Introducción
Diversos estudios constatan que entre la población en hemodiálisis existe una alta prevalencia de alteraciones del estado de ánimo, entre las que se encuentran la depresión y la ansiedad1)-(6. En una investigación anterior llevada a cabo en nuestro centro, los resultados mostraron, en contra de lo que esperábamos, que personas que padecen enfermedad renal crónica asociada en muchos casos a otras enfermedades, así como con vidas donde habían tenido lugar sucesos altamente estresantes, mostraron niveles casi inexistentes de ansiedad y depresión, según se extrajo de los cuestionarios de evaluación utilizados7. Pudimos observar, además que, tras someter a algunos de estos pacientes a tratamiento psicoterapéutico, los niveles de depresión y ansiedad aumentaron ligeramente, resultados que fueron interpretados como consecuencia de una mayor conexión con sus emociones, fomentada por la intervención psicológica8.
Sospechamos que la presencia de alexitimia podría estar detrás de estos resultados entre la población en hemodiálisis, y que podría estar enmascarando falsos negativos de casos con depresión, ya que la alexitimia es una alteración del estado de ánimo caracterizada por una dificultad marcada para identificar, describir y comunicar las propias emociones, así como para poder distinguirlas de las sensaciones corporales. Además, la alexitimia se acompaña de un deterioro en la capacidad de simbolización y del pensamiento abstracto, que se manifiesta por la pobreza de fantasías y otras actividades imaginativas, de forma que los sujetos que la padecen se centran más en los acontecimientos concretos y externos que en las experiencias internas9)-(11. La sospecha planteada vendría apoyada por estudios que muestran una fuerte correlación entre alexitimia y depresión12.
Por otra parte, esta hipótesis estaría avalada por diversas publicaciones donde se describe una relación positiva entre alexitimia y el padecimiento de enfermedades crónicas13)-(16, siendo además esta alteración del estado de ánimo un factor de riesgo asociado a una peor adherencia al tratamiento, a conductas de riesgo para la salud, a mayor susceptibilidad al estrés, al padecimiento de sintomatología de tipo psicosomática y a una mayor mortalidad entre los pacientes en hemodiálisis17), (18.
Por tanto, el objetivo de este estudio consistió en cuantificar la presencia de alexitimia en hemodiálisis mediante la Escala de Alexitimia de Toronto (TAS-20).
Material y Método
Se realizó un estudio descriptivo de corte transversal entre febrero y abril de 2019, en el centro de hemodiálisis Sierra Este, de Sevilla (Diálisis Andaluza).
Participantes
Para seleccionar la muestra de participantes en el estudio, se tuvo en cuenta a aquellos pacientes que hubieran sido atendidos al menos en una ocasión por el área de psicología del centro de diálisis en los últimos seis meses, sin discriminación en base al tipo de demanda, y cuyo estado cognitivo permitiera la comprensión de los ítems del instrumento de evaluación.
Procedimiento
Se utilizó la Escala de Alexitimia de Toronto (TAS-20) (19, en su versión española, que ha demostrado ser una herramienta válida y fiable para detectar la presencia de dicha alteración20. Se trata de un conjunto de 20 ítems, con modalidad de respuesta tipo Likert, que arroja puntuaciones en un rango de 0 a 100 y que por encima de 51 estarían revelando la presencia de alexitimia en un grado clínicamente relevante.
Se aplicó el mencionado cuestionario de forma individual por parte de la psicóloga del centro durante la sesión de hemodiálisis, teniendo en cuenta que hubiera transcurrido al menos media hora desde el comienzo de la sesión, para así evitar interferencias o distracciones debidas a contratiempos asociados al inicio de la misma.
Se recogieron las siguientes tres variables a estudiar en relación a la puntuación obtenida en el test de alexitimia: 1) sexo, 2) edad y 3) tiempo en diálisis en el momento de realizar el cuestionario.
Consideraciones éticas
La información recogida ha sido tratada en base al actual Reglamento (UE) 2016/679 del Parlamento Europeo y del Consejo de 27 de abril de 2016 relativo a la protección de datos de personas físicas y se obtuvo el consentimiento informado de los pacientes participantes. El estudio fue aprobado por el centro Diálisis Andaluza, de Sevilla.
Análisis estadístico
Se realizó un análisis descriptivo de frecuencias para las puntuaciones obtenidas en el test de alexitimia. Las puntuaciones medias obtenidas para el grupo de hombres y de mujeres, se compararon entre sí mediante el estadístico T de Student para muestras independientes. Los datos arrojados por el test se dividieron también en dos grupos según la edad de los sujetos. Para establecer el punto de corte, se procuró que ambos grupos fueran similares en cuanto al número de sujetos, buscando así que la comparación de medias, utilizando la T de Student para muestras independientes, tuviera la mayor garantía desde el punto de vista estadístico. De igual forma se procedió para la variable de tiempo en diálisis.
Resultados
La muestra seleccionada estuvo integrada por 63 pacientes, de los cuales 52,4% eran hombres. La edad media de los sujetos fue de 63,3±14,3 años, con un rango entre los 22 y 83 años; y la mediana de tiempo en hemodiálisis fue de 34,8 meses, con un rango intercuartílico de 31,2 meses.
Encontramos que un 22,2% de la muestra (14 sujetos) mostró valores de alexitimia a tener en cuenta desde el punto de vista clínico. Estos valores pueden dividirse a su vez en dos subgrupos: los que muestran valores de alexitimia leve, y aquellos que muestran presencia de alexitimia en un grado elevado. Dichos resultados pueden observarse en la Figura 1.
