Introducción
El modo en que una persona se percibe a sí misma (autoconcepto) es un factor estrechamente relacionado con su bienestar físico y mental1. Generalmente se considera que el autoconcepto se edifica en base a un modelo multidimensional, en el que una serie de factores relacionados con distintos aspectos físicos, como la fuerza, la competencia deportiva, y la resistencia, estrechamente vinculados a la forma o condición física, cobran un rol predominante y reconocido2.
La forma física es un indicador del nivel de salud de las personas, que refleja su capacidad para afrontar las actividades de la vida diaria con autonomía y suficiencia3. Bajo este contexto, la autopercepción del nivel de forma física es considerada una de las dimensiones que más fuertemente contribuye a la construcción y consolidación del autoconcepto, debido a que guarda una estrecha relación con dos constructos estrechamente vinculados al mismo: el aprecio o consideración que una persona tiene de sí misma (autoestima), y la percepción de su propia imagen corporal (autoconcepto físico)4. Tradicionalmente se acepta que el nivel de forma física debe de ser uno de los principales componentes a valorar a la hora de identificar el propio concepto que una persona tiene de sí misma5 y, en consecuencia, los cuestionarios de valoración del autoconcepto incluyen por lo general preguntas relativas al nivel de forma física.
Sin embargo, estos cuestionarios con frecuencia son largos y presentan ítems que, si bien están relacionados con la condición física, no la cubren en su totalidad, omitiendo algunos componentes de la misma como el equilibrio, la flexibilidad o la agilidad. Esto ocurre por ejemplo, en dos de los cuestionarios de valoración del autoconcepto físico más referenciados en la literatura, como son el Physical Self-Perception Profile de Fox y Corbin4 y el Physical Self-Description Questionnaire de Marsh y col6. A esto hay que añadir que este tipo de cuestionarios incluyen otro tipo de preguntas relacionadas con la habilidad y la competencia motriz que en algunos casos se pueden solapar con los propios ítems relativos a la condición física7.
Por ello, parece de interés el desarrollo de cuestionarios específicamente diseñados para valorar la autopercepción del nivel de forma física. Esta necesidad es especialmente importante en la población mayor, en la que el nivel de forma física percibido no solo se relaciona con la salud mental (dada su mencionada influencia sobre la autoestima y el autoconcepto físico), sino también con el nivel de salud física objetivable8.
Identificar el nivel de forma física de las personas mayores es una cuestión fundamental desde el punto de vista epidemiológico por dos motivos: permite determinar el nivel de calidad de vida, funcionalidad e independencia de este grupo poblacional en un momento concreto9 y, además, es un procedimiento indispensable para valorar los efectos de aquellas estrategias que buscan mejorar su nivel de salud a través de la práctica de ejercicio físico10.
Para valorar los niveles de forma física se suele recurrir a las pruebas de campo, como dinamometría, test de los seis minutos y prueba sit to stand, entre otras. Su puesta en práctica puede ser costosa y de cierta complejidad al requerir recursos materiales y espaciales específicos, así como personal formado y experimentado en su administración. Por tanto, en situaciones en las que no es posible su implementación, la administración de cuestionarios de autopercepción del nivel de forma física podría ser una alternativa11.
Sin embargo, se ha puesto en duda que los cuestionarios de autopercepción tradicionalmente empleados en adultos sean de utilidad en personas mayores2. Por ello, se hace necesario el contar con cuestionarios específicamente diseñados para esta población.
Tras realizar una extensa revisión de la literatura, se ha constatado que los cuestionarios Self-Assessment of Physical Fitness (SAPF)12, Self-Reported Physical Fitness (SRFit) Survey13, Groningeng Fitness Test for the Elderly (GFE)14 y Physical Fitness and Exercise Activity Levels of Older Adults Scale (PFS)15, parecen ser los únicos específicamente diseñados para valorar el nivel de autopercepción de la condición física en personas mayores. Ninguno de ellos ha sido validado en población española.
