Introducción
Los pacientes con insuficiencia renal crónica (IRC), en terapia de reemplazo renal por cualquier causa, se caracterizan por presentar condiciones físicas como disminución de la capacidad cardiorrespiratoria, desnutrición, fatiga y pérdida de masa muscular1 que, asociado a enfermedades crónicas como hipertensión arterial, dislipidemia, enfermedad coronaria y diabetes tipo 22, pueden afectar directamente su capacidad funcional. Aunque no es clara la causa de la pérdida de dicha capacidad funcional y fuerza muscular, un factor importante que podría afectar al rendimiento es la anemia que, junto con la miopatía urémica en estos pacientes2, conlleva un consumo menor de oxígeno y un cambio morfológico muscular, que contribuyen a la pérdida de su función3.
Actualmente se ha reconocido que los programas de ejercicio en los pacientes en hemodiálisis (HD) son seguros y eficaces. La evidencia ha demostrado que el ejercicio podría mejorar la fuerza muscular, evita la pérdida de masa muscular4, mejora la capacidad funcional, la función cardiovascular2,5, reduce el riesgo cardiovascular6 y contribuye a mejorar la supervivencia7,8.
El objetivo del presente estudio es describir la composición corporal, la fuerza muscular y el nivel de actividad física que realizan los pacientes con IRC en HD de una unidad renal de Bogotá, Colombia.
Método
Sujetos
Se realizó un estudio descriptivo de corte transversal en el cual se incluyeron pacientes que asistieron al programa de HD en la unidad renal del Hospital de San José-Fresenius Medical Care® en Bogotá, Colombia, durante diciembre de 2014. Se escogió el 25% de la población actualmente en HD.
Fueron incluidos en el estudio pacientes mayores de 18 años que formasen parte del programa de HD y que tuvieran un tiempo de inicio de HD superior o igual a seis meses. Los pacientes fueron seleccionados aleatoriamente mediante un sistema computarizado. Se excluyeron pacientes con amputaciones o patologías neuromusculares que impidieran la realización de ejercicio rutinario, con problemas psiquiátricos o del desarrollo cognitivo que impidieran la interacción con el interlocutor, pacientes que no aceptaran su participación en el presente estudio o fueran parte de otra investigación.
Los datos fueron recolectados en un instrumento diseñado por los investigadores. La actividad física fue evaluada mediante una encuesta de actividad física del Colegio Americano de Medicina del Deporte9 ajustada y resumida por el Servicio de Medicina del Deporte del Hospital San José de Bogotá, siendo el objetivo de esta encuesta medir dicha actividad física en unidad metabólica en reposo (MET).
Procedimientos
Personal entrenado realizó las mediciones. La medición de la fuerza muscular en el miembro superior dominante del paciente se llevó a cabo con un dinamómetro calibrado digital marca CAMRY®, que lo reporta en kilogramos (kg). Se realizó una clasificación por percentiles de acuerdo con la edad y el sexo tomada del estudio de Luna et al.10. La composición corporal se midió en prediálisis mediante impedanciómetro de dos canales FitScan®, monitor de composición corporal BC-585F, siguiendo las recomendaciones de medición11. Los datos de los exámenes de laboratorio fueron tomados durante el tiempo de recolección de la información. Para la clasificación del índice de masa corporal (IMC) se siguieron los parámetros dados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). La calidad de vida se midió con el instrumento SF-36 validado en Colombia12: con un resultado mayor de 50 puntos indica que el paciente tiene buena calidad de vida.
Análisis estadístico
El análisis fue realizado con el programa Stata 13®; las variables cuantitativas fueron resumidas con medidas de tendencia central y de dispersión, y las variables cualitativas mediante frecuencias absolutas y relativas. La relación entre las variables fuerza de la mano, porcentaje de masa muscular y actividad física medida en MET/h fue explorada por medio de diagramas de dispersión y evaluada por medio del coeficiente de correlación de Pearson. Posteriormente, la actividad física fue categorizada de acuerdo con el resultado de MET por hora en cuatro grupos: sedentario riesgoso (1-1.5 MET/h), sedentario no saludable (1.6-2.9 MET/h), saludable (3-5.9 MET/h) y muy saludable (>6 MET/h), siguiendo los parámetros del estudio de Ainsworth et al. 20119. El presente estudio fue aprobado por el comité de ética de investigaciones con seres humanos en la Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud (FUCS).
