INTRODUCCIÓN
El perfeccionismo es un rasgo de la personalidad que ha llegado a ser considerado como una característica asociada a consecuencias adaptativas y desadaptativas (Flett y Hewitt, 2005; Gotwals, Stoeber, Dunn y Stoll, 2012; Stoeber y Otto, 2006), y evidenciado como un factor asociado a la excelencia deportiva (Matos, Cruz y Almeida, 2017).
El perfeccionismo es un constructo multidimensional definido como la tendencia a formular metas elevadas, y ser partícipe de evaluaciones demasiado críticas sobre él mismo y sobre otros (Anshel y Mansouri, 2005). Frost, Marten, Lahart y Rosenblate (1990), al desarrollar la Multidimensional Perfectionism Scale (Frost-MPS), mostraron la existencia de seis factores que representan aspectos centrales de las cogniciones, afectos y conductas perfeccionistas de diversas esferas de la vida.
Tales facetas son: preocupación por los errores, incluye sentimientos negativos con relación a la posibilidad de cometer errores o fallar en competición, o mostrar pobre rendimiento; estándares de los padres, es la tendencia a percibir que los padres colocan altos estándares en ellos, y que ejercen mucha presión para alcanzarlos; críticas de los padres, alude a la tendencia a percibir que los padres son demasiado críticos cuando el deportista no logra altos niveles de rendimiento; dudas sobre las acciones, concierne a la excesiva preocupación por la calidad del propio rendimiento; estándares personales, incluyen altos estándares personales, y excesiva importancia dada a éstos para la autoevaluación; y organización, refiere al énfasis sobre la importancia por el orden.
Cabe mencionar que el perfeccionismo es un concepto de un dominio específico (Dunn, Gotwals y Dunn, 2005; Stoeber y Stoeber, 2009), ya que las tendencias perfeccionistas pueden variar como una función del dominio de logro en el cual operan las personas (Shafran, Cooper y Fairburn, 2002). Por ello, Stoeber y Stoeber (2009) apuntaron que los investigadores interesados en el perfeccionismo en dominios específicos de la vida, pueden beneficiarse usando mediciones específicas de ese dominio. Por tanto, es determinante la evaluación del perfeccionismo con instrumentos específicos del deporte. Tal aseveración ha sido apoyada por algunos estudios en el ámbito deportivo (e.g. Dunn, Craft, Dunn y Gotwals, 2011).
Un instrumento desarrollado bajo la conceptualización multidimensional del perfeccionismo de Frost y colaboradores (1990), dentro del contexto deportivo es la Sport Multidimensional Perfectionism Scale-2 (Sport-MPS-2; Gotwals y Dunn, 2009), la cual contiene ítems del dominio específico del deporte para todos los factores, e incluye el constructo percepción de presión que ejerce entrenador, que alude a la percepción del deportista de que el entrenador establece altos niveles de rendimiento, que ejerce mucha presión para alcanzar tales niveles, así como interacciones negativas con el entrenador cuando el deportista no logra tales niveles de rendimiento en competición. Dicho instrumento ha evidenciado adecuada validez interna (Gotwals y Dunn, 2009), y aceptable fiabilidad en su versión original (e.g. Dunn, Causgrove Dunn, Gamache y Holt, 2014; Gotwals, 2011; Sapieja, Dunn y Holt, 2011).
La Sport-MPS-2 ha sido adaptada al contexto brasileño (Andrade, Nickenig, Lavallee y Fiorese, 2015), mostrando adecuada consistencia interna para su versión de cuatro factores; así como al contexto mexicano (Pineda-Espejel, Arrayales, Morquecho-Sánchez y Trejo, 2017), demostrando validez de su estructura factorial, y adecuada consistencia interna tras la eliminación de seis ítems.
Por otra parte, el perfeccionismo se ha diferenciado entre adaptativo y desadaptativo. La forma adaptativa del perfeccionismo incluye facetas relacionadas con organización y altos estándares personales (Frost et al., 1990). Mientras que la forma desadaptativa del perfeccionismo incluye facetas relacionadas con preocupación por los errores (Hill et al., 2004), dudas sobre las acciones (Slaney, Rice, Mobley, Trippi y Ashby, 2001), estándares y críticas de los padres (Frost, Heimberg, Holt, Mattia y Neubauer, 1993).
