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Sanidad Militar

versión impresa ISSN 1887-8571

Sanid. Mil. vol.79 no.2 Madrid abr./jun. 2023  Epub 05-Feb-2024

https://dx.doi.org/10.4321/s1887-85712023000200013 

HISTORIA Y HUMANIDADES

Alfredo Pérez Viondi (1871-1938) teniente coronel médico. Carrera militar, sanitaria, social y política

Alfredo Pérez Viondi (1871-1938) medical lieutenant colonel. Military, health, social and political career

F Domínguez-Freirea, FJ Ponte-Hernando2  3 

2Embajador de Marca Ejército. Capitán médico (RH). Académico numerario de Historia de la Medicina de la Real Academia de Medicina de Galicia.

3Profesor de Historia de la Medicina, Universidad Santiago de Compostela. Doctor en Medicina y Cirugía, en Historia de la Ciencia y en Veterinaria.

RESUMEN

Revisión de la biografía militar y civil del doctor Alfredo Pérez Viondi (1871-1938), desde su nacimiento, en La Habana, hasta su fallecimiento, en Vigo. Estudios, carrera militar, participación en la Guerra de Cuba y Marruecos, pasó por Santiago, La Coruña, Madrid, Huesca, Pontevedra y Vigo. Describimos su activa participación en la sociedad de las ciudades en las que residió y citamos a personajes destacados que le influyeron. Cumplió un importante papel en la defensa de la salud pública municipal en Vigo, donde fue alcalde (1929-1930). Ocupó el cargo de gobernador civil en Huesca (1931) y el de director del Hospital Militar de Vigo (1917-1931). Sin descendencia, sus escasas cargas familiares le permitieron volcarse en una brillante carrera profesional, militar y política.

Palabras clave: Medicina militar; Alcalde de Vigo; Hospital militar; Gobernador civil

SUMMARY

Review of the military and civil biography of Dr. Alfredo Pérez Viondi (1871-1938), from his birth in Havana to his death in Vigo. Studies, military career, participation in the wars of Cuba and Morocco, passing through Santiago, La Coruña, Madrid, Huesca, Pontevedra and Vigo. We describe his active participation in the society of the cities he lived and we quote prominent figures who influenced him. In Vigo, where he was mayor (1929-1930), he played a very important role in defending municipal public health. He was civil governor of Huesca (1931) and director of the Military Hospital of Vigo (1917-1931). Without children, his few family responsibilities allowed him to concentrate on a brilliant professional, military and political career.

Keywords: Military medicine; Mayor of Vigo; Military Hospital; Civil governor

INTRODUCCIÓN

Alfredo Pérez Viondi fue un destacado médico militar, con gran relevancia social y política en Galicia. Ser hijo de un militar fue probablemente el motivo de su nacimiento en ultramar, a donde retornará, tras superar las oposiciones de Sanidad Militar, como médico 2.º, asimilado a teniente1, destinado a Cuba. Su activa participación en la guerra provocó sus idas y venidas, tras licencias por enfermedad, hasta el final del conflicto bélico. Desempeñó distintos cargos en Sanidad Militar, en Santiago y La Coruña, llegando a dirigir la enfermería militar del hospital cívico-militar de Santiago, al mismo tiempo que asistía a enfermos mentales en el Manicomio de Conjo, hasta finales de 1914.

A continuación, fue destinado a Tetuán participando en operaciones durante el conflicto del Rif. Tras un breve paso por el hospital militar de Madrid-Carabanchel, fue director del hospital militar de Vigo, hasta 1931, con el empleo de teniente coronel. Al mismo tiempo que desarrolló su carrera militar, participó activamente en la vida social de Santiago e inició una destacada actividad política que le llevó a presentarse a diputado a las Cortes por La Estrada (Pontevedra), lugar de origen de su esposa, Sara Pereira Renda.

Fue alcalde de Vigo y gobernador civil de Huesca. Desde el punto de vista sanitario, destacó su papel como gestor que llevó a cabo desde la alcaldía de Vigo, participando en hechos importante en defensa de la salud pública, así como en el desarrollo urbano de la población.

Para llevar a cabo la investigación hemos intentado aunar fuentes primarias, fundamentalmente en la hoja matriz de servicios, en Sanidad Militar, que ha servido de hilo conductor para ordenar cronológicamente los hechos más relevantes de su biografía, con una exhaustiva revisión documental en archivos, bibliotecas y hemerotecas de prensa nacional y local.

FAMILIA Y ESTUDIOS

Alfredo Pérez Viondi nació en La Habana el 7 de julio de 18712. Era hijo de Antonio Pérez Marquesa y Enriqueta Viondi Niño. Fue el mayor de siete hermanos. Cinco hombres y dos mujeres. Probablemente, la condición de militar de su padre fue la causa de su nacimiento en la isla de Cuba. La familia regresa a Galicia y Alfredo cursa bachillerato (1882-1888) en el instituto de Pontevedra3.

Estudió en la facultad de medicina de Santiago, desde 1889. Se licenció en 1895. Posteriormente, el 25 de abril de 1914 defendió en la facultad de San Carlos de Madrid su trabajo de tesis doctoral La cutirreacción en la sífilis obteniendo la calificación de aprobado4.

CARRERA MILITAR

Campañas en Cuba (1896-1898)

Tras aprobar la oposición correspondiente, accede a su primer destino en ultramar, en el año 1896, donde permanece hasta junio de 1897, momento en el que regresa a la península con licencia por enfermedad.

Figura 1. Álbum-escalafón del Cuerpo de Sanidad Militar del ejército español con los retratos y situación de sus generales, jefes y oficiales. Año 1900. Pg 109. 

Embarcó en La Coruña, el 13 de septiembre de 1896, a bordo del vapor «Ciudad de Cádiz», llegando a La Habana a principios de octubre. Prestó servicios en el Hospital de Beneficencia, tan solo unos días, hasta que fue destinado al Regimiento de Infantería «Isabel la Católica», en Cabañas, participando en operaciones en la trocha de Mariel-Majana (Artemisa).

Durante los combates demostró su valor al atender a numerosos heridos bajo el fuego de los insurrectos. Fue destinado al Batallón de Cazadores de Mérida, en Candelaria, en donde permaneció hasta su incorporación al Batallón de la Reina, en Río-Hondo, con un breve paréntesis, en La Habana, por enfermedad5.

En Artemisa ocupó la enfermería del mencionado Batallón de la Reina, hasta junio de 1897, mes en el que causó baja, con licencia de cuatro meses por enfermedad, embarcó en el vapor «Isla de Panay», de regreso a la metrópoli. Durante este tiempo, participó en acciones de guerra a las órdenes del general Cándido Hernández de Velasco, demostrando, sobradamente, su valor que le fue reconocido con la cruz de 1.ª clase del mérito militar con distintivo rojo.

En diciembre de 1897, regresó, en el vapor «Reina María Cristina», con destino al Hospital Mar de Manzanillo, en donde permaneció hasta que finalizó el conflicto. En espera de barcos para su regreso, prestó el servicio de su clase en el Batallón Cazadores de Puerto Rico, hasta el 19 de agosto de 1898, cuando embarcó en el vapor «Villaverde». Llegó al puerto de Vigo el 3 de septiembre y desembarcó el 9, por haber guardado cuarentena6.

