Introducción
El número de personas que disponen de teléfono móvil ha crecido exponencialmente en los últimos 15 años1; la cifra de personas abonadas a la telefonía móvil en todo el mundo ha aumentado desde un 12% en el año 2000 hasta un 96,8% (7100 millones de personas) en 20151. España sigue esa tendencia creciente, y en 2015 un 96,7% de los hogares españoles (17.740.775 hogares) disponían de al menos un teléfono móvil2. Debido a este incremento en la utilización de teléfonos móviles, es importante conocer las posibles repercusiones de sus radiaciones sobre la salud pública, y en concreto sobre el riesgo de aparición de tumores3.
Sabemos que los teléfonos móviles emiten ondas de radiofrecuencia de baja potencia, definidas como campos electromagnéticos no ionizantes, sin la suficiente energía como para romper directamente los enlaces químicos, pero que podrían tener efectos nocivos sobre cualquier tejido del cuerpo humano3-5, siendo el límite de seguridad de la tasa de absorción específica (velocidad a la que la energía emitida por los teléfonos móviles es absorbida por el cuerpo) de 1,6 W/kg6. La radiofrecuencia de los campos electromagnéticos ha sido clasificada por la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer en el grupo 2B, considerando el uso de teléfonos inalámbricos como un posible carcinógeno en humanos7.
Estudios previos apuntan que la radiofrecuencia emitida por los teléfonos móviles puede aumentar la temperatura de los tejidos del cerebro y de los órganos adyacentes, aunque aún no se han reportado pruebas concluyentes de su asociación con el desarrollo de tumores3-5. Además, la mayoría de estos estudios se han centrado en los tumores cerebrales, al considerar la cabeza como la zona anatómica más próxima al teléfono móvil al hablar por teléfono3-6, y apenas existen estudios centrados en otros tumores3.
Entre los factores de riesgo para desarrollar un tumor asociado con el uso de teléfonos móviles se han apuntado la colocación prolongada del dispositivo en una misma zona de la cabeza al efectuar llamadas (lateralidad o exposición homolateral) y el largo periodo de latencia o tiempo acumulado de llamadas3-5.
Por otra parte, debido a que el periodo de seguimiento de los pacientes en las investigaciones previas ha sido corto, no se ha podido extraer conclusiones certeras, ya que en general suelen pasar décadas entre la primera exposición a las ondas de radio y la aparición de manifestaciones tumorales3-7. Por lo tanto, a pesar de que la evidencia científica sobre dicha asociación va aumentando, sigue siendo un asunto sin resolver3-6.
La mayor parte de los estudios previos se han centrado en los tumores cerebrales, pero esta revisión sistemática incluye otros tumores, como los de glándulas salivales, testiculares, de piel, leucemias y linfomas, para realizar una revisión completa y actualizada de los trabajos sobre el tema publicados en los últimos 10 años. Su objetivo es sintetizar y analizar las revisiones sistemáticas, los estudios de casos y controles, los estudios de cohortes y los metaanálisis que han analizado la asociación entre la exposición a la radiofrecuencia de los teléfonos móviles y la aparición de tumores en personas adultas.
Método
Se realizó una revisión sistemática de estudios de casos y controles, estudios de cohortes, revisiones sistemáticas y metaanálisis que hubieran analizado la relación entre las radiaciones no ionizantes procedentes de los teléfonos móviles y la aparición de tumores en personas adultas. La búsqueda incluyó artículos publicados en inglés y español entre enero de 2005 y febrero de 2016 en las bases de datos Scopus, Web of Science, MedLine, The Cochrane Library y Cinahl. Se incluyeron los artículos publicados a partir de enero de 2005 con el objetivo de analizar los estudios más actuales que investigaran la asociación de las radiaciones no ionizantes procedentes de los teléfonos móviles con cualquier tipo de tumor. La tabla 1 recoge la estrategia de búsqueda utilizada.
Además, se realizó una búsqueda secundaria a través de las referencias incluidas en los estudios encontrados y de aquellos artículos que las bases de datos sugerían durante la búsqueda inicial al estar relacionados con nuestro objetivo.
