Introducción
La situación producida por la Covid-19, ha supuesto un reto para los servicios sanitarios y los pacientes crónicos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el 30 de enero de 2020 la epidemia a nivel mundial. El 11 de marzo de 2020 fue declarada la pandemia, cuando su extensión alcanzó a 18 países.1,2 Después de dos años de pandemia además de conocer los efectos directos, como el exceso de mortalidad y morbilidad, la presión asistencial de los centros hospitalarios y de atención primaria, es preciso evidenciar la atención y los cuidados prestados durante la primera ola de la pandemia.3,4 En este periodo la producción de conocimiento en la Enfermería ha seguido las pautas de una disciplina aplicada, utilizando a la vez los canales de la experiencia y de la ciencia, pero con una escasa producción investigadora.5
La Covid-19, es la enfermedad infecciosa causada por una nueva cepa de coronavirus (SARS-CoV-2), altamente infecciosa y con gran facilidad de contagio, lo que facilita su rápida propagación.6 La enfermedad puede cursar de forma asintomática, o manifestarse con síntomas de gravedad variable. Los síntomas más prevalentes son: fiebre, tos seca, fatiga, neumonía, odinofagia, mialgias/artralgias, anosmia, ageusia, diarrea, dolor torácico o cefaleas.7,8 El periodo de incubación de la enfermedad es de 5 días, aunque oscila entre 1 y 14 días. Actualmente, existe evidencia de que el periodo de trasmisión de la enfermedad comienza 48 horas antes de la aparición de síntomas.9,10 Por ello, es importante el aislamiento de los casos sospechosos o confirmados y de los contactos, para realizar aislamiento social y establecer una cuarentena precoz.11-14
Los factores asociados a una peor evolución de la enfermedad por SARS-CoV-2 son múltiples, entre los que se encuentran: la edad avanzada (mayores de 65 años), trastornos de la hemoglobina, y personas inmunodeprimidas o con enfermedades inflamatorias mediadas por la inmunidad (EIMI), enfermedades crónicas y comorbilidades, influyendo de forma importante en el pronóstico de la enfermedad.15-17 En el caso de los pacientes con EIMI, las recomendaciones incluyen, su monitorización para la detección precoz de la infección por SARS-CoV-2, y fomentar la adherencia al tratamiento y no interrumpirlo y, en el caso de que un paciente desarrolle Covid-19, debe valorarse a nivel individual la supresión del tratamiento.18-21
Durante la pandemia, los sistemas de vigilancia epidemiológica han desarrollado estrategias de diagnóstico, vigilancia y control con un doble objetivo: la detección precoz de cualquier caso que pudiese tener infección activa por SARS-CoV-2 y, por otra parte, garantizar la continuidad asistencial de estos pacientes crónicos sin comprometer su salud. Todo ello, implicó la puesta en marcha de cribados telefónicos realizados por la EPA de la especialidad previos a la atención presencial programada.22-24
El Centro de Enfermedades Inmuno-mediadas Inflamatorias (CEIMI), proporciona atención integral, seguimiento y tratamiento en Hospital de Día (HdD), de pacientes con una o varias patologías EIMI.25,26 Esta unidad cuenta con un equipo pluridisciplinar compuesto por médicos especialistas en Reumatología, Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII) y Dermatología y, además, Enfermeras de Práctica Avanzada (EPA) de cada una de estas especialidades que realizan atención presencial y telemática. Esta última, se realiza por teléfono y correo electrónico con el objetivo de dar respuesta a las dudas de los pacientes sobre tratamiento, aparición o cambios en la sintomatología asociada a la enfermedad, vacunas, etc. El objetivo del presente estudio es describir la incidencia de Covid-19 por género y especialidad de la patología EIMI, así como las características clínicas de los pacientes en tratamiento en un centro especializado en dichas patologías.
Método
Se llevó a cabo un estudio observacional prospectivo de los pacientes con EIMI diagnosticados como Covid-19 por PCR positiva en seguimiento domiciliario, con telemedicina y telemonitorización.
