de la sociedad actual.33

A pesar de todos los avatares que han sacudido a la familia, esta ha demostrado su fortaleza como institución. Además, es incuestionable que constituye el lugar natural del cuidado. La familia como ese espacio que aporta cariño, comprensión y cercanía, no tiene sustituto.34 Pero la dirección del pensamiento hay que modificarla. Los saberes y las habilidades familiares están presentes porque se han adaptado a los cambios. Solo seremos conscientes de que lo popular sigue vinculado con la sociedad actual si miramos con detenimiento nuestra cotidianeidad.

En las familias contemporáneas, y especialmente en las generaciones jóvenes, está emergiendo un nuevo espacio de cuidado. Un Domus caracterizado por la complementariedad de saberes, el dinamismo de una sociedad cambiante y el intercambio de conocimientos con una red familiar más amplia y que se apoya en las nuevas tecnologías.32 La familia ha de seguir existiendo como proveedora de cuidados, y aunque haya resistido al cambio, se nos presenta el reto de recuperar los saberes perdidos, revitalizar los que permanecen y reencontrarles un nuevo uso para que sean útiles.35

Somos el resultado de las circunstancias socioculturales: la familia del presente no es ni peor ni mejor que la de otro tiempo, simplemente se ha transformado. En ella se produce el reencuentro con la esencia humana y le dota de identidad. Está cargada de simbolismo y gracias a esto, cohesiona. Las costumbres, los hábitos y las prácticas familiares permiten percibir aquello que es duradero, captan la permanencia de lo bello, brindan fortaleza a la comunidad.36 Cada generación tiene su propia voz, es el reflejo de una época. La familia está viva y evoluciona, es depositaria de la memoria y de las raíces. Por esta razón, es urgente recuperar los vínculos con los valores y costumbres que les son inherentes, entrenar la mirada, acercarse con ojos nuevos a los hábitos aprendidos.

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Recibido: 21 de Diciembre de 2022; Aprobado: 24 de Febrero de 2023

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