Se siguieron los principios de la Declaración PRISMA8, y para analizar la calidad de los artículos potencialmente elegibles se utilizaron la Escala AMSTAR para evaluar la calidad de las revisiones sistemáticas9 y la Escala Newcastle-Ottawa (NOS) para evaluar la calidad del metaanálisis, los estudios de casos y controles y el estudio de cohortes10. La Escala AMSTAR consta de 11 ítems con cuatro posibles respuestas; las respuestas afirmativas se valoraron con 1 punto, de manera que se estableció que una revisión sistemática tenía una buena calidad cuando la media de las valoraciones superaba el 60% de la valoración máxima posible9. La Escala NOS consta de ocho ítems, otorgando a cada estudio como máximo una estrella en cada ítem de las categorías de selección y exposición o resultados, y un máximo de dos estrellas en el caso de la comparabilidad10.
Las dos autoras de la revisión realizaron de manera independiente la búsqueda de los artículos en las bases de datos seleccionadas y realizaron posteriormente una puesta en común para consensuar los estudios a incluir. La evaluación de los trabajos fue realizada del mismo modo por ambas. Para la selección de los artículos se tuvieron en cuenta los siguientes criterios:
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Criterios de inclusión:
Estudios que incluyeran en su muestra personas mayores de 18 años.
Estudios publicados desde enero de 2005 hasta febrero de 2016 en inglés o español.
Revisiones sistemáticas, estudios de casos y controles, estudios de cohortes y metaanálisis que analizaran la asociación entre la exposición a la radiofrecuencia de los teléfonos móviles y sus efectos tumorales en humanos.
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Criterios de exclusión:
Estudios que incluyeran en su muestra niños/as o jóvenes menores de 18 años.
Estudios que incluyeran mujeres embarazadas en la muestra de estudio.
Artículos de opinión.
Estudios que no estuvieran disponibles en texto completo.
Estudios de baja calidad tras aplicar las herramientas de evaluación de la calidad.
Resultados
Tras la búsqueda inicial en las bases de datos se hallaron 1034 estudios. De estos, 485 se eliminaron por estar duplicados (mismo estudio encontrado en diferentes bases de datos). Posteriormente, tras una primera revisión de los títulos y resúmenes, se excluyeron 511 por no aportar datos en relación a si existía o no asociación entre la exposición a la radiofrecuencia de los teléfonos móviles y la aparición de tumores en personas adultas. Por último, se revisó el texto completo de 39 artículos, 38 procedentes de la búsqueda inicial y uno hallado en la búsqueda secundaria. De estos artículos se excluyeron 25 por las siguientes razones: 11 por obtener una puntuación insuficiente tras analizar su calidad, 6 por ser artículos de opinión, 4 por ser protocolos, 2 por no estar disponibles en texto completo y 2 por no incluir en su muestra personas adultas. Finalmente se incluyeron en la revisión 14 artículos (13 procedentes de la búsqueda inicial y 1 de la búsqueda secundaria) (fig. 1). En la tabla 2 se resumen las principales características de los estudios incluidos.
De los estudios incluidos en la revisión, siete fueron estudios de casos y controles11-17, cinco revisiones sistemáticas18-22, un estudio de cohortes23 y un metaanálisis24. En cuanto al ámbito geográfico, se habían realizado en 14 países. Varios estudios analizaron la asociación entre las radiaciones no ionizantes de los teléfonos móviles y los tumores cerebrales11,12,18-22,24, de las glándulas salivales13,18-21, testiculares14,19,20 y de piel17,23, las leucemias y los linfomas15,16,19,20. En relación a los tipos de tumores analizados, encontramos lo siguiente:
Tumores cerebrales: algunos estudios analizaron el glioma19,22, el meningioma19,22 y el neuroma acústico11,19,22. La mayor parte de los estudios incluidos en esta revisión sistemática coinciden en que el cerebro es el principal órgano diana de las radiaciones procedentes de los teléfonos móviles, al ser uno de los órganos más próximos a la zona de colocación del dispositivo al efectuar llamadas telefónicas12,18-20,22,24. Por otra parte, los estudios analizados indican que en los tumores cerebrales con periodos de inducción corto no es posible determinar a corto plazo si existe relación entre ellos y la radiofrecuencia, debido al insuficiente periodo de seguimiento de los estudios11,18,21. Sin embargo, sí apuntan una posible asociación a largo plazo (superior a 10 años) y tras un tiempo acumulado de llamadas de 1640 horas o unas 5 horas de uso al día11,12,19,21,22,24, así como con los tumores de crecimiento lento18. También encontramos cierta controversia en relación a la colocación prolongada del teléfono móvil en una misma zona de la cabeza (lateralidad o exposición homolateral). Así, mientras ciertos estudios consideran la exposición homolateral como un factor de riesgo11,12,18,19,22,24, otro estudio no reporta hallazgos concluyentes21.