En el deporte, el perfeccionismo desadaptativo ha sido asociado con consecuencias de ansiedad (González y González, 2017), y ansiedad competitiva (Frost y Henderson, 1991; Hall, Kerr y Mattews, 1998), al tiempo que el perfeccionismo adaptativo se ha relacionado positivamente con percepción de competencia (Stoeber y Otto, 2006; Stoeber, 2011), y sin relación con la ansiedad (Stoeber y Otto, 2006). Dunn y colaboradores (2005) especularon que deportistas colegiales tendrían altos niveles de perfeccionismo porque tendrían alta percepción de competencia en su deporte; al tiempo que Dunn, Dunn y McDonald (2012) confirmaron que la percepción de competencia juega un papel importante en el desarrollo del perfeccionismo en los dominios específicos de la vida. Por otro parte, una perspectiva excesivamente autocrítica sobre el desempeño conduce a rara vez estar satisfecho con el mismo; y quienes sitúan un valor considerable a las expectativas y evaluaciones que sus padres hacen de ellos, puede conducir a inseguridad en el alcance de las metas establecidas. De manera que la percepción de competencia, y la ansiedad competitiva son constructos que se relacionan significativamente con la personalidad, y que son utilizados como criterio en la validación del perfeccionismo.
Pese a la evidencia de validez ya señalada, el objetivo de los estudios de validez sería recoger las suficientes evidencias que puedan prestar una base científica a la interpretación de las puntuaciones en un uso concreto de un instrumento (Elosua, 2003). En suma, la capacidad de evaluar adecuadamente el perfeccionismo es una necesidad actual para el desarrollo del deporte y la psicología del deporte en general.
Por lo anterior, este trabajo tiene como objetivo presentar fuentes de evidencia de validez de criterio de la Escala Multidimensional de Perfeccionismo en el Deporte-2 adaptada a población mexicana (Pineda-Espejel et al., 2017), utilizando las medidas de criterio ansiedad competitiva y percepción de competencia, constructos que se relacionan significativamente con el perfeccionismo.
MATERIAL Y MÉTODOS
Participantes
X Mediante muestreo intencional, participaron 222 deportistas de ambos sexos (111 hombres, que corresponden al 50% de la muestra, y 111 mujeres, correspondientes al otro 50% de la muestra) de entre 15 y 38 años de edad (M = 20,14; DT = 3,69), provenientes de la zona noroeste de México, y practicantes en diferentes deportes federados, donde el 78% practicaba un deporte de conjunto (e.g. baloncesto, futbol soccer, voleibol), y el resto un deporte individual (e.g. atletismo, lucha grecorromana, natación). Estos deportistas manifestaron una antigüedad de entrenamiento de 7,69 años (DT = 5,15), y reportaron un entrenamiento semanal medio de 2,31 horas (DT = 0,98).
Instrumentos
Se utilizó la Escala Multidimensional de Perfeccionismo en el Deporte-2 (Pineda-Espejel et al., 2017) que es la adaptación a población mexicana de la Sport-MPS-2 (Gotwals y Dunn, 2009). Consta de 36 ítems que miden seis facetas del perfeccionismo, cinco ítems miden los estándares personales (e.g. “Es importante para mí ser totalmente competente en todo lo que hago en mi deporte”), siete ítems miden la preocupación por los errores (e.g. “Si fracaso en la competición, me siento un fracaso como persona”), nueve ítems miden la percepción de la presión de los padres (e.g. “Mis padres esperan de mí la excelencia en mi deporte”), cuatro miden la percepción de la presión del entrenador (e.g. “Mi entrenador establece objetivos muy altos para mí en la competición”), seis miden las dudas sobre las acciones (e.g. “Rara vez siento que mi entrenamiento me prepara de lleno para la competición”), y cinco miden la organización (e.g. “Tengo y sigo una rutina antes de la competición”). Se responde con una escala tipo Likert de cinco puntos que va de fuertemente en desacuerdo (1) a fuertemente de acuerdo (5). El instrumento ha demostrado adecuada consistencia interna para sus factores (> ,70), excepto para el de percepción de presión del entrenador (Pineda-Espejel et al., 2017).
