SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.26 número1Valoración del cuestionario de BOSTON como screening en patología laboral por síndrome del tunel carpianoCobertura vacunal de la gripe en el personal del Hospital Universitario de Fuenlabrada índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • En proceso de indezaciónCitado por Google
  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO
  • En proceso de indezaciónSimilares en Google

Compartir


Revista de la Asociación Española de Especialistas en Medicina del Trabajo

versión On-line ISSN 3020-1160versión impresa ISSN 1132-6255

Rev Asoc Esp Espec Med Trab vol.26 no.1 Madrid mar. 2017  Epub 12-Feb-2024

 

Textos Originales

La mejora continua en la gestión de la prevención de riesgos laborales en la empresa desde la vigilancia colectiva de la salud

Continuous improvement in the management of occupational health and safety in the company from the collective health surveillance

Francisco Javier Agudo Díaz1  , Miguel Ángel Rubio Collar2  , Inmaculada Seisdedos Rodríguez3 

1Especialista en Medicina del Trabajo. Responsable del área médica del Servicio de Prevención Propio de Fraterprevención S.L. Madrid. España.

2Técnico Superior de Prevención de Riesgos Laborales. Responsable del área técnica del Servicio de Prevención Propio de Fraterprevención S.L. Madrid. España

3DUE especialista en Enfermería del Trabajo. Servicio de Prevención Propio de Fraterprevención S.L. Madrid. España.

RESUMEN

Objetivos:

Ante la ausencia de publicaciones en las que, además de los planteamientos teóricos, se incluyan como ejemplo los procesos desarrollados con este criterio de “mejora continua” y se ofrezcan datos concretos de la o las empresas a que se refieran los trabajos, este trabajo pretende mostrar los beneficios del sistema de gestión propuesto, ilustrándolo con algunos de los procesos desarrollados con dicho sistema en una empresa determinada.

Material y Métodos:

Desde el análisis de la vigilancia colectiva de la salud realizada por el Servicio de Prevención Propio (SPP) de Fraterprevención desde 1 de enero de 2011 hasta 30 de abril de 2016, los autores utilizan en su exposición los diferentes pasos secuenciales derivados de los hallazgos más relevantes de dichos análisis.

Resultados:

Se muestran en el trabajo las consecuencias del proceso de gestión empleado en los diferentes aspectos identificados como acreedores de actuaciones preventivas.

Conclusiones:

Los autores proponen una variante del ciclo PDCA de Deming, en inglés plan-do-check-act (Planificar, hacer, chequear y actuar) que identifica las fases de la mejora continua en los tratados publicados al respecto, y que ellos mismos denominan con el acrónimo PECAD (Planificar, Ejecutar, Chequear, Ajustar y Diagnosticar) ajustado al léxico español, entendiendo que se ajusta mejor a la realidad cotidiana de los Servicios de Prevención de Riesgos Laborales. Se defiende la conveniencia de trabajar en Prevención de Riesgos Laborales con un método de gestión protocolizado y reproducible, como el recogido en este artículo.

Palabras clave: Gestión; Prevención de riesgos laborales; Mejora continua; Vigilancia de la salud

SUMMARY

Objectives:

As a result of the lack of publications in which, besides the theoretical approaches, the processes developed with this “continuous improvement” criteria are included as an example, this study tries to show the benefits of the proposed management system, illustrating it with some of the processes developed with said system in a particular company.

Material and methods:

From the analysis of collective health surveillance carried out by the Prevention Service (SPP) Fraterprevención between 2011 and 2016, the authors present the various sequential steps derived from the most important findings of these analyzes.

Results:

in this paper the consequences of the management process employed in the various aspects identified as deserving of preventive actions are presented.

Conclusions:

the authors proposes a variant of the PDCA (in English plan-do-check-act) cycle which identifies the phases of continuous improvement in the agreements published in this regard, he calls with acronym PECAD (plan, execute, check, adjust and to diagnose) understanding that it is best suited to the everyday reality of PRL (OHS) Services and Spanish lexicon. It is argued in the discussion section the convenience of working in Occupational Health and Safety with a management method docketed and reproducible as discussed in this article.

Key-words: Management; Occupational Health and Safety; Continuous improvement; Health monitoring

Introducción

Un sistema de gestión basado en la norma OHSAS 18001 es un modelo documental y documentado de organizar y trabajar la seguridad y salud en el trabajo. Este modelo es similar y compatible con los sistemas de gestión basados en las normas de medio ambiente ISO 14001 y calidad ISO 9001 y, por tanto, basado en el compromiso de mejora continua y el ciclo de Deming” (PDCA: Planificar, Hacer (Do), Chequear o Verificar y Actuar)(1. Esta cita nos centra en la mejora continua en el ámbito de la Prevención de Riesgos Laborales (PRL).

La mejora continua nos permite identificar oportunidades para incrementar la eficiencia (oportunidades de mejora en definitiva), utilizando como herramientas fundamentales el rediseño, la reingeniería de procesos y un método de gestión sustentado en la planificación de actuaciones coherentes con el objetivo, con seguimiento y verificación del cumplimiento de las mismas, además de un análisis intermitente que posibilite acciones correctoras que modifiquen el rumbo cuando es necesario2.

Las organizaciones actuales se desenvuelven en un ambiente en continua evolución, plagado de constantes presiones para incrementar la calidad y reducir costes. La mejora continua es una competencia imprescindible si se quiere tener éxito en ese escenario. Su aplicación en la gestión de la PRL, al igual que en cualquier otro ámbito de actuación de las empresas, permite a las mismas acceder a un nivel de excelencia global, sin parcelas que se queden rezagadas en términos de calidad3.

La contribución de la vigilancia colectiva de la salud en la empresa al ciclo de mejora continua del sistema de gestión de la PRL puede ser decisiva.