El ámbito de estudio fue Centro de Enfermedades Inmuno-mediadas Inflamatorias (CEIMI) vinculado a un Hospital alta complejidad donde se presta atención pluridisciplinar y se administran tratamientos en una misma visita del paciente. El periodo de estudio fue desde el 12 de marzo al 29 de mayo de 2020. En ese momento, en el CEIMI se presta atención a 1668 pacientes de las especialidades de Reumatología, Aparato Digestivo y Dermatología y cuenta con un equipo pluridisciplinar de médicos especialistas y enfermeras de práctica avanzada de las especialidades descritas.
Se incluyeron todos los pacientes en seguimiento en el Centro, atendidos en consulta de EPA, presencial o telemática con Covid-19 confirmada en seguimiento ambulatorio, o casos sospechosos de infección por SARS-CoV-2.
Se consideró caso sospechoso, los pacientes con cuadro clínico de infección respiratoria aguda de aparición súbita de cualquier gravedad que cursa con fiebre, tos o sensación de falta de aire. También pueden ser considerados síntomas de sospecha: odinofagia, anosmia, ageusia, mialgias/artralgias, diarrea, dolor torácico o cefaleas. Además, se monitorizó a aquellos pacientes con convivientes estrechos con Covid-19, confirmados y sintomáticos, hasta obtener resultados de la prueba PCR de los convivientes estrechos. Estos pacientes, se ponían en contacto con la EPA para comunicar dicho resultado. El seguimiento de los pacientes fue llevado a cabo por las EPA, incluso en aquellos que durante el periodo de pandemia precisaron ingreso hospitalario.
Las consultas telemáticas a demanda del paciente en este periodo fueron para comunicar la presencia de sintomatología de infección por SARS-CoV-2. En estos casos la enfermera realizaba un triage telefónico sobre los síntomas. En caso de sospecha de infección por SARS-CoV-2, instruía al paciente sobre las medidas de aislamiento y control de la infección domiciliario.
Los datos se recogieron en la primera ola de la pandemia, se llevó a cabo un seguimiento clínico vía telefónica 1 ó 2 días antes de la visita programada y el triage para la detección precoz de Covid-19. Este circuito, evitó la interacción de los pacientes con sospecha de enfermedad y los que acudían al centro para la administración del tratamiento intravenoso en el HdD, garantizando el aislamiento domiciliario, ambas medidas imprescindibles para evitar la propagación de infección por SARS-CoV-2. Una vez realizada la consulta telemática, se llevaron a cabo las consultas presenciales indispensables para el control de la EIMI. Los pacientes que necesitaron hospitalización comunicaron a la EPA esta situación, así como su evolución, a través de sus familiares. Solo se suspendió el tratamiento biológico o biosimilar a aquellos pacientes que presentaron fiebre, necesitaron hospitalización o siguieron tratamiento antibiótico (Figura 1). Además, la consulta telefónica incluía formación básica sobre las medidas de protección, y detección de casos y contactos estrechos entre los pacientes con EIMI.
Los datos fueron recogidos en un formulario diseñado en Microsoft Forms® con doble entrada para validar los datos recogidos. Se realizó un análisis descriptivo de las variables estudiadas, presentando las cuantitativas con media y desviación estándar (DE) o mediana y rango intercuartílico para variables con distribución asimétrica y las cualitativas con frecuencias (Fr) y porcentaje (%). Para verificar la asociación entre las variables, se utilizaron las pruebas exactas de MannWhitney y Fisher. En todas las pruebas, se consideraron valores de p <0.05 estadísticamente significativos. El análisis de datos se realizó utilizando el SPSS V.24™.
Los datos se trataron de manera agregada de forma que fue imposible asociar los resultados con los pacientes. El estudio cumplió con las disposiciones de la legislación española y la Declaración de Helsinki 2013. La confidencialidad de los datos se mantuvo en todo momento de acuerdo con la legislación española. Los identificadores de los pacientes fueron borrados antes de la realización del análisis estadístico manteniéndose el anonimato de los pacientes.