Para medir la ansiedad competitiva se utilizó la Escala de Ansiedad Competitiva (Ramis, Torregrosa, Viladrich y Cruz, 2010), que es la versión en español de la Sport Anxiety Scale (SAS-2, Smith, Smoll, Cumming y Grossbard, 2006). Consta de 15 ítems divididos en tres subescalas: ansiedad somática (e.g. “Siento que mi cuerpo está tenso”), preocupación (e.g. “Me preocupa competir o jugar mal”), y desconcentración (e.g. “Pierdo la concentración en el partido o la competición”). Los ítems contestan a la frase inicial “Antes o mientras juego o compito…”, y se responden con una escala tipo Likert de cuatro puntos que va desde nada (1) a mucho (4). Esta escala ha demostrado buena fiabilidad en estudios previos (e.g. Liberal, Escudero, Cantallops y Ponseti, 2014; Ramis, Torregrosa y Cruz, 2013). En este estudio el alfa de Cronbach se situó en ,82 para los factores de ansiedad somática y preocupación, y en ,77 para el factor desconcentración.
Para medir la percepción de competencia se utilizó el factor de competencia del Intrinsic Motivation Inventory (IMI; McAuley, Duncan y Tammen, 1989) en su versión en español (Escartí y Gutiérrez, 2001). Consta de cuatro ítems (e.g. “Creo que soy bastante bueno en mi deporte”), y se responden con una escala tipo Likert de cinco puntos que va desde totalmente en desacuerdo (1) a totalmente de acuerdo (5). Este factor del instrumento ha demostrado adecuada consistencia interna (e.g. Gutiérrez, 2014). En este trabajo el factor tuvo buena confiabilidad (alfa = ,81).
Procedimiento
La presente investigación se realizó de acuerdo con las directrices éticas propuestas por la American Psychological Association (APA). Se obtuvo la autorización al Instituto del Deporte y la Cultura Física del Estado de Baja California (INDE) para llevar a cabo el estudio. El primer contacto personal fue con los entrenadores para informar del estudio y solicitar la participación de sus deportistas. La aplicación de los cuestionarios se realizó antes de iniciar una sesión de entrenamiento, y en presencia de un único encuestador para solventar las dudas en la comprensión de algún ítem. Se explicó a los deportistas que responder a los cuestionarios, suponía aceptar la participación voluntaria en la investigación, y se les informó del anonimato y confidencialidad de los datos recogidos. Para el caso de los deportistas menores de edad, el consentimiento de participación fue solicitado al entrenador. El tiempo aproximado de completar la batería de cuestionarios fue de 15 minutos.
Análisis estadístico
Previamente se realizaron análisis para detectar valores atípicos, y calcular estadísticos descriptivos y de normalidad examinando los valores univariados de asimetría y curtosis. Se examinó la estructura interna efectuando un análisis factorial confirmatorio (AFC) con el programa LISREL 8,80, con un método de estimación de máxima verosimilitud (ML). Las matrices input fueron la de covarianzas y la de covarianzas asintóticas. Índices de ajuste absolutos (ratio de χ2; RMSEA) e incrementales (NNFI y CFI) fueron usados para evaluar el modelo. Cuando el ratio entre el valor de chi-cuadrado y los grados de libertad era menor a 3 se asumía un buen ajuste (Kline, 2005). Valores de RMSEA menores o iguales a ,08 son considerados a evidenciar aceptable ajuste (Browne y Cudeck, 1993). Para los NNFI y CFI, valores iguales o mayores a ,90 indican buen ajuste (Hu y Bentler, 1999). La fiabilidad compuesta se estimó con la omega de Mc Donald. La validez convergente se estimó a través de la varianza media extractada (VME). Un buen ajuste lo indican valores superiores a ,50 (Hair, Black, Babin, Anderson y Tatham, 2006). La validez discriminante fue asumida en la medida en que la VME de cada variable latente fuera superior al cuadrado de la correlación entre ellas (Hair et al., 2006).