De entre los cuestionarios mencionados, el SAPF destaca por su brevedad y facilidad de aplicación, así como por haber demostrado adecuadas propiedades psicométricas en personas mayores institucionalizadas12. Por lo tanto, parece de interés identificar la fiabilidad y validez de este cuestionario, cuando es administrado en población mayor española.
Una de las cuestiones relativas al autoconcepto menos investigada en población mayor, especialmente en mujeres16, es la insatisfacción corporal, entendida como la discrepancia entre la imagen corporal que una persona considera ideal y la que percibe como propia17. Es un tema relevante, dado que la composición corporal es un componente fundamental de la forma física que ejerce una importante influencia sobre el autoconcepto4, y que es un factor que tiene un potencial impacto sobre la calidad de vida18 y la salud mental19. Sin embargo, son escasas las investigaciones que se han centrado en la valoración del grado de insatisfacción corporal en personas mayores, a pesar de ser una población con elevado riesgo de presentarla20. En población preadolescente se ha sugerido que la insatisfacción corporal está influida por el nivel de forma física, tanto percibido como objetivo21; la existencia de esta relación en personas mayores es todavía un campo abierto a la investigación.
Para el estudio de la insatisfacción corporal se suele recurrir al empleo de los pictogramas, siendo uno de los más empleados el diseñado por Stunkard22, que ha sido previamente utilizado en población mayor española23. Sin embargo, no parecen existir datos sobre las propiedades psicométricas ni, en concreto, relativos a la fiabilidad y validez que presenta cuando es administrado a personas mayores en nuestro país.
Según lo expuesto, esta investigación tiene un doble objetivo: identificar la fiabilidad y validez del cuestionario SAPF y del pictograma de Stunkard cuando son administrados en población mayor española, y conocer el nivel de autopercepción física y el grado de insatisfacción corporal de una muestra de personas mayores mediante la administración de ambos instrumentos.
Material y métodos
Los participantes en este estudio transversal forman parte de una investigación longitudinal sobre la validación de cuestionarios y efectos del entrenamiento en la condición física en población mayor. Estas personas fueron reclutadas a través de un programa de gimnasia de mantenimiento ofertado por el ayuntamiento de Vigo. El coordinador de dicho programa dirigió una invitación personal, transcurrida una semana desde el inicio de la actividad, a todas aquellas personas que habían asistido al menos a una de las sesiones celebradas hasta ese momento.
Los criterios de inclusión fueron tener más de 65 años de edad, no presentar problemas de memoria y disponer de autorización médica para tomar parte en programas de gerontogimnasia. Se excluyeron aquellas personas que no aportaron un certificado médico que confirmase no presentar enfermedades infectocontagiosas y que eran aptas para la práctica de ejercicio físico de carácter moderado según criterio de su médico de cabecera. Todas las personas invitadas aceptaron participar en el programa. Este estudio se realizó de acuerdo con los principios de la Declaración de Helsinki, en su modificación de 2013. Los participantes fueron informados sobre el objetivo y características del estudio y se obtuvo su consentimiento para tomar parte en el mismo. La investigación fue aprobada por el Comité de Ética de la Facultad de Ciencias de la Educación y el Deporte de la Universidad de Vigo (Código 01-1419).
Se registraron la edad y el sexo de los participantes, y se determinó su índice de masa corporal (IMC) tras tallar y pesar a los participantes con un tallímetro portátil y una báscula digital y aplicar la fórmula peso (kg) / altura (m2).
Se administraron las siguientes herramientas:
- el cuestionario SAPF, creado para identificar el modo en que las personas mayores perciben su forma física y que mostró una buena fiabilidad (CCI = 0,66-0,70) y consistencia interna (α = 0,71), así como una moderada validez concurrente (r = 0,41-0,64), al ser administrado a una muestra de 76 personas institucionalizadas con una edad media de 86 años12. Consta de tres ítems en los que el encuestado valora de 0 a 10 su nivel percibido de fuerza, resistencia aeróbica y equilibrio. Para facilitar la comprensión del mismo, al encuestado se le presenta una gráfica en forma de escalera vertical de 10 peldaños, y se le pide que sitúe cada capacidad física en el peldaño que le corresponde, a su modo de ver, de forma que cuanto más alta es la puntuación asignada por el mismo, mayor es su percepción del estado de forma física en el que se encuentra.
