Introducción
La Insuficiencia Renal Crónica constituye una importante problemática de salud que afecta severamente a la población mundial. Los pacientes en tratamiento dialítico en América Latina alcanzan una prevalencia de 549 casos por millón de habitantes1. En el caso de los pacientes que inician el proceso dialítico como modalidad terapéutica se reconoce una marcada tendencia al incremento expresada en cifras de 190 y 339 casos por millón de habitantes, para América Latina y Estados Unidos respectivamente1.
Debido al carácter invalidante del tratamiento, así como las múltiples demandas del cuidado, el paciente en hemodiálisis requiere ser auxiliado por una persona: el cuidador.
Las particularidades del proceder terapéutico demandan al cuidador atenciones especiales que van desde la alimentación hasta el apoyo emocional.
Asumir el rol de cuidador exige modificaciones en el estilo de vida, marcados por cambios a nivel físico, psicológico y social. Garantizar el cuidado del familiar o paciente en hemodiálisis constituye una actividad compleja, exigente y altamente estresante.
El cuidador puede desatender su salud, aislarse, disminuir sus actividades sociales, sufrir cambios en la relación con el paciente y experimentar trastornos sexuales2. La pérdida de autoestima, el desgaste emocional severo, las alteraciones del sueño, cefaleas, astenia y cansancio son las principales dificultades que aparecen como consecuencias de la actividad de cuidado3-4.
De forma reiterada el cuidador se expone a situaciones de estrés o estresores que han sido denominados como primarios y secundarios5. Las acciones que se derivan del cuidado y la atención directa al familiar poseen un carácter primario, lo cual constituye un estresor crónico y altamente significativo para el cuidador5-6.
Por su parte los estresores secundarios se asocian a las valoraciones e interpretaciones que realiza el cuidador sobre sus propios recursos y sus relaciones con otros (familiares, amigos, etc.).
En el manejo de las múltiples situaciones de estrés, el cuidador debe desplegar estrategias de afrontamiento para atenuar el impacto emocional que ocasiona la actividad del cuidado. Ello implica una evaluación de sus recursos psicológicos para afrontar los eventos de su vida cotidiana7.
El afrontamiento se define como aquellos esfuerzos cognitivos y comportamentales que están en constante proceso de cambio y que se desarrollan para manejar las demandas externas o internas específicas evaluadas como desbordantes para el sujeto7,8,9.
El afrontamiento implica un esfuerzo por prevenir, eliminar o debilitar los estresores, se relaciona con la forma en que las personas solucionan o se sobreponen a condiciones altamente estresantes.
Existen a su vez situaciones de estrés imposibles de cambiar, para las cuales el mejor afrontamiento lo constituye aquel que permita minimizar los efectos nocivos de la misma.
El curso crónico de la enfermedad, duración del tratamiento, experiencia en el desempeño del rol, ausencia de apoyo familiar, manifestaciones de sobrecarga y las características de personalidad aparecen como alguno de los factores que influyen en la utilización de una u otra estrategia de afrontamiento10.
Por su parte la percepción sobre el cuidado, las capacidades físicas y mentales del cuidador así como las condiciones y recursos para ejecutar la tarea aparecen como factores para disminuir o elevar el estrés.
El estudio se planteó como objetivos determinar las estrategias de afrontamiento al estrés empleadas en cuidadores de pacientes en hemodiálisis y establecer la correlación entre las estrategias y la variable edad de los cuidadores.
Material y Método
Diseño
Se empleó un estudio cuantitativo con alcance descriptivo-correlacional.
Contexto de estudio
La investigación se desarrolló en la Sala de Hemodiálisis del Hospital Docente "Arnaldo Milián Castro" de la ciudad de Santa Clara durante un periodo de tres meses comprendido desde febrero hasta mayo del 2016. El estudio fue posible mediante un convenio entre la institución hospitalaria y el Departamento de Psicología de la Universidad Central "Marta Abreu" de las Villas.