Viondi fue uno de los miles de maltrechos soldados que regresaron, a bordo de los numerosos buques que atracaron en los puertos gallegos. Vigo y La Coruña recibieron a la mayoría, en los denominados «barcos de la muerte». Es fácil imaginar a nuestro protagonista, presa del pesimismo y desconsuelo que acompañó en su regreso a las tropas españolas.

La prensa recogía que desde el 2 de septiembre, cuando llegaron los primeros repatriados, a bordo del trasatlántico «Isla de Luzón», desembarcaron en la ciudad más de 7.000 soldados en el «Villaverde» (con Viondi a bordo)7, «Cheribon», «León XIII, «San Francisco» y el «Puerto Rico». Las autoridades municipales, bajo la presidencia del alcalde, Antonio López de Neira, realizaron un gran esfuerzo para preparar la llegada de los soldados. Destacaron los hospitales de sangre del centro de la ciudad, de los baluartes de Alcabre, el Monte de la Guía, el pabellón instalado por Fernando García Arenal8, en el muelle de atraque de los barcos y las instalaciones del lazareto de San Simón, que incluyeron el hospital flotante del reconvertido crucero «Rápido».

Primeros años en la península

Una vez en la península, se le conceden cuatro meses de licencia para Santiago. Durante esta primera etapa su carrera militar es un continuado devenir, marcado por destinos en diferentes regimientos que le llevarán, en los papeles, no en la realidad, de Galicia a los Pirineos, de allí a Madrid y de regreso nuevamente a Galicia. El complejo sistema de destinos y comisiones permitía a un militar pasar por diferentes lugares sin necesidad de desplazarse en todas las ocasiones. Nuestro biografiado viajó al pirineo oscense, pero no a Madrid.

La actividad social del joven e inquieto militar culmina durante el mes de diciembre tras contraer matrimonio con Sara Pereira Renda, joven natural de La Estrada (Pontevedra).

La complejidad de la burocracia, en los destinos ocupados por el militar, a su regreso de ultramar, se resume en las siguientes líneas. Por Real Orden de 15 de septiembre (DO n.º 206) es ascendido a Médico 1.º, siendo destinado al Regimiento de Caballería de la Reina al que no llegó a incorporarse por estar disfrutando de la licencia por enfermedad9. Finalmente, el 1 de noviembre es destinado al Batallón de Cazadores de la Habana, de guarnición, en Santiago, donde permaneció, hasta junio de 1899, cuando esta unidad se convierte en el 3.º de Infantería de Montaña. Con el renombrado batallón salió para Jaca, en donde, tras un corto periodo de tiempo, es destinado al hospital militar de Madrid, entonces denominado de Carabanchel, a la 4.ª sección de la 1.ª Compañía de la Brigada sanitaria, conservando, en comisión, su anterior destino como Médico 1.º del Batallón de Montaña n.º 310.

Con el cambio de siglo, durante la primavera de 1900, se incorpora al 1.º Batallón del Regimiento de Infantería de Zamora, n.º 8, en La Coruña11, donde permanecerá hasta diciembre de 1903, cuando pasa al 1.º Batallón del Regimiento de Infantería de Zaragoza n.º 12 de guarnición en Pontevedra, al que se incorpora el 16 de enero de 190412. Durante este periodo se le concedieron hasta cinco licencias, por asuntos propios, que disfrutó en el domicilio familiar de La Estrada, población con la que mantuvo, tras su matrimonio, una intensa relación. En estos primeros años del siglo fue comisionado para practicar reconocimientos de reclutas en Orense (1902-1903) y en Lugo (1903).

En el año 1903 se le concede la medalla conmemorativa de la última campaña de Cuba con un pasador13 y se le consigna el derecho al uso de la medalla de Alfonso XIII14.

Su primera etapa en Galicia transcurre entre Pontevedra y Santiago, siempre con destino en el Regimiento de Zaragoza, con guarnición en ambas ciudades. Entre 1904 y 1914 fue nombrado vocal interino de las comisiones mixtas de reclutamiento de Pontevedra y Santiago15. En su ejercicio como médico militar fue requerido, en numerosas ocasiones, por el capitán general de la 8.ª Región Militar para reconocer a reclutas por numerosos puntos de Galicia.

Destacan, en su trayectoria sanitaria militar, dos hechos relevantes. En primer lugar, cursa la especialidad de Oftalmología en la universidad de Santiago de Compostela, en 190916, y, en segundo lugar, ejerce como juez instructor para acreditar el estado de enfermos mentales en el Manicomio de Conjo, en 191217. En este año es ascendido a médico mayor, asimilado a comandante18.

Al mismo tiempo que desarrolla su carrera militar, abre consulta en Pontevedra, como médico cirujano, en el n.º 5 de la calle de la Oliva19, si bien los continuos traslados y la ausencia de más publicidad, nos invitan a pensar que su despacho permaneció abierto durante poco tiempo. En Santiago, formó parte de las juntas directivas de diversas instituciones.

Durante la primera década del siglo XX lo encontramos como: depositario de la junta directiva del Casino, vicepresidente de la Sociedad de Recreo Artística e Industrial y como presidente de la Liga de Amigos de la ciudad. En esta época es cuando entabla amistad con Augusto González Besada o Luis Rodríguez de Viguri y Seoane, personajes capitales de la política nacional.

En cuanto a su ejercicio médico, Viondi, que, en 1909, cursa la especialidad de Oftalmología, tenía experiencia en cirugía y medicina militar desde la guerra de Cuba. Buena prueba de ello fue su participación en el Congreso de Ciencias Médicas celebrado en octubre de ese mismo año, en Santiago, donde ocupó la vicepresidencia de la mesa de cirugía y medicina militar, junto a destacadas figuras de la Escuela Médica Compostelana20. Completa su formación académica con la defensa de su trabajo de tesis doctoral en la Facultad de San Carlos de Madrid con el título La cutirreacción en la sífilis, el 20 de abril de 1914. Trabajo posteriormente publicado como Estudio de Higiene Militar. Profilaxis de la sífilis en el Ejército, con el subtítulo Medios de evitar su propagación mediante el diagnóstico precoz de la misma merced a las reacciones serológicas21.

El trabajo, que se basa en su tesis doctoral, recoge los últimos descubrimientos, en materia de pruebas de laboratorio, para mejorar el diagnóstico de la sífilis. Demuestra conocer los distintos métodos usados en el laboratorio, menciona a los autores más destacados en el estudio de la enfermedad, las reacciones que se utilizan, extendiéndose en descripciones de experimentación animal, fenómeno de la anafilaxia en la enfermedad, recidivas, sensibilizaciones locales o ensayos sobre una vacuna especial. Analiza en profundidad el método de Hideyo Noguchi (1876-1928), la luetino-reacción, una reacción análoga a la producida por la tuberculina, tras la inyección intradérmica de luetina, un preparado con Treponema pallidum, sometido a temperaturas elevadas y desnaturalizado con fenol, por lo tanto, sin propiedades infecciosas. La compara con la reacción de Wassermann, estableciendo la utilidad de la reacción de Noguchi en el diagnóstico de la sífilis terciaria. Además, se muestra convencido, entre las nueve conclusiones de su estudio, de la utilidad de la reacción para la detección de sifilíticos latentes asintomáticos.

