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FEM: Revista de la Fundación Educación Médica

versión On-line ISSN 2014-9840versión impresa ISSN 2014-9832

FEM (Ed. impresa) vol.19 no.6 Barcelona dic. 2016

 

EDITORIAL

 

Hacia una nueva forma de evaluación en educación médica: la evaluación programática

Towards a new form of assessment in medical education: programmatic assessment

 

 

Jordi Palés-Argullós

Fundación Educación Médica.
E-mail: jpales@ub.edu

 

 

Hace ahora seis años, desde estas mismas páginas, en un editorial sobre el proceso de Bolonia [1], el profesor Albert Oriol afirmaba que la evaluación de las competencias constituía un gran reto para las universidades por diversos motivos. En primer lugar, por la falta de experiencia institucional en dicho menester, por la complejidad que ello comportaba y, finalmente, por la falta de recursos disponibles para llevar a cabo dicha tarea. Insistía en el hecho de que las universidades -y las facultades de medicina en particular- tenían una estructura organizativa departamental que dificultaba la migración desde una enseñanza fragmentada en asignaturas hacia la obtención de capacidades para el desempeño. Además, las facultades no habían optado todavía por disponer de unidades educativas de apoyo interdepartamental con experiencia en los procesos evaluativos. En segundo lugar, decía que debía considerarse que las competencias son constructos complejos de capacidades que se expresan en la toma de decisiones y en el desempeño. Se trata de conductas que, para su evaluación, a menudo precisan su observación por expertos evaluadores en condiciones idealmente estandarizadas y no sólo en momentos puntuales, sino a lo largo de todo el proceso educativo.

Pasados estos seis años, y cuando las primeras promociones de graduados han salido ya de las aulas, en general se ha avanzado poco en la mejora de las prácticas evaluativas y la evaluación sigue siendo una asignatura pendiente. Aunque todas las facultades de medicina españolas han implantado una evaluación crítica objetiva estructurada (ECOE) al final del grado y algunas han introducido nuevos instrumentos evaluativos como el Mini-CEX, en general seguimos evaluando de forma fragmentada, en cada disciplina. Un estudiante se gradúa cuando ha superado de forma individual cada una de las asignaturas que constituye el currículo, pero no existe una evaluación progresiva y conjunta de la adquisición de las competencias ni un programa institucional de evaluación que nos permita estar seguros de que las competencias finales establecidas se han adquirido adecuadamente. En general, se sigue confiando en que un examen tipo ECOE al final del grado y del rotatorio ofrece suficiente información para certificar la adquisición de todas las competencias por parte de nuestros graduados. Y nada más lejos de la realidad.

La evaluación es una de las áreas en las que más se ha investigado en educación médica y de ella se derivan unos principios básicos que deberíamos tener en cuenta. En primer lugar, el concepto de la especificidad de la competencia, según el cual la competencia clínica no es genérica y que un alumno o residente rinda bien en una situación concreta no permite asegurar que lo hará igual de bien en otra situación. De ahí la necesidad de someter al estudiante a múltiples momentos de evaluación en su proceso formativo, con distintos casos, instrumentos y observadores, y la necesidad de disponer de la mayor cantidad posible de información cuando se trata de tomar decisiones importantes, como si un alumno supera o no un curso, o si se gradúa o no.

Otro aspecto importante es el cambio de paradigma que se propugna en la evaluación: pasar de la evaluación del aprendizaje a la evaluación para el aprendizaje. Esto implica que cualquier práctica evaluativa debe acompañarse del correspondiente feedback, tanto si el objetivo de la evaluación es formativo como si es sumativo. Dar feedback de forma continua facilitará que el alumno sea consciente de su nivel de adquisición de competencias, de su progreso, y permitirá tomar las medidas necesarias si es el caso para su mejora o corrección.

Finalmente, se está abriendo paso el concepto de evaluación programática como una nueva forma holística de evaluación que recoge todos los aspectos anteriormente citados. Este es precisamente el tema que el profesor Van der Vleuten, de la Universidad de Maastricht, un experto internacionalmente reconocido en evaluación en educación médica, aborda en este número de la revista. Sin duda alguna, es un artículo que incide en lo que hemos comentado y que invitamos a leer para poder empezar a pensar en cómo cambiar nuestros sistemas de evaluación. Estoy seguro de que su lectura no les defraudará.

 

Bibliografía

1. Oriol-Bosch A. El reto de Bolonia: la evaluación de las competencias. FEM 2010; 13: 123-5.         [ Links ]