- el pictograma de Stunkard, que consta de nueve siluetas para cada sexo, puntuadas de 1 (silueta más delgada) a 9 (silueta más obesa). A los participantes se les pidió que indicasen silueta con la que se identificaban en la actualidad, así como a la que les gustaría parecerse. A partir de la diferencia entre las puntuaciones obtenidas en ambas indicaciones se estimó el grado de insatisfacción corporal22, mayor cuanto la puntuación más se alejase de cero. El sujeto satisfecho con su silueta mostró ausencia de diferencia, mientras que el sujeto insatisfecho con su silueta mostró una diferencia negativa si deseaba una silueta más delgada, o una diferencia positiva si la deseaba menos delgada.
La adaptación cultural comenzó con la revisión de ambos cuestionarios por dos de los autores, especialistas en ejercicio físico y tercera edad, con conocimiento acreditado de lengua inglesa y con experiencia previa en la administración de cuestionarios en población mayor. Se realizó una primera traducción al castellano, lo más fiel posible al texto original. Las versiones resultantes fueron revisadas por un tercer autor, con amplia experiencia en el campo de la validación de cuestionarios y con titulación oficial en lengua inglesa. Tras una reunión entre los tres autores se realizaron por consenso las siguientes modificaciones:
- en el cuestionario SAPF se añadió una definición de resistencia aeróbica, ante la posibilidad de que las personas mayores no entendiesen a lo que esta capacidad se refiere.
- se modificó la orientación de la escala de puntuación del cuestionario SAPF, pasando de vertical a horizontal, por considerar que la población diana la encontraría más práctica y visual.
- se elaboró una hoja de siluetas específica y exclusiva para cada sexo en el pictograma de Stunkard, modificándose por tanto la disposición original del texto y de los diferentes pictogramas. Con ello se pretendió evitar posibles interferencias a la hora de cumplimentarlo.
- se introdujo el texto Marca con una X tanto en el cuestionario SAPF como en el pictograma de Stunkard, para facilitar la comprensión y evitar dudas con respecto tanto a lo que se le preguntaba a los encuestados, como a lo que estos tenían que responder.
Las versiones finales de ambos cuestionarios en castellano se adjuntan como anexos.
Para la valoración de la forma física se realizaron distintas pruebas para evaluar los siguientes aspectos:
- fuerza muscular: mediante un dinamómetro de mano (Quirumed, referencia 627-MAP80K1), con el sujeto sentado y sujetando el aparato a lo largo de su cuerpo con el codo flexionado 90º24. Se evaluaron ambas manos en dos ocasiones y el valor más alto se empleó para el análisis. Esta prueba se asocia fuertemente con la fuerza general, la densidad mineral ósea, el riesgo de caídas, el deterioro cognitivo, la fragilidad, la morbilidad y lamortalidad25, y ha mostrado una elevada fiabilidad test-retest en adultos mayores26.
- niveles de resistencia cardiorespiratoria: mediante la prueba six-minute walk distance (6MWT) de la batería Senior Fitness Test27, donde se evaluó la distancia máxima que los participantes podían cubrir caminando lo más rápido posible en un periodo de seis minutos. Esta prueba se considera válida y fiable para evaluar la capacidad cardiorespiratoria tanto en adultos mayores sanos28 como con insuficiencia cardíaca crónica o enfermedad pulmonar obstructiva crónica29-31.
- el equilibrio y la movilidad funcional: mediante otra prueba de la batería Senior Fitness Test, el 8-foot Up and Go test (8FUG), que consiste en levantarse de una silla, caminar rodeando un cono situado a 2,44 metros y volver a sentarse en la misma silla, cronometrando el tiempo que el sujeto necesita para realizar el recorrido. Los resultados de esta prueba se asocian con el riesgo de caídas32 y ha mostrado una elevada fiabilidad test-retest33.