El Real Decreto 39/1997, establece en su artículo 37, apartado f) que “El personal sanitario del servicio (de Prevención) deberá analizar los resultados de la vigilancia de la salud de los trabajadores y de la evaluación de los riesgos, con criterios epidemiológicos y colaborará con el resto de los componentes del servicio, a fin de investigar y analizar las posibles relaciones entre la exposición a los riesgos profesionales y los perjuicios para la salud y proponer medidas encaminadas a mejorar las condiciones y medio ambiente de trabajo”.

Mejorar es un concepto que está en el código de conducta de casi todos los seres humanos. Se trata de una filosofía de vida. El individuo la asume en todos los ámbitos de su existencia, pero aplicada en el trabajo, se convierte en una fuerza ética que impulsa al trabajador a resolver problemas constantemente, con un criterio global de “mejoramiento progresivo”4.

El análisis de los hallazgos observados en los exámenes de salud de los trabajadores de la empresa, realizado con perspectiva colectiva, nos permite vigilar, controlar y detectar en su caso, nexos causales entre las alteraciones en la salud de los trabajadores y los riesgos laborales en la empresa. Nos ayuda a conocer las tendencias que en los aspectos de salud puedan tener los diferentes colectivos de la empresa, organizados por áreas o secciones, categorías laborales, grupos de edad, género, etc. Y todo ello nos conduce a determinar qué actividades preventivas hay que llevar a cabo y su priorización (por ejemplo, en función de la frecuencia y gravedad del proceso), así como a poder evaluar la efectividad de dichas medidas preventivas5.

La vigilancia colectiva de la salud puede ser un magnífico punto de partida para la mejora continua en PRL. Desde el conocimiento que nos da esta técnica podemos determinar la situación en que se encuentra la empresa en cuanto a la salud de sus trabajadores, lo que nos permitirá ejercer un control sobre el Plan de Prevención de la empresa. Es decir, la vigilancia colectiva de la salud será un indicador fiable de la calidad de dicho plan, tanto en lo que se refiere a su ejecución, como a su propio diseño. Se diría que la Vigilancia de la Salud se comporta como una auditoría de todo el sistema de prevención adoptado por la empresa, ya que verifica los resultados del programa de mejora de las condiciones de seguridad y salud laboral, a través de los hallazgos en la salud de los trabajadores6.

Las conclusiones del análisis epidemiológico de los datos obtenidos en la vigilancia de la salud de los trabajadores, nos sugerirán una serie de actuaciones preventivas, ya sean innovadoras o correctoras, sobre las que podremos aplicar una estrategia de mejora continua, con el clásico ciclo mencionado arriba (PDCA) o la variante que nosotros proponemos y que denominamos PECAD.

Por tanto, la legislación vigente y el sentido común nos invitan a seguir este camino de mejora continua, basado en la vigilancia colectiva de la salud, en lo que concierne a la gestión de la PRL.

Por desgracia no se encuentran publicaciones que muestren métodos de trabajo basados en la mejora continua en el ámbito de la vigilancia de la salud y de la gestión de la PRL, lo que dificulta el aprendizaje, la investigación y el progreso del sistema..

El “benchmarking” es una técnica interesante basada en la evaluación comparativa como método de mejora continua. Permite conocer lo que hacen otras empresas, sus métodos e índices, de una manera consentida, para el aprovechamiento de todos. Lo que busca es el crecimiento, evitando pasar por lo que otros ya han pasado y han superado7.

Esta actitud ejemplar y paradigmática en la gestión de la calidad de las empresas, muy utilizada en sectores muy competitivos de países como Japón, chocaría con el modelo de secretismo tan común en nuestro entorno. Y es que existe una premisa, según nuestra opinión errónea, por la que se considera una desventaja para la empresa, mostrar este tipo de información que se percibe como sensible y de uso exclusivamente interno. Sin embargo, como en tantas otras ocasiones, este tipo de situación puede ser incluso una oportunidad para mostrar a todo el mundo que en el seno de esa empresa existe preocupación por la salud de los trabajadores. A tal punto que se desarrollan estrategias de mejora determinadas que dan frutos objetivables. Hacer público un sistema de gestión del que sentirse orgulloso es un acto de fortaleza y una muestra de eficiencia. Las empresas que actúan así ganan crédito entre sus propios clientes y en el conjunto del sector empresarial. Todos pensarán que quien actúa así en un ámbito determinado de sus competencias, como es la PRL, lo hará igualmente en todos las demás, especialmente en los que conciernan a su actividad principal, ya sea la fabricación de piezas de recambio de automóviles, de productos químicos o el suministro de cualquier servicio.

El objetivo de este artículo es mostrar las bondades de un modelo de gestión de la vigilancia colectiva de la salud basado en la mejora continua, esperando contribuir a su extensión a organizaciones que aún no lo tengan asumido.

Material y Métodos

Vamos a describir la actividad del área médica del SPP de Fraterprevención (hasta 2015 Sociedad de Prevención de Fraternidad Muprespa), con el sistema de gestión que ha seguido, siempre imbricado en la gestión del conjunto del SPP, es decir, con actuaciones consensuadas y compartidas con el área técnica de dicho servicio. El periodo de tiempo al que se referirá dicha descripción será el lustro transcurrido entre 1 de enero de 2011 y 1 de enero de 2016.

La plantilla de la empresa responde a una población dinámica de implantación estatal que ha fluctuado entre 1100 y 1300 trabajadores a lo largo del periodo mencionado, alcanzando en 2015 una cifra de 1109, y está constituida por seis categorías laborales: médicos del trabajo, DUEs de empresa, técnicos de prevención, administrativos, comerciales y directores. Todos ellos enfocados a dar servicio a las empresas clientes de Fraterprevención, a las que suministran asesoría en el terreno de la PRL, ayudándolas en el diseño, desarrollo y ejecución de sus políticas de prevención y obligaciones en este ámbito, en cumplimiento con la legislación vigente. Como es natural, un SPA que se dedica a ofrecer servicios de prevención a todo tipo de empresas, no deja de ser una empresa en sí misma que también tiene que desarrollar y aplicar con sus propios trabajadores los preceptos de la PRL, estando obligada a ello, como cualquier otra compañía, por la legislación vigente.