Tumores de las glándulas salivales: los estudios analizados no aportan datos concluyentes que confirmen la asociación de la radiofrecuencia procedente de los teléfonos móviles a corto plazo y la aparición de tumores de las glándulas salivales13,18-21. Así, mientras ciertos estudios reportan un posible aumento del riesgo tras una media de tiempo acumulado de llamadas de 1348 horas o con la exposición homolateral13,18,19, otros no apoyan tal hipótesis20. Por otra parte, los estudios incluidos en esta revisión coinciden en afirmar que se desconocen los efectos a largo plazo de las ondas de radio sobre los tumores de glándulas salivares, pudiendo existir cierta relación si se aumentaran el tamaño de la muestra de las investigaciones o el periodo de seguimiento13,18-21.
Tumores testiculares: ciertos estudios apuntan la posibilidad de un mayor riesgo de tumores testiculares tras la exposición homolateral, es decir, con la proximidad del teléfono móvil a la zona testicular14,19,20, aunque sin encontrar una clara asociación entre la exposición a corto plazo a la radiofrecuencia de los teléfonos móviles y los tumores testiculares, afirmando además que se desconocen los riesgos tras periodos de latencia suficientemente largos14,19,20.
Leucemias y linfomas: la relación entre las radiaciones no ionizantes de los teléfonos móviles y las leucemias se considera relevante15, aunque no ha sido muy estudiada. En este sentido, uno de los estudios incluidos reportó resultados incongruentes, aunque sí se halló un mayor riesgo de leucemia tras una exposición prolongada en el tiempo (15 o más años)15. Con respecto a los linfomas de Hodgkin, algunos estudios apuntan la ausencia de relación a corto plazo entre el número de horas de uso del teléfono móvil y el desarrollo de este linfoma, y se desconocen sus efectos a largo plazo16,19,20. Destaca asimismo la posibilidad de un mayor riesgo de aparición de este tipo de tumor tras 5-6 años de manejo del dispositivo y con un tiempo acumulado de llamadas de 1640 horas19,20.
Melanomas: los estudios analizados señalan la zona temporal de la cabeza, la mejilla, la oreja y el cuello como las áreas corporales con mayor exposición a las radiaciones no ionizantes y con mayor riesgo de melanoma17,23. Además, estos estudios apuntan la existencia de un riesgo dos veces mayor en las personas con un uso acumulativo de llamadas telefónicas mayor de 365 horas (aproximadamente 12 minutos al día) y con un periodo de latencia mayor de 5 años, revelando efectos cancerígenos a largo plazo. Estos resultados deberían ser confirmados en estudios que incluyan muestras más contundentes y mayores periodos de seguimiento17,23.
En relación a la calidad de los estudios incluidos en esta revisión, encontramos que de los estudios de casos y controles analizados con la Escala NOS uno obtuvo una puntuación de 6/915, cuatro obtuvieron una puntuación de 7/911,14,16,17 y dos obtuvieron una puntuación de 8/912,13. En cuanto a las revisiones sistemáticas analizadas con la Escala AMSTAR, una obtuvo una puntuación de 7/1118, dos alcanzaron una puntuación de 8/1119,20, otra una puntuación de 9/1122 y la última una puntuación de 10/1121. El estudio de cohortes alcanzó una puntuación de 5/9 en la Escala NOS23 y el metaanálisis obtuvo una puntuación de 6/9 también en la Escala NOS24.
Discusión
Los resultados de esta revisión sistemática muestran que no es posible determinar a corto plazo, en tumores con periodos de inducción cortos o de crecimiento rápido, la asociación entre la exposición a la radiofrecuencia de los teléfonos móviles y la aparición de tumores cerebrales, de las glándulas salivales, de piel y testiculares, y de leucemias y linfomas. Sin embargo, los resultados apuntan una posible asociación a largo plazo entre la exposición a la radiofrecuencia de los teléfonos móviles y la aparición de estos tumores en caso de coexistencia de otros factores, como la exposición homolateral o el tiempo acumulado de llamadas telefónicas.