Muestra
Se incluyeron 48 cuidadores principales de pacientes en tratamiento renal sustitutivo mediante un muestreo intencional no probabilístico de acuerdo a los criterios de inclusión, exclusión y salida definidos.
Criterios de inclusión: Cuidadores principales de pacientes en hemodiálisis por más de 6 meses y que deseen participar en la investigación.
Criterios de exclusión: Cuidadores principales por menos de 6 meses y que no accedan a participar en la investigación
Criterios de salida: Cuidadores que durante el proceso decidan abandonar la investigación debido al fallecimiento de su familiar o el paciente reciba un trasplante.
Aspectos éticos
Se estableció el consentimiento informado de los participantes del estudio mediante una entrevista inicial y bajo la firma de un documento elaborado por los investigadores. Se comunicaron los derechos y deberes de los sujetos, horarios de aplicación y pautas de exigencia para los instrumentos a aplicar.
Técnicas
Se emplearon como instrumentos para la recogida de información:
Entrevista estructurada: Se empleó como protocolo una entrevista estructurada individual para explorar las variables socio demográficas: sexo, edad, nivel de escolaridad, vínculo laboral y tiempo en el ejercicio del rol de cuidador.
Cuestionario de Afrontamiento al Estrés (CAE)11: Autoinforme de 42 ítems con una escala de 0-4 diseñado para evaluar siete estrategias básicas de afrontamiento al estrés: Focalizado en la solución del problema (FSP), Autofocalización negativa (AN), Reevaluación positiva (RP), Expresión emocional abierta (EEA), Evitación (E), Búsqueda de apoyo social (BAS) y Religión (R). A cada estrategia de afrontamiento se corresponden de forma aleatoria 6 ítems de la prueba.
Procedimiento estadístico
Se elaboró una base de datos para recolectar la información y para el procesamiento estadístico de los datos el programa SPSS versión 22. Se realizó un análisis de frecuencia, tomando en consideración la media, desviación estándar de la media y la mediana. A la variable edad y tiempo en el ejercicio del rol se aplicó la prueba de Shapiro-Wilk para evaluar la distribución normal de los datos. Para la correlación entre las variables estrategias de afrontamiento y edad se utilizó un test de Regresión Simple. Como rango de significación estadística se permitió p<0.05.
Resultados
De los 48 cuidadores el 81% (39) son mujeres y el 19% (9) hombres, lo que evidencia un elevado predominio del género femenino en el ejercicio del rol de cuidador. La media de edad comprendida para las edades de los sujetos investigados es de 48 años correspondiente con el 31% de la muestra. (Tabla 1).
El rango de la variable edad oscila entre 24 y 73 años, con una desviación estándar de 13,3862 donde el valor de curtosis estandarizada (-1,2029) se encuentra dentro del rango esperado para datos provenientes de una distribución normal. No se identifican valores atípicos para la muestra. Se realizó la prueba de Shapiro-Wilk para probar el ajuste a la distribución Normal obteniendo un valor-P de 0,125646. Por tanto, no se puede rechazar la idea de que los datos de la variable edad provienen de una distribución normal con 95% de confianza. Los intervalos de confianza del 95,0% para la media ± desviación típica: 48,2917 +/- 3,88695, de 44,4047 a 52,1786 y para la desviación estándar de 11,1436 a 16,7673. (Gráfico 1).
En cuanto al tiempo en el ejercicio del rol como cuidador se identifican diferencias significativas en torno a los años de tratamiento del paciente. Se realizó una prueba de ajuste a la distribución Normal para estos valores y se rechazó la hipótesis con un 95% de confianza y un valor-P de 7,45299E-7. Se observó que el 54 % de los cuidadores se han mantenido en el ejercicio del rol por un período de 1 a 10 años, lo cual coincide con el tiempo de diagnóstico y tratamiento de la enfermedad de su familiar. Se destacan además 5 cuidadores que han realizado la actividad de cuidado por más de 20 años. (Tabla 2).