En la línea mencionada cabe decir que el examen de salud fue realizado al 50% de los trabajadores propios de Fraterprevención en 2011, llegando al 90,8% en 2015.

Los exámenes de salud son realizados por la Unidad Básica de Salud (UBS) asignada al SPP en cada delegación de la empresa. El SPP consta de un área médica integrada por un médico especialista en medicina del trabajo y por una DUE de empresa y un área técnica constituida por un técnico superior de prevención con las tres especialidades y dos administrativos. Dicho SPP coordina las actuaciones en todas las direcciones provinciales, apoyándose en las UBSs y los técnicos asignados a él en cada una de las delegaciones. El SPP depende jerárquicamente de la Dirección de Recursos Humanos de la empresa e informa periodicamente al Comité Estatal de Seguridad y Salud, organismo paritario constituido según dicta la legislación vigente.

Los datos de cada reconocimiento médico se graban en una potente aplicación informática corporativa (FRAGUA), empleada en todos los contratos (empresas clientes) de Fraterprevención. Dicha aplicación permite la explotación estadística de los datos registrados, actuación que efectuamos por periodos anuales (año natural). La estadística que ofrece la aplicación mencionada no está sometida a filtros epidemiológicos concretos, sólo genéricos, de manera que es indispensable para el SPP desarrollar un estudio profundo de los datos obtenidos para englobarlos y sectorizarlos por edades, categorías laborales, género o patologías. Para ello hay que solicitar expresamente al sistema informático diferentes análisis en función de los hallazgos observados en la primera entrega.

Finalmente se elabora una memoria anual de la vigilancia de la salud en la empresa, documento que tiene la categoría de estudio epidemiológico descriptivo.

También los accidentes de trabajo que sufren los trabajadores a lo largo del año tienen un tratamiento semejante en el SPP, de manera que se analizan de forma individual, mediante entrevista directa con el trabajador accidentado, y de forma colectiva considerando todos los accidentes acaecidos en el año.

El punto de partida inicial de nuestra gestión fueron los dos estudios mencionados. En años sucesivos se han ido incorporando otros indicadores como el estudio de las causas de absentismo médico, encuestas puntuales, cuestionarios, etc.

Sin llegar a concretar todos los aspectos recogidos en la documentación referida, algo que prolongaría en exceso la longitud de este artículo, sí describiremos aquellos hitos más relevantes en nuestras investigaciones que nos ayuden a ilustrar lo que entendemos por “mejora continua” en la gestión de la PRL en la empresa.

Resultados

Un proceso que podemos considerar paradigmático en relación a la estrategia de la mejora continua es el desarrollado a partir de un hallazgo en la vigilancia de la salud anual. Concretamente, en la memoria de 2011, detectamos que el 17% de las audiometrías realizadas a nuestros trabajadores presentaban alteraciones. Por categorías laborales comprobamos que las de médicos y técnicos de prevención acumulaban un 25% cada una de ellas de audiometrías alteradas, mientras que en el otro extremo estaban los DUEs con un 13%. Por consiguiente, nos quedamos con el porcentaje de alteraciones audiométricas en la categoría de técnicos de prevención como hallazgo que requeriría un estudio más profundo, asunto que incorporamos al Programa o Planificación de Actividades Preventivas del año siguiente. (Tabla 1).

Tabla 1 Alteraciones en las audiometrías en 2011 como punto de partida de estudio específico. 

Cuando un año después, analizamos pormenorizadamente las audiometrías alteradas en la vigilancia de la salud de 2012, vimos que el 34% de las que correspondían a los técnicos, presentaban una apariencia gráfica de trauma acústico. Entre los médicos, la proporción de casos sugerentes de trauma acústico alcanzaba un 18% de las audiometrías alteradas y en los administrativos un 25%.

Una vez ubicados en ese punto de partida, consideramos necesario profundizar en el estudio de este problema, procurando incrementar la casuística que nos pareció algo escasa como para estar seguros del hallazgo, aunque era necesario implantar ya algunas medidas e incorporarlas a la Planificación de actividades preventivas del año, para intentar influir en la forma de trabajar de estos trabajadores menos atentos a su seguridad laboral, reconduciéndola hacia métodos seguros en cuanto a la salud de sus oídos. Sería éste el primer punto del ciclo de mejora continua, la “planificación”. Las medidas que consideramos adecuadas en ese momento fueron publicar el estudio en la página corporativa de comunicación interna de la empresa, así como un documento sobre identificación de agresores acústicos en la vida diaria y medidas preventivas y una campaña para informar a los técnicos de la necesidad del uso de los EPI’s en todas las circunstancias en que pudiera existir el riesgo ruido en su tarea, así como un recordatorio a la organización para que se cumpliera la obligación de vigilancia del uso disciplinado de los EPI’s acústicos. Todas ellas se “ejecutaron” (segunda etapa del ciclo) a lo largo del año. Conforme se iban aplicando las medidas, desde el SPP se “chequeaba” o verificaba (tercera etapa) el grado de cumplimiento de las medidas planificadas con anterioridad, su influencia en la demanda de los EPI’s acústicos por parte de los trabajadores, etc.

En el análisis de los datos recogidos en el año 2012, con una casuística más numerosa que en el ejercicio precedente, observamos que se confirmaba la tendencia detectada en 2011. Sería ésta la etapa de “ajuste o de análisis” del ciclo de mejora continua. Analizamos los índices del nuevo ejercicio anual de la vigilancia colectiva de la salud y vimos que, por un lado eran los médicos los que más alteraciones audiométricas sufrían, siendo decisivo el factor edad en ese hallazgo. Por otro, los técnicos seguían acumulando una proporción de trauma acústico significativamente superior a la de las demás categorías, llegando al 7,5% de afectación por trauma acústico en relación a la totalidad de trabajadores de este grupo que se realizaron el examen de salud en 2012. Entre los administrativos, por ejemplo, el grado de afectación por este motivo tan sólo llegaba al 1,88% de la totalidad de la categoría.