El trabajo debe entenderse en el contexto del momento de la ciencia, que incorpora, al campo de la higiene militar, los espectaculares avances de la microbiología, acaecidos desde finales del XIX. Las bajas producidas por las enfermedades en la guerra de Cuba y las campañas africanas forman parte fundamental del interés por la prevención e higiene general en el ejército español durante el primer tercio del siglo XX22,23.

En definitiva, por su trabajo, Pérez Viondi, debe de incluirse entre los higienistas militares de la época.

Tras obtener el grado de doctor regresa a Santiago, en donde permanecerá hasta finales del verano, en su destino, haciéndose cargo de la asistencia facultativa del hospital cívico-militar y de las valoraciones de los dementes militares en el Manicomio de Conjo. El verano fue una etapa de transición en la carrera militar de Viondi, ya que en agosto, es destinado a Ceuta24, en situación de excedente y, en comisión, al hospital de Tetuán, hasta septiembre, cuando se incorporará a su destino.

Campaña militar en Marruecos (1914-1916)

Con el grado de médico mayor, se incorporó al hospital de Tetuán, en donde prestó servicios como jefe de la clínica de cirugía y, posteriormente, de la de medicina. En el otoño, con motivo de una epidemia de peste bubónica, alternó labores de inspección sanitaria en las afueras de Tetuán, con su trabajo en el hospital.

En la primavera se le concede una mención honorífica por su obra Profilaxis de la sífilis en el Ejército25.

Su estancia en la ciudad marroquí, ocupada por tropas españolas, le puso en contacto con destacados militares de origen gallego, como el general de brigada Severiano Martínez Anido o el diplomático militar Luis Rodríguez de Viguri y Seoane, cónsul de España, con los que establece una fraternal amistad, por su común origen. Al diplomático le unía un gran afecto desde su etapa en Santiago, al frente de la Liga de Amigos, de la que Viondi era presidente honorario.

Durante su estancia en tierras africanas, el 29 de marzo de 1916, le fue concedida por el sultán de la zona marroquí francesa, Joussef Ben-El Hassan-Ben-Mohamed, el título de comendador de la «Orden de Onissau Abanise Cheriffieu»26. Poco después, el comisario de España en Marruecos le nombra médico particular del príncipe Jalifa Muley el-Mehdi y de su familia27.

Continuando con su labor militar, asistió, como director del hospital de sangre instalado en aquellas inmediaciones, a la operación realizada el día 29 de junio sobre la cábila Al Accheca, en la zona del zoco, y en los primeros días de agosto, organizó la inspección sanitaria de todas las posiciones del territorio de Tetuán, con motivo de la aparición de una epidemia causada por enfermedad infectocontagiosa, evitando su propagación28.

Finalmente, en otoño se le concede una comisión en el hospital de Tetuán, con excedencia en Ceuta, hasta el 24 de octubre, cuando emprende la marcha, en viaje de incorporación para su nuevo destino en la península, dando por finalizada su estancia en la campaña militar africana en la que se le concedieron: la cruz de 2.ª clase del mérito militar roja pensionada, por los servicios prestados en la zona de Ceuta (Tetuán) desde el 1.º de mayo de 1915 al 30 de junio de 191629 y ya en Vigo, la medalla militar de Marruecos con pasador de Tetuán30.

Etapa en Vigo (1917-1938)

Tras un breve destino en el hospital militar de Madrid-Carabanchel, entre noviembre de 1916 y enero de 1917, fue destinado al hospital militar de Vigo como director. En la capital estuvo, durante un breve periodo, tras incorporarse el 15 de diciembre, hasta el 25 de enero31. Su llegada a Vigo fue el resultado de la permuta con el comandante Mario Gómez, Gómez que ocupaba el cargo de director del hospital en la ciudad gallega32.

En 1917, Vigo era una ciudad en pleno desarrollo urbano de la mano del puerto y la construcción como pilares económicos. El 2 de febrero el doctor Alfredo P. Viondi se hace cargo de su destino en el hospital militar. La Sanidad Militar en Vigo estuvo presente, al igual que sucedió en el resto de España, antes de que la civil diese muestras de los primeros intentos de organización eficaces. Sin embargo, la escasa relevancia de la plaza influyó en la ausencia de recursos similares a otras poblaciones gallegas.

Hasta mediados del siglo XIX solo existieron instalaciones militares sanitarias precarias. La ansiada mejora se consiguió, en 1915, cuando se iniciaron las obras de construcción de un nuevo hospital militar en la finca denominada «Villa Lola», ubicada en la calle López Mora, edificio que, en la actualidad, alberga la comisaría de la Policía Nacional.

Viondi se hace cargo de la dirección del establecimiento y, a lo largo de 1917, se establece en la ciudad, en la que residirá hasta su fallecimiento, en 1938.

La gripe de 1918 en Vigo

Al tiempo que dirigía el hospital militar, poco antes de que la población presentase los primeros casos de gripe, se le cambia la denominación del empleo, de médico mayor a comandante médico33.

Por supuesto la pandemia gripal, extendida a toda Europa por las tropas estadounidenses a su llegada a los puertos franceses, no respetó la neutralidad española y, a lo largo del verano del 18, se detectan numerosos casos en España. El propio rey Alfonso XIII, había caído enfermo.

En estos primeros meses Galicia gozó de una relativa tranquilidad, que duró poco tiempo. A Vigo, por su proximidad con Portugal, llegaban preocupantes noticias sobre la existencia de la enfermedad. El alcalde, Francisco Lago Álvarez, convocó a la junta local de sanidad, que sería la encargada de tomar las medidas necesarias para enfrentarse a la epidemia. La junta, presidida por el alcalde, estaba formada por el comandante de marina (Leoncio de Jaspe), el director del laboratorio municipal y subdelegado de farmacia (Manuel Fernández Casas), Alfredo Pérez Viondi, en calidad de director del hospital militar y los médicos Enrique Lanzós Sánchez (subdelegado de medicina y director del «Hospital Elduayen») y Cándido Rasilla y Manuel Millán Millán, miembros de la terna de vocales médicos de la mencionada junta.

Pérez Viondi, por lo tanto, estuvo muy presente en la gestión de las medidas tomadas para enfrentarse a la enfermedad. La junta, en un documento, sorprendentemente familiar, un siglo después, ante una nueva pandemia viral, estableció medidas previsoras de salubridad e higiene:

«[…] Ayer se reunió en la casa consistorial la comisión permanente de la Junta de Sanidad (…) Reconocen que debe continuarse con la mayor energía la labor de higienización emprendida. Se tomaron los siguientes acuerdos: que los espectáculos públicos continúen suspendidos. Rogar a la empresa de tranvías que no consienta aglomeraciones en los coches. Respecto al cierre del cementerio los días de Santos y Difuntos, acordaron que se invite al público a que no se aglomere, los dos días citados no se permitirá las reuniones alrededor de los nichos y sepulturas […]»34

La enfermedad alcanzó su punto culminante durante el mes de octubre, generó gran cantidad de casos en la ciudad, pero su impacto no alcanzó las proporciones que las alarmadas autoridades locales esperaban. Con buen criterio el ayuntamiento buscó camas supletorias destinadas a reforzar la escasa dotación con que contaban las instituciones sanitarias municipales. Se dispuso de las instalaciones del hospital militar que ofreció el comandante médico Pérez Viondi.