Para obtener evidencias de validez test-criterio se realizaron: 1) correlación de los factores de la Sport-MPS-2 (perfeccionismo adaptativo y desadaptativo) con la percepción de competencia; 2) correlación de los factores de la Sport-MPS-2 (perfeccionismo adaptativo y desadaptativo) con la ansiedad competitiva (preocupación, desconcentración, ansiedad somática). Se usó el paquete estadístico de datos SPSS 21,0.
RESULTADOS
Los resultados del AFC de la Escala de Perfeccionismo Multidimensional en el Deporte-2 mostraron un ajuste de los datos aceptable a la realidad: χ2 (579) = 1035,92 (p = 0,0); RMSEA = 0,06 (IC 90% = 0,06 - 0,07); CFI = 0,92; NNFI = ,92. En la Tabla 1 se muestra que todos los ítems saturaron por encima del criterio (λ > ,40; Mullan, Markland e Ingledew, 1997). La Tabla 2 refleja que la fiabilidad compuesta de las subescalas fue aceptable, excepto para el factor percepción de presión del entrenador, que se situó por debajo del criterio (Ω > ,70; Hair et al., 2006). También muestra que la varianza media extractada (VME) de los factores no fue adecuada a la norma recomendada. En cuanto a la validez discriminante, esta fue aceptada sólo para los factores de estándares personales, y organización.
En cuanto a las medias y desviaciones típicas de las variables de estudio, los resultados se presentan en la Tabla 3. En general, la muestra manifestó baja ansiedad, alta competencia percibida, y de moderados a altos niveles de perfeccionismo.
Para ofrecer datos de evidencia externa de tipo test-criterio, se han realizado análisis de correlaciones entre los factores de la Sport-MPS-2 con los factores de la SAS-2, y la competencia percibida (ver Tabla 4).
DISCUSIÓN
Con el objetivo de presentar fuentes de evidencia de validez de criterio de la Escala Multidimensional de Perfeccionismo en el Deporte-2 adaptada a población mexicana, en este estudio se analizó la estructura interna mediante un AFC previo, y después se utilizaron como criterio la ansiedad competitiva, y competencia percibida, ya que en particular, el concepto de ansiedad ha sido la variable criterio más utilizada en la relación con el perfeccionismo.
En cuanto al AFC, se confirma la estructura de seis factores independientes, siguiendo la línea de otros trabajos (Gotwals y Dunn, 2009; Pineda-Espejel et al., 2017), cuyos ítems corresponden a cada factor hipotetizado, y los mismos demuestran medir con precisión el constructo, excepto los del factor presión del entrenador. De manera que con una muestra de diferente edad, se replica que el factor presión del entrenador merece atención en la revisión de los ítems que lo conforman para mejorar su diseño, ya que la fiabilidad compuesta de dicho factor es cuestionable, misma evidencia se presentó en estudios previos (Pineda-Espejel et al., 2017). Además, la validez convergente, a través de la VME, nos dice que poca varianza de los indicadores no es explicada por el modelo; mientras que la validez discriminante sólo es adecuada para los factores de estándares personales, y organización.
Por otro lado, los resultados para el caso de las evidencias de validez de criterio a través de las correlaciones con ansiedad y competencia percibida, se cumple la relación ampliamente contrastada entre las facetas del perfeccionismo y ansiedad competitiva (Frost y Henderson, 1991; Gotwals, Dunn, Dunn y Gamache, 2010; Gotwals y Dunn, 2007; Hall et al., 1998), no obstante hay que mirarlos con precaución ya que los coeficientes, aunque significativos, son bajos.
De modo que las subescalas de preocupación por las acciones, percepción de la presión de los padres, percepción de la presión del entrenador, y dudas sobre los errores, se relacionan positivamente con la ansiedad somática, preocupación y desconcentración competitivas. Esto apoya que dichas subescalas representan facetas desadaptativas del perfeccionismo (Frost et al., 1990), porque una perspectiva excesivamente autocrítica sobre el desempeño, crea incertidumbre sobre el alcance de los estándares establecidos; y el situar un valor considerable a las expectativas y evaluaciones que los padres hacen de ellos, genera inseguridad en el alcance de las metas impuestas. Esto concuerda en cierta forma con lo mencionado por Correia, Rosado y Serpa (2018), en cuanto a que en deportistas jóvenes, la preocupación por los errores y las dudas sobre las acciones son centrales en la relación con consecuencias desadaptativas.