Las cifras globales en toda la plantilla en cuanto a alteraciones audiométricas eran semejantes a las que se consideran para la población general, es decir, en torno al 15% de nuestros trabajadores presentan algún tipo de alteración en su audiometría. Por tanto, al no haber diferencias con respecto a la población general no se requería ninguna actuación a ese nivel, lo que no sucedía con el aspecto concreto del trauma acústico en la categoría de técnicos de prevención, confirmándose la sospecha que suscitaron los índices detectados en el año anterior. Con todo ello llegamos al “diagnóstico de situación” de ese momento, quinto punto del ciclo de mejora, como punto de partida de la nueva planificación de actividades preventivas que nos deberíamos plantear para el siguiente ejercicio, el correspondiente a 2013. Iniciábamos así una nueva vuelta en el avance del ciclo de mejora continua.

Otro aspecto de nuestra actividad en el que aplicamos este sistema de gestión es el de los accidentes de trabajo. Dentro de la vigilancia colectiva de la salud incluimos la investigación y el análisis de los accidentes de trabajo. En el análisis correspondiente al año 2011 observamos que el 21,21% de ellos se relacionó con la manipulación manual de cargas, teniendo como escenario el 12,12% de los mismos el pequeño almacén de la propia delegación de la empresa.

En el análisis de accidentalidad del año siguiente, el 2012, una vez aplicadas las medidas mencionadas en el apartado de “discusión” de este artículo, encontramos una reducción importante de los accidentes in labore relacionados con la manipulación manual de cargas. Si en 2011 se habían registrado un 21,21% de accidentes por ese motivo, en 2012 la tasa alcanzó un 9,75% y ninguno de los accidentes tuvo lugar en el almacén de las delegaciones (Tabla 2).

Tabla 2 Proporción de accidentes de trabajo relacionados con las MMC registrados en 2011 en comparación con la de 2012, tras la ejecución de las actuaciones preventivas programadas. 

Otra parcela en la que se puede observar el impacto de este tipo de gestión es en los casos de hipertensión arterial (HTA a partir de ahora) detectados en la plantilla de la empresa. En el año 2012 decidimos abrir una línea de trabajo relacionada con esta patología que, aunque con tasas de incidencia bajas en la empresa en relación a la población general de nuestro entorno, debido a sus importantes repercusiones en la salud del trabajador a medio y largo plazo, merecía una atención especial.

En los exámenes de salud realizados en 2013 observamos una tasa de incidencia de hipertensión arterial de 8,41%. Esa tasa se calculó una vez filtrados todos los casos en que se detectaron cifras tensionales elevadas (diastólica igual o superior a 85 y/o sistólica igual o superior a 145). De ese grupo descartamos aquellos pacientes en los que las cifras medidas se situaban en niveles fronterizos y, o bien no tenían antecedentes de HTA en su historial, o bien carecían de historial por completo al ser el de 2013 su examen de salud de inicio en la empresa. Esa condición de inclusión se abandonaba si las cifras tensionales registradas superaban 90 de diastólica y/o 150 de sistólica, en cuyo caso se consideraban también hipertensos directamente.

En la vigilancia colectiva de la salud de 2014, una vez aplicadas las medidas diseñadas para el caso y que se comentarán en el apartado de discusión, observamos que la tasa de incidencia de HTA con los mismos criterios de selección de casos que en el año anterior alcanzó la cifra de 7,54% (Tabla 3).

Tabla 3 Evolución de la tasa de incidencia de hipertensión arterial 

A la luz de lo encontrado en 2014, una vez aplicado el procedimiento establecido, a lo largo del primer semestre de 2015 se fueron desarrollando las actuaciones que describiremos en el apartado siguiente. Posteriormente, en la vigilancia colectiva de la salud de 2015 se registró una tasa de incidencia de HTA del 7,05%.

Discusión

En el caso de las audiometrías alteradas, la diferencia entre la incidencia registrada en 2011 en la categoría de técnicos de prevención y la observada en las demás categorías, nos llamó la atención, dado que los técnicos tienen en la empresa una edad media semejante a la de los DUEs. No resultaba extraña la alta tasa de alteraciones en la categoría de médicos por ser la que tiene en nuestra empresa una edad media muy superior a la de las demás categorías, lo que sin duda se reflejaba en más casos de presbiacusia. Esto justificó profundizar desarrollando un estudio más concreto y ya centrado en la categoría de técnicos de prevención.

Nuestra hipótesis inicial sobre la causa de esta mayor incidencia de trauma acústico en la categoría de los técnicos de prevención (6,8% de trauma acústico con respecto a la totalidad de trabajadores de la categoría que se realizaron el reconocimiento médico) fue que, al ser las exposiciones al riesgo puntuales y de corta duración en estos trabajadores cuando visitan las empresas clientes, algunos tienden a trivializar el riesgo. Probablemente, el cotidiano contacto con multitud de riesgos y su análisis permanente, hacen que la sensación de exposición peligrosa al ruido pierda fuerza progresivamente. Lo cierto es que en su afán por evaluar los riesgos de otros trabajadores y protegerlos de los mismos, algunos técnicos de prevención podrían olvidarse de los peligros a los que ellos mismos están expuestos, no utilizando los Equipos de Protección Individual (EPI’s a partir de ahora) oportunos en la creencia intuitiva de que ellos no sufrirán perjuicio con tan corta exposición, en comparación con los trabajadores de la empresa que estén evaluando.