Procedimiento
Las valoraciones tuvieron lugar durante el programa de gimnasia de mantenimiento y se realizaron en bloques de cuatro semanas. En la primera semana los participantes cumplimentaron el cuestionario SAPF y el pictograma individualmente con ayuda de un entrevistador que facilitó la comprensión de las preguntas formuladas, aclarando su significado y proporcionando ejemplos sobre las mismas. Dos semanas después se repitió la administración de los mismos. Durante la cuarta semana se llevaron a cabo las pruebas antropométricas y de valoración de la forma física, para que los resultados obtenidos en las mismas no influyesen a la hora de contestar ambos cuestionarios. A este respecto conviene remarcar que no son esperables cambios antropométricos reseñables tras cuatro semanas de actividad, dado que los programas de gimnasia de mantenimiento no suelen tener un impacto significativo en la reducción o aumento de la composición corporal, sino que más bien tienden a ejercer un impacto conservador sobre la misma. Todas las valoraciones fueron realizadas por dos investigadores, graduados en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, con experiencia previa en este tipo de estudios.
Análisis estadístico
Las variables cuantitativas se expresaron como media (desviación estándar, DE) tras comprobar su distribución normal mediante el test de Kolmogorov-Smirnov. Las variables cualitativas se expresaron como frecuencia (porcentaje).
Para identificar la fiabilidad test-retest (nivel de estabilidad observado en las respuestas dadas por las participantes en dos momentos distintos) los cuestionarios fueron completados en dos ocasiones, con un intervalo de dos semanas entre las mismas. Los resultados obtenidos fueron analizados empleando el coeficiente de correlación intraclase (ICC) y sus intervalos de confianza al 95 % (IC95 %), considerando que valores superiores a 0,9, reflejaban un grado de fiabilidad excelente, entre 0,9 y 0,75 bueno, entre 0,75 y 0,5 moderado, e inferiores a 0,5 pobre34. La consistencia interna se evaluó mediante el alfa de Cronbach, con valores de 0,9 indicando una consistencia excelente, de 0,8 buena y de 0,7 aceptable35.
La validez convergente del cuestionario SAPF se contrastó comparando sus resultados con el nivel de forma física de los participantes, siguiendo el mismo procedimiento que en el estudio original12, mientras que la validez concurrente del pictograma se identificó a través de la relación observada entre la autopercepción de la propia composición corporal y el IMC36. Con este fin se empleó el coeficiente rho de Spearman, con rangos entre 1 - 0,77 indicando correlaciones fuertes, entre 0,75 - 0,51 moderadas y entre 0,50 - 0,26 débiles37.
Se aplicó el test de ANOVA para la comparación de las variables entre distintos grupos. En las variables de percepción de forma física y de imagen corporal se calculó la media de los dos tests para los análisis comparativos y de correlación. Con el sumatorio de los valores de cada uno de los tres componentes de percepción (fuerza, resistencia y equilibrio) se calculó la variable de percepción total de la forma física (puntuación total de 0 a 30, con valores más altos indicando una mejor percepción). Al objeto de realizar una comparación más cualitativa de la autopercepción con la valoración de la forma física, la autopercepción se categorizó en tres rangos según las puntuaciones obtenidas: de 1-4, mala; de >4-7, regular; de >7-10, buena.
Para calcular la variable de total del nivel de forma física se realizó un sumatorio a partir del cálculo en deciles de los valores de cada una de las tres pruebas de campo realizadas; se estimó un índice de forma física de 3 a 30 puntos, con valores más elevados indicando mejor forma física. Los análisis se realizaron con el programa SPSS v.15, considerando significativo un valor de p < 0,05.
Resultados
Se invitó a participar en el estudio a 85 personas, 72 de ellas mujeres (84,71 %), con edad media 78,51 años (6,31), estatura media 153,79 cm (7,15), peso medio 68,45 kg (12,14), e IMC medio 28,88 kg/m2 (4,38). Todas ellas finalizaron el estudio, si bien seis participantes no pudieron realizar las pruebas de resistencia y equilibrio al no estar presentes en el momento en el que se realizaron dichas valoraciones. Más de la mitad de la muestra reconoció tener una forma física normal (59,5 %), mientras que un 11,4 % la percibió como mala y un 29,1 % como buena. El 27,06 % de la muestra se mostró satisfecha con su imagen corporal. El resto de los participantes mostraron su deseo de bajar de peso el equivalente a uno (47,06 %), dos (22,35 %) o tres o más (3,53 %) puntos en el pictograma.