Resultados
Fueron elegibles para participar 86 pacientes, cuatro participantes decidieron no formar parte del estudio. De los 82 pacientes incluidos, el 65% fueron hombres. El rango de edad estuvo entre 23 y 89 años. Los datos referentes a la función renal y otras características basales de la población de estudio se muestran en la tabla 1. Se encontró que el 47.6% de los pacientes tenían fístula, siendo la mayoría en el miembro superior izquierdo (64.1%). La mediana de fuerza muscular fue mayor en la mano derecha (15.3 kg), la cual era la mano dominante en el 32.9% de los pacientes.
BUN: nitrógeno ureico en sangre; K: urea dializada; kg: kilogramo; KT/V: cinética de la urea; Med.: mediana; RIQ: rango intercuartílico; T: tiempo de diálisis; V: volumen de distribución de la urea.
En la clasificación de la actividad física (tabla 2) 80 pacientes fueron categorizados como sedentarios (38 sedentarios riesgosos y 42 sedentarios no saludables). El porcentaje de masa muscular fue menor en los pacientes sedentarios riesgosos que en los sedentarios no saludables, con un 10.3% (rango intercuartílico [RIQ] 7.7-12.6) versus 12.5% (RIQ 10.2-14.7), al contrario del porcentaje de masa grasa que fue mayor en los pacientes sedentarios riesgosos con un 46.2% (RIQ 35.3-59.3) versus 37.3% (RIQ 24.4-47.3).
IMC: índice de masa corporal; kg: kilogramos; Med.: mediana; MET: unidad metabólica en reposo; RIQ: rango intercuartílico.
La mediana del IMC fue de 24.7 (RIQ 21.7-27.3), que corresponde a la categoría de peso normal, encontrando que en el grupo de sedentarios riesgosos 18/38 pacientes (47.4%) estaban por encima del peso normal y 17/42 en el grupo de sedentarios no saludables (40.5%). La fuerza muscular para todos los pacientes categorizados como sedentarios riesgosos fue pobre o muy pobre en la mano derecha y muy pobre en la mano izquierda. Entre los sedentarios no saludables la fuerza muscular en la mano derecha fue pobre o muy pobre en el 92.8% de los pacientes y muy pobre en el 95.2% de los pacientes en la mano izquierda.
En el grupo de sedentarios riesgosos la mediana de actividad fue de 30.2 MET/día (RIQ 28-33.8), 1.3 MET/h (RIQ 1.2-1.4) y 3 MET (RIQ 2.5-3) en la actividad de mayor intensidad en el día; entre los sedentarios no saludables estas medianas fueron de 45.5 MET (RIQ 41.2-48.5), 1.9 MET (RIQ 1.8-2.1) y 3.6 MET (RIQ 3-5) respectivamente.
En cuanto a la calidad de vida, se encontró que tanto en la dimensión física como en la mental las medianas de puntuaciones estuvieron por encima de 50 según los grupos de actividad física, con una mediana de 64 (RIQ 52-72) en la dimensión mental y 69 (RIQ 49-79) en la dimensión física. En el análisis de acuerdo con el tiempo de diálisis y la edad de los pacientes, se encontró que la puntuación de las dimensiones física y mental en la calidad de vida disminuye con el aumento de la edad, y en cuanto al tiempo de HD, se estableció que en la dimensión mental se mantiene, pero en la dimensión física va disminuyendo a medida que aumenta el tiempo en HD.
Entre los grupos sedentarios riesgosos y sedentarios no saludables se encontraron diferencias estadísticamente significativas (p = 0.0041) en las medianas del porcentaje de masa muscular (fig. 1), pero no entre sedentarios riesgosos y saludables ni entre sedentarios no saludables y saludables.
Discusión
Los hallazgos del presente estudio evidencian que el 97.5% de los pacientes con enfermedad renal realizan actividades diarias menores o iguales a 3 MET, que reflejan estilos de vida sedentarios. Estos niveles de actividad física son similares a los encontrados en el estudio de Panaye et al. en el 201513, en el cual reportaron que la actividad física se encontraba por debajo del nivel recomendado de 10000 pasos/día en el 94% de la población en terapia de reemplazo renal.