A lo largo de los ejercicios correspondientes a 2012 y 2013 incluimos en la planificación de actividades preventivas medidas de difusión e información sobre el problema, manteniendo una vigilancia ya centrada únicamente en la categoría afectada. Incluimos entonces un estudio específico sobre la categoría problema que se afrontó a lo largo del ejercicio de 2013. En él, el SPP realizó una encuesta individual a todos los técnicos de prevención con una audiometría compatible con trauma acústico. Esta encuesta tenía dos misiones: una investigadora, en busca de factores causales, y la otra puramente formativa, al incluirse un recordatorio en la propia encuesta de las consecuencias de la exposición al ruido, de la evolución del trauma acústico si no se usan los EPI’s, etc. Las conclusiones más relevantes de ese estudio fueron, en primer lugar que el 20% de los trabajadores con el hallazgo de trauma acústico en esa categoría eran empleados eventuales que entraron ya con este problema en nuestra empresa; en segundo lugar que el 20% de los técnicos de prevención afectados por esta patología no utilizaban los EPI’s acústicos habitualmente en su trabajo, a pesar de tener la formación específica necesaria al respecto. Otra conclusión fue que algunos aspectos de la vida vinculados al ocio son fuente de agresión acústica responsable de una estimable proporción de las alteraciones observadas. Finalmente, en el 50% de los trabajadores con trauma acústico no se encontró causa alguna no relacionada con la actividad laboral que pudiera ser responsable de la alteración detectada. Pero el estudio suscitó una duda en la mente de los investigadores. Si en el 20% de los técnicos de prevención que se realizaron el examen de salud ese año y que presentaban trauma acústico, se constataba que no siempre que era necesario utilizaban los EPI’s acústicos, era lícito sospechar que esa proporción afectaba también al resto de trabajadores de la categoría que no habían aceptado la invitación para hacerse el reconocimiento médico, con lo que podríamos estar ante un centenar de trabajadores que no protegían adecuadamente su aparato auditivo. Y otra sospecha más se incorporaba al escenario: probablemente ese 20% de técnicos que no utilizaba los EPI’s acústicos con regularidad, tendría una actitud semejante con otros EPI’s relacionados con otros riesgos laborales. Esta intuición nos obligaba a ampliar el campo de nuestras investigaciones. Esta hipótesis inesperada abría otra línea de trabajo merecedora de un ciclo propio PECAD de mejora continua.

Una vez definido el “diagnóstico de situación”, provisional en este caso, como punto de partida de esta nueva línea de trabajo, “planificamos” la elaboración de una encuesta dirigida a todos los técnicos de prevención sin excepción, con la que pretendíamos explorar el grado de conocimiento y uso en la categoría de todos los EPI’s contemplados oficialmente para la misma en nuestra empresa. La encuesta sería abierta, anónima y voluntaria y en ella se incluirían preguntas relacionadas con todos los EPI’s posibles (mascarillas de protección para sílice u otros productos químicos, EPI’s para exposición al amianto, tapones de protección acústica, botas de seguridad, protección térmica, etc.), pero además también se incluyeron preguntas sobre el conocimiento que tenía el trabajador sobre el tipo de EPI que debía seleccionar en cada riesgo, el lugar al que debería dirigirse para solicitarlo, dónde encontrar las fichas técnicas de los EPI’s, etc. Todas las preguntas tenían una doble función. Una formativa que estaba en el propio enunciado de la misma y otra puramente investigadora para conocer la posición del trabajador encuestado con respecto al tema sobre el que la pregunta indagaba, así como su opinión y sugerencias. En la Figura 1 se incluye una muestra con 6 de las 13 preguntas de que constaba el cuestionario como ilustración de lo comentado. (Figura 1).

Figura 1 Cuestionario sobre uso de EPIs en la empresa en la categoría de Técnicos de Prevención 

Se procedió a la “ejecución” de la actividad planificada. Los resultados de la encuesta nos confirmaron que, si bien una gran mayoría de los técnicos de prevención de nuestra empresa utilizaban los EPI’s necesarios de forma disciplinada, se constataba que un significativo porcentaje de trabajadores no solía utilizar los EPI’s de forma rigurosa y habitual. La cifra variaba según se tratara de un EPI u otro. Por ejemplo, las botas de seguridad se utilizan casi por la totalidad de los encuestados siempre que estuvieran indicadas, mientras que otros EPI’s como las mascarillas para exposiciones a sílice, no eran habitualmente empleados por el 30% de los encuestados. Por tanto, el uso de EPI’s, a la luz de la encuesta, era variable en cada caso, pero se confirmó la sospecha de que un porcentaje afortunadamente minoritario, pero sí inquietante, de técnicos de prevención no utilizaba con rigor los EPI’s en todos los casos.

Los resultados de la encuesta confirmaban el “diagnóstico” de sospecha inicial. De ahí surgieron unas actuaciones centradas en tres esferas: formativa y motivadora la primera, organizativa la segunda y procedimental la tercera. Para la primera acometeríamos en el ejercicio siguiente la publicación de una serie de documentos de elaboración propia del SPP que llamaríamos “Píldoras Preventivas”: tendrían un carácter formativo y se abordarían los riesgos más relevantes, los EPI’s necesarios, consecuencias de los incumplimientos, etc.

Para la segunda esfera, la organizativa, seguramente la más importante, basándonos en los datos y sugerencias ofrecidas por los trabajadores, se buscó conseguir que el técnico tuviera conocimiento previo a la visita que fuera a realizar de los riesgos directos o indirectos a los que podría enfrentarse en la misma, cuestión no siempre factible para el profesional. Además, el área técnica del SPP creó lo que denominamos dotación básica de EPI’s para centros de trabajo y la dotación básica de técnico por destino. Para facilitar la disponibilidad, también se procedió a la incorporación de los EPI’s oportunos a los envíos de equipos de medición solicitados por el técnico según sus tareas programadas. Por otro lado, se creó y publicó, siendo actualizado periódicamente, un catálogo de EPI’s de uso en la empresa, con indicación de las características técnicas. Por último, se creó un almacén de EPI’s en el área técnica del SPP, para su gestión directa, de manera que los técnicos solicitan directamente al SPP los EPI’s que necesitan en cada momento.

En cuanto a la esfera procedimental lo que nos pareció más positivo fue buscar un procedimiento que ayudara al trabajador a no olvidar el acopio de los EPI’s indicados antes de salir de la delegación hacia la empresa que tuviera que visitar.

Las peticiones internas de EPI’s por parte de los técnicos pueden actuar como indicador centinela del uso de EPI’s en esa categoría en los años sucesivos. De hecho, hemos constatado un incremento considerable en la solicitud de EPI’s por parte de los técnicos (casi se han duplicado) desde que iniciamos estas actuaciones. La encuesta que nos dio luz sobre este asunto deberá repetirse pasados tres años. La comparación de los datos que se obtengan con los registrados en la primera ocasión nos dirá si las medidas aplicadas han sido efectivas.