En tanto que las subescalas de estándares personales y organización, se relacionan negativamente con la desconcentración competitiva, tal y como lo han demostrado otros trabajos (e.g. Gotwals et al., 2010), así como aproximaciones de estudios previos que midieron el perfeccionismo general (e.g. Hall et al., 1998; Koivula, Hassmén y Fallby, 2002), mas no en el ámbito deportivo. Al mismo tiempo, los estándares personales se relacionan positivamente con la competencia percibida, concordando con aportes previos (Stoeber y Otto, 2006), y como lo señalan algunos trabajos de revisión (e.g. Stoeber, 2011). Esto apoya que las subescalas de estándares personales y organización pertenecen a facetas del perfeccionismo adaptativo, el cual ocurre cuando los deportistas son capaces de establecer altas metas para sí mismos, creando un efecto motivador (Hewitt y Flett, 1991).
Un resultado contradictorio es que los estándares personales se relacionan positivamente con la preocupación por la competición. Pese a que hay estudios que señalan que los estándares personales se relacionan negativamente con la ansiedad cognitiva (Koivula et al., 2002; Stoeber y Otto, 2006), otros reportan la ausencia de tal relación (Frost y Henderson, 1991). Sin embargo, en tales trabajos se midió el perfeccionismo general; por tanto existe la necesidad de continuar estudiando la relación entre ambas variables con instrumentos específicos del dominio deportivo.
Este trabajo presenta algunas limitaciones. Aunque el tamaño de la muestra es considerable, el rango de edad fue heterogéneo, y los participantes fueron de una región de México (noroeste), por lo que pudieran no representar características psicológicas de otras zonas. También hay que señalar que los datos recogidos contienen un sesgo derivado de la evaluación retrospectiva de la ansiedad rasgo competitiva. Por tanto, hay que ser cautos con respecto a su replicabilidad en otras muestras de deportistas. Sería importante analizar en el futuro la invarianza factorial del instrumento a través del sexo, y obtener evidencias de validez diferencial. Además, es necesario investigar cómo se comporta este instrumento en otras muestras de deportistas, para evaluar más adecuadamente las propiedades psicométricas del instrumento (Messick, 1995), y poder afirmar el uso adecuado del mismo.
CONCLUSIONES
Podemos concluir que los datos demuestran propiedades psicométricas poco adecuadas para la Escala Multidimensional de Perfeccionismo en el Deporte-2 adaptada al contexto mexicano, por lo que no es posible confirmar la validez del modelo de medida. En suma la validez de criterio es poco contundente.
APLICACIONES PRÁCTICAS
Este trabajo tiene implicaciones teóricas y prácticas. Desde el punto de vista teórico, la utilidad de volver a examinar las propiedades psicométricas de cuestionarios adaptados y validados, es relevante tanto para la investigación como para el trabajo de campo, haciendo posible disponer de instrumentos adaptados al contexto, idioma y cultura. De esta manera, este estudio ofrece evidencia de validez interna de la Escala Multidimensional de Perfeccionismo en el Deporte-2, no obstante, las propiedades psicométricas son cuestionables, ya que si bien, posee adecuada estructura factorial, buena fiabilidad compuesta, y la validez de criterio cumple con las relaciones supuestas, el grado de las relaciones planteadas es bajo, por lo que no podría tener la predicción que se espera. A esto hay que añadirle los valores bajos de la VME. Por otro lado, apoya en cierta medida la validez externa de tipo test-criterio, lo que se suma a la evidencia previa de validez interna y de estructura factorial de la adaptación del instrumento a población mexicana, así como a la evidencia de validez interna de la versión original en inglés.
Comprender las facetas que componen la personalidad perfeccionista de los deportistas puede ser de gran utilidad en el entrenamiento deportivo. En este sentido, los resultados permiten el uso cauteloso del instrumento para medir el perfeccionismo en el deporte desde el enfoque multidimensional.