Resultados
En el periodo de estudio, 1672 pacientes estaban en seguimiento/tratamiento en el Centro, todos ellos en tratamiento con terapias biológicas o pequeñas moléculas. Durante este periodo se llevaron a cabo 3480 consultas, de las que 2382 (68.4 %) fueron telemáticas y 1098 (31.6 %) presenciales (Tabla 1).
Especialidad | Consultas Presenciales N=1098 (%) | Consultas Telemáticas N=2382 (%) |
---|---|---|
EPA de Reumatología | 448 (40.8) | 884 (37.1) |
EPA de Digestivo | 577 (52,6) | 663 (27.8) |
EPA de Dermatología | 73 (6.6) | 835 (35.1) |
En cuanto a los cribados telemáticos llevados a cabo, resultaron positivos confirmados frente a Covid-19 un total de 77 (4.60 %) de los pacientes en seguimiento, siendo más frecuente la infección en mujeres (40 mujeres, 51.9 %). La media de edad global fue de 52.26±15.47 años, siendo mayores las mujeres 53.82±14.64 que los hombres 47.86±15.32 (p=0.015). La media de edad por especialidades fue de 55.51±13.99 en Reumatología, en Dermatología de 56.00±15.67 y 45.61±15.80 en Digestivo, siendo estas, diferencias significativas (p= 0.022).
Respecto a los síntomas manifestados por los pacientes según la especialidad, la tos seca fue el síntoma más prevalente (63 %), seguido de las mialgias/artralgias, la cefalea y la fiebre. Se encontraron diferencias estadísticamente significativas en los síntomas entre las diferentes especialidades en: mialgias/artralgias (p=0,001), febrícula (p=0.002), cefalea (p=0,011), fiebre (p=0,012,) y odinofagia (p=0.029) (Tabla 2).
General Fr (%) | Pacientes Reumatología Fr (%) | Pacientes Digestivo Fr (%) | Pacientes Derma-tología Fr (%) | P valor | |
---|---|---|---|---|---|
Neumonía | 17 (22.4) | 10 (58,8) | 4 (23.5) | 3 (17.6) | 0.511 |
Disnea | 29 (37.7) | 17 (58.6) | 6 (20.7) | 6 (20.7) | 0.165 |
Tos Seca | 63 (81.8) | 31 (49.2) | 21 (33.3) | 11 (17.5) | 0.898 |
Odinofagia | 38 (49.4) | 18 (47.4) | 17 (44.7) | 3 (7.9) | 0.029 |
Febrícula | 38 (49.4) | 17 (47.7) | 19 (50.0) | 2 (5.3) | 0.002 |
Fiebre | 43 (55.8) | 15 (34.9) | 16 (37,2) | 12 (27.9) | 0.012 |
Cefalea | 53 (68.8) | 29 (54.7) | 19 (35.8) | 5 (9.4) | 0.011 |
Mialgias/Artralgias | 60 (77.9) | 34 (56.7) | 14 (23.3) | 12 (20.0) | 0.001 |
Anosmia | 21 (27.3) | 11 (52.4) | 7(33.3) | 3(14.3) | 0.916 |
Ageusia | 16 (20.8) | 7 (43.8) | 6 (37.5) | 3 (18.8) | 0.921 |
Diarrea | 32 (41.6) | 14 (43.8) | 14 (43.8) | 4 (12.5) | 0.247 |
De los 77 pacientes EIMI con infección por SARS-CoV-2, necesitaron hospitalización 17 (22.10 %), sin diferencia de género (11 mujeres, 64.7 %; p=0.233). En cuanto a la distribución por especialidad de los pacientes ingresados, 10 (58.8 %) eran de Reumatología, 3 (17.6 %) de Digestivo y 4 (23.5 %) de Dermatología (p=0.280).
La media de edad de los pacientes que necesitaron ser hospitalizados fue de 59.76±16.18 años, siendo superior a la de los pacientes que no precisaron ingreso 50.13±14.71 (p=0.051). El 82.4 % de los pacientes ingresados presentaron neumonía (14 pacientes), necesitando ingreso en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) 3 de Reumatología.