Los datos relativos a la fiabilidad test-retest del cuestionario y del pictograma se muestran en la Tabla 1. El CCI para cada ítem del cuestionario osciló entre 0,67 y 0,80, encontrándose valores de 0,78 para la puntuación total del mismo. En el caso del pictograma, el CCI alcanzó valores de 0,8 tanto para la propia percepción corporal como para la imagen corporal deseada, y de 0,65 para el grado de insatisfacción corporal. El alfa de Cronbach indicó una consistencia interna superior a 0,8 en ambas herramientas.
Al comparar los resultados obtenidos en las pruebas físicas con las puntuaciones reflejadas en el cuestionario de autopercepción SAPF se encontraron asociaciones significativas, aunque débiles, tanto al comparar cada ítem con su prueba de campo correspondiente (fuerza autopercibida vs dinamometría: rho = 0,316 p = 0,003; resistencia autopercibida vs 6MWT: rho = 0,361 p = 0,001; equilibrio autopercibido vs 8FUG: rho = -0,383 p < 0,001), como al comparar las puntuaciones totales (rho = 0,424; p < 0,001). Se encontró una asociación moderada entre la autopercepción de la propia composición corporal valorada mediante el pictograma de Stunkard y el IMC y (rho = 0,727; p < 0,001).
Test | Retest | CCI (IC 95 %) | |||
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Media | DE | Media | DE | ||
Percepción de la condición física | |||||
Fuerza | 6,19 | 1,67 | 6,38 | 1,79 | 0,74 (0,60-0,83) |
Resistencia | 5,74 | 1,85 | 5,99 | 1,69 | 0,67 (0,49-0,79) |
Equilibrio | 5,52 | 2 | 5,67 | 1,94 | 0,81 (0,70-0,87) |
Total | 17,45 | 4,83 | 18,04 | 4,76 | 0,78 (0,67-0,86) |
Pictograma de percepción corporal de Stunkard | |||||
Real | 4,6 | 1,41 | 4,71 | 1,43 | 0,88 (0,81-0,92) |
Ideal | 3,35 | 1,24 | 3,56 | 1,08 | 0,88 (0,70-0,92) |
Diferencia ideal-real | -1,26 | 1,04 | -1,13 | 0,98 | 0,65 (0,47-0,92) |
DE: desviación estándar; CCI: coeficiente de correlación intraclase; IC: intervalo de confianza.
n | Percepción de Condición Física [M (DE)] | |||||
---|---|---|---|---|---|---|
Total | Mala | Regular | Buena | p | ||
Fuerza (dinamometría, kg) | 85 | 21,79 | 18,36 | 21,36 | 23,87 | 0,109 |
-6,59 | -4,11 | -6,79 | -6,26 | |||
Resistencia (6MWD, m) | 79 | 459,24 | 381,11 | 452 | 512,5 | 0,007 |
-110,07 | -96,3 | -116,6 | -68,99 | |||
Equilibrio (8FUG, s) | 79 | 5,39 | 6,27 | 5,21 | 4,89 | 0,003 |
-1,33 | -1,62 | -1,17 | -0,93 | |||
CF Objetiva (suma) | 79 | 16,71 | 12,44 | 16,02 | 19,78 | 0,01 |
-6,72 | -5,17 | -70,2 | -5,39 |
M: media; DE: desviación estándar; 6MWD: prueba six-minute walk; 8FUG: prueba 8-foot Up and Go; CF: condición física.
Cuanto mayor fue la forma física percibida, mejores resultados se obtuvieron en las respectivas pruebas de campo. Esta relación positiva fue estadísticamente significativa tanto globalmente como para la resistencia y el equilibrio, pero no para la fuerza (Tabla 2).