El punto de corte para dividir las puntuaciones del test según la edad de los sujetos se estableció en 65 años. De esta forma, resultaron 34 sujetos con 65 años o menos y 29 tenían más de 65 años en el momento de realizar el estudio.
En cuanto al tiempo en diálisis, la división por grupos quedó establecida en torno a los 3 años de tratamiento, de modo que 33 sujetos llevaban menos de 3 años en diálisis y 30 sujetos llevan 3 o más años dializándose en el momento de realización del test.
Cuando se realizó la comparación de medias entre los dos grupos obtenidos para cada variable, no se encontraron diferencias significativas en los puntajes de alexitimia al comparar las medias según los grupos de sexo de los sujetos p=0,205, los de edad p=0,247, y tampoco en relación al tiempo que llevaban en diálisis p=0,49.
Discusión
Una cuarta parte de los pacientes en hemodiálisis presentan alexitimia, sin que ello dependa del sexo, edad o tiempo que la persona lleva recibiendo dicho tratamiento, dato a tener en cuenta si consideramos que en estudios de población general, la presencia de alexitimia no supera una prevalencia del 10%21.
Desde nuestro punto de vista, los problemas que entraña la presencia de alexitimia entre la población en hemodiálisis son varios. En primer lugar, personas con mayor dificultad para contactar con los propios sentimientos y manifestarlos, podrían ser en apariencia más “dóciles” o “sumisas” ante el personal sanitario. Sin embargo, al estar limitada la capacidad expresiva y la posibilidad de cuestionar las experiencias que atraviesan en base a parámetros internos, también sería más complicado para los profesionales responsables de su tratamiento proporcionarles una atención lo más ajustada posible a sus necesidades, no sólo fisiológicas, sino también emocionales.
Por otro lado, esta alteración del estado de ánimo ha sido considerada como un factor negativo para la salud18), (22, está asociada a un estilo de vida caracterizado por conductas de mayor riesgo23), (24, a la manifestación con más frecuencia de síntomas físicos y somatizaciones25, así como a una menor adherencia al tratamiento18), (26. Concretamente, entre la población en hemodiálisis, se ha detectado una asociación mayor entre mortalidad y alexitimia que entre la población general17 lo que nos lleva a no pasar por alto la necesidad de abordar esta alteración mediante tratamiento psicológico especializado.
Por tanto, tener en cuenta esta información, nos alerta sobre la necesidad de que las personas en hemodiálisis reciban atención psicológica como parte de un tratamiento integral del paciente, una propuesta que viene siendo avalada por diversos estudios en los últimos años4), (6)-(8. De cara a futuras investigaciones, sería interesante plantear si otras alteraciones del estado de ánimo que han demostrado tener una alta prevalencia entre la población en diálisis según los estudios mencionados, podrían ser predictores o estarían asociadas a la presencia de alexitimia de forma significativa.
No queremos concluir sin aportar una reflexión sobre la herramienta utilizada en este estudio, el TAS-20 en su versión española, que ha demostrado ser una escala válida desde el punto de vista psicométrico para testar la presencia de alexitimia en otras poblaciones clínicas, como en el caso de pacientes con esclerosis múltiple27, aunque en el mencionado estudio se utilizó una modalidad revisada del TAS-20. Nosotros hemos detectado que, en algunos casos y, en contra de lo que esperábamos, pacientes que muestran indicios claros de alexitimia en base a su comportamiento en la sala de diálisis y al tipo de interacciones que mantienen con el personal sanitario, obtuvieron puntuaciones muy bajas en el test. Esto nos lleva a sospechar que, tratándose de una escala de autoevaluación, donde es el propio sujeto el que decide sobre su puntuación en cada ítem, podría ocurrir que una elevada desconexión de sus sentimientos y estímulos internos fuera la causa de respuestas externamente orientadas, que dejarían ver lo que el paciente cree de sí mismo, en base a factores educacionales o de deseabilidad social, más que el reflejo de las dificultades en el ámbito emocional que realmente padece. Esta hipótesis, ha sido apoyada por otros estudios donde se plantea la necesidad de complementar el uso de esta escala con otros cuestionarios o herramientas de evaluación para poder extraer conclusiones con mayores garantías16), (28), (29. Planteamos como objetivo futuro, profundizar en esta cuestión mediante estudios que revisen las propiedades psicométricas y la adaptación de esta escala para la población española en hemodiálisis, de cara a evitar este posible sesgo en la mayor medida posible, ya que podríamos estar ante una infraestimación de la presencia de alexitimia entre dichos pacientes.
Por otra parte, y también como propuesta para futuros estudios, planteamos la posibilidad de extraer las puntuaciones del test para cada una de las tres dimensiones que integran el constructo alexitimia: 1) dificultad para la discriminación de señales emocionales, 2) dificultad en la expresión verbal de las emociones y 3) pensamiento orientado hacia detalles externos. De forma que pudiéramos discriminar en qué medida están afectadas cada una de ellas en la población en hemodiálisis, y poder así realizar un tratamiento psicológico lo más efectivo posible en esta población.
Como conclusión, podemos decir que una cuarta parte de nuestros pacientes presentan alexitimia, aunque consideramos necesaria la continuidad de la labor investigadora de esta alteración psicológica en pacientes con enfermedad renal crónica, planteando incluso la posibilidad de indagar sobre su presencia también en el período en el que las personas se encuentran en seguimiento en las consultas de ERCA, de cara a fomentar la adherencia al tratamiento y disminuir los posibles factores de riesgo para la salud asociados, contribuyendo así a la calidad de vida del paciente y a retrasar su total pérdida de la función renal y, por tanto, su paso al tratamiento sustitutivo mediante hemodiálisis.