Este proceso de mejora continua, que es el eje de este artículo, nos muestra cómo desde un hallazgo en la vigilancia colectiva de la salud de los trabajadores, derivan actuaciones que inspiran otros estudios que a su vez dan lugar a conclusiones que provocan nuevas actuaciones e investigaciones que, a su vez, continúan inspirando nuevas medidas en un ciclo continuo de mejora que conduce a la quimera de alcanzar la perfección. Ciertamente la perfección es imposible, pero esta estrategia de mejora continua se muestra como la mejor para acercarnos a ella.

Teníamos rodando ya este ciclo de mejora continua relacionado con el uso de EPI’s en general en una categoría laboral de nuestra empresa. Pero a la vez, el ciclo que dio origen al anterior, es decir el del trauma acústico, se mantenía vigente y continuaba su evolución. En los años sucesivos se ha constituido formalmente un registro de técnicos de prevención con trauma acústico, se les ha mantenido informados sobre la evolución del problema, se ha perseverado con campañas de concienciación para el uso de los EPI’s acústicos, etc. El objetivo en esta línea de trabajo no puede ser reducir la cifra de trabajadores con trauma acústico en números absolutos, dado que este problema no es reversible. Los que lo sufran, lo seguirán sufriendo. Pero aspiramos a que no haya nuevas incorporaciones de trabajadores con oídos previamente sanos a este registro de afectados por trauma acústico, así como a que los que ya están diagnosticados, mantengan la pérdida acústica en el nivel actual sin agravamientos progresivos. La vigilancia de la salud con sucesivas audiometrías y la evolución de la tasa de incidencia será el indicador que nos ayudará a conocer la tendencia del problema en el futuro y la eficacia de las medidas implantadas.

En este proceso sobre el trauma acústico que se ha expuesto, así como en la casi totalidad de tareas por el SPP asumidas, ha trabajado en equipo todo el servicio, es decir, si el área médica detectó en la vigilancia colectiva de la salud esa incidencia superior de hipoacusias en la categoría de técnicos, una vez perfilado el problema, el área técnica del SPP compartió las actividades siguientes, comprobando primero que la petición de EPI’s acústicos de los trabajadores era inferior a la esperada en función de las actividades de campo. También fue tarea compartida el diseño, elaboración y análisis del cuestionario sobre el uso de todos los EPI’s disponibles por parte de los técnicos. Como es natural, todo el SPP participó en la elaboración de las píldoras preventivas que se publicaron a lo largo del ejercicio correspondiente, así como en el desarrollo de las medidas organizativas que se implantaron. Una vez más se confirma que la vigilancia de la salud no tiene sentido como elemento aislado de la prevención. Ha de estar integrada en el Plan de Prevención global de la empresa y los profesionales encargados de ella (médicos del trabajo y DUEs) deben intercambiar conocimientos e información y compartir tareas con todas las especialidades y agentes que puedan relacionarse con el proceso. La mejora continua sólo puede afrontarse desde el trabajo en equipo8y9.

En lo concerniente a los accidentes de trabajo registrados en 2011, relacionados con la manipulación de cargas y las salas de almacén de las delegaciones de la empresa conviene comentar que la investigación y análisis de los accidentes de trabajo es otra de las labores conjuntas que comparten las áreas técnica y médica del SPP. Como resultado de los hallazgos en nuestro análisis de 2011, en el año 2012 se planificó una revisión de los almacenes de todas las delegaciones provinciales de la empresa. El técnico de prevención asignado al SPP en cada provincia realizó la correspondiente evaluación. Fruto de ella fue la detección en algunas delegaciones de alteraciones en la manera de almacenar las cargas en las estanterías, o en el arrostramiento de las mismas, y pequeñas deficiencias estructurales en la propia sala o ausencia de elementos de elevación apropiados tipo escalerita o escabel. Esto dio lugar a la apertura de una actuación preventiva en las delegaciones afectadas por alguna de esas alteraciones. Se trasladó a la dirección provincial correspondiente la responsabilidad de acometer la reforma pertinente y se comprobó en un plazo determinado su ejecución, cerrándose así la incidencia.

Paralelamente se dirigió a los administrativos, categoría más afectada por este tipo de accidentes, una campaña de información sobre la forma de acometer la manipulación de las pequeñas cargas que en ocasiones tienen que asumir en su trabajo diario en la delegación. Concretamente, una de ellas que se repetía con cierta frecuencia como origen de lesiones, era la carga de la caja de paquetes de 500 folios, cuya manipulación realizaban a veces sin fraccionar en paquetes, cargando la caja completa y en posturas poco adecuadas.

El resultado de estas medidas fue una notable reducción del problema en el año 2012 tal y como ha quedado reflejado en el apartado de Resultados.

En el ejemplo descrito se puede comprobar que la mejora continua no es responsabilidad y tarea de unos pocos en la empresa. En cualquier proyecto que se afronte con esta estrategia de gestión participa toda la empresa de una manera o de otra. La mejora continua no es solamente la implantación de un Sistema. Es toda una filosofía de gestión y requiere la participación activa de todas las personas10.

Con respecto a la Hipertensión Arterial (HTA), a partir de los datos observados en 2013, se propusieron como actividades preventivas a aplicar en 2014 el análisis detallado de cada caso y la correspondiente comunicación de las conclusiones a cada trabajador afectado, transmitiéndole las medidas recomendables de forma individualizada desde el SPP. En ese análisis se tuvieron en cuenta también otros factores de riesgo cardiovascular que pudieran coincidir en el paciente, para advertirle sobre los riesgos y comunicarle las medidas correctoras aconsejables. Ese sería el segundo contacto con el trabajador, pues el primero fue el propio examen de salud en el que el médico del trabajo que lo realizó ya le recomendó las medidas de control necesarias.