Hubo miles de afectados en una población con condiciones higiénicas muy mejorables y en una sociedad con una deficiente alimentación y un modo de vida mucho más duro que el actual. Sin embargo, el número de ingresos en los hospitales no refleja el gran impacto de la enfermedad en la población. Sin duda, la ausencia de una atención primaria eficiente, con los escasos médicos de las distintas parroquias desbordados, unas vías de comunicación precarias y medios de transporte muy escasos, provocó que los vigueses sufriesen la enfermedad en sus domicilios35.

Participación en la Cruz Roja

De la sección de Damas de la Cruz Roja, en la segunda década del siglo XX, surgió el cuerpo de «Damas Enfermeras», ocupando Pérez Viondi, el cargo de profesor-médico, tras su nombramiento en mayo de 192036. El profesorado estaba compuesto por Enrique Lanzós Sánchez, Martín de Vicente Sasiaín, José González Vidal, y Viondi.

Además de la labor docente, formó parte de tribunales convocados por la institución para el nombramiento de personal de enfermería. El examen tuvo lugar en junio de 1921 y a las nuevas enfermeras les fue impuesto posteriormente el brazal de la Cruz Roja. El 15 de julio de 1922 fue nombrado, por el capitán general de la 8.ª Región, para formar parte del tribunal que se constituyó en la plaza de Vigo para el examen de las alumnas aspirantes al título de «Damas enfermeras de la Cruz Roja Española»37.

Figura 2. Acto de entrega de los brazales a las Damas Enfermeras. En la fila superior, de uniforme, el doctor Alfredo Pérez Viondi. Foto de Pacheco publicada en Imaxes da Vida Galega. Tomo V, 1922. 

Los felices años veinte

Durante esta década, el doctor Pérez Viondi, desarrolló una destacadísima actividad en la vida social, sanitaria y municipal de la ciudad. Los años veinte en Vigo, hicieron honor al tópico de felicidad. La población supo sacar provecho de la crisis económica provocada por la Primera Guerra Mundial. Sectores como la industria conservera y la actividad de los astilleros, sufrieron una inesperada demanda durante la contienda.

Entre la firma del armisticio y los tratados de paz, culminados en Versalles, en el puerto de Vigo tuvo lugar una inusitada actividad. A la espera de destino final permanecían fondeados en la ría los seis buques alemanes y cinco austrohúngaros internados durante el conflicto en aguas españolas y que finalmente, fueron entregados como compensación de guerra a los aliados. Los alemanes pasaron a formar parte de la flota española, pero sin transferencia de propiedad, siendo rebautizados como «España 1,2,3,4,5 y 6»38.

Sin embargo, en esta década, el ejército español se tuvo que enfrentar en una dura campaña desarrollada en las llanuras de Annual, a las tribus rifeñas. Entre 1920 y 1921, miles de soldados españoles, entre los que se encontraban muchos jóvenes vigueses, pertenecientes al Regimiento «Murcia», participaron en la campaña y Vigo fue uno de los principales puertos desde los que partieron tropas. En ese ambiente cargado de emotividad, se propone una suscripción popular, a instancias de dos socios del Casino. El objetivo fue reunir fondos suficientes para adquirir un aeroplano de combate, que se donaría al ejército39.

El aparato, un biplano «D.H. 4 Havilland», motor Rolls Royce, fue bautizado con el nombre de la ciudad y adquirido por un precio de 32.500 pesetas. El dinero sobrante de lo recaudado, más de 7.000 pesetas fue invertido en víveres y ropa destinada a los soldados40. La ceremonia de entrega del avión tuvo lugar en el aeródromo de Cuatro Vientos, en presencia de los Reyes de España. Para acudir se envió una comisión formada por el comandante médico Pérez Viondi, el teniente de alcalde José Fernández y González (coronel retirado), Manuel Otero Bárcena, presidente del Casino, Eladio de Lema (senador) y Francisco Gómez Román, representante de Industrias Pesqueras.

En la fotografía acompañan a los miembros de la comisión viguesa los aviadores, el capitán Eduardo González-Gallarza41 y el sargento Gil (figura 3).

Figura 3. Reportaje del acto de entrega del aeroplano «Vigo», en Cuatro Vientos, con imágenes de sus majestades los Reyes de España, Alfonso XIII y María Cristina, la infanta Isabel y la Marquesa de Comillas. Publicado en Vida Gallega, noviembre de 1921. 

En agosto de 1922, Viondi fue ascendido a teniente coronel médico por antigüedad y destinado al hospital militar de Vigo42.

En su anterior situación y destino continuó hasta 1925 cuando, desde el punto de vista médico, completa su formación acudiendo a dos destacados congresos, el internacional de medicina y farmacia militar de París, en abril y el primer congreso nacional antituberculoso celebrado en la isla de la Toja (Pontevedra).

En el Congreso gallego la prensa recoge su presencia, entre las personalidades que acudieron a recibir al general Severiano Martínez Anido, subsecretario de gobernación, destacado impulsor de la lucha antituberculosa, posteriormente, ministro de gobernación, a quien conocía desde la campaña de Marruecos, que acudió en representación del príncipe de Asturias. Viondi se había implicado en la organización previa, formaba parte de la comisión creada por la sección local del Colegio Oficial de Médicos de la Provincia de Pontevedra, encargada de reunir adhesiones entre los facultativos vigueses para acudir al congreso organizado por el doctor Gil Casares43.

Permanece en su destino, al mando del hospital militar, hasta mayo de 1929, momento en el que se le concede permiso para ocupar la alcaldía de Vigo. Previamente, desde el 9 de abril al 19 de mayo, desempeñó el cargo de inspector accidental de la 8.ª Región Militar por sucesión de mando. Está misma situación se repitió entre el 1 y el 21 de octubre y entre el 21 de diciembre de 1929 y el 7 de enero de 1930, en que cesa, por haberse incorporado el coronel médico, director del hospital militar de La Coruña. De nuevo, se repite la situación en la inspección, entre abril y junio, hasta su nombramiento como gobernador civil de Huesca44.

Figura 4. Mesa de la lucha antituberculosa en Vigo. En el centro, en segunda fila, Alfredo Pérez Viondi. Fotografía de Llanos. Archivo Etnográfico de Ribadavia 

El 23 de abril de 1930, se le concede la vuelta al servicio activo, ya que estaba en situación de «al servicio de otros ministerios» y, en mayo, habiéndose presentado en su nuevo destino, el hospital militar de Vigo, se hizo cargo de la jefatura de sanidad de la plaza, el 6 de mayo de 1931.

Finalmente, tras hacer promesa de adhesión y fidelidad a la República, ante el gobernador militar, en junio se hace cargo, de nuevo de forma accidental, de la inspección de Sanidad Militar de la región por haber pasado el titular a situación de reserva. Desempeñó este cargo hasta el 23 de junio (DO n.º 138), cuando cesó por habérsele concedido el retiro para Vigo, causando baja definitiva45.