De acuerdo al nivel de escolaridad se evidencia en los cuidadores un predominio del nivel superior medio superior de escolarización. (Gráfico 2).
En relación con el vínculo laboral se identifica que para un 50% de la muestra estudiada el desempeño del rol se establece como la actividad prioritaria en los cuidadores, lo cual devino como principal causa para el abandono laboral. (Gráfico 3).
Se empleó el análisis de frecuencia para determinar las estrategias de afrontamiento al estrés empleadas por los cuidadores. (Tabla 3).
Para evaluar la correlación entre la variable edad y las estrategias de afrontamiento al estrés se realizó un test de Regresión Simple para el procesamiento de los datos. (Tabla 4).
De acuerdo con los datos obtenidos podemos afirmar que no existe una relación estadísticamente significativa entre la variable edad y las estrategias de afrontamiento de los cuidadores con un nivel de confianza del 95,0% o más. Ello indica que para un valor p<0.05 existe una relación relativamente débil entre las variables correlacionadas.
Discusión y conclusiones
Los resultados de nuestra investigación corroboran que el desempeño del rol continúa siendo una actividad predominantemente realizada por las mujeres12,15,16 y que se deriva de factores como el género y las expectativas en torno al ejercicio del rol, lo que para el caso de la mujer se asocia directamente como extensión a su rol maternal18.
La media de edad para los cuidadores analizados es de 48 años lo cual se corresponde con estudios previos15,16 que aseguran la cuarta y sexta década de vida como el período vital en que se concentran las personas que figuran como cuidadores.
En relación con los años en el ejercicio del rol no se identifican diferencias en torno a datos similares para este tipo de muestra12. La disponibilidad para realizar el cuidado, los horarios de trabajo flexible o la ausencia de vínculo laboral constituyen condiciones que se ajustan a la figura del cuidador18. Aquellos que se encuentran vinculados laboralmente reconocen realizar de forma conjunta ambas actividades con altos grados de dificultad debido a la frecuencia y duración del tratamiento, lo que atenta con el cumplimiento de la jornada laboral tradicional.
Se evidencia que la atención total o permanente del cuidador hacia el familiar y las tareas domésticas constituyen las acciones prioritarias para éstos al igual que en otros estudios14,16.
El nivel de escolarización de los cuidadores resulta superior al de otras investigaciones encontradas13,14 donde es válido reconocer para la muestra estudiada mayores niveles de formación e instrucción.
A través del análisis de frecuencia se determinó que la estrategia de afrontamiento, Focalización en la solución del problema y Reevaluación positiva, constituyen las de mayor uso por parte de los cuidadores, resultado que se corresponde con estudios previos que toman como figura de análisis al cuidador17,18.
Se evidenció que para la muestra el empleo de esta estrategia se encuentra determinada por la urgencia que requiere el proceso de cuidado. Ello exige que el cuidador afronte la actividad de modo objetivo y práctico, resolviendo los problemas que se le presentan a diario con el fin de proporcionar un mayor bienestar a su familiar. Estos resultados indican que las estrategias se encuentran centradas en la resolución del problema, no así en la emoción.
Es preciso reconocer que no se registran investigaciones antecedentes que ofrezcan resultados en torno a la correlación entre la variable edad y las estrategias de afrontamiento lo cual apreciamos como una limitación, en tanto no podemos establecer comparaciones al respecto.
Se identificó que la relación entre las variables es débil, indicando la ausencia de significación estadística. Ello permite determinar que el empleo de una u otra estrategia de afrontamiento al estrés no se encuentra condicionada por la edad que posean los cuidadores. Estos resultados nos indican que existen otras variables que pueden estar mediando en el empleo de las estrategias de afrontamiento, así como de su eficacia en la solución de situaciones de estrés.