Frente a estudios previos que han analizado únicamente la asociación entre la radiofrecuencia emitida por los teléfonos móviles y la aparición de tumores cerebrales, esta revisión aporta además la asociación con tumores de las glándulas salivales, testiculares y de la piel, leucemias y linfomas de Hodgkin3-5,13-21,23.
Como ya se ha apuntado en estudios previos, los resultados de los trabajos analizados señalan al cerebro como el principal órgano diana de las radiaciones procedentes de los teléfonos móviles, por su proximidad a la zona de colocación del dispositivo3-5,12,18-20,22,24.
A pesar de la controversia existente respecto a la exposición homolateral y el desarrollo tumoral, nuestros hallazgos coinciden con estudios previos al considerar la lateralidad como un factor de riesgo para el desarrollo de tumores cerebrales3-5,11,12,18,19,22,24. Además, nuestros resultados señalan la relación entre la homolateralidad y la aparición de tumores de las glándulas salivales13,18,19, así como con los tumores testiculares cuando el teléfono móvil se guarda en una zona próxima14,19,20, y con los melanomas de la parte temporal de la cabeza, la mejilla, la oreja y el cuello17,23.
Siguiendo la línea de investigaciones previas, los resultados de los estudios analizados muestran un aumento del riesgo tumoral tras un periodo largo de tiempo acumulado de llamadas3-5,11,12,22: una exposición de 1640 horas o unas 5 horas de uso al día suponen un mayor riesgo para el desarrollo de tumores11,12,22. Además, en el caso concreto del cáncer de piel, se ha hallado un riesgo dos veces mayor en las personas con un uso acumulativo del teléfono móvil de más de 365 horas (aproximadamente 12 minutos al día) y con un periodo de latencia superior a 5 años17,23.
A pesar de que los resultados de esta revisión apuntan una posible relación entre la radiofrecuencia de los teléfonos móviles y el desarrollo de ciertos tumores, dicha asociación no puede confirmarse debido a que los estudios tienen periodos de seguimiento reducidos y el tamaño de las muestras no es lo suficientemente grande3-5,11-25.
Limitaciones y fortalezas del estudio
Esta revisión ha seguido las recomendaciones de la Declaración PRISMA y se ha evaluado la calidad de los estudios incluidos con las escalas AMSTAR y NOS. Su principal limitación es el reducido número de artículos incluidos tras aplicar los criterios de inclusión y exclusión, lo que podría condicionar las conclusiones obtenidas. Así, el hecho de considerar solo estudios publicados en inglés y español en las bases de datos analizadas es una limitación, pues puede haber otros estudios relevantes publicados en otros idiomas o incluidos en otras bases de datos. Por otra parte, la heterogeneidad de los estudios en cuanto al tamaño de la muestra, el tipo de diseño y la pérdida de participantes durante el seguimiento es otra limitación que debe tenerse en cuenta al interpretar los resultados. Finalmente, otra posible debilidad de esta revisión es que las mismas investigadoras realizaran la búsqueda y la evaluación de los estudios.
Conclusiones
Los resultados de la revisión muestran que la radiofrecuencia emitida por los teléfonos móviles puede provocar efectos tumorales a largo plazo (superior a 10 años), y que la exposición homolateral y la latencia son factores que aumentan el riesgo. Además, existe mayor riesgo tras un tiempo acumulado de uso del teléfono móvil (1640 horas o unas 5 horas de uso al día), y un riesgo concreto de cáncer de piel con un uso acumulativo mayor de 365 horas (aproximadamente 12 minutos al día).
A pesar de lo anterior, son necesarios más estudios que confirmen la posible asociación, no solo con los tumores cerebrales, que son los más investigados, sino también con los de otras zonas corporales, como las glándulas salivales, los testículos y la piel, así como con las leucemias y los linfomas. Los futuros estudios deberían analizar más tumores posiblemente relacionados. Además, sería conveniente llevar a cabo estudios más rigurosos, con mayores tamaños muestrales y periodos de seguimiento más largos, para conocer con certeza las posibles consecuencias sobre la salud humana y extraer información relevante para el diseño de intervenciones encaminadas a la educación para la salud de la población sobre los posibles riesgos del uso frecuente del teléfono móvil.