CARGOS POLÍTICOS

Desde su etapa universitaria, Pérez Viondi demostró interés por la actividad representativa. Lo encontramos en las juntas académicas de la facultad de medicina de Santiago como presidente del séptimo grupo, antes de su licenciatura.

Candidato a las Cortes por el distrito de La Estrada (1921-1923)

Su especial vinculación con el pueblo de La Estrada, de donde era natural su esposa Sara, le llevó a presentarse como candidato para diputado a las Cortes por dicha villa, durante las campañas entre 1921 y 1923, disputándole el cargo a Raimundo Riestra y Calderón (1882-1967), II marqués del mismo nombre46. A pesar de contar con un destacado apoyo popular y de un comité «anticaciquil» promovido por la colonia gallega en Cuba, no resultó elegido47.

Alcalde de Vigo (5 de mayo de 1929-junio de 1930)

Alfredo Pérez Viondi fue elegido alcalde el 5 de mayo de 1929. Su formación médica, excelente carrera militar y experiencia le auparon al cargo.

Su elección fue una absoluta novedad en la España de Primo de Rivera. El gobernador civil, José Batuecas Marugán48, permitió que entidades locales propusiesen un concejal y un suplente para formar una corporación de la que saldría elegido el alcalde. Este inusual método fue noticia en la prensa nacional. Finalmente, el resultado del escrutinio fue contundente y convirtió a Pérez Viondi en regidor municipal, frente a Nicolás Paz Pardo, también médico, por dos votos a favor.

Figura 5. El general Primo de Rivera, en el centro, con sombrero, el alcalde Viondi a su lado y la directiva del Casino de Vigo, en la terraza de la sociedad. Fotografía de Pacheco publicada en Vida Gallega, agosto de 1929. 

Durante su mandato se interesó por la mejora de la higiene y salud pública, así como por la medicina viguesa. Destaca su participación en el proyecto de creación del Instituto Anticanceroso Provincial en Vigo. Participó en campañas de protección social, aunando esfuerzos de instituciones provinciales y estatales. Inauguró el matadero municipal, apoyó la creación de la academia médico-quirúrgica de la ciudad e impulsó mejoras en los pabellones sanitarios del hospital de Vigo. En otros ámbitos, inauguró el servicio automático de teléfonos y durante su mandato se terminó el edificio de Correos.

El mes de agosto de 1929 fue especialmente activo, ya que la ciudad recibió la visita del general Miguel Primo de Rivera, presidente del Gobierno y del director general de la Guardia Civil, general José Sanjurjo Sacanell. La presencia de Primo de Rivera supuso un destacado acontecimiento y su población salió a las calles para recibirlo. La estancia se completó con visitas a localidades cercanas, en las que el general llevó a cabo una apretada agenda, reuniéndose con distintas autoridades y recibiendo homenajes, en todas ellas.

Gobernador civil de Huesca (14 de noviembre de 1930-14 de abril de 1931)

El presidente del Consejo de Ministros, Dámaso Berenguer Fusté (1873-1953), nombraba el 14 de noviembre de 1930, gobernador civil de la provincia de Huesca a Alfredo Pérez Viondi, tras admitir la dimisión en el cargo, de Álvaro González-Pintado García49.

El 18 de noviembre, emprende la marcha para el nuevo destino. Por Real Orden de 12 de diciembre (DO n.º 281) se dispuso el pase a situación de «al servicio de otros ministerios», con carácter eventual, por su nombramiento50.

Su periodo al frente del gobierno provincial, coincide con el final del régimen de Primo de Rivera, el 14 de abril, tras la instauración de la II República. Como hecho más reseñable debe de mencionarse su participación en el frustrado intento de sublevación protagonizado por los capitanes Fermín Galán y García Hernández, en el que fueron también actores nombres destacados en la historia de España: Santiago Casares Quiroga, Niceto Alcalá-Zamora, Miguel Maura, los generales Mola y Francisco Franco, entre otros.

El 15 de diciembre estaba previsto que se produjese el fallido levantamiento militar contra la monarquía de Alfonso XIII que pretendía instaurar la II República española. Con la participación de Alcalá-Zamora y Miguel Maura como principales promotores y el beneplácito de oficiales del ejército como Ramón Franco y Gonzalo Queipo de Llano, el plan se fue organizando desde el verano. Por lo tanto, el nombramiento de Pérez Viondi como gobernador civil, tuvo lugar en un ambiente cargado de tensión política y militar, no exento de riesgo. Los conocidos hechos posteriores demostraron el valor de nuestro biografiado que, obligado a enfrentarse a la sublevación militar y al nombramiento de una alcaldesa republicana en Jaca, se mantuvo firme en su puesto.

Fermín Galán, capitán de infantería, destinado en el Regimiento Galicia n.º 19, en Jaca, desde junio de ese año, había participado en la conocida «sanjuanada», lo que le valió pena de prisión militar en Montjuich. Galán advertido por el general Mola de que conocían sus intenciones, se puso nervioso y, ante las dudas del Comité Revolucionario Republicano, a las cinco de la mañana del 12 de diciembre se adelanta a lo previsto sublevando a la guarnición de Jaca, detiene al gobernador militar y corta las comunicaciones. Al mando de dos columnas los sublevados se dirigen a Huesca, en donde fueron neutralizados. Galán y García Hernández fueron apresados y fusilados tras juicio sumarísimo el día 14 de diciembre. El tercer protagonista, capitán Salvador Sediles Moreno, también condenado a muerte, consiguió huir a Francia. Sorprendentemente, la Corona, trató a los cabecillas políticos con benevolencia51.

Finalmente, tras las elecciones de abril de 1931, el nuevo régimen republicano cesa a Pérez Viondi, que fue sustituido por Victoriano Ribera Gallo52.

La República (1931-1936)

Finalizado su breve periplo oscense, de nuevo en Vigo, tras haber realizado promesa de adhesión y fidelidad al nuevo régimen político, el 26 de abril de 1931, se le concede el retiro, poniendo el broche final a su carrera militar el 23 de junio (DO n.º 138).

Retirado de la vida militar, continúa como presidente del Casino de Vigo, cargo que ocupaba desde 1924, durante años, hasta ser nombrado presidente honorario. Con la sociedad participó activamente en la vida cultural de la ciudad. Organizó homenajes a destacadas figuras de la cultura gallega como el poeta Ramón Cabanillas (1927), el músico Reveriano Soutullo (1929) y los escritores Ramón Fernández Mato (1929) y Ramón Otero Pedrayo (1932). Supo desvincular la ideología de la impronta intelectual y literaria de los escritores, lo que debe de tenerse en cuenta, a la hora de evaluarlo. Viondi ha sido tachado de político y militar opuesto al pensamiento nacionalista de su cuñado Alfonso Daniel Manuel Rodríguez Castelao. Sin embargo, la cantidad de homenajes promovidos a figuras de significado pensamiento galleguista nos demuestra una forma de pensar más plural de lo expresado en otros trabajos en los que se le menciona.