En 2014 se observó una discreta reducción en la tasa de HTA registrada. En esta ocasión, el SPP propuso en su informe un paquete de actuaciones preventivas a aplicar en 2015 que contenían, además de repetir la actuación considerada para el año anterior contactando personalmente con cada afectado, las siguientes medidas:

  • - Remitir una carta personal a todos los directores y mandos de la empresa advirtiéndoles sobre la mayor incidencia de HTA detectada en su categoría laboral. También se les recomendaban las medias preventivas aconsejables para evitar la aparición de esta alteración.

  • - Elaborar y publicar desde el SPP un documento dirigido a toda la plantilla sobre el control dieta y estilo de vida saludables para el control del peso, dada la influencia de este factor en la tensión arterial y en la aparición de otros factores concurrentes de riesgo cardiovascular.

  • - Desarrollo de una campaña específica con los trabajadores que, además de HTA tuvieran hiperglucemia.

  • - Control periódico de cifras tensionales de los afectados en la consulta del médico del trabajo.

  • - Favorecer los desplazamientos en transporte público como medio para combatir el sedentarismo en la plantilla, lo que se propuso a la Comisión de Movilidad de la empresa.

Como resultado del proceso dirigido a la HTA vemos que la proporción de trabajadores con hipertensión arterial no controlada presenta una curva ligeramente descendente a lo largo del último trienio. Atribuir este ligero descenso en esta tasa a las campañas que realizamos en la empresa es tentador, pero prematuro, pues este tipo de actuaciones sólo pueden ser valoradas con la perspectiva que puede dar un periodo más prolongado de seguimiento, al menos de 5 años. Pero, en todo caso, la diferencia entre el año 2013 y el 2015 en cuanto a pacientes con hipertensión arterial según la evolución de las tasas de incidencia, podemos cifrarla en algo más de 13 trabajadores. Es decir, hay 13 trabajadores menos con HTA entre 2013 y 2105. Esta disminución, aunque modesta por ahora, tiene una evidente repercusión a medio y largo plazo en la prevención de patologías cardiovasculares de gravedad y, consecuentemente, sobre el absentismo médico por patologías graves en la empresa. Para nosotros es muy alentador y nos permite seguir confiando en la estrategia de la mejora continua que intentamos aplicar en nuestra gestión global.

Con respecto a la hiperglucemia, como un ejemplo más, tenemos abierta también otra línea de trabajo semejante a la descrita para la hipertensión arterial.

La aplicación del sistema de gestión basado en la mejora continua, plasmado en el ciclo de Deming PDCA (plan-do-check-action), tiene una perfecta aplicación en la vigilancia colectiva de la salud y, en general, en la gestión de la PRL en la empresa, aunque es posible que se adapte mejor a nuestra realidad cotidiana con alguna modificación ya mencionada a lo largo del artículo. Es decir, si el método referido habla de que el ciclo consiste en planificar, “hacer, chequear o verificar y actuar, modestamente entendemos que el ciclo más adecuado para nuestro ámbito sería, una vez definido el problema, lo que es sin duda el punto de partida, planificar las actuaciones preventivas elegidas, ejecutarlas, chequearlas o verificarlas posteriormente y analizar más tarde las medidas aplicadas y la repercusión en los indicadores de control, lo que ayudará a obtener el diagnóstico de la nueva situación, con la aportación de ideas y líneas de mejora que se plasmarán en actividades que habrán de ser planificadas, repitiéndose el ciclo. Será indispensable disponer de unos indicadores fiables que ayuden a determinar el grado de cumplimiento de las actuaciones previstas y su eficacia. Además, en cada uno de los pasos descritos pueden darse hallazgos que nos abran nuevas vías de actuación e investigación. En el ejemplo expuesto sobre los casos de trauma acústico, se puede observar que el proceso se inició con un hallazgo en el análisis de las audiometrías realizadas y, en uno de los pasos del mismo, se abrió otra línea de estudio relacionada con el uso de los EPIs en general en una categoría laboral. Por tanto, en el ciclo teórico de la mejora continua habría que contemplar la posibilidad de estas nuevas ramificaciones. (Figura 2).

Figura 2 Ciclo teórico de la mejora continua. 

En las experiencias expuestas se puede observar la aplicación del ciclo de mejora continua que proponemos en la Figura 2. De forma esquemática se puede ver en el diagrama de mejora continua que se muestra en la Tabla 4.

Tabla 4 Diagrama de mejora continua. Ciclo PECAD. 

Un paso muy importante en el proceso será el diagnóstico de la nueva situación con respecto al punto de partida. Dónde nos encontramos ahora y a qué podemos atribuir el estado actual de las cosas. Este diagnóstico nos inspirará nuevas actuaciones preventivas que habremos de planificar, comenzando de nuevo el ciclo PECAD que proponemos. Pero además, tendremos que preocuparnos de afianzar los logros obtenidos, de manera que no se produzcan retrocesos.

Pero la estrategia de gestión que es la mejora continua requiere, como ya se ha dicho, de la participación de toda la empresa. Es decir, si en este terreno de la PRL los integrantes del SPP de Fraterprevención actúan en equipo, evaluando los riesgos y su repercusión en la salud de los trabajadores, diseñando líneas de trabajo y actuaciones preventivas y asesorando al conjunto de la empresa en este terreno, lo cierto es que en el desarrollo de todo el Plan de Prevención participa toda la empresa. Los médicos del trabajo y los DUEs asignados al SPP en toda España realizan la vigilancia de la salud de los trabajadores de la empresa y alimentan, con todos los datos obtenidos, la aplicación informática que después nos permite realizar nuestros análisis epidemiológicos. El SPP presenta en el Comité Estatal de Seguridad y Salud de la empresa todos sus estudios, análisis, conclusiones y propuestas. Allí, tanto los representantes de la empresa como, especialmente, los de los trabajadores, plantean sus opiniones y, con los límites que marcan y las propuestas que ellos mismos aportan, mejoran los proyectos de trabajo. Cuando estos se aplican, los directores provinciales y los técnicos de prevención asignados al SPP en todas las delegaciones, se implican desarrollando y ejecutando las actuaciones establecidas. El conjunto de trabajadores aporta sugerencias en cada paso del proceso que dirigen a través de los delegados de prevención o de forma directa al SPP, en respuesta a los mensajes que éste emite en todos los proyectos de prevención que lanza. Además, todos ellos reciben los mensajes, formación, información, procedimientos de trabajo, etc, que se plantean en cada caso y colaboran con su aplicación y desarrollo. Por consiguiente, la gestión de la prevención con este criterio de mejora continua del que hablamos en este artículo, requiere de la implicación, participación y aportaciones de toda la organización: directores, trabajadores, representantes sindicales, etc. Es posible que no sea la única manera de caminar hacia la excelencia, pero es sin duda la mejor.