Fallecieron 3 pacientes por Covid-19 que supuso el 3.9 % de los pacientes de nuestro estudio, 1 de ellos era de la Especialidad de Digestivo y 2 de Reumatología. Todos los fallecidos fueron mujeres y diagnosticadas de neumonía por Sars-Cov-2. La media de edad de los pacientes fallecidos fue de 71.67±23,63 años vs el resto de pacientes 51.47±14.75 años
En cuanto al tratamiento, de los 77 pacientes infectados 73 recibían tratamiento con fármacos biológicos siendo el más utilizado anti-TNF™ en 1059 (63.1 %). De los pacientes que fallecieron, dos estaban en tratamiento con anti-CD20™ y el otro, con anti-il6™ (Tabla 3).
Tratamiento Biológico | Pacientes en tratamiento en CEIMI Fr (%) | Pacientes con Covid-19 Fr (%) | Ingresos Fr (%) | Fallecidos Fr (%) |
---|---|---|---|---|
anti-TNF™ | 1059 (63.1) | 40 (54.8) | 3 (21.4) | - |
anti-CD20™ | 79 (4.7) | 4 (5.5) | 3 (21.4) | 2 (66.7) |
anti-il6™ | 96 (5.7) | 4 (5.5) | 2 (14.3) | 1 (33.3) |
anti-mol coestim ™ | 44 (2.6) | 3 (4.1) | 2 (14.3) | - |
anti-il1™ | 93 (5.5) | 5 (6.8) | 2 (14.3) | - |
anti-il12/23™ | 143 (8.5) | 6 (8.2) | 1 (7.1) | - |
anti-integrina™ | 79 (4.7) | 3 (4.1) | 0 (0.0) | - |
anti-jak™ | 34 (2.0) | 5 (6.8) | 0 (0.0) | - |
Anti-PGE2™ | 34 (2.0) | 1 (1.4) | 1 (7.1) | - |
anti-il23™ | 14 (0.8) | 2 (2.7) | 0 (0.0) | - |
MCP™ | 2 (0.1) | 0 (0) | 0 (0.0) | - |
Total | 1677 (100) | 73 (100) | 14 (100) | 3 (100) |
Discusión
La edad media de los pacientes EIMI con Covid-19 fue de 54.6 años, muy similar a la publicada en España por la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica en su de informe de 29 de mayo de 202027 y a la edad de los primeros 425 casos notificados en el primer brote de la pandemia en Wuhan (China), en los que la mediana de edad fue 59 años.28
En el presente estudio, la prevalencia de infección por SARS-CoV-2 ha sido mayor en mujeres que en hombres, coincidiendo con los resultados del último estudio de sero-epidemiología realizado en población española, y del último informe de la Red de Vigilancia Epidemiológica,27,29 aunque otros estudios mostraron una mayor prevalencia en hombres.28,30,31 Tampoco se encontraron diferencias en cuanto al género y la hospitalización por Covid-19, no obstante la edad de las mujeres es mayor a la de los hombres, y la patología prevalente es la Artritis Reumatoide (AR) que es la enfermedad del EIMI con más secuelas pulmonares lo que podría explicar el peor pronóstico frente a la enfermedad, ya que el 100 % de los fallecimientos fueron mujeres.32-34
La incidencia de hospitalización en nuestro estudio, no mostró diferencias significativas entre las especialidades, aunque fue mayor en los pacientes de reumatología, coincidiendo con los datos aportados por otros autores.35 Además, comparando los resultados con la población de referencia, se ha observado mayor tasa de hospitalizaciones por Covid-19 en los pacientes afectados por EIMI reumáticas, esto podría estar relacionado con los tratamientos biológicos o biosimilares que se utilizan para estas patologías.35 En cambio, otras EIMI como la Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII) y la psoriasis en tratamiento con productos biológicos, no muestran mayor riesgo de presentar Covid-19.7,36-38
La neumonía es la manifestación clínica más severa que se presenta en la infección por SARS-CoV-2, el porcentaje de pacientes de nuestro estudio que presentaron neumonía fue 22.4 %, inferior al descrito por otros autores y al registrado en España hasta el 10 de mayo (53.8 %).39-42 El estrecho seguimiento por la EPA y la detección precoz de la infección, podrían estar relacionados con la evolución menos grave de la Covid-19.13,20 Además, se estima que en torno al 20 % de los pacientes pueden manifestar un empeoramiento repentino durante el curso de la enfermedad, convirtiéndose en casos graves y críticos, lo que hace necesario el seguimiento estricto de los pacientes, aun en los casos más leves.43