El IMC fue la única variable analizada que influyó sobre la insatisfacción corporal (Figura 1); las personas con obesidad deseaban bajar significativamente más puntos en el pictograma que las personas con normopeso (1,71 vs 0,5 puntos; p < 0,001).
No se encontraron diferencias significativas según el sexo en ninguna de las variables analizadas en este estudio.
Discusión
El principal objetivo de este estudio fue identificar las propiedades psicométricas de la versión adaptada al castellano del cuestionario SAPF y del pictograma de Stunkard.
Los resultados obtenidos del cuestionario SAPF indican que este cuestionario es fiable y válido, por lo que puede tener una dobla utilidad: ser empleado en estudios epidemiológicos diseñados para determinar el nivel de forma física autopercibida, la que es considerada un indicador válido del estado de salud físico de la población38, y proporcionar información interesante sobre el nivel de salud emocional de los encuestados, puesto que se acepta que la autopercepción de la forma física es un factor directamente relacionado con la autoestima y la ansiedad39.
La versión adaptada al castellano mostró valores de consistencia interna y fiabilidad test-retest superiores a la versión original del SAPF. Estas diferencias podrían estar originadas por las características de la muestra en la que el cuestionario fue inicialmente validado (de mayor edad, institucionalizada y en algunos casos calificada como frágil), distintas de la muestra del presente estudio (personas mayores activas que residen en sus hogares). Esto podría suponer que los participantes en nuestro estudio presentasen una mayor capacidad de recuerdo y, por lo tanto, sus respuestas fuesen más consistentes40. Del mismo modo, la validez convergente de la adaptación del SAPF fue más elevada que la reportada en la versión original tras comparar sus respuestas con los resultados de las pruebas de valoración de la forma física (r = 0,21-0,39)12.
Existen pocos cuestionarios específicamente diseñados para identificar el nivel de forma física autopercibida por población mayor, y en algún caso sus propiedades psicométricas no han sido completamente informadas41. En relación a la consistencia interna, los valores obtenidos en la versión adaptada al castellano del SAPF fueron similares a los observados en la encuesta Self-Reported Physical Fitness (SRFit) Survey (α = 0,8)13 y a los publicados para otros cuestionarios, como los incluidos en el Groningeng Fitness Test for the Elderly (GFE) (α = 0,8)14 o en la subescala Physical Fitness (PF) del Physical Fitness and Exercise Activity Levels of Older Adults Scale (α = 0,7)15. Sin embargo, la fiabilidad test-retest de la versión española del SAPF fue un tanto inferior a la informada para los cuestionarios SRfit (CCI = 0,79-0,90) y GFE (CCI = 0,84-0,94), aunque similar a la informada para la subescala PF (ρ = 0,715).
Para determinar la validez convergente de este tipo de cuestionarios, con frecuencia se recurre a comparar la puntuación de sus ítems con los resultados obtenidos en las respectivas pruebas de campo, obteniéndose por lo general asociaciones significativas pero de carácter débil, como en el presente caso y también en el cuestionario incluido en la GFE (r = 0,13 y 0,50). El grado de asociación observado en otros cuestionarios ha sido menor: en la escala Perceived Physical Fitness Scale42 únicamente se encontraron asociaciones significativas entre la autopercepción de la forma física y la resistencia aeróbica (r = 0,43). De todos los cuestionarios aquí revisados, tan solo la encuesta SRfit mostró asociaciones más elevadas (rho = 0,35-0,65), debido quizás a que sus ítems constan de un enunciado más detallado y ejemplificado, lo que facilita la comprensión de lo que realmente se quiere preguntar43. Finalmente, conviene destacar que en la versión en castellano del SAPF se observó una relación directamente proporcional por la que cuanto mejor era el nivel de forma física de la muestra, mejor estimaban su forma física, aspecto también encontrado en la versión adaptada al castellano para personas mayores de la Impact Fitness Scale41.
Otro instrumento utilizado en este estudio fue el pictograma Stunkard donde, al analizar sus propiedades psicométricas, se encontró una aceptable fiabilidad y validez, hallazgo similar al informado por otros autores en población adulta36,44. Tras revisar la literatura, no se localizaron investigaciones que hubiesen identificado las propiedades psicométricas de este pictograma al ser administrado en población mayor española. Por lo tanto, los resultados de este estudio cobran especial interés, pues confirman que el pictorama de Stunkard puede ser de utilidad en aquellos estudios que deseen valorar el grado de insatisfacción corporal en personas mayores.