Partido Agrario Español

Retirado de la vida militar, su última participación en la política consistió en presidir el Consejo Comarcal del Partido Agrario Español, proyecto conservador republicano, liderado por José Martínez de Velasco, que abogaba por el catolicismo político y el agrarismo. La formación acogió a miembros de ideología monárquica del reinado de Alfonso XIII y tuvo un recorrido corto (1934-1936).

Viondi presidió el Consejo Comarcal de Vigo, que agrupaba a todos los comités del partido judicial, en una sesión que tuvo lugar el 22 de abril de 1935, en los salones del Hotel Moderno53. El partido estaba presidido en la provincia por el abogado pontevedrés Prudencio Landín. El recorrido de la formación termina tras el inicio de la guerra civil.

La guerra civil

Desatado el conflicto bélico, Vigo, tomada por el bando nacional, fue una localidad de retaguardia, en la que se dispusieron hospitales de evacuación para los heridos en el frente. Inicialmente, se adaptó el Hospital del Rebullón, en las instalaciones del Alto de Mos que, rápidamente, fue ocupado por heridos del frente asturiano, lo que obligó a instalar un hospital en la finca de Bellavista, terrenos ocupados en la actualidad por el colegio «Apóstol Santiago» de los jesuitas.

Al mando del hospital militar de Vigo estaba el comandante médico Eusebio Torrecilla, que fue el encargado de organizar los nosocomios mencionados. El hospital de evacuación de Bellavista, también organizado por el Dr. Torrecilla, fue inaugurado el 20 de enero de 1937, en una ceremonia que incluyó la bendición del recinto por el obispo de la diócesis de Tui-Vigo, Antonio García García54. Dos días después, en la orden de la plaza, se nombra jefe de los servicios médicos de la misma y director del hospital militar de Bellavista, al teniente coronel médico retirado, Alfredo Pérez Viondi55.

Figura 6. Sala quirúrgica del hospital de evacuación Bellavista de Vigo. En el centro el teniente coronel Pérez Viondi, director del establecimiento con el obispo de Tui, D. Antonio García y García. Fuente: Vida Gallega, febrero 1937. 

El recinto de Bellavista albergó a un buen número de pacientes musulmanes, por lo que se le conoció como el «hospital moro de Bellavista». Este tipo de nosocomios, fueron creados para atender, en su convalecencia, a los soldados de esta procedencia que formaron parte del ejército del general Franco. Fueron varios miles las tropas marroquíes que combatieron en las filas del ejército franquista56. En Galicia existieron centros similares en: Lugo, Gutiriz (Lugo) y Santiago (hospital militar musulmán «Santa María de Lugo», hospital militar musulmán de «Santa María de Compostela», y enfermería indígena de Guitiriz-Lugo)57. A lo largo de 1937, el hospital de Vigo recibió la visita de distintas autoridades marroquíes, el representante del visir de Majzen, Sidi Mohamed ben Ali (febrero), el gran visir de la zona oriental de Marruecos, Abd-el Kader (abril) y el bajá de Alcazarquivir (julio)58. La experiencia del teniente coronel Viondi en las campañas de Marruecos, le convirtió en el anfitrión ideal para los dignatarios africanos que fueron recibidos con todos los honores por las autoridades civiles y militares59.

Este tipo de recintos fueron la respuesta de las autoridades, en terreno bajo control del ejército del general Franco, a una creciente necesidad asistencial con los miles de soldados norteafricanos que sufrieron numerosas bajas por ocupar la primera línea en los frentes del conflicto bélico. Su presencia, inicialmente mayoritaria en las provincias andaluzas, fue extendiéndose a medida que lo hizo el terreno conquistado por el ejército nacional.

Además de cubrir las necesidades asistenciales, la especial condición cultural de estos enfermos generó un conflicto. Los heridos trasladados pronto ocuparon, en tal número, los centros asistenciales, lo que generó la necesidad de atender cuestiones culturales, religiosas y de índole más práctica como la comida, el idioma o la comunicación con sus familiares. En el caso del hospital vigués, se sabe que contaba con una mezquita, que permaneció en el recinto, una vez finalizada la guerra, hasta 1965, cuando fue derruida.

En cuanto a su director, Pérez Viondi, debió de permanecer poco tiempo al frente del establecimiento, ya que falleció en abril de 1938 a causa de una enfermedad crónica, lo que nos hace pensar que su labor se limitó a 1937.

EL OCASO

En la ciudad de Vigo, a las 9:30 h del día 21 de abril de 1938, ante el juez municipal, Francisco Maldonado Lagos y el secretario Genaro Pardo, se procede a inscribir la defunción de Alfredo Pérez Viondi, de 77 años60.

El fallecimiento se produjo en el domicilio familiar situado en el número 23 de la calle Policarpo Sanz, el día anterior, 28 de abril, a las 15:30 h, a consecuencia de una uremia por esclerosis cardiorrenal (sic)61.

RECONOCIMIENTOS OBTENIDOS

En la hoja matriz de servicios conservada en el Archivo Militar General de Segovia se recogen las siguientes órdenes militares y civiles: títulos, cruces, medallas y otras condecoraciones que obtuvo.

1897, cruz de 1.ª clase del Mérito Militar con distintivo rojo, por Real Orden de 22 de mayo (D.O. n.º 114). Cruz de 1.ª clase del Mérito Militar, con distintivo rojo pensionada según Boletín Oficial de la Capitanía General de la isla de Cuba, 15 de agosto.

1899, cruz de 1.ª clase de María Cristina en el empleo de médico 2.º por Real Orden de 30 de mayo (DO n.º 118).

1903, medalla conmemorativa de la última campaña de Cuba con un pasador, por Real Orden comunicada el 30 de julio. Medalla de Alfonso XIII, con motivo de la jura de su majestad por Real Orden de 1 de mayo (DO n.º 70).

1914, medalla de plata conmemorativa del 1er centenario de los sitios de Zaragoza, según diploma de 30 de diciembre de 1908. Medalla de plata conmemorativa del 1er centenario de la batalla de Puente Sampayo (Pontevedra) según diploma de 1 de enero de 1910.

1915, mención honorífica según Real Orden de 9 de mayo (D.O. n.º 99) por su obra titulada Profilaxis de la sífilis en el ejército. Uso de las medallas de oro y plata de la Cruz Roja Española según Real Orden de 16 de julio (DO n.º 157).

1916, título de Comendador de la Orden Onisau Alanise Cheriffieu, expedida en 20 de marzo por el Sultán de la zona marroquí francesa. Comendador de la Real Orden de Isabel la Católica, libre de gastos, según Real Orden de 19 de abril. La Cruz de 2.ª clase del mérito militar roja, pensionada, por los servicios prestados en la zona de Ceuta (Tetuán) desde el 1 de mayo de 1915 al 30 de junio de 1916, según Real Orden de 30 de diciembre (DO n.º 294).

1917, medalla militar de Marruecos, con pasador de Tetuán, por Real Orden manuscrita de 30 de junio.

1922, cruz de 2.ª clase de la Orden del Mérito Naval con distintivo blanco, sin pensión, por los servicios prestados a la Marina en la asistencia del personal como director del hospital militar de Vigo (Real Orden comunicada del Ministerio de Marina de 29 de junio, trasladada por el de Guerra en 10 de julio).

1928, cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, la de Comendador de la Orden Militar de Aviz de Portugal, medalla del homenaje a sus majestades creada por Real Orden de 7 de mayo de 1925.