En cuanto a los síntomas más frecuentes que mostraron los pacientes del presente estudio fueron: tos seca, mialgias/artralgias, cefalea y febrícula o fiebre, tal y como se describe en otros estudios.7,44 Sin embargo, la presencia de síntomas varía en función de la especialidad, siendo los pacientes con patologías reumatológicas los que presentan mayor prevalencia de mialgias/ artralgias, quizás como consecuencia de la exacerbación de la sintomatología asociada a la patología EIMI. En cambio, los pacientes con EII presentan con mayor frecuencia febrícula, y en el caso de los pacientes de dermatología, la fiebre es uno de los síntomas prevalentes.7,44
Las 3 defunciones registradas, supusieron el 6.4 % del total de pacientes de nuestro estudio, inferior al registrado en España hasta mayo de 2020, donde era el 8.2 % de defunciones por Covid-19.27 Sin embargo, la mortalidad global de los pacientes en seguimiento en nuestro centro fue 0.36 %, coincidiendo con lo descrito por otros autores. La mortalidad de pacientes con terapias biológicas que ingresaron (3/17.6 %), fue inferior a la del total ingresos por Covid-19 del Hospital (551/20.5 %).
Los resultados de nuestro estudio sugieren que la terapia con fármacos biológicos o pequeñas moléculas, no se asocia con peores resultados de Covid-19, y por tanto no difieren de la población general.45,46 En cambio, la edad y las comorbilidades se relacionan con un peor pronóstico. Por ello, y para evitar los brotes de estas patologías, sólo se debe interrumpir el tratamiento cuando el paciente presente claros signos de infección.6,34,47-49
El estudio presenta limitaciones, entre ellas, el tratarse de un estudio descriptivo basado en datos recogidos a través de un cuestionario telefónico implementado únicamente durante la primera ola de pandemia. Sin embargo, consideramos que refleja de manera fehaciente lo sucedido en las semanas más críticas de la pandemia, así como las medidas que se adoptaron con el objetivo de minimizar el riesgo de contagio en estos pacientes. Otra limitación de nuestro estudio ha sido la imposibilidad de realizar pruebas PCR a todos los pacientes, impidiendo así la detección del Sars-Cov-2 en pacientes asintomáticos o con sintomatología leve.
Conclusiones
La pandemia por SARS-CoV-2 ha supuesto un reto para el sistema sanitario y ha puesto de manifiesto la necesidad de implementar, con carácter urgente, medidas que permitan ofrecer una atención y cuidados de enfermería de calidad, adaptándola al contexto epidemiológico. En este sentido, las consultas telemáticas ofrecieron la oportunidad de relacionarse y prestar cuidados en una situación de confinamiento.50,51
El aumento de las de consultas realizada por Enfermeras de Práctica Avanzada, realizando educación para la salud sobre las medidas de aislamiento y control de la infección, ha favorecido: el seguimiento óptimo y de calidad de pacientes crónicos, la disminución del riesgo de contagio de pacientes y de los profesionales que estaban realizando asistencia presencial, la continuidad de los tratamientos en régimen ambulatorio. Además, el incremento de la atención telemática no supuso la disminución de la calidad asistencial, puesto que se realizaron consultas presenciales en los casos en los que el estado del paciente así lo requería. Este seguimiento ha permitido evidenciar que la terapia con fármacos biológicos o pequeñas moléculas, no se asoció con peores resultados en pacientes con Covid-19.
Además, contar con la participación activa del paciente mejora el seguimiento de las medidas de aislamiento y control, permitió una detección precoz facilitando la toma de decisiones sobre su estado de salud.