Este artículo se convertiría en una publicación excesivamente extensa si describiésemos todos los procesos que hemos abierto a lo largo del tiempo en nuestro trabajo diario y a los que hemos aplicado este sistema de mejora continua, dado que es nuestra manera de gestionar en general, pero merece la pena mencionar que en los accidentes de trabajo relacionados con la punción cutánea accidental en las extracciones de sangre en la categoría laboral de los DUEs, también venimos trabajando con los mismos criterios, esperando lograr que 2016 sea un año sin este tipo de accidentes o, al menos, con la tasa más baja de nuestra historia.

Igualmente, el síndrome visual informático está mereciendo nuestra atención en la misma línea que protagoniza esta publicación, con sugerencias y aportaciones de los propios trabajadores como, entre otras, la relacionada con la modificación de los colores de los caracteres en una de las aplicaciones que podían provocar fatiga visual y que nuestro departamento de Sistemas Informáticos ha tenido en cuenta, implantando las correcciones oportunas.

La incidencia de tabaquismo en la plantilla de Fraterprevención es notablemente menor (16,88%), a la registrada para la población española general (24%)11. Ese dato no debe influir en una menor atención al problema, por lo que pretendemos iniciar en este tema un proceso semejante a los descritos en este artículo para otras alteraciones de la salud, con lo que esperamos experimentar un salto cualitativo estimable en el futuro inmediato en cuanto al tabaquismo en nuestra empresa.

En 2016 hemos iniciado otra actuación en la misma línea relacionada con la percepción de salud mental de los trabajadores.

Tal y como venimos comentando en esta publicación, la mejora continua es una manera de gestionar con criterios de calidad que puede ofrecer un enorme rendimiento en la Prevención de Riesgos Laborales en general, y en el campo de la vigilancia de la salud en particular. En muchas ocasiones se trabaja de forma intuitiva con sistemas aproximados al descrito, de manera que se está gestionando con criterios próximos a la mejora continua sin saberlo. Pero ciertamente, es mejor hacerlo con la constancia de que se está empleando un método de gestión reproducible y científico.

Agradecimientos

A todos los médicos y DUEs de Fraterprevención por su celo en la vigilancia de la salud de los trabajadores, así como por su esfuerzo y disciplina en la grabación de los datos en la aplicación informática, convirtiéndola así en una fuente inagotable de inspiración y trabajo en el terreno de la epidemiología.

A todos los trabajadores en general de Fraterprevención por depositar su confianza en los profesionales del SPP y por apoyarlos con sus sugerencias, seguimiento y comentarios de respaldo.

Al Comité Estatal de Seguridad y Salud de la empresa por su nivel de exigencia y permanente apoyo a las iniciativas del SPP.

Bibliografía

1. Lascorz, Antoni. CALIDAD - SEGURIDAD Y SALUD. Comité de Entidades de Certificación de la AEC. julio-septiembre 2012 ARTÍCULO disponible en https://www.aec.es/c/document_library/get_file?uuid=58272396-a6e0.Links ]

2. Cabo Salvador, Javier, et al. Gestión de la calidad en las organizaciones sanitarias. Instituto de Prevención, Salud y Medio Ambiente. Fundación MAPHRE. Ediciones Díaz Santos. 2014. p. 253-288. [ Links ]

3. Cabo Salvador, Javier, et al. Gestión de la calidad en las organizaciones sanitarias. Instituto de Prevención, Salud y Medio Ambiente. Fundación MAPHRE. Ediciones Díaz Santos. 2014. p. 623-654. [ Links ]

4. Suárez-Barraza, Manuel F, et al.; Encontrando al KAIZEN: un análisis teórico de la mejora continua. PECVNIA. 2008; 7: 288-289. [ Links ]

5. Ministerio de sanidad y consumo Libro blanco de la vigilancia de la salud para la prevención de riesgos laborales. 2004; 21-45 [ Links ]

6. Claves para integrar la Vigilancia de la salud en las Empresas. Foment de Prevención de Riesgos laborales. 2011; 33. Disponible en http://prl.foment.com/admin/uploads/docs/20130417123549.pdfLinks ]

7. Gisbert Soler, Victor, et al; Benchmarking, herramienta de control de calidad y mejora continua. 3C Empresa. 2014; 3 (nº 4): 217-233 [ Links ]

8. Zunzunegui, Carlos Gómez; La vigilancia de la salud en la encrucijada. Revista La Mutua (Fraternidad). 2006; 14: 111 [ Links ]

9. Jaca García María del Carmen & col. La mejora continua en las organizaciones. Análisis de su implantación en 30 empresas. DYNA Ingeniería e Industria. 2009; 84; 2: 134-141 [ Links ]

10. La mejora continua en empresas y organizaciones. GUÍA DE LA CALIDAD. Abril de 2016. Disponible en http://www.guiadelacalidad.com/modelo-efqm/mejora-continuaLinks ]

11. Encuesta Nacional de Salud 2011-2013. Tabla 3016. Consumo de tabaco. [ Links ]

Recibido: 21 de Mayo de 2016; Aprobado: 27 de Febrero de 2017

Correspondencia:Javier Agudo Díaz. C/ Alberto Aguilera nº 62. 28015 Madrid. E-mail:javier.agudo@telefonica.net

Creative Commons License Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons