Reseña
Todo empezó en 2014, cuando se publicó el “Manual de terapia sistémica. Principios y herramientas de intervención” (Ed. Desclèe De Brouwer). Era un proyecto que recogía el trabajo y la experiencia de un grupo de profesionales que llevaban trabajando muchos años en diversos ámbitos sociales y sanitarios, y que, capitaneados por Alicia Moreno, compartían de una forma clara y didáctica los principales mapas conceptuales, modelos y técnicas sistémicos para los profesionales de la terapia familiar sistémica.
Ahora, cuatro años más tarde, sale a la luz el libro “La práctica de la terapia sistémica” (Ed. Desclèe De Brouwer), también editado por Alicia Moreno, que continúa y complementa así la labor iniciada con la anterior publicación. En esta ocasión se presentan las aplicaciones del enfoque sistémico en distintos contextos de intervención (psicoterapéutico, psiquiátrico, sanitario, escolar, forense, de servicios sociales y en organizaciones), y en una variedad de encuadres y problemáticas en psicoterapia: trabajando con niños/as, adolescentes, adultos en terapia individual, parejas, familias inmigrantes, en procesos de enfermedad, duelo, separación o divorcio, o con un miembro con psicosis.
El libro está dividido en cuatro secciones:
La Parte I del libro, Cuestiones éticas y jurídicas en la intervención sistémica con familias, incluye dos capítulos. El primero nos recuerda los principios de la psicoética y aborda, a través de ejemplos clínicos, dilemas éticos que pueden surgir en el curso de la intervención psicoterapéutica con familias. El segundo capítulo se centra en dos áreas de intersección entre la intervención clínica y judicial: los procesos de separación y divorcio las situaciones de desprotección de menores. Ofrece un mapa detallado de las fases del proceso de sepa ración en una familia con hijos, junto con los correspondientes procesos legales que ocurren en paralelo, o en los que los/as psicólogos/as pueden intervenir en calidad de peritos o forenses.
La Parte II del libro se titula Intervención familiar sistémica con niños y adolescentes. Hace referencia al colectivo más vulnerable, según mi propia experiencia, y en el que la terapia sistémica tiene una especial relevancia. El niño/a o adolescente es, desde el punto de vista sistémico, el “paciente identificado” o la “punta del iceberg” de determinados conflictos relacionales no resueltos que pueden estar generando malestar en la familia. En los dos capítulos las autoras ofrecen guías para realizar entrevistas de evaluación y promover una buena alianza terapéutica con los menores y sus familias, hipótesis acerca de la conexión entre los problemas del menor y los patrones relacionales y funcionamiento del sistema familiar en su conjunto, y estrategias de intervención.
La Parte III del libro se titula Intervención sistémica en distintos encuadres y problemáticas e incluye seis capítulos. Uno de ellos aborda la terapia de pareja y presenta un modelo para guiar la evaluación e intervenciones en las primeras entrevistas y para orientarse en algunos de los temas o motivos de consulta más frecuentes de las parejas. El capítulo sobre terapia sistémica individual ofrece un marco sistémico-narrativo para orientar las intervenciones con individuos teniendo en cuenta las dimensiones individual, relacional y social. Ofrece propuestas de intervención tanto para explorar y modificar los patrones de funcionamiento problemáticos como para potenciar nuevas posibilidades basadas los valores, deseos y prioridades de la persona.
Los otros cuatro capítulos ofrecen mapas para la terapia con familias inmigrantes desde un modelo sistémico ecológico, familias que afrontan la enfermedad oncológica de un hijo/a, familias en procesos de duelo y familias en las que uno de los miembros sufre psicosis. En todos los casos se presentan los conceptos principales y los autores y/o modelos de intervención más relevantes, y se ejemplifican las intervenciones con numerosos ejemplos clínicos.
La Parte IV del libro, titulada Intervención sistémica en distintos contextos está formada por tres capítulos acerca del contexto escolar, el trabajo con familias multiproblemáticas o multiasistidas en servicios sociales y la intervención en empresas u organizaciones. El capítulo sobre intervención en servicios sociales presenta un modelo para guiar las intervenciones de quienes trabajan con personas en entornos desfavorecidos y que se ven afectadas por múltiples problemas- Este modelo invita a establecer una relación de ayuda colaborativa y coconstruir mapas que guíen las intervenciones psicoterapéuticas, psicosociales o comunitarias. En los capítulos sobre el entorno escolar o empresarial se hace un análisis sistémico de estos contextos y de los problemas por los que se pide la intervención de un terapeuta o consultor sistémico, ofreciendo algunas líneas de intervención, como por ejemplo las basadas en el modelo de terapia breve estratégica aplicado a la empresa.
Después de este esquemático recorrido por el libro, quiero expresar mi propia experiencia y sensaciones. Cuando Alicia me pidió que leyera el libro y compartiera mi valoración con compañeros/as trabajadores/as sociales y psicólogos/as me hizo mucha ilusión tener la oportunidad de hacer una breve aportación a esta obra colectiva en la que participan autoras con las que hace años me formé en terapia sistémica. Comparto con todos/as ellos/as la visión sistémica de las personas, los problemas y los sistemas de relaciones, desde la pareja o familia hasta los contextos sociales más amplios. A pesar de la dificultad de dar un sentido de unidad a una obra colectiva como ésta, considero que La práctica de la terapia sistémica ha conseguido esa coherencia y complementariedad entre los distintos temas, capítulos y autores/as, incluyendo siempre una descripción de las bases conceptuales, descripción de distintas estrategias de intervención y numerosos ejemplos prácticos.
La lectura se hace amena y cada capítulo es una invitación a entrar a conocer una variedad de áreas de aplicación del enfoque sistémico en contextos clínicos, psicosociales, educativos y organizacionales, y a seguir ampliando ese mapa de los territorios sistémicos a través de lecturas recomendadas. Este libro ha sido un digno sucesor del Manual de terapia sistémica, un “hermano menor” que espero que acompañe a muchos profesionales para que incorporen o sigan ampliando sus mapas y herramientas sistémicos en los procesos de cambio de los sistemas humanos.