Sr. Editor:
Primo y cols. (1) han reportado una asociación estadística entre el alelo A del SNP rs16147, ubicado en la región promotora del gen del neuropéptido Y, y una alta respuesta metabólica a la dieta mediterránea, de acuerdo con los niveles de resistencia a la insulina y la insulina basal. Este estudio se realizó con 363 voluntarios "caucásicos". Por otra parte, existe asociación de ese mismo alelo con al aumento del IMC en niños (2,3).
Considerando que la muestra estudiada –de aquí en adelante, muestra "estudio"– comprende individuos obesos, hemos comparado las frecuencias alélicas y genotípicas reportadas con las disponibles para la población ibérica de España –de aquí en adelante "IBS"– en la base de datos 1000Genomes (1KG; www.internationalgenome.org) (4) (Tabla I).
Estudio: muestra de Primo y cols. (1); IBS: población ibérica de España; AFR: población africana; EAS: población del este de Asia; SAS: población del sur de Asia; EUR: población de Europa; AMR: población mestiza de América; 1KG: muestra total del proyecto 1000Genomes; H-W: prueba de equilibrio de Hardy-Weinberg.
Mientras en la muestra "estudio" el alelo A tuvo una frecuencia del 50 % (364 de 726 cromosomas), en "IBS" esta fue del 59 % (126 de 214 cromosomas). Al usar las frecuencias alélicas para predecir el número de alelos A, la prueba exacta de Fisher rechaza la hipótesis de nulidad (p = 0,0291), es decir, el número de alelos A en "IBS" es significativamente mayor que en "estudio". Al comparar las frecuencias genotípicas agrupadas (GG y GA + AA), las diferencias son también significativas entre ambos grupos (PFisher = 0,0433); mientras que la frecuencia de GA + AA es del 86 % en "IBS", alcanza a un 77 % en la muestra "estudio".
En dos recientes artículos, los genotipos GA y AA estarían asociados a un mayor IMC (5,6), contrariamente a los resultados aquí mostrados, lo que refuerza la interrogante acerca de estos genotipos, por una parte asociados a una buena respuesta a la dieta mediterránea y, por otra, con evidencia contradictoria acerca de su efecto sobre el IMC (1,7,8). Se han reportado análisis de asociación de rs16147 con decenas de fenotipos de relevancia clínica (www.ncbi.nlm.nih.gov/snp/rs16147) (9). Parece ser que la asociación entre el neuropéptido Y y la obesidad está mediada por diversos factores, como la edad y el sexo (2,3), y con otras variables confundentes como el nivel de estrés (10). Para lograr identificar el papel de rs16147 en la determinación de la obesidad, sugerimos realizar un análisis multivariado que integre estas y otras variables, y lo mismo para el estudio de su efecto sobre las dietas.
Finalmente, hemos sistematizado la información disponible para los genotipos de rs16147 en diversas poblaciones (Tabla I), incorporando una prueba de Hardy-Weinberg. Nuestros resultados indican que, a nivel mundial, este marcador se encuentra fuera del equilibrio, al igual que en la población americana. Esto se debería al efecto de uno o más factores evolutivos, siendo el más plausible la ausencia de panmixia, es decir, de estructuración genética de las poblaciones a lo largo de su historia. Esta información podría ser de relevancia para posteriores estudios del papel del neuropéptido Y y, más específicamente, sobre la respuesta a las dietas –como las analizadas en el artículo de Primo y cols. (1)– y su efecto en la obesidad.