Los resultados de laboratorio de los pacientes evaluados fueron similares a los encontrados en pacientes en HD en otros estudios como el publicado por Fernández-Reyes et al.14, en el que un 64% de los pacientes tenían niveles de albúmina sérica por encima de 4 g/dL, y el estudio de Manzano Angua en el que los pacientes presentaron un nitrógeno ureico en sangre (BUN) de 59.4 ± 14.3 mg/dL y depuración de urea durante la diálisis (KT/V) de 0.9-2.215.
Se determinó que el porcentaje de masa muscular fue bajo y el porcentaje de masa grasa fue alto respecto a lo esperado para este tipo de pacientes, lo que denota un estado catabólico en pacientes en HD. Estos hallazgos fueron reportados de manera similar en los estudios de Ikizler et al.16 y John et al.17; sin embargo, cuando se analizó el IMC, la mayoría de la población se clasificó en límites normales (73.2%), manifestando la importancia de incluir en las valoraciones clínicas la medición de la composición corporal que se relaciona directamente con la mortalidad, como encontraron Park et al. en 201318, quienes sugieren que la masa muscular es el determinante más importante de la tasa de mortalidad en pacientes en HD comparado con la tasa de mortalidad analizada con el IMC porque no precisa la asociación de la composición corporal con la salud.
La fuerza muscular es un predictor importante en la movilidad e independencia de la población general, y en gran parte está determinada por el porcentaje de masa muscular. En el presente estudio se evidenció que la mayoría de los pacientes tenían una baja masa y fuerza muscular, el nivel de actividad física registrado fue calificado como sedentario y que la calidad de vida evaluada mostró una menor puntuación en la dimensión física, en comparación con el promedio de la población sana para la edad y el género. Lo anterior coincide con los resultados reportados por Visser et al. en el 200519, quien encontró que pacientes sanos con menor área de sección trasversal de masa muscular tenían una menor movilidad, que conlleva un deterioro funcional; por lo tanto, el grupo investigador considera que es importante realizar investigaciones que integren programas de ejercicio en esta población para establecer los beneficios de la intervención con actividad física dirigida enfocados a prevenir la pérdida o potenciar el aumento de masa muscular generalizada.
La información encontrada en este estudio demostró que la actividad física más intensa de los pacientes (3 a 3.6 MET) estuvo relacionada con actividades básicas cotidianas como el bañarse, vestirse, caminar, entre otras. Lo anterior nos permite demostrar que los pacientes podrían empezar a realizar ejercicio con intensidades entre 3 y 4 MET, iniciando con ejercicios de intensidades leves, y siguiendo una progresión gradual según la tolerancia de ellos a los mismos. El ejercicio resulta ser una actividad bastante segura, dependiendo de la condición de salud de cada paciente. Esta afirmación es soportada por lo reportado en una revisión sistemática realizada por Smart y Steele en 201119, en pacientes con diálisis, en donde se encontró que existió una razón 28400 h/paciente sin muertes relacionadas directamente con el ejercicio20, con resultados favorables desde el punto de vista físico y mental21. La evidencia existente y los resultados del presente estudio permiten demostrar que es posible plantear un programa con prescripción de ejercicio de intensidad entre 3 y 4 MET y con elementos sencillos como bandas elásticas o cicloergómetros que se adapten a la condición física de los pacientes.
En este estudio los resultados generales mostraron que los pacientes referían una adecuada calidad de vida, agrupada en las dimensiones físicas y mentales, sin embargo, a medida que aumenta la edad y el tiempo de HD se afectan ambas dimensiones, principalmente la dimensión física; esto se ajusta con los resultados del estudio de una revisión de la Sociedad Española de Nefrología en 2008 sobre calidad de vida en enfermos renales crónicos sin diálisis, donde determinaron que en adultos se afecta más la dimensión física que las dimensiones mentales y sociales22.
Entre las limitaciones del presente estudio indicamos que la evaluación de la actividad física por encuesta podría dar un sesgo de memoria en los resultados. Una gran cantidad de pacientes fueron clasificados como sedentarios, en comparación con los saludables, limitando las comparaciones entre dichas poblaciones.
En conclusión, los pacientes en HD estudiados tienen un peso adecuado para la talla, pero con menos masa muscular y fuerza muscular disminuida para la edad. El nivel de actividad física registrado fue sedentario y la calidad de vida evaluada mostró una menor puntuación en la dimensión física, por tal razón resaltamos la importancia de realizar más investigaciones que involucren programas de ejercicio para establecer los beneficios de la intervención en los déficits físicos encontrados en estos pacientes.