1929, título de caballero de la Legión de Honor de la República Francesa, alcalde-presidente del Ayuntamiento de Vigo. Pensión de cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo según Real Orden de 8 de abril (DO n.º 78).

1930, placa de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo con la antigüedad de 22 de septiembre de 1929 por Real Orden de 8 de mayo (DO n.º 105). Gobernador civil de la provincia de Huesca por Real Ordem de 12 de diciembre (DO n.º 281).

Por último, aunque no menos importante, el pueblo de La Estrada mantiene un recuerdo imborrable del que es considerado, uno de sus hijos ilustres, al otorgarle su nombre a una calle y a un centro público de educación infantil de la localidad.

CONCLUSIONES

Alfredo Pérez Viondi fue un destacado personaje, en lo militar y en lo civil. Desarrolló una brillante carrera militar, en el Cuerpo Militar de Sanidad, veterano de las campañas de Cuba y Marruecos, además de participar, con éxito, en las misiones encomendadas en sus destinos nacionales. Fruto de ello, son las numerosas recompensas que le fueron concedidas, como reconocimiento a los servicios prestados.

Con experiencia en primera línea de combate, desde finales del siglo XIX, participó en acciones de guerra, demostrando valor y pericia, a tenor de lo recogido en su hoja de servicios.

En lo sanitario desarrolló una gran capacidad de organización y gestión al dirigir hospitales de campaña en todos sus destinos. Con gran formación, su tesis doctoral, transformada en manual de profilaxis para la sífilis en el Ejército, supuso una destacada herramienta diagnóstica para un grave problema de salud pública que afectó a los soldados españoles durante una etapa de la medicina con muchas carencias en el tratamiento de la enfermedad. Esto le sitúa como destacado higienista militar.

Fue capaz de trasladar su experiencia militar y sanitaria a la vida civil, en el momento en que ocupó cargos de responsabilidad política.

En Vigo se ocupó de mejorar la salud pública, primero desde la dirección del hospital militar y después, desde la alcaldía. Participó, activamente, en la lucha contra la peor de las epidemias que sufrió la ciudad, en 1918. Formó parte de la junta local de sanidad, durante una década, lo que le convirtió en uno de los interlocutores más válidos ante cualquier crisis o cuestión sanitaria, a las que se enfrentó la población. Durante su periodo como alcalde, mejoró el hospital municipal, el saneamiento de la ciudad, puso en marcha el nuevo matadero municipal y apoyó a la Academia Médico-Quirúrgica en sus inicios. Por último, durante la guerra civil se ocupó, ya en la parte final de su vida, de la dirección del hospital de evacuación de Bellavista.

Con el final de la dictadura de Primo de Rivera, fue nombrado gobernador civil de Huesca, en donde se enfrentó a un hecho histórico, la fallida sublevación de los capitanes Galán y García Hernández, con participación de personajes claves en la historia civil y militar española.

Estamos, sin duda, ante un personaje plural, en lo social y, destacado, en lo sanitario, político y militar que merece ser recordado.

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1Las denominaciones de los empleos no se igualaron con las de las Armas hasta la promulgación de la Ley de 29 de junio de 1918 [Nota de los autores].

2AHUS. Legajo 1082. Expediente 2 y Archivo Histórico Militar de Segovia. Hoja de servicios de Alfredo Pérez Viondi.

3AHUS. Legajo 1082. Expediente 2.

4AHMS. Hoja de servicios de Alfredo Pérez Viondi.

5AHMS. op. cit.

6En ese momento, el extendido temor de las autoridades a la transmisión de enfermedades infectocontagiosas, sobre todo cólera, fiebre amarilla y peste, fue el motivo por el que se impusieron períodos de confinamiento y cuarentena en los puertos que recibían buques procedentes de países en los que esas enfermedades eran endémicas. En la Ría de Vigo se ubicó el Lazareto de San Simón, en la isla del mismo nombre, institución de importancia capital, junto al de Mahón, en las políticas cuarentenarias que protagonizaron la Sanidad Exterior, en España, desde la segunda mitad del siglo XIX. Sobre el Lazareto de San Simón véase: Domínguez Freire, F. (2020). Evolución del pensamiento médico de entresiglos (1878-1932) en Galicia: de la caridad a la asistencia. El caso de Vigo. [Tesis doctoral]. Santiago, Universidad de Santiago.

7Sabemos que tras llegar a puerto fue acogido por unos amigos en su do- micilio de Pontevedra. La información de su embarque en el «Villaverde» la recogemos de su hoja de servicios que no coincide con la prensa (El Áncora, Diario Católico de Pontevedra. 14 de septiembre de 1898), según la cual llegó a bordo del «Cheribon». Damos por buena la recogida en la Hoja matriz de servicios de Sanidad Militar por ser un documento oficial. [Notas de los autores].

8Fernando García Arenal (1850-1925). Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, fue nombrado en 1889 director de la Junta de Obras del Puerto de Vigo, motivo por el que se desplazó a la ciudad acompañándole su madre, la insigne e inolvidable Concepción Arenal Ponte, que falleció en la ciudad, en 1893. [Notas de los autores].

9Real Orden 26 de septiembre de 1898 (DO n.º 213). AHMS. Hoja de servicios de Alfredo Pérez Viondi.

10El caso de Pérez Viondi, entre otros, es citado por la prensa militar en un artículo titulado Galimatías sanitarios. La Nación Militar. 30 de julio de 1899. Año I- N.º 31, pp. 249.

11Real Orden de 23 de febrero de 1900 (DO n.º 44). AHMS. Hoja de servicios de Alfredo Pérez Viondi.

12Real Orden de 26 de diciembre de 1903 (DO n.º 286). AHMS. Hoja de servicios de Alfredo Pérez Viondi. La prensa se hace eco del nuevo destino del médico militar anunciando que es fruto de una permuta con el de esa plaza, Sr. Antonino que pasa a La Coruña. El áncora. Diario Católico de Pontevedra. N.º 1877. 21 de diciembre de 1903.

13Real Orden de 1.º de febrero de 1899 (C.L. n.º 16).

14Real Orden de 1.º de mayo de 1903 (C.L. n.º 70).

15AHMS. Hoja de servicios de Alfredo Pérez Viondi, pp. 8-10.

16Ibidem, pp. 9.

17El 5 de marzo y en virtud de orden del señor jefe de Sanidad Militar de la 8.ª Región se le nombra juez instructor para incoar expediente con el objeto de acreditar si la demencia de un 2.º teniente de carabineros es o no hereditaria. Ibidem.

18Real Orden de 5 de noviembre (DO n.º 260).

19El Áncora. Diario Católico de Pontevedra. N.º 1912. 4 de febrero de 1904.

20El Correo Gallego. 5 de octubre de 1909.

21Pérez Viondi, A. (1914). Estudio de Higiene Militar. Profilaxis de la sífilis en el Ejército Biblioteca Central Militar. Rollo 278.ª. Signatura 1914/ M811.

22Estrada Catoyra, F. (1896). Cartilla higiénica para la aclimatación del soldado en la isla de Cuba, 2.ª ed. Est. Tipogrático, La Gutenberg.