El diseño del presente estudio permitió identificar el grado de insatisfacción corporal de la muestra y los factores que influyen en la misma. Este es un tema de especial relevancia, dado que la insatisfacción corporal es considerada un potencial factor de riesgo que ejerce una influencia negativa sobre el estilo de vida saludable45. Además, es escaso el número de investigaciones que han optado por tratar este tema en población mayor española. Los resultados obtenidos dejan varias cuestiones de interés. En primer lugar, un elevado porcentaje de los encuestados no estaban satisfechos con su imagen corporal, queriendo todos ellos presentar una silueta más estilizada. Estos resultados contrastan con los obtenidos por Latorre y col46, quienes observaron un bajo nivel de insatisfacción corporal (5,6 %) en un grupo de personas mayores en España. Sin embargo, en población mayor portuguesa, Farias y col47 encontraron que más del 70 % de las mujeres reportaban insatisfacción corporal. La diferencia en estos datos puede ser debida a la herramienta empleada para valorar el grado de insatisfacción corporal, pues Latorre y col46 emplearon el Body Shape Questionnaire, mientras que Farias y col47 usaron el pictograma de Stunkard, al igual que en el presente estudio. De todos modos, nuestro estudio confirma la existencia de insatisfacción corporal en población mayor española, previamente intuida por otros autores48. Un segundo hallazgo de interés, confirmado previamente en mujeres españolas de mediana edad49, es que las personas con sobrepeso y obesidad son las que mayor diferencia mostraron entre la composición corporal percibida y la deseada. Esta tendencia guarda relación con la influencia significativa que el IMC ejerció sobre la insatisfacción corporal de la muestra, hallazgo por otra parte común en este tipo de investigaciones. Sin embargo, la forma física, ni percibida ni objetiva, afectó al nivel de insatisfacción corporal, contrariamente a lo observado en poblaciones más jóvenes21, por lo que quizás la edad sea un factor a tener en cuenta. Esta hipótesis se apoya en hallazgos como los publicados por Farias y col47, quienes no observaron que la forma física (a excepción de la fuerza muscular) ejerciese una influencia significativa sobre el grado de insatisfacción corporal. Son necesarias más investigaciones que aporten luz sobre el estado de la cuestión.
El principal punto fuerte de este estudio es su originalidad, dada la ausencia de investigaciones que hayan tenido como objetivo tanto identificar propiedades psicométricas de cuestionarios de autopercepción de la forma física y de pictogramas, como el analizar el grado de insatisfacción corporal y las variables que afectan al mismo en población mayor española. Sin embargo, no está exento de limitaciones metodológicas, entre las que destacan una muestra reducida y compuesta principalmente por mujeres, lo que limitó la potencia del análisis estadístico en base al sexo. Así mismo, se debe tener en cuenta que, al acudir a un programa de ejercicio, los participantes de este estudio presentaban interés por mantener su estado de forma física. Por ello, se podría inferir que tuviesen mayor preocupación por su percepción física en comparación con la población mayor en general, existiendo por lo tanto cierto sesgo que limitaría la generalización de los resultados aquí presentados. Otra limitación que debe ser reconocida, es el no haber realizado una traducción y retrotraducción del cuestionario, procedimiento que se suele aplicar durante las adaptaciones culturales de estas herramientas. Finalmente, se debe mencionar el no haber podido analizar la validez de criterio del cuestionario, ante la ausencia de un gold standard al respecto.
En conclusión, las versiones adaptadas al castellano del cuestionario SAPF y del pictograma de Stunkard son instrumentos útiles para determinar la autopercepción de la forma física y el grado de insatisfacción corporal en población mayor española. Los resultados del presente estudio indican además la existencia de insatisfacción corporal en gran parte de la muestra encuestada, aspecto sobre el que el IMC ejerce una influencia significativa.