23Estrada Catoyra, F. (1889). Enfermedades y mortalidad en el Ejército. La Habana, Fernández y Cía.

24Real Orden de 24 de agosto de 1914 (DO n.º 187).

25Real Orden de 8 de mayo de 1915 (DO n.º 157).

26AHMS. Hoja de servicios de Alfredo Pérez Viondi, pp. 11.

27Concretamente, el 17 de abril. AHMS. Hoja de servicios de Alfredo Pérez Viondi, pp. 11.

28AHMS. Hoja de servicios de Alfredo Pérez Viondi, pp. 11.

29Real Orden de 30 de diciembre de 1916 (DO n.º 294). AHMS. Hoja de servicios de Alfredo Pérez Viondi, pp. 11.

30Real Orden de 30 de junio de 1917. AHMS. Op. cit.

31Real Orden de 11 de noviembre de 1916 (DO n.º 255). Se le destina al Hospital de Madrid-Carabanchel. Por Real Orden de 20 de enero de 1917 (DO n.º 17). Fue destinado como director al Hospital Militar de Vigo en donde se hizo cargo del destino el 2 de febrero. AHMS. Op. cit.

32Diario de Galicia. 17 de enero de 1917.

33Real Orden de 29 de junio de 1918 (C.L. N.º 169). AHMS. Op. cit.

34Faro de Vigo. 20 de octubre de 1918.

35Sobre el tema, consúltese Domínguez Freire, F. (2020). Op. cit.

36Actas de la Junta de Damas de Cruz Roja Española de Vigo. 7 de mayo de 1920.

37AHMS. Hoja de servicios de Alfredo Pérez Viondi, pp. 13.

38De todos ellos, el carguero «Neuenfels» era el de mayor volumen, re- bautizado como «España 6». Su historia merece ser mencionada por la relevancia que alcanzó en la Marina Española. Una vez incautado y ma- triculado, en octubre de 1918, inició su actividad comercial civil. Tras un breve periodo de tres años fue entregado a la Armada. A partir de ese momento, pasó a llamarse «Dédalo» y en la escuela aeronáutica de Barcelona fue transformado en buque de guerra, convirtiéndose en el primer portahidroaviones de la Marina. Participó en la guerra de Marruecos, concretamente en el desembarco de Alhucemas, el primero con apoyo aéreo de la historia mundial. Cabanelas, J. (2018). La Primera Guerra Mundial en Vigo. Vigo, IEV.

39La idea ya se había llevado a cabo en otras ciudades españolas. En la misma ceremonia de entrega del avión vigués. Cartagena, Murcia y Ávila aportaron aparatos similares. Previamente ya se habían realizado simila- res acciones desde otras poblaciones e incluso mediante aportaciones a título particular por personajes acaudalados. [Notas de los autores].

40Giráldez Lomba, A. (2003). Desde África con dolor: el otro año desastroso, 1921, en Vigo. Boletín Glaucopis. Vigo, IEV.

41Aunque en el pie de foto figura como capitán Gallardo, pensamos que debe de tratarse del riojano Eduardo González-Gallarza Iragorri (1898-1986). Al mando del Grupo 3 (Melilla) de DH-4 en 1922. Años después participó en el raid Madrid-Manila, junto a los pilotos Joaquín Loriga y Rafael Martínez, convirtiéndose en un héroe de la aviación española. Llegó a ser teniente general y fue nombrado ministro del Aire en los años 50. Creador de la Academia General del Aire. Disponible en: https://dbe.rah.es/biografias/11056/eduardo-gonzalez-gallarza-iragorri. [Consulta: el 11 de abril de 2022]. Como riojano de nacimiento y procurador en Cortes por la Provincia de Logroño, fue un auténtico prócer para su tierra, consiguiendo notables mejoras de todo orden, incluso pagándolas de su peculio particular. [Notas de los autores].

42Real Orden de 15 de agosto de 1922 (DO 180). AHMS. Hoja de servicios de Alfredo Pérez Viondi, pp. 13.

43Boletín del COMPP, 1 de septiembre de 1925, pp. 22.

44AHMS. Hoja de servicios de Alfredo Pérez Viondi, pp. 14.

45AHMS. Hoja de servicios de Alfredo Pérez Viondi, pp. 14-15.

46El nivel de influencia o caciquismo, si se quiere, del Marqués lo recoge un chascarrillo de la época que decía que «en Pontevedra, dos y dos no son cuatro, hasta que no lo autoriza el Marqués de Riestra». [Notas de los autores].

47Eco de Galicia. Revista ilustrada de la colonia gallega en Cuba, 5 de noviembre de 1922.

48José Batuecas Marugán, natural de Aldeanueva del camino (Cáceres, 1888), licenciado en derecho en Madrid (1912), se inscribe en el Colegio Oficial de Abogados de la capital (1919). Hermano de Tomás, primer ca- tedrático de química y física en Santiago y vicerrector de la universidad. José fue jefe del negociado y la secretaría auxiliar del Ministerio de Fomento (1928) y gobernador civil de Pontevedra entre 1928 y 1930 (BOE 3 de noviembre de 1928/16 de febrero de 1930, nombramiento y destitución respectivamente). [Notas de los autores].

49Gaceta de Madrid. 14 de noviembre de 1930. N.º 318, pp 900.

50AHMS. Hoja de servicios de Alfredo Pérez Viondi, pp. 14.

51Seguimos en el relato de los hechos al teniente general José Emilio Roldán Pascual. Efemérides. 12 de diciembre de 1930. La sublevación de Jaca. Academia de las Ciencias y las Artes.

52Gaceta de Madrid. 17 de abril de 1931. N.º 10, pp. 221.

53El Pueblo Gallego, 24 de abril de 1935.

54El Pueblo Gallego, 20 de enero de 1937. Antonio García y García (1880- 1953) fue obispo de Tuy (1930-1938) y posteriormente de Valladolid (1938-1853). Notas de los autores.

55El Pueblo Gallego, 23 de enero de 1937.

56Distintos historiadores, cifran entre 60 y 80.000 el número de soldados marroquíes que participaron en la guerra civil española. Bouhadi, B. (2021): Los Hospitales Militares Musulmanes durante la Guerra Civil Española. Revista Universitaria De Historia Militar 10 (20), pp. 197-223. DOI: https://doi.org/10.53351/ruhm.v10i20.739

57Ibidem.

58Lamas, J. (2006). El hospital Moro de Bella Vista [en línea]. La Voz de Galicia. [Consulta: el 17 de abril de 2022]. Disponible en: https://www.lavozdegalicia.es/noticia/vigo/2006/04/22/hospital-moro-bella-vista.

59Sobre las visitas hay reseñas fotográficas publicadas en Vida Gallega (1937). [Notas de los autores].

60Registro Civil de Vigo. Folio 207, n.º 273.

61Ibidem.

Recibido: 10 de Diciembre de 2022; Aprobado: 19 de Febrero de 2023

Dirección para correspondencia: Fernando Domínguez Freire. Servicio de Urología. Hospital Álvaro Cunqueiro, Complejo Hospitalario Universitario de Vigo, SERGAS. Email: freiredos@gmail.com.

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Médico especialista en urología. Doctor en Historia